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Es lo que es

DBuford

Israel comenzó el martes una operación militar milimetrada en la Franja de Gaza contra la Yihad Islámica, el grupo armado más grande en la zona por detrás de Hamas y considerado por Israel, la Unión Europea y Estados Unidos como grupo terrorista. El objetivo de esta operación: los siete líderes históricos del grupo armado, y de momento Israel ya ha matado a seis, el último en la madrugada del viernes.

En el marco de los intentos de mediación de Egipto –mediador histórico en este conflicto– con miras a una tregua, la jornada del viernes había empezado con una calma relativa. Sin embargo, el sábado el Ejército israelí y grupos armados palestinos de la Franja de Gaza retomaron los disparos de cohetes y misiles. Al inicio de la tarde del sábado, decenas de cohetes lanzados desde la Franja de Gaza activaron la defensa antiaérea israelí, tras nuevos bombardeos de Israel en este territorio y después del funeral de Iyad al-Hassani, comandante militar de la Yihad Islámica muerto la víspera por un misil israelí, según informó la agencia AFP.

Cuatro días de enfrentamientos que además, según el último balance del Ministerio de Sanidad del territorio palestino, han dejado 34 fallecidos. Entre los muertos hay combatientes de la Yihad Islámica, miembros del Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP), otro grupo armado. La Oficina de la Coordinación de Asuntos Humanitarios de Naciones Unidas (OCAH) confirmó también la muerte de al menos 13 civiles, siete de ellos menores, y el Ejército israelí afirma que cuatro civiles, de los cuales tres eran menores, murieron por cohetes palestinos en Gaza.

La operación, calificada de «preventiva», por el Ejército israelí, ha atacado 254 objetivos de la Yihad Islámica, ya sean instalaciones o miembros del grupo.

Peor escalada de violencia

La Presidencia palestina acusó a Israel de «cruzar todas las líneas rojas» en su operación contra Yihad Islámica. Por su parte, el Gobierno de Benjamin Netanyahu a través del asesor de Seguridad Nacional israelí, Tzachi Hanegbi, avisó de que el Ejército solo cesará su campaña cuando Yihad Islámica detenga sus ataques contra Israel. También aprovechó para expresar serias dudas sobre la capacidad de Egipto para mediar en el conflicto.

Se trata de la escalada de violencia más grave entre los movimientos armados en Gaza e Israel desde agosto de 2022. La Franja de Gaza es un empobrecido territorio palestino donde viven 2,3 millones de personas. Desde 2007, cuando el movimiento islamista Hamás se hizo con el control del enclave, está sometido a un estricto bloqueo israelí. El territorio ha sido escenario de varias guerras desde 2008.

En agosto de 2022, tres días de enfrentamientos entre Israel y la Yihad Islámica causaron la muerte de 49 palestinos

ABC

Una sombra siniestra en las aguas turquesas del Caribe frente a Venezuela proviene de un intruso mortal: un coral blando que, según los expertos, ha causado una de las invasiones de hábitat más destructivas registradas en cualquier lugar.

La Unomia stolonifera, originaria de Indonesia y el Indo-Pacífico, es un tipo rosado de coral pulso llamado así por sus movimientos de danza en las corrientes oceánicas.

Es un adorno de acuario popular, bonito a la vista y resistente, con un solo pólipo que cuesta entre USD 80 y USD 120.

Pero también es un asesino: se instala en corales duros nativos, rocas e incluso pastos marinos que sofoca y reemplaza, y finalmente destruye ecosistemas enteros.

Frente a la costa norte de Venezuela, Unomia domina el paisaje del fondo del océano después de haber sido introducido a través del comercio ilegal de acuarios hace unos 20 años.

«Esta es una catástrofe ecológica», dijo el biólogo marino Juan Pedro Ruiz-Allais, director del Proyecto Unomia, que lleva el nombre del invasor que lleva años investigando.

Las poblaciones de peces están disminuyendo drásticamente en las aguas de Venezuela a medida que los arrecifes nativos, que sirven como criaderos y lugares de alimentación, mueren, dijo a la AFP.

“Cuando el arrecife muere, cuando es cubierto por la Unomia stolonifera, se produce una ruptura de la cadena alimenticia”, dijo el biólogo.

“Es un problema social, de seguridad alimentaria y económico porque el sustento de los pescadores está comprometido”.

– ‘Nadie sabía’ –

Cuando Ruiz-Allais se encontró por primera vez con el invasor en 2007, era una especie desconocida en el Caribe e incluso en el Atlántico, recordó. «Nadie sabía lo que era».

Fue visto por primera vez en el Parque Nacional Mochima, un magnífico archipiélago que cubre más de 94.000 hectáreas, y desde entonces se ha descubierto que ha colonizado la mayoría de esas islas.

El primer informe científico se publicó en 2014 y el coral se clasificó inicialmente como miembro de la amplia familia Xeniidae antes de que finalmente se clasificara en 2021 como Unomia stolonifera.

Desde Mochima, se ha extendido hacia el oeste y el este en el Mar Caribe.

Frente al estado norteño de Anzoátegui, se ha apoderado del equivalente a 300 estadios de fútbol.

El coral se propaga mediante redes de pesca, anclas y agua de lastre de barcos.

«Es un gran colonizador», dijo a la AFP Gustavo Carrasquel, director de la ONG ecologista Azul Ambientalistas.

– ‘Sin precedentes’ –

La amenaza se extiende más allá de las fronteras de Venezuela: las autoridades dicen que se han encontrado rastros de Unomia cerca de las islas de Aruba y Curazao, y en aguas frente a Colombia y Brasil, donde se unió a una plataforma petrolera pero estaba controlada.

“Es un problema que afectará al resto del Caribe”, dijo Ruiz-Allais.

Pero en ninguna parte ha sido más destructivo que en Venezuela.

“Es un caso sin precedentes”, dijo el coordinador del Proyecto Unomia, Mariano Onoro.

Los pescadores y operadores turísticos, preocupados por la rápida propagación del coral invasivo, han recurrido a la extracción manual.

Pero los expertos dicen que esto no es aconsejable, porque las mareas transportan los fragmentos que se rompen y se asientan para crear aún más colonias.

El Proyecto Unomia, financiado con fondos privados, ha desarrollado una máquina de extracción con un grupo de ingenieros que está esperando la aprobación del gobierno para realizar pruebas.

El Instituto de Investigaciones Científicas de Venezuela y el Ministerio de Ecosocialismo iniciaron una investigación sobre la rápida propagación del coral, pero aún no han encontrado una solución.

Por ahora, la magnitud del problema es tal que la eliminación del invasor parece imposible.

“Lo que podemos hacer es recuperar algunas áreas y controlarlo”, dijo Onoro.

AFP

Vía The Epoch Times

Las personas que recibieron una vacuna contra el COVID-19 tienen un mayor riesgo de sufrir un problema ocular grave, según un nuevo estudio.

El riesgo de oclusión vascular retiniana “aumentó significativamente” después de una primera o segunda dosis de las vacunas COVID-19 de ARN mensajero (ARNm), informaron investigadores en un estudio publicado por Nature .

Las vacunas Pfizer y Moderna COVID-19 utilizan tecnología de ARNm.

La oclusión vascular retiniana se refiere al bloqueo de las venas o vasos que transportan sangre hacia o desde la retina. Puede causar pérdida repentina de la visión.

De 207.626 dosis de vacuna de Pfizer administradas en la población estudiada, se detectaron 226 casos del problema ocular después de dos años. Entre las 97.918 dosis de vacuna Moderna administradas, se detectaron 220 casos durante el mismo tiempo.

Si bien se detectaron algunos casos entre los destinatarios de AstraZeneca, el riesgo no fue estadísticamente significativo.

El riesgo de oclusión vascular retiniana fue 3,5 veces mayor para las personas vacunadas en comparación con un grupo no vacunado después de 12 semanas y 2,19 veces mayor después de dos años. Se encontró un aumento del riesgo poco después de la vacunación.

“Demostramos un mayor riesgo y una tasa de incidencia de oclusión vascular retiniana después de la vacunación con COVID-19, después de ajustar los posibles factores de confusión”, informaron en el estudio Chun-Ju Lin, oftalmólogo y otros investigadores taiwaneses.

Los pacientes que toman medicamentos que podrían alterar la osmolaridad de la sangre deben ser especialmente conscientes de los riesgos identificados en el estudio, aunque se necesita más investigación para determinar si las vacunas contra la COVID-19 en realidad causan el problema ocular, dijeron los investigadores.

Extrajeron datos de TriNetX, una red global, y ajustaron los resultados con un modelo que incluía la exclusión de personas con antecedentes de oclusión vascular retiniana.

Las limitaciones incluyen no confirmar la precisión de los diagnósticos enumerados en el sistema.

Lin, Pfizer y Moderna no respondieron a las solicitudes de comentarios.

Otros estudios

Un estudio publicado en abril en el Journal of the American Medical Association analizó el inicio de la oclusión vascular retiniana después de la vacunación contra el COVID-19 de Pfizer y Moderna y descubrió que el riesgo no difería significativamente del riesgo posterior a las vacunas contra la influenza y la vacuna Tdap.

Ian Dorney y los otros investigadores de Ohio dijeron que los resultados sugirieron que la vacunación de mRNA COVID-19 “ocurre extremadamente raramente a tasas similares a las de 2 vacunas diferentes utilizadas históricamente”.

Los investigadores también obtuvieron datos de la red TriNetX, pero solo observaron los diagnósticos dentro de los 21 días posteriores a la vacunación y no los compararon con un grupo no vacunado.

El Dr. Lee Jampol de la Universidad Northwestern y Maureen Maguire de la Universidad de Pensilvania dijeron en un editorial que los resultados no mostraban «señales de alerta» para la oclusión vascular de la retina después de recibir una inyección de Pfizer o Moderna.

Jampol le dijo a The Epoch Times que iba a leer detenidamente el nuevo estudio para examinar cómo se realizó el análisis, pero señaló que había diferencias en las poblaciones estudiadas, con los investigadores taiwaneses analizando datos mundiales y los investigadores de Ohio analizando solo datos de EE. UU.

Otro estudio, realizado por investigadores italianos y publicado en febrero por Nature , no encontró un mayor riesgo entre la oclusión de la vena retiniana y la vacunación contra el COVID-19. La oclusión de la vena retiniana y la oclusión de la arteria retiniana son dos tipos de oclusión vascular retiniana.

Sin embargo, algunos otros estudios han encontrado problemas oculares después de la vacunación, incluida una revisión sistémica publicada por Vaccines en 2022 que indicó, según los autores, un vínculo plausible entre las vacunas y los síntomas.

CDC detecta señal de seguridad

Las autoridades estadounidenses detectaron problemas oculares como una señal de seguridad para las vacunas de ARNm COVID-19 en 2022.

Los analistas de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) de EE. UU., al analizar los informes presentados con el Sistema de notificación de eventos adversos a las vacunas, encontraron que tanto la oclusión de la arteria retiniana como la oclusión de la vena retiniana cumplían con los criterios de señales de seguridad para las vacunas de Pfizer y Moderna, en comparación con las primeras tiempo hasta los informes presentados después de la vacunación con cualquier otra vacuna.

También se detectaron cientos de otras señales, según los archivos obtenidos por The Epoch Times .

Los funcionarios de los CDC han dicho que los resultados del monitoreo «fueron generalmente consistentes» con los de los análisis realizados por la Administración de Drogas y Alimentos de los EE. UU. (FDA), «que no revelaron señales de seguridad inesperadas adicionales». Los funcionarios no han explicado por qué esperaban tantas señales y la FDA se ha negado a publicar los resultados de sus análisis.

Esa negativa provocó una demanda en Washington, que decía que la FDA estaba violando la ley federal al retener los datos.

Vía El Confidencial

El hombre que destripó el mundo de las drogas vuelve a la carga para hablar de una nueva adicción: la provocada por nuestro estilo de vida frenético y absurdo, que está destrozando nuestra capacidad de atención

Después de haberlo pasado muy mal durante bastantes años, el periodista y divulgador Johann Hari había llegado a la cima. La adaptación de su último libro (Tras el grito) había sido nominada a los Oscar y le salía el dinero por las orejas. Pero él se sentía irritado y ansioso demasiadas horas del día. Era incapaz de leer un libro o de ver una película sin distraerse. Su ahijado, un adolescente con el que no hacían carrera, pasaba días enteros saltando de una pantalla a otra, de una red social a otra, consumiendo compulsivamente vídeos de pocos segundos, porno, mensajes instantáneos, fotos… y todo el fast food que encontraba por las redes.

Mirarse en el espejo de una persona tan cercana, alguien «inteligente y sensible» que había perdido por completo el control de su vida, motivó a Hari a emprender primero un proceso de desintoxicación digital en un pueblo perdido y después un viaje por todo el mundo para preguntar a los investigadores más importantes sobre un asunto que, al principio, ni siquiera tenía etiqueta. Un problema que ahora, años después, define como la gran plaga de nuestros días: la crisis de atención que sufrimos millones de personas en todo el planeta. Esa creciente incapacidad para sentirse presente en el mundo.

Los investigadores que consultó Hari explicaron que el problema viene de atrás (nada menos que de finales del siglo XIX) y que se está acelerando a una velocidad vertiginosa, que el detonante no son solo los teléfonos móviles. Y que hay un montón de experimentos en marcha que hacen pensar que podemos combatir eficazmente contra esta «enfermedad de espíritu» si nos lo proponemos. El resultado está plasmado en un libro (El valor de la atención) que ha cosechado los elogios de cientos de personalidades del mundo anglosajón (de Hillary Clinton a Oprah Winfrey) y que fue traducido al español a principios de este año.

Hablamos del tema con el protagonista aprovechando su paso por Madrid. Nos atiende en las instalaciones de la Universidad Schiller, en pleno paseo de Recoletos, donde el autor ha acudido para impartir una conferencia. Durante la hora y media de entrevista, mi móvil nos interrumpe dos veces y Hari me observa con una mezcla de comprensión y satisfacción mientras trato de silenciar el cacharro.

PREGUNTA. Al leer tu libro, tenía la sensación de que la mayoría de las cosas que cuentas afectan en mayor o menor medida a todas las personas que nos rodean. Y a mí mismo, claro.

RESPUESTA. La razón por la que empecé a investigar sobre este tema es porque entendí que mi propia atención estaba empeorando. Me di cuenta de que cada vez me costaba más leer libros, tener conversaciones profundas o incluso ver una película. Cosas que habían sido muy importantes durante toda mi vida, cosas que habían marcado mi personalidad, y ahora empezaba a ser incapaz de hacerlas. Al principio me daba miedo investigarlo. ¿Era un problema de fuerza de voluntad? ¿Qué me estaba pasando?

P. El problema está por todos lados, empezando por el trabajo.

R. Los estudios dicen que un oficinista estándar ya no le dedica más de tres minutos a una misma tarea. Yo nací en los años 70 y, cuando tenía siete años, había ya bastantes niños con déficit de atención. Empezaba a ser un asunto preocupante. Pero la cifra se ha multiplicado por 100 desde entonces. Cuando empecé a ver estos datos, me di cuenta de que el problema era mucho más grande de lo que yo podía imaginar. El detonante final para meterme en serio a escribir sobre esto fue la relación con mi ahijado, algo que narro en el libro. Cuando vi lo que estaba sufriendo, me di cuenta de que realmente necesitaba llegar hasta el fondo de esta cuestión porque era un problema gravísimo.

P. Has pasado meses viajando por todo el mundo para entrevistar a científicos y conocer sus experimentos de primera mano.

R. Lo primero que hice fue aplicar mi formación en Cambridge para establecer las bases y emprender un viaje por todo el mundo, desde Moscú a Melbourne, para entrevistar a más de 200 expertos en atención, a los mejores del mundo. Me leí todo lo que estaba siendo publicado al respecto y lo primero que me sorprendió es descubrir que la tecnología es solo una parte del problema. Yo pensaba que era el único problema.

P. ¿No es el factor más importante?

R. Es un factor importante, y un multiplicador definitivo, pero no es lo único que nos está pasando. Hay evidencia científica de al menos 12 factores que pueden provocar que mejore o empeore tu atención. Algunos de esos factores son tecnológicos, pero otros no. Por ejemplo, la comida está afectando muy negativamente nuestra atención. La cultura laboral y la distribución de nuestras oficinas, también. Las escuelas, también. La contaminación de aire tiene también un fuerte impacto. Mi primera conclusión es que hay que replantearse lo que sabemos del tema. No se trata de la fuerza de voluntad de las personas y nuestros hijos no sufren una desviación. La raíz del asunto es nuestra forma de vida. Hay algo profundamente equivocado en nuestra manera de estar en el mundo.

P. Creo que todos hemos asumido que el problema de la atención está provocado por los teléfonos móviles.

R. Descubrir lo contrario me sorprendió mucho. Sabemos que las aplicaciones de nuestros teléfonos están diseñadas para atraer nuestra atención y no soltarla. Si ese fuese el único problema, se podría reparar regulando su funcionamiento. Y es urgente que empecemos a hablar del tema y a hacerlo. Pero el asunto va más allá y se ha estado larvando durante mucho tiempo. De hecho, hay bastante pesimismo al respecto. El profesor Sune Lehmann, un investigador de Copenhague, hizo el primer estudio que demostró que nuestra atención colectiva está empeorando drásticamente. Fue capaz de rastrear el problema y descubrió que lleva decayendo al menos desde 1880. Desde entonces, cada década es peor que la anterior. Me pareció chocante que afirmase algo así y fui al MIT para entrevistar al profesor Earl Miller, que es uno de los principales neurocientíficos del mundo. Me dijo: mira, hay una sola cosa que debes entender sobre el cerebro humano para seguir con tu trabajo. El cerebro está preparado para pensar conscientemente en una sola cosa. Esa es una limitación fundamental y no ha cambiado significativamente en 40.000 años. Así que no va a cambiar para ti ni para mí.

P. Pero todos tenemos la sensación de que podemos hacer varias cosas al mismo tiempo. Conducir y hablar por teléfono. Ver una entrevista en televisión y comentarla Twitter…

R. Hemos caído en una especie de engaño masivo. Hemos llegado a un punto en el que el adolescente promedio cree que puede seguir seis o siete cosas al mismo tiempo. Científicos como el profesor Miller han estudiado esto en el laboratorio. La mayoría de las personas están seguras de que puede estar pendientes de muchas cosas, pero en realidad no es así. Lo que sucede que es el cerebro hace malabarismos para pasar muy rápido de una tarea a otra. Por eso tenemos esa sensación a todas horas. ¿Qué me acabas de preguntar? ¿Qué acabo de responder por WhatsApp? ¿Qué dicen en la televisión? ¿Qué acabo de ver en Facebook que me ha dejado inquieto? ¿Cedo el paso al conductor que entra en la rotonda? ¿Qué canción está sonando? ¿Me acaba de llegar una notificación? Pero esos malabarismos tienen un costo muy alto para nuestro cerebro.

P. ¿Cuál sería ese costo?

R: El término técnico es costo de la alternancia. Las personas acabamos haciendo muchas cosas al mismo tiempo, pero de manera cada vez menos competente. Cometemos más errores, recordamos menos, somos mucho menos creativos y acabamos exhaustos y enfadados. Pero es peor que eso. Te lo explico con un ejemplo: en Hewlett-Packard, la compañía de impresoras, contrataron a un científico para estudiar la productividad de sus trabajadores. Los dividieron en dos grupos. Al primer grupo se le ordenó seguir con sus tareas, sin interrupciones. Al segundo grupo se le ordenó hacer su trabajo al mismo tiempo que contestaban llamadas y correos electrónicos sin parar, que es más o menos como vivimos casi todos ahora. El experimento se alargó en el tiempo y, al acabar, el segundo grupo había perdido diez puntos de coeficiente intelectual sobre el primero. Cuando te fumas un porro de marihuana y estás muy colocado, tu coeficiente cae un cinco por ciento. Es decir, las interrupciones constantes tienen un efecto sobre tu inteligencia a corto plazo dos veces superior al de la marihuana.

P. ¿La receta es más porros y menos interrupciones?

R. (Risas) Obviamente, lo ideal es que no haya ni porros ni interrupciones. No quiero que se me entienda mal, no estoy animando a nadie a fumar marihuana. Pero sí, las distracciones constantes son más dañinas para el cerebro que la marihuana. El doctor Miller dice que nos hacen vivir una tormenta perfecta de degradación cognitiva. Y el problema empezó mucho antes de la telefonía móvil, aunque obviamente el teléfono ha acelerado brutalmente los procesos.

P. Hablas de un error común en el libro que creo que cometemos casi todos cuando pensamos que podemos aguantar esta vida de estímulos constantes siempre que descansemos lo suficiente.

R. El descanso es muy importante y el agotamiento realmente daña aún más la atención. Pero tienes razón en lo que dices y esto es algo que me sorprendió tanto como a ti. Como decía, al principio pensé que el problema era mi autocontrol. Alguien había inventado el teléfono, pero yo me había hecho un adicto y era mi responsabilidad. La solución me parecía bastante obvia. Solo tenía que usar mi fuerza de voluntad para separarme del teléfono. Además, yo era un privilegiado porque los derechos de mi anterior libro acabaron siendo nominados a un Oscar en Hollywood y había ganado mucho, mucho dinero. Podía permitírmelo y quizá, quién sabe, escribir sobre la experiencia.

P. Así que decidiste hacer una desintoxicación radical de pantallas.

R. Exacto. Me fui tres meses a un pequeño lugar llamado Provincetown, en Cape Cod. Sin teléfono, sin internet. Tengo que admitir que fue muy difícil al principio. Luego me sorprendió lo rápido que estaba mejorando mi atención. ¿Sabes? Yo era consciente de que en muchos momentos de la historia la gente ha creído estar experimentando algún tipo de declive social cuando, en realidad, lo único que les ocurría era que estaban envejeciendo. Siempre resulta tentador confundir nuestra decadencia personal con la de la especie humana. Pero pronto entendí que no era el caso. De pronto, mi atención era tan buena como cuando tenía 17 años. Leí Guerra y paz sin pestañear, con la pasión de cuando era un adolescente.

P. ¿No tuviste recaídas?

R. Vivimos en un entorno que nos ha acostumbrado a esas pequeñas recompensas. Recuerdo vívidamente estar caminando por la playa y ver a todo el mundo consultando sus teléfonos. Mi impulso fue arrebatárselo de las manos y conectarme a Instagram. No quiero sonar pretencioso, pero me acordé mucho de lo que decía Simone de Beauvoir al volverse atea. Decía que era como si el mundo se hubiera quedado en silencio. Mi mundo se quedó en silencio sin redes sociales. Daba vértigo. Si estás entrenado por esta maquinaria que te alimenta de recompensas, de likes, de seguidores… Cuando desaparecen, primero experimentas un alivio, pero luego empiezas a echar de menos los corazones, las reacciones, las polémicas. Estamos entrenados en el narcisismo y todo eso desaparece de golpe. En las conversaciones de la vida real nadie te tira corazones. Imagínate esta entrevista si nos empezamos a lanzar corazones a cada frase. Seríamos dos chalados. En resumen, la conclusión es que no basta con dejarlo. Te deja un gran vacío al que no estás acostumbrado y hace falta rellenarlo con algo.

P. En el libro hablas de estados de flujo. Habría que explicar primero en qué consisten porque creo que la gente no está muy familiarizada con el término.

R. Cierto. Aunque no conozcan el término, todos habrán experimentado un estado de flujo. Es cuando estás haciendo algo y realmente te metes dentro y tu sentido del tiempo se desvanece, tu sentido del ego se desvanece y de pronto han pasado varias horas y no te has dado cuenta. Los escaladores dicen que cuando escalas y entras en un estado de flujo, es como si tú fueses la roca. Cada cual entra en estados de flujo por motivos distintos. Yo por ejemplo lo logro escribiendo. Otros lo logran haciendo deporte. Otros cocinando. Otros practicando una cirugía. Otros leyendo. Otros con el sexo. Cualquier cosa que sea significativa para las personas puede inducir a un estado de flujo.

P. ¿Qué descubriste sobre los estados de flujo?

R. Fui a entrevistar al primer tipo que acuñó la expresión. Un hombre increíble, el profesor Csikszentmihalyi. Por cierto, le hice su última entrevista porque murió poco después. Me explicó que los estados de flujo son realmente importantes para comprender la atención porque son la forma más profunda de atención que los humanos pueden lograr. No es algo que se consiga cuando nosotros queramos, pero hay cosas que se pueden hacer para lograrlo. Tres fundamentales. La primera es reservar una buena cantidad de tiempo a una sola actividad, sin interrupciones. La segunda es elegir una meta que sea significativa para ti. Si tratas de fluir hacia algo que realmente no te importa, no funcionará. La tercera, y esto me pareció un poco contradictorio, es que tienes que colocarte al límite de tus habilidades, al borde de tu zona de confort. Si eres un escalador de talento medio, no vale con trepar la pared de tu jardín. Eso es demasiado fácil. Pero tampoco te vayas al Everest, que será demasiado difícil. Hay que buscar una roca un poco más alta y más dura de la que escalaste la última vez. Entrar en estados de flujo es la mejor manera de llenar el vacío que queda cuando tratamos de dejar atrás el estilo de vida que destruye nuestra atención.

P. En tu libro relacionas los problemas de atención individual con nuestros problemas sociales, incluso con el deterioro de nuestros sistemas democráticos. Dices: «No creo que sea casual que esta crisis de atención coincida en el tiempo con la peor crisis de la democracia desde la década de los años 30».

R. No es solo que nuestra atención individual se está derrumbando, nuestra atención colectiva también se está derrumbando. Cuando países tan diferentes como Gran Bretaña, Brasil o Birmania se polarizan de la misma manera, es que está ocurriendo algo. No puede ser una coincidencia. Está claro que hay algún mecanismo subyacente en marcha y seguramente sea la suma de muchos factores. Pero, por ejemplo, el impacto de las redes sociales es evidente. Son empresas que ganan dinero captando tu atención y ofreciéndote un chorro infinito que te aturde. El algoritmo va aprendiendo de ti y se hace cada vez más eficaz para mantenerte enganchado. Pasé mucho tiempo en Silicon Valley entrevistando a las personas que diseñaron estas cosas y lo explican con tal crudeza que al principio parece que esconden algo. Su único objetivo, admiten, es hacer un producto lo más efectivo posible para que pases más y más tiempo enganchado. Eso es todo. Lo dicen con una sonrisa. Igual que a los directivos de Kentucky Fried Chicken lo que les importa es que la gente vaya a sus restaurantes a comer cuantos más cubos de pollo frito mejor; a los responsables de estas empresas de Silicon Valley lo único que les importa es adueñarse de tu atención el mayor número de horas posible. Y son increíblemente buenos haciéndolo.

P. ¿Y cómo afecta esto a la calidad de la democracia?

R. Mi amigo Tristan Harris, que está en el corazón de Google, dice que, si te lo propones, puedes lograr el autocontrol. Pero resulta que cada vez que logras domar tus impulsos, hay 10.000 ingenieros al otro lado de tu pantalla trabajando muy duro para boicotear tus esfuerzos. Manejan una maquinaria increíblemente sofisticada para piratear e invadir nuestra atención. No porque sean personas malvadas, sino porque eso les hace ganar dinero. Bien. Pues todo esto tiene un efecto inesperado sobre la democracia. Por un lado, la gente deja de prestar atención a los asuntos profundos e importantes. Y una democracia sana necesita que los ciudadanos presenten un mínimo de atención, que se enfoquen de vez en cuando en entender algunas cosas. Y eso no está sucediendo.

P. ¿Están menos informadas de las cosas importantes las personas ahora que hace unas décadas? ¿Ese es todo el problema?

R. No. Hay otro mecanismo relacionado con la atención que tiene un efecto devastador en nuestras democracias. Los algoritmos están configurados para engancharnos a la pantalla. Desde su inicio descubrieron una verdad sobre la psicología humana que se conoce bien desde hace muchos años. Se llama sesgo de negatividad y es muy sencillo. A los seres humanos nos atraen más las cosas que nos hacen enojar, las cosas que nos inquietan. Si ves un accidente en la carretera, si ves una pelea… te quedas mirando. Podemos estar teniendo una entrevista muy interesante, pero, si ahora estalla una pelea a sillazos en la calle, nuestra atención se va a escapar hacia la ventana irremediablemente. Eso siempre ha sido parte de la naturaleza humana, pero cuando ese sesgo de negatividad se combina con algoritmos, el resultado es terrible. Nos pasamos horas y horas de nuestros días viendo cosas que nos enfadan, que nos asustan…

«Estamos metidos en una realidad que premia a las personas más crueles, más malintencionadas, que les da un megáfono a los pirómanos»

P. ¿Y eso afecta a la manera en la que votamos?

R. Imagínate que dos chicas van a la misma fiesta. En el autobús de vuelta, una lo resume en TikTok contando lo bien que lo han pasado, mientras que la otra se dedica a insultar a otras chicas, a llamarlas putas y a decir que el novio de Karen es un imbécil. ¿A quién va a premiar el algoritmo? Para empezar, la máquina sabe qué lenguaje tiene más éxito. Y luego las reacciones van a hacer su trabajo. El post de la primera chica apenas va a tener interacciones, pero el otro va a tener muchas. Ahora imagínate eso mismo llevado a la política, a la sociedad entera. Es exactamente lo que está pasando, que estamos metidos en una realidad que premia a las personas más crueles, más malintencionadas, que les da un megáfono a los pirómanos. Una realidad que, por el contrario, esconde a las personas decentes, amables y constructivas que quieren comprometerse, que quieren razonar y mirar la evidencia. Y así es como están llegando al poder en todo el mundo políticos destructivos, conspiranoicos y violentos. Y no solo políticos, claro.

P. Es evidente que estas empresas son conscientes de lo que están provocando desde hace ya bastantes años.

R. Facebook preparó a un grupo de científicos para averiguar cuál era su papel en esta polarización tóxica. Los resultados se acabaron filtrando y lo que descubrieron fue bastante impactante. El algoritmo actual promueve inherentemente el odio. De hecho, un tercio de todas las personas que se habían unido a grupos neonazis en Alemania lo hicieron porque el algoritmo lo recomendaba específicamente. Los propios científicos de Facebook dijeron que la única solución es abandonar el modelo de negocio actual. Obviamente, Mark Zuckerberg no quiso saber nada del tema. Creo que a estas alturas ya es evidente que esta dinámica es catastrófica para la democracia.

P. ¿Realmente crees que hace tres décadas las personas estaban mejor preparadas para tomar decisiones? ¿Estaban mejor informadas?

R. Mira, tú y yo tenemos una edad similar, así que estoy seguro de que recuerdas la crisis de la capa de ozono. Aquello estalló en los ochenta. Estábamos usando masivamente un químico que provocaba un agujero en la capa de ozono, la que nos protege de los rayos del sol. Eso podía provocar que se derritiese el Ártico, ¿recuerdas? Científicos de todo el mundo se dieron cuenta y se lo explicaron a la gente. Los gobiernos y las personas prestaron atención, actuaron, y la crisis se ha resuelto. No se distrajo la atención con teorías de la conspiración y chorradas. Desde España a la URSS, las autoridades y la sociedad se organizaron para dejar de usar estos químicos. Ahora la capa de ozono se ha curado casi por completo. ¿Qué crees que sucedería si esto estallase ahora? Empezarían a salir tipos cuestionando a los científicos, otros acusando a George Soros de manipular a las masas, empezarían a gritarse unos a otros, y no resolveríamos nunca el problema. La capa de ozono se disolvería mientras nos gritamos. La crisis de atención deteriora nuestras vidas y las de nuestros hijos, pero también destruye nuestras sociedades y nuestros sistemas políticos.

P. Están llegando a la edad adulta las primeras generaciones que no han conocido cómo era el mundo antes de que todo el mundo tuviese un teléfono móvil con internet.

R. De media, los niños de hoy usan TikTok durante 100 minutos al día. Y el video promedio es de ocho segundos. Uno de los primeros efectos es que aumenta el estrés de manera continuada. Para documentarme sobre esto hablé con la doctora Nadine Burke-Harris. Me pidió que imaginase cómo me sentiría si un día voy por mi barrio y me ataca un oso. Sería algo bastante traumático, que me haría estar alerta durante un tiempo. Me costaría leer un libro o escribir un artículo porque mi cerebro estaría bajo los efectos de un evento que casi me cuesta la vida. Eso no significa que mi cerebro esté fallando, al revés, está haciendo su trabajo. He corrido un riesgo y me obliga a ser vigilante. La doctora Burke me dijo: ahora imagina que a las dos semanas te vuelve a atacar otro oso y vuelves a sobrevivir. En ese caso, vas a tardar bastante en volver a alcanzar el estado mental necesario para leer con calma un libro. No vas a poder concentrarte, vivirás agitado, asustado. Pues bien, mucha gente vive en un estado de hipervigilancia constante, como si le atacase un oso por semana. Por riesgos reales y por riesgos percibidos sobre inseguridad financiera, sobre virus, sobre amenazas reales o inventadas, problemas que aparecen constantemente en nuestro día a día.

«¿Qué imbécil se pondría a leer una novela en Ucrania mientras bombardean su barrio?»

P. ¿Y cuáles son los efectos de eso?

R. Hay muchos estudios sobre la dificultad de concentrarse en algo cuando se sufre inseguridad financiera, cuando temes no poder pagar el alquiler. No podemos concentrarnos si no nos sentimos seguros. ¿Qué imbécil se pondría a leer una novela en Ucrania mientras bombardean su barrio? Cualquier cosa que aumente el estrés disminuye la atención. Y vivir en un ambiente de odio y miedo socava gravemente la atención. Ahora, si pensamos en las cosas que hemos logrado en nuestras vidas y que nos hacen sentir orgullosos, la mayoría de ellas han requerido una gran cantidad de atención: ser un buen padre, aprender a tocar la guitarra, escribir un libro… Lo que sea. Si tu capacidad para prestar atención se deteriora, tu capacidad para lograr objetivos se deteriora. Es así de sencillo. La buena noticia es que se puede recuperar muy deprisa la atención. Podemos recuperar nuestro superpoder como especie. La atención es el núcleo de todos los logros humanos. Recuperarla produce una sensación increíble.

P. Yo creo que se trata de un problema del que la mayoría ya somos conscientes, pero no es tan fácil zafarse.

R. La gente está realmente ávida de soluciones. Empecé a escribir el libro siendo muy pesimista, pero lo acabé con mucha más esperanza. Hay experimentos muy exitosos en lugares tan distantes como Nueva Zelanda o Francia. Se pueden combatir los doce principales factores que están dañando nuestra atención. Para empezar, hay muchas cosas que podemos hacer como individuos en nuestra vida privada. Comprar un estuche para el móvil, por ejemplo. Es como una caja fuerte de plástico donde colocas tu teléfono y lo bloqueas dentro durante el tiempo que tú elijas. Una vez cerrado, no puedes abrirlo a no ser que lo rompas. Desde que lo tengo, no me siento a ver una película con mi pareja hasta que no hemos metido en prisión los móviles. Cuando salimos a cenar con amigos, todos los móviles van a la cárcel. Yo he logrado limitar su uso a tres horas al día gracias a estas bolsas. Solo con esto, la atención ya se recupera de manera impactante. También se puede instalar una aplicación llamada Freedom, que corta la conexión automáticamente a aplicaciones específicas a las que estés enganchado. ¿Son suficientes 10 minutos de TikTok al día? ¿10 minutos de Pornhub? ¿10 minutos de Amazon? Analizo un montón de soluciones como estas en el libro y estoy apasionadamente a favor de estos cambios individuales.

P. ¿Pero son suficientes?

R. Aquí quiero ser muy honesto con la gente porque creo que este debate no se suele abordar con honestidad. Los cambios individuales son muy importantes y los recomiendo encarecidamente, pero no son suficientes. Estamos siendo sistemáticamente invadidos y atacados por fuerzas extremadamente poderosas: la industria tecnológica, la alimentaria, el ambiente laboral, la contaminación de aire, etcétera. La analogía en la que siempre pienso es en la de una persona que está todo el día rociándonos con un polvo que produce unos picores terribles. Y luego, cuando ya te has arrancado la piel de rascarte, se acerca y te dice que eres un desastre, que tienes malos hábitos y que podrías aprender a meditar. ¡Pues vete a la mierda! ¡Deja de lanzarme esa basura por encima en lugar de darme consejos y decirme que medite! Tenemos que pasar a la ofensiva contra quienes nos están haciendo esto.

«¿El trabajador productivo es aquel que trabaja hasta el agotamiento?»

P. ¿Pero cómo se hace eso?

R. En el año 2018, en Francia se empezó a hablar mucho del agotamiento, de trabajadores agotados y quemados. El Gobierno, bajo presión de los sindicatos, empezó a tomar medidas. Dedicaron recursos a investigar qué estaba pasando y llegaron a la conclusión de que un factor clave era que casi la mitad de los trabajadores se sentían obligados a contestar al teléfono a cualquier hora del día. No podían dejar de revisar su teléfono y su correo electrónico, día y noche. Si no respondían a sus jefes, se metían en problemas. ¿Te acuerdas cómo era en nuestra infancia en este sentido?

P. ¿En cuanto a responder al teléfono en casa?

R. Sí, ¿alguna vez tus padres recibían llamadas del jefe cuando estaban en casa? Yo creo que no lo vi ni una sola vez en toda mi infancia. Solo el primer ministro y algunos cirujanos tenían que estar siempre disponibles. Y se les pagaba muy bien por ello. Ahora todo el mundo está disponible a todas horas. Tenemos a casi la mitad de la economía de guardia. Eso es insostenible. Es imposible tener aficiones, descansar, cuidar a los niños, etcétera, en esta situación. Los franceses han limitado eso por ley, regulando el derecho al descanso. Las horas de trabajo están descritas en el contrato. Estuve en París viendo si la normativa estaba siendo efectiva y desde luego no es una fórmula mágica, pero está funcionando. Se han impuesto ya multas de miles de euros a empresas que no cumplen la ley. Es un ejemplo de como un cambio colectivo puede impulsar a las personas a hacer cambios individuales en sus vidas. Cuando se pueden hacer las cosas de manera colectiva y te respalda la ley, es mucho más sencillo.

P. El problema de estas cosas es siempre su impacto en la productividad y la competencia. Si un individuo se niega a revisar su teléfono cuando llega a casa, sabe que es menos competitivo que el que sí lo hace. Cuando una empresa no atiende a sus clientes fuera del horario laboral, sabe que no puede competir con la que sí lo hace. Y, cuando un país o una región, tiene poblaciones que están desenchufadas de la máquina 12 horas al día, corre el riesgo de quedar atrás frente a quienes no hacen eso.

R. Estoy totalmente de acuerdo contigo y me hubiese gustado contemplar esto cuando escribí el libro. Pero estudiando la atención he podido pensar mucho sobre el propio concepto de productividad y cómo ha degenerado. ¿El trabajador productivo es aquel que trabaja hasta el agotamiento? ¿Es la primera persona que entra en la oficina por la mañana y la última en irse por la noche? ¿Es el que no duerme, está siempre disponible y te responde en menos de diez segundos siempre? La evidencia es que, de media, dormimos un 20% menos que hace un siglo. Hablé con el doctor Charles Czeisler , el principal experto en sueño del mundo, en la Escuela de Medicina de Harvard. Me dijo que, aunque todo lo demás se hubiese mantenido igual, el déficit de sueño por sí mismo ya estaría causando una gran crisis en la atención. Cuando no duermes, tu cerebro no puede concentrarse igual de bien. La gente que está siempre exhausta en el trabajo tiene un problema serio.

P. Otra sorpresa de tu libro es que defiendes mucho la divagación mental. No la meditación, sino la divagación, que es diferente.

R. A mí también me sorprendió cuando lo descubrí. Divagar es una acción que, en principio, no tiene connotaciones positivas. Dejar la mente volar sin control, sin poner un pódcast, sin música, sin hablar por teléfono. ¿Qué sentido tiene hacer eso? Cuando estuve en Provincetown no tenía teléfono y cuando salía a pasear no podía escuchar nada. Empecé a darme cuenta de que esos ratos eran mucho más creativos que el resto de mi día. Al cabo de un tiempo, me hacía sentir bien, pero no entendía por qué. Luego hablé con varios científicos que me lo explicaron. El valor de la divagación mental se ha vuelto a reivindicar en los últimos años y se han hecho muchos experimentos con resonancias magnéticas. La mente hace cosas realmente importantes cuando divaga. Procesa el pasado, le da vueltas al sentido del presente, anticipa el futuro, crea significados, planea, etcétera. Sobre todo te permite conectar unas cosas con otras, algo crucial en el trabajo creativo. La divagación mental ha sido eliminada casi del todo de nuestras vidas. Y, sin embargo, es muy importante. Yo ahora paseo durante una hora sin teléfono todos los días. Solo llevo un cuaderno, por si se me ocurre algo que merezca la pena anotar. Suele ser la hora más creativa y productiva de mi día.

P. Retomemos el tema de la gente más joven. En la industria del fútbol están preocupados porque hay quien dice que 90 minutos de partido es algo demasiado largo y aburrido para las nuevas generaciones. ¿Acabará adaptándose todo a estos nuevos ritmos? ¿Hasta los partidos de fútbol?

R. Es un problema muy complejo. Déjame empezar respondiéndote con un factor que no sea tecnológico para poder explicarlo mejor. La forma en que comen nuestros jóvenes está afectando enormemente su capacidad de concentración y su atención. Piensa en un desayuno con cereales azucarados o con bollos de mantequilla. Eso libera una gran cantidad de energía y llena de glucosa tu cerebro. Pero, una hora más tarde, cuando empieza la clase, ya no te queda energía y se produce una gran caída de glucosa. Cuando eso sucede, sufres niebla mental hasta la próxima merienda azucarada. Hablé de ello con Dale Pinnock, uno de los grandes nutricionistas de Gran Bretaña. Él dice que estamos alimentando a nuestros hijos metiéndolos en una montaña rusa de energía, con picos y caídas constantes. Si desayunases gachas de avena con arándanos, que liberan energía de manera muy constante, no tendrías esos bajones.

P. Es un problema mucho más estructural de lo que pensamos. ¿Eso quieres decir?

R. Eso es. Otro ejemplo, aún más impactante, es que muchos de los alimentos que les damos a nuestros hijos contienen sustancias químicas que actúan en sus cerebros como drogas. En el libro cito un estudio que se hizo en Southampton, en 2007. Escogieron a cerca de 200 niños y los dividieron en dos grupos. Al primer grupo solo le dieron agua. Al segundo, la mezclaron con un jarabe lleno de los aditivos que se utilizan en las comidas preparadas que se compran en los supermercados. Los que bebieron el agua mezclada eran significativamente más propensos a no poder concentrarse, a gritar y correr a lo loco. Los padres tenemos una responsabilidad en esto, pero creo que es una responsabilidad como poco compartida con la industria alimentaria. Es muy difícil convencer a un niño de que coma gachas con arándanos para desayunar si en el supermercado hay doscientos tipos de cereales azucarados y todos sus amigos desayunan cosas cargadas de azúcar.

P. Otro de los factores que son muy difíciles de combatir a nivel individual es el de la contaminación.

R. Los estudios que cito en el libro al respecto se hicieron en dos ciudades que fueron elegidas por sus altos niveles de contaminación. Una era Ciudad de México y la otra era precisamente Madrid. La profesora Barbara Demeneix estudió lo que ocurre cuando respiras sustancias como el hierro de manera cotidiana. Nada en la evolución humana ha preparado nuestros cerebros para esto. Causa inflamación cerebral, que a su vez causa problemas graves de atención. Otra conclusión, también extraída en pruebas realizadas en Madrid, es que los niños que vivían en áreas altamente contaminadas tenían en sus cerebros placas y ovillos parecidas a las de los pacientes con demencia senil. Si resolvemos estos problemas dentro de 100 años, miraremos hacia atrás y entenderemos por qué la gente luchaba por concentrarse. Personalmente, después de mi investigación, no creo que la tecnología sea el factor más importante, aunque obviamente es enorme. Es probable que la contaminación del aire sea aún más importante que la tecnología. Hay un debate intenso al respecto, pero esa es mi opinión.

«Hay que dejar que los niños jueguen libremente con otros niños sin que un adulto esté vigilando todo lo que hacen»

P. A los niños, dices, también les estamos destrozando la atención al sobreprotegerlos.

R. Mira, el juego es otro factor muy importante para los niños. En el libro entrevisto a una mujer increíble llamada Lenore Skenazy. Ella creció en Chicago en los años 60, y desde que tenía seis años, salía sola de casa todas las mañanas y caminaba a la escuela durante 20 minutos. Se topaba con otros niños e iban todos juntos. Cuando Lenore tuvo un hijo en la década de 1990, ya nadie dejaba que sus hijos fuesen solos a la escuela. Los padres ya les acompañaban y les miraban mientras cruzaban la puerta. Al ver esto, Lenore empezó a recordar lo que ocurría cuando volvía del colegio a casa. Deambulaban por el barrio durante horas, inventaban juegos y hacían lo que les apetecía hasta que tenían que ir a comer o tenían hambre. Sus hijos habían perdido eso, que era la normalidad de la infancia durante siglos.

P. ¿Y eso tiene efectos negativos sobre la atención?

R. Hay mucha evidencia de que esa infancia que perdimos contenía muchas cosas que eran realmente importantes para la atención. Empezando por el ejercicio. Los niños que pueden correr libremente desarrollan más neuronas en el cerebro y prestan más atención Es más, hay que dejar que los niños jueguen libremente con otros niños sin que un adulto esté vigilando todo lo que hacen. Solo así van a aprender cosas importantes como asumir riesgos, persuadir a otros niños o elaborar un relato interesante. Cosas que después les sirven para enfocar su propia atención y lidiar con la ansiedad. Aunque teníamos muy buenas intenciones, les estamos arrebatando todo eso. Les estamos convirtiendo en seres ansiosos y temerosos, incapaces de concentrarse.

P. ¿Cuál es la solución?

R. Lenore descubrió que, en 2003, solo el diez por ciento de los niños estadounidenses jugaban alguna vez al aire libre sin que estuviese presente un adulto. Algo asombroso. Creó un proyecto brillante para organizar a pequeñas comunidades. La única manera de hacerlo hoy en día es convencer a varias familias. Si eres el único que deja ir solo a tu hijo al colegio, corres el riesgo de ser percibido como un loco. Pero si convences a más gente y lo organizas, se convierte en una iniciativa preciosa. Pasé mucho tiempo viendo cómo funcionan estos programas, en lugares como Long Island, y es realmente genial. En uno de esos programas conocí a un chaval de 14 años que, hasta entonces, nunca había podido jugar fuera sin un adulto presente. Fue conmovedor. Me contó que lo primero que hicieron fue jugar a la pelota en el parque y que solo después empezaron a adentrarse en el bosque a pesar de que no tenían cobertura allí dentro. ¿Y qué hacéis en el bosque?, les pregunté. Y me respondió que hacían cabañas y fuertes. Explorar, adentrarse, descubrir, son cosas que solo había hecho en los videojuegos, y estaba entusiasmado. Estaba haciendo algo tan sencillo y tan inalcanzable hoy en día como construir un fuerte en el bosque con sus amigos.

P. ¿En definitiva?

R. Al final, estamos permitiendo que nuestros hijos estén expuestos a la basura que les inyectan las empresas tecnológicas, a la basura de la industria alimentaria, a la contaminación que inflama sus cerebros, a nuestra sobreprotección que no les deja ejercitarse y jugar libremente… y luego nos asombramos cuando tienen ansiedad, no se concentran, o no desarrollan ciertas habilidades. El doctor James Williams, el filósofo de la atención más citado del mundo, dice que pasaron millones de años antes de que a un ser humano se le ocurriese poner un mango a una piedra para fabricar un hacha. Ahora los cambios son tan bruscos y tan rápidos que la mayoría de las cosas de las que hemos hablado en esta entrevista no existían en nuestra infancia. Por eso el desafío es tan enorme. Lo estamos sufriendo en tiempo real. Creo que podemos resolverlo, pero tenemos que asumir que hay que forzar algunos cambios. No somos campesinos medievales mendigando alrededor del castillo del rey Zuckerberg para que nos devuelva algunas migajas de nuestra atención. Somos ciudadanos libres de democracias y dueños de nuestras mentes. Podemos recuperar la atención si nos lo proponemos.

Vía Semana

La candidata presidencial María Corina Machado le dijo a SEMANA que la conferencia internacional de Venezuela en Bogotá no sirvió. Dijo que Petro es aliado de Maduro y cree que grupos de Rusia e Irán pasaron de Venezuela a Colombia.

SEMANA: ¿Qué pasó después de la conferencia internacional de Venezuela en Bogotá que organizó el gobierno de Gustavo Petro?

MARÍA CORINA MACHADO: Quedó igualito como estaba antes, igualito antes que después. Y no es algo que pueda sorprender a nadie. ¿Dónde están los incentivos hoy para que Nicolás Maduro y la tiranía cedan en aspectos que son relevantes para la transición en la democracia y acabar con la crisis humanitaria que vive el país? Lamentablemente ya son 15 iniciativas con distintas denominaciones (diálogos, negociaciones, cumbres, conferencias), y todas han terminado igual. Maduro lo que busca es ganar tiempo, lavarse la cara y conseguir plata. Y, al final, algo de esas cosas siempre consigue.

SEMANA: ¿Es decir, no sirvió de nada la conferencia en Bogotá?

M.M.: Yo pregunto: ¿está Venezuela mejor hoy? ¿Hay alguna posibilidad mayor de avanzar en la corrección de las prácticas corruptas, violatorias de derechos humanos, de represión y silencio a la libertad de expresión del país? Absolutamente, no. No hay ninguna señal de que el régimen, producto de esa u otras iniciativas, esté pensando en cambiar sus políticas.

SEMANA: ¿Qué pasó con la intermediación de Gustavo Petro?

M.M.: Es una buena pregunta porque al final, ¿qué es lo que quiere cada una de las partes? Esa es la gran pregunta, ¿qué es lo que busca Gustavo Petro de su relación con Nicolás Maduro? Y, ¿Maduro con Petro? Quizás lo del venezolano es más evidente, que Petro sea un agente para que le quiten todas las presiones internacionales, sanciones económicas, persecuciones, investigaciones judiciales, las restricciones al uso de los recursos del Estado venezolano, entre otros.

SEMANA: ¿Y qué quiere Petro a cambio?

M.M.: Es la gran pregunta. Uno de los intereses, podría ser, que Maduro intercediera frente al ELN para que se sumara a la Paz Total. Pero, ¿puede Petro cumplirle a Maduro y lograr quitarle las sanciones? Y más aún, ¿quiere Maduro que el ELN suspenda sus actividades criminales y se sume a una política de paz? La respuesta en ambos casos es no.

SEMANA: ¿Es decir, no ve futuro y resultados a esa relación?

M.M.: En este momento, no. Creo que la comunidad internacional debe atender lo que está pasando en Venezuela y observar bien, no en la superficie, no lo que el régimen y su aparato de propaganda pretenden transmitir, es una imagen muy distinta a la realidad venezolana.

SEMANA: ¿Y cómo está Venezuela? En Colombia hablan de una mejoría.

M.M.: Cada día que pasa este país va palo abajo, en términos de calidad de vida, servicios, expectativa de la sociedad. Venezuela se ha convertido en un hervidero. Cada día la tensión social es mayor. Eso está creando una energía, un caldo de cultivo tremendo en el país y se refleja también en las bases de las Fuerzas Armadas. Mientras esto ocurre, el régimen pretende vender una imagen de que el país va en proceso de normalización y no es así. Estamos frente a una oportunidad -puede ser la última para muchos venezolanos- en el 2024, de lograr que los que se han ido regresen. Esta fuerza social que se está produciendo se está canalizando a través de la aspiración de un nuevo liderazgo político. Las elecciones primarias son un hito fundamental para construir esa fuerza, para construir un liderazgo robusto, confiable y que sirva de interlocutor frente a los actores internacionales de cara a una negociación seria con la tiranía. Por eso, no creo que antes de las primarias sea posible que el régimen ceda en absolutamente nada.

SEMANA: Confiese: ¿usted confía en Gustavo Petro como intermediador?

M.M.: Gustavo Petro ha demostrado ser un aliado de Nicolás Maduro. Eso ha sido hasta ahora. Tendríamos que ver si a partir de este momento, hay evidencias de lo contrario. Por el bien de Colombia es necesario que Maduro entienda que tanto Venezuela como el hemisferio occidental no van a aceptar que él niegue la opción o el compromiso electoral del 2024. El mundo no lo va a aceptar. Venezuela, tampoco. Lo que está ocurriendo en mi país es grande, quizás no es evidente, lo digo yo que estoy recorriendo el país de punta a punta. Llevo 10 años con prohibición de salir del país y desde hace seis no me permiten montarme en un vuelo doméstico. El régimen les ha dicho a las aerolíneas comerciales privadas que si me montan en un avión les quitan la licencia. Yo recorro mi país manejando mi carro. Yo sé lo que está pasando. Hablo con los policías, los militares, trabajadores, transportistas, las amas de cama. Esto se está levantando de una manera inédita. En las concentraciones políticas que estamos realizando que esperaban 200 personas nos llegan 2.000, 3.000 ciudadanos, gente que va a pie, que camina dos y tres horas para llegar, incluso del chavismo. Lo que se está dando es una lucha espiritual entre el bien y el mal.

SEMANA: ¿Cómo le ha parecido la forma como el gobierno de Colombia se acercó al régimen de Venezuela?

M.M.: Ha sido absolutamente turbio. Nadie conoce qué es lo que allí se está discutiendo, en un momento tan crucial y tan delicado porque sabemos lo que está ocurriendo en términos de la frontera, narcotráfico, lavado de dólares. Voy a visitar toda la frontera la semana que viene. En un municipio de Táchira, pueblos y caseríos, la guerrilla (disidencias de las Farc y ELN) decide absolutamente todo, si los niños van a la escuela, si se abre o no el comercio, si se transporta o no mercancía. Venezuela se ha convertido en el territorio de libre operación de la guerrilla colombiana, además de la presencia evidente de carteles de la droga mexicanos. Los grupos criminales ponen la ley y las Fuerzas Armadas Venezolanas han estado relegadas por instrucciones de Maduro (…). En Venezuela están operando a sus anchas Irán, Rusia y los grupos terroristas vinculados a Irán, pero la base de esta estructura, de este sistema, es un entramado criminal muy oscuro que tiene, indiscutiblemente, operaciones en Colombia y otros países de la región. Y todo con el propósito de debilitar las democracias liberales de Occidente, en particular, Estados Unidos.

SEMANA: Preocupa que estos grupos de Irán, Rusia pasen a Colombia.

M.M.: Yo creo que ya están pasando. No hay manera de colocar fronteras físicas en este siglo. No hay manera de colocar una contención y en la medida en que las Fuerzas Armadas colombianas se debiliten, Colombia se hace mucho más frágil, vulnerable. Esa es mi gran preocupación. De alguna manera, Colombia ha sido una barrera por sus Fuerzas Armadas y la Policía, al menos hasta ahora.

SEMANA: ¿Cómo ve el papel de Armando Benedetti como embajador en Venezuela?

M.M.: Muy triste. Creo que las relaciones entre Colombia y Venezuela son complejas y delicadas y ameritan ser manejadas con mucho respeto y profesionalismo.

SEMANA: ¿Por qué muy triste?

M.M.: Si Petro quiere enviar una señal al mundo de que quiere hacer su contribución a la transición democrática de Venezuela lo primero que tendría que hacer es escoger representantes que transmitan ese propósito.

SEMANA: ¿Y Benedetti no lo transmite?

M.M.: Todo lo contrario.

SEMANA: ¿Por qué en la mesa de negociación de la oposición no está usted, Enrique Capriles, Leopoldo López, los personajes venezolanos que el mundo conoce?

M.M.: Las otras personas tienen su representante en esa mesa. Yo no porque para mí eso no es una mesa de negociación, eso, al final, se ha terminado convirtiendo en una mesa de extorsión, donde el régimen va a amenazar con múltiples informaciones a quienes están allí. El régimen ha ido depurando los representantes que allí existen y escogiendo sus interlocutores.

SEMANA: Confirmado, ¿usted apirará a la presidencia?

M.M.: Por supuesto. Tendrían que venir conmigo para ver cómo es la acogida de la gente, es muy emocionante. No puedo tomar aviones, me voy a Táchira la semana que viene conduciendo mi carro. Se suma tanta y tanta gente. Esto no es una campaña electoral, es un movimiento social que se está levantando con enorme esperanza. El 22 de octubre son las elecciones primarias, ese día los venezolanos aquí y afuera podrán votar. Ese día la sociedad venezolana se va a unir para decir qué queremos. Estoy convencida que será un momento luminoso. El régimen le tiene terror. ¿Qué ofrecen las primarias? Organización ciudadana, coordinación de todas las fuerzas de oposición y una gran legitimidad porque es el pueblo el que elige el liderazgo para enfrentar y derrotar a Maduro en el 2024.

SEMANA: Si Petro lee esta entrevista, ¿qué le dice?

M.M.: Que después del 22 de octubre le espera una cita conmigo porque un buen grupo de venezolanos van a votar las primarias. A partir de ese día su deber será que Maduro acepte que todos los venezolanos que están en Colombia voten en el 2024. Si eso es lo que él dice que está dispuesto a interceder con Maduro para una elección con garantías en el próximo año, nos vemos el 23 de octubre.

El presidente de la Cámara de Construcción, Enrique Madureri, afirmó que el sector está «totalmente paralizado»; en vista de la poca edificación de obras en el país.

«En estos momentos el sector de la construcción está totalmente paralizado; nada más se están ejecutando y desarrollando obras de menor escala. Remodelaciones de locales, oficinas; la gente está aprovechando de arreglar los apartamentos y casas, pero la construcción es mucho más que eso».

«El Estado está atendiendo obras de ornato en las autopistas, vialidades principales; pero no es lo que es la generación de empleo, a través de la construcción»; aseveró.

En entrevista concedida a Vanessa Davies para el programa Por donde vamos de Unión Radio, Madureri abogó por la reactivación de plantas eléctricas para garantizar este servicio en las construcciones.«El sistema eléctrico está centralizado en el Estado. Sí tenemos propuestas de alianzas con el sector privado y que algunas plantas de generación eléctrica, puedan iniciar sus operaciones. Estamos al 35% de la capacidad instalada», expresó.

Por Wes O’Donnell en Medium

Después de casi cinco meses de lucha, Rusia solo ha logrado capturar unos 4,2 kilómetros de Bajmut (en línea recta), y Rusia ha pagado cada metro a un gran costo en vidas rusas, municiones y tiempo.

Ahora, miembros de la Tercera Brigada de Asalto Separada de Ucrania afirman haber retomado una parte de Bakhmut, compartiendo imágenes gráficas de soldados rusos que huyen.

Además, Ucrania afirma haber recuperado un territorio de 3 km de ancho y 2,6 km de profundidad. Si es cierto, esto probablemente destrozará lo que queda de la moral rusa.

El metraje está intercalado con clips de un video anterior del fundador de Wagner, Yevegny Prigozhin, quien dijo que una unidad de las fuerzas armadas de Rusia había abandonado su puesto en Bakhmut.

En su diatriba, Prigozhin dijo: “Nuestro ejército está huyendo. Están huyendo porque la Brigada 72 [Fusil Motorizado] ha tirado tres kilómetros cuadrados a la mierda, y ahí perdimos alrededor de 500 hombres”.

En un comunicado, la Tercera Brigada de Asalto Separada de Ucrania dijo: “Es oficial. El informe de Prigozhin sobre el vuelo de la 72.ª Brigada Independiente de Fusileros Motorizados de Rusia cerca de Bajmut y los ‘500 cadáveres’ de rusos que quedaron atrás es cierto”.

El fundador del batallón nacionalista Azov de Ucrania, Andriy Biletsky, agregó algo de color a los informes al afirmar:

«De hecho, los escuadrones 6 y 7 de esta brigada rusa fueron destruidos casi por completo, la inteligencia de la brigada fue destruida, una gran cantidad de vehículos de combate fueron destruidos y se tomó una cantidad considerable de prisioneros».

Él continuó:

“Los ataques se implementaron dentro de un territorio de 3 km de ancho y 2,6 km de profundidad, y todo este territorio está completamente liberado de las fuerzas de ocupación rusas”.

El analista de conflictos Igor Sushko escribió en Twitter: “Bakhmut tiene un área total de 41,6 km². El soldado ucraniano en el frente informó que 7,8 km² de la ciudad fueron liberados durante esta noche. Eso le daría a Ucrania el control de 1/4 de la ciudad”.

En mi opinión, las afirmaciones de Ucrania deben tomarse en serio, ya que Prigozhin de Wagner se hace eco de ellas y los detalles de cada informe independiente, Andriy Biletsky y Prigozhin, se alinean.

El video también muestra lo que creo que es el primer vistazo al vehículo de combate de infantería estadounidense Bradley en acción en Ucrania.

Puede ver en la imagen de abajo la parte trasera única del Bradley de mi captura de pantalla del video de Ucrania a la izquierda y una foto del Departamento de Defensa a la derecha.

Prigozhin ha amenazado repetidamente con sacar a las fuerzas de Wagner de Bakhmut a menos que las fuerzas armadas regulares de Rusia envíen más municiones a sus tropas.

El tipo es un imbécil de clase mundial, pero al menos tienes que estar un poco impresionado con su desafío a los deseos de Putin. Por otra parte, construirse un ejército privado tiende a tener el efecto de sentirse invencible.

El martes, Prigozhin comentó sobre la pompa de las celebraciones del 9 de mayo en Moscú en comparación con la realidad sobre el terreno: “El Día de la Victoria marca la victoria de nuestros abuelos; no merecíamos ni una pizca de esta victoria”.

Mi consejo para Prigozhin es que evite cualquier invitación a recorrer edificios altos que tengan ventanas abiertas.

Prigozhin luego se retractó de sus comentarios sobre la retirada de sus tropas cuando el Ministerio de Defensa de Rusia lo amenazó con traición.

La unidad que huía de Rusia fue identificada como la 72.ª Brigada Mecanizada, una unidad que ha estado en intensos combates desde el comienzo de la guerra.

La brigada sufrió numerosas bajas durante los meses de lucha en Bakhmut y ha perdido un número significativo de sus soldados profesionales. Como resultado, muchos de sus puestos fueron reemplazados por reclutas.

Esto contribuiría en gran medida a explicar su entusiasmo por retirarse. Solo la compañía de reconocimiento de la brigada se redujo de 128 hombres a 82 debido a las bajas en las trincheras de Bakhmut.

Esto es solo una muestra de la inminente contraofensiva de Ucrania. Historias como esta pronto explotarán en Medium.

Muchos de mis antiguos colegas que aún trabajan en el Departamento de Defensa advierten que debemos manejar nuestras expectativas de lo que Ucrania puede lograr cuando comience a enfrentarse a los defensores rusos atrincherados.

Señalan la historia que nos enseña que es más fácil defender que atacar.

Sin embargo, soy mucho más optimista sobre la contraofensiva de Ucrania.

Creo que el ejército ruso está muy mal equipado con armas y equipos deficientes.

Creo que siempre tienen poca munición: la evidencia sugiere que la munición se desvió de la ofensiva de Vuhledar y se envió a Bakhmut.

Creo que están muy mal dirigidos, ya que un buen número de oficiales rusos han sido asesinados hasta la fecha: 14 generales rusos han sido asesinados hasta el momento de escribir este artículo, sin mencionar cientos de oficiales subalternos.

Creo que su moral es pésima debido a la gran afluencia de reclutas que no tienen ningún deseo de estar en Ucrania. Esos reclutas también fueron apresurados a través del entrenamiento.

Los rusos no tienen superioridad aérea, no tienen una buena estructura de mando y control, y juegan rápido y suelto con comunicaciones no seguras.

Contraste todo eso con Ucrania:

Ucrania también tiene un buen número de fuerzas movilizadas, pero están bien dirigidas, entrenadas y equipadas con tecnología y armas de la OTAN.

En todo caso, esta lista de apoyo puramente estadounidense debería darle esperanza. Esto no incluye nada recibido por ninguna otra nación.

Este material por sí solo es suficiente para construir una fuerza expedicionaria ofensiva capaz:

· 31 tanques Abrams;

· 45 tanques T-72B;

· Munición de tanque de 120 mm y 105 mm;

· 109 vehículos de combate de infantería Bradley;

· Más de 2.000 Vehículos de Ruedas Multipropósito de Alta Movilidad (HMMWV);

· Más de 100 vehículos tácticos ligeros;

· 89 camiones cisterna de combustible pesado y 105 remolques de combustible;

· 90 vehículos blindados de transporte de personal Stryker;

· 300 vehículos blindados de transporte de personal M113;

· 250 Vehículos Blindados de Seguridad M1117;

· Más de 500 vehículos protegidos contra emboscadas resistentes a las minas (MRAP);

Todos están actualmente en posesión de los ucranianos (excepto todos los Abrams).

Una vez que Ucrania encienda la mecha de su contraofensiva, espere ver a los rusos derrotados en masa. Como he dicho antes, no hay una varita mágica que haga que los rusos simplemente desaparezcan. Pero esta ofensiva será un buen comienzo para recuperar sistemáticamente las tierras robadas de Ucrania.

Слава Україні!

Pakistán, con problemas de liquidez, espera poder pagar las futuras entregas de petróleo crudo ruso en yuanes chinos, dijo a Bloomberg el ministro de Energía de Pakistán, Khurram Dastgir Khan, en una entrevista publicada el miércoles.

Pakistán ha pedido hasta ahora solo un cargamento de petróleo crudo de Rusia , que se espera que llegue este mes.

Pakistán espera recibir en mayo su primer cargamento cargado con crudo ruso con descuento después de realizar su primer pedido de petróleo de Moscú en virtud de un nuevo acuerdo bilateral, dijo a Reuters el ministro de Petróleo de Pakistán, Musadik Malik, a fines de  abril .

Pakistán está desesperado por importar energía a bajo costo después de que se gastara más en el mercado el año pasado cuando los precios del petróleo y el gas subieron mientras sus reservas de divisas se reducían. El país tiene un swap de divisas con China, lo que haría más fácil pagar el crudo que usar las pocas reservas de dólares estadounidenses que tiene.

“Esperamos que si esto se convierte en un acuerdo a largo plazo, se convierta en una transacción de rupias y divisas chinas”, dijo a Bloomberg el ministro pakistaní Khan, al comentar sobre las importaciones de crudo ruso.  

Un pago en yuanes beneficiaría tanto a China como a Rusia.  

China ha estado buscando durante años establecer más acuerdos comerciales en yuanes para aumentar la relevancia de su moneda en los mercados globales y desafiar el dominio del dólar estadounidense en el comercio internacional, incluido el comercio de energía.

En marzo, el presidente de China, Xi Jinping, se reunió con Vladimir Putin en Moscú, y el presidente ruso no solo respaldó el comercio de yuanes con China sino también con otros países. 

“Apoyamos el uso del yuan chino en pagos entre Rusia y países de Asia, África y América Latina”, dijo Putin  citado  por los medios rusos. 

Durante el año pasado, Rusia recurrió al comercio en yuanes a raíz de las sanciones occidentales sobre sus exportaciones, importaciones y comercio de energía, ya que la moneda china se convirtió en la única alternativa de Putin para reducir la exposición al dólar estadounidense y el euro, y limitando las consecuencias de las sanciones que han provocado la incautación de activos estatales rusos en países occidentales.

Por Dan McCarthy en American Mind

Lo más probable es que 2024 se parezca mucho más a 2016 que a 2020

l promedio final de encuestas de RealClearPolitics para la carrera de 2016 mostró que Hillary Clinton superó a Donald Trump por 3,2 puntos. A partir del 1 de mayo de 2023, el mismo promedio de encuestas muestra a Trump por delante de Joe Biden por 1 punto.

Por supuesto, Trump no puede ganar. Cualquier republicano lo haría mejor. Todo experto lo dice. ¿Y cuándo se han equivocado alguna vez?

Trump no ingresó a la carrera de 2016 hasta junio de 2015, por lo que no es posible una comparación directa entre sus números de encuesta actuales y los del último ciclo. Pero aquellos que recuerdan la carrera de 2016 recordarán que durante la mayor parte del ciclo, Trump estuvo detrás de Clinton por más de 3,2 puntos, como se muestra en el promedio final del RCP. Y, por supuesto, ganó Trump. La prensa subestimó su atractivo.

Incluso en 2020, Trump superó significativamente sus encuestas. El promedio final de RCP en esa carrera mostró una ventaja de 7,2 puntos para Biden. Su ventaja real terminó siendo de 4,5 puntos.

Si no fuera por todos los expertos que dicen lo contrario, uno pensaría que Trump tiene una excelente oportunidad de ganar las elecciones de 2024. Si las encuestas ahora están tan lejos como lo estaban en 2016 y 2020, Trump ganará.

Pero, ¿qué pasa con los exámenes parciales del año pasado? ¿No demostraron que Trump es una fuerza gastada?

Los conservadores tendrían que ser extremadamente estúpidos para no darse cuenta de que, mucho antes de que apareciera Trump, el establecimiento republicano y los principales medios de comunicación tenían un consenso sobre cómo interpretar las elecciones.

Cada vez que un candidato de derecha perdía, siempre era una prueba de que la derecha no era elegible y que ese candidato era una piedra de molino alrededor del cuello del Partido Republicano. Pero cada vez que un candidato del establishment perdía —como John McCain en 2008 y Mitt Romney en 2012— nadie argumentaba que el partido era demasiado centrista o que los candidatos del establishment eran globos de plomo.

Cuando los conservadores perdían, significaba que los conservadores eran perdedores. Pero cuando los candidatos menos conservadores perdieron, no fue una señal de que los candidatos menos conservadores fueran perdedores. Por el contrario: el diagnóstico confiable de los expertos de la corriente principal y los profesionales de DC fue que la vulnerabilidad fatal de los republicanos establecidos era cualquier pizca de conservadurismo que pudiera haberse infiltrado en su campaña. El establecimiento, el centro muerto, nunca tuvo la culpa.

Los republicanos conservadores que notaron cómo funcionaba eso antes de la era de Trump deberían reconocer que hoy se da un patrón muy similar. La única diferencia es que ahora los expertos liberales y los consultores de campaña de DC se unen a los medios conservadores profesionales para aplicar la misma historia a Trump.

Cuando un candidato respaldado por Trump pierde, Trump tiene la culpa. Cuando un candidato impresionistamente parecido a Trump que no cuenta con el respaldo de Trump pierde, Trump tiene la culpa. Pero cuando un candidato no trumpiano pierde, la lección nunca es que los republicanos no trumpianos tengan un problema de elegibilidad.

Cuando un republicano que se pelea con Trump, como el gobernador de Georgia, Brian Kemp, obtiene una aplastante victoria en la reelección, es un repudio a Trump. Pero cuando un político que fue construido por Trump y se postula en un estado salvajemente pro-Trump gana una reelección masiva, como lo hizo Ron DeSantis en Florida, la victoria no es de ninguna manera un crédito para Trump.

La narrativa, tanto en su antigua forma anticonservadora como en su nueva forma anti-Trump, está diseñada para guiar a los votantes. Pero también tiene el efecto de engañar a sus propios creadores. De ahí su sorpresa cuando Trump venció a Clinton y su consternación porque Trump parece estar bien posicionado para ganar la nominación republicana el próximo año. Sin embargo, todavía se aferran a la creencia de que no puede ganar en noviembre de 2024.

De vuelta desde el borde

Ciertamente, los comentaristas creen que cualquier republicano podría hacerlo mejor que Trump, entonces, ¿por qué arriesgar la elección con él? Hasta hace poco, la mayoría de las encuestas mostraban que Ron DeSantis se desempeñaba mejor que Trump contra Biden. Y algunas encuestas incluso han indicado que a un republicano genérico le iría mejor que a Trump. El Partido Republicano puede estar listo para la victoria presidencial el próximo año, pero si lo está, es a pesar de Trump, no gracias a él.

El argumento es superficialmente plausible, pero no tiene en cuenta la demonización que recibirá cualquier republicano que obtenga la nominación presidencial del partido. Si otro candidato comienza con más positivos que Trump, no hay garantía de que para cuando los medios de comunicación terminen con él, no se lo verá bajo una luz mucho más fea. Con Trump, los medios ya han hecho todo lo posible para que se vea como la peor cosa sobre dos piernas desde Adolf Hitler. ¿Qué más daño pueden infligir a Trump del que ya han hecho? Pero hay mucho más que pueden infligir a cualquier otra persona.

Luego está el testimonio de la historia. El último republicano no Trump en ganar la Casa Blanca fue, por supuesto, George W. Bush. En 2004 tenía todas las ventajas: era el titular, lo suficientemente reaganista como para emocionar a los conservadores del movimiento pero lo suficientemente “compasivo” para tranquilizar a los centristas de ambos partidos. El movimiento conservador se unificó detrás de él (no tenía un competidor principal, y los pocos conservadores que disintieron de la Guerra de Irak en ese momento fueron tachados de desleales al partido y al país). La Guerra contra el Terror seguía siendo popular, y el matrimonio entre personas del mismo sexo estaba en las boletas electorales de varios estados para impulsar la participación de los «votantes de valores».

Con todo eso a su favor, lo mejor que pudo lograr George W. Bush fueron 286 votos electorales. Desde 1916, ningún titular reelegido no había alcanzado los 300 votos en el Colegio Electoral.

Incluso Karl Rove debería haber sido capaz de reconocer lo que significaba ese número anémico. La coalición electoral republicana de la década de 2000, en perfectas condiciones, no tuvo margen de sobra. Si la creciente impopularidad de la guerra de Irak o la creciente aceptación del matrimonio entre personas del mismo sexo cambiaron al electorado aunque sea un poco, o si hubo una recesión, un escándalo republicano, o simplemente un candidato demócrata más carismático que John Kerry, ese 17- el margen de voto que reeligió a Bush desaparecería.

2004 representó el techo de lo que podía lograr la marca republicana anterior a Trump. Incluso en ese momento, el techo se estaba derrumbando y pronto colapsaría por completo, gracias en gran parte a la política exterior de Bush y la normalización del matrimonio entre personas del mismo sexo.

El Partido Republicano no estaría mejor si la revolución de Trump nunca hubiera ocurrido. En 2016, Trump superó el total electoral de Bush con 304 votos. Lo hizo con una personalidad más provocadora que la de Bush, una combinación diferente de políticas (en particular en política exterior, comercio e inmigración, donde las opiniones de Trump eran más cercanas a Pat Buchanan que a las de Bush), y una campaña que llevó al candidato a Rust Belt. distritos descuidados durante mucho tiempo por los candidatos de ambos partidos. Si las controversias personales de Trump fueron tan perjudiciales como sugiere el sentido común, entonces el atractivo de su técnica de campaña y sus posiciones temáticas debe haber sido incluso mayor de lo que atestiguan esos 304 votos electorales.

Lejos de condenar al Partido Republicano, Trump lo salvó de la reputación que le habían dejado Bush y el movimiento conservador de su época. El partido de 2004 nunca pudo volver a ganar. La facilidad con la que Trump derrotó a los herederos de ese partido —Jeb Bush, pero también Ted Cruz y el resto del campo de 2016— fue un veredicto sobre la filosofía misma del Partido Republicano tal como estaba entre 1992 y 2012. Como un conjunto de principios , la filosofía del Partido Republicano ni siquiera podía prevalecer en el propio partido, y mucho menos en el resto del país.

Tal vez una marca republicana posterior a Trump sea más popular que Trump o la identidad del partido anterior a Trump. Pero todavía no existe una verdadera derecha posterior a Trump: las alternativas actuales a Trump en el Partido Republicano son variaciones del populismo de Trump o regresiones al conservadurismo anterior a Trump. Hace poco estuve en una cena en DC donde todos los conservadores en la sala, excepto yo, coincidimos en que el futuro del Partido Republicano era Ronald Reagan. Lo más parecido a una opción posterior a Trump que la mayoría de los intelectuales de DC pueden imaginar implica recurrir a la nigromancia.

Lecciones para aprender

Entonces, sí, Trump puede ganar en 2024, y el hecho de que todavía defina la identidad del partido significa que es abrumadoramente probable que sea su candidato. Ron DeSantis tiene una oportunidad: argumenta que es un líder más competente para la derecha de la era Trump que el propio Trump. Pero la era de Trump (y Biden) no parece estar caracterizada por votantes que dan prioridad a la competencia, y es difícil convencer a los republicanos de que estás a la derecha de Trump cuando Trump es el símbolo personal de la derecha hoy. De la misma manera, Reagan fue el símbolo de la derecha fusionista, ¿y cuándo un candidato más reaganiano que Reagan ganó algo a través de la pureza de sus principios?

Muchos de mis amigos de Florida piensan que la forma de ganar Wisconsin y Michigan en 2024 es volver a pelear las batallas de COVID de 2020-21 y hablar sobre el transgénero más que cualquier otra cosa. Pero este enfoque no es tan diferente del de mis amigos de DC que piensan que la forma de ganar el Rust Belt es hablar de recortar la burocracia federal y controlar la Reserva Federal. Los temas son importantes por derecho propio, pero eso no significa que generen suficientes votos.

Trump, sin embargo, tiene que aprender las lecciones de su propio éxito en 2016. Una lección es la importancia de una figura como Steve Bannon, alguien que pueda concentrar la atención de Trump y traducir sus temas en imágenes concretas. Esto es lo que hizo Bannon con “el muro”. Como una política simple y fácil de imaginar que actuó sobre un tema amplio (inmigración), “el muro” era algo que los votantes podían recordar y consultar. Compare eso con las listas increíblemente largas de políticas que Mitt Romney solía recitar en 2012, que no solo iban más allá de lo que la mayoría de los votantes podían recordar, sino que tampoco dejaban impresiones vívidas.

Una lección que Trump claramente ha aprendido de su propia experiencia, tanto en 2016 como en 2020, es que los mítines y las campañas en persona son su punto fuerte. Hace cuatro años, Joe Biden pudo evitar la campaña electoral con COVID como su justificación. En 2024, el contraste entre un Trump vigoroso y líder en manifestaciones y un presidente sin la resistencia o la agudeza mental para eventos públicos prolongados será sorprendente. La ventaja que sus mítines le confirieron a Trump en 2016 debería ser aún más pronunciada el próximo año.

Donde la ventaja de Trump será menos pronunciada, si todavía tiene alguna ventaja, es en presentarse como el candidato para la fuerza laboral industrial. Biden siempre ha entendido mucho mejor que Hillary Clinton cómo apelar a los electorados laborales tradicionales, y ha utilizado el poder de la presidencia para mejorar ese atractivo. Su afinidad personal por el estado de Pensilvania también le da a Biden una ventaja de la que carecía Clinton. Wisconsin, Michigan y Pensilvania pueden hacer o deshacer cualquier campaña. Pero los votantes de la clase trabajadora no solo quieren empleos o dólares federales. También quieren respeto. Quieren volver a sentirse parte de un equipo ganador llamado Estados Unidos. ¿Puede Trump restaurar su confianza y ganarla para sí mismo, mejor que Biden, incluso con la generosidad que puede repartir el titular? Tiene que intentarlo.

Los fracasos de 2020 también deberían ser instructivos: por ejemplo, muestran que los republicanos deben tomarse mucho más en serio los esfuerzos no tradicionales para promover el voto, incluso mediante la realización de campañas republicanas para la votación anticipada y por correo. Hay razones de principios por las que dejar de votar en lugares particulares en un día particular es perjudicial para la democracia estadounidense. Convertir la votación en un plebiscito continuo es malo en términos absolutos, además del riesgo de fraude u otras formas de maldad. Pero en medio de una elección es el momento equivocado para preocupar a sus propios votantes sobre el sistema de votación. A los republicanos les debería resultar tan fácil como a los demócratas votar por adelantado o por correo, igual de fácil en la práctica y psicológicamente. De lo contrario, los demócratas disfrutarán de un campo dejado a su suerte.

Otro error de 2020 que tendrá que evitar Trump es estar mal preparado para los debates e invertir demasiado en tratar de avergonzar a Biden con el vergonzoso estilo de vida de su hijo Hunter. Si bien la corrupción de la familia Biden es un tema válido, a muchos votantes Trump les pareció un matón que se metía con un anciano y su hijo con problemas, cuya condición les parece a muchos estadounidenses en la era de los opioides dolorosamente identificables. Puede que Trump gane o no los debates, pero no puede darse el lujo de quedar tan mal como en los mano a mano del último ciclo.

Trump se inclina a hablar interminablemente sobre sus propios problemas legales y el grado de persecución al que se siente sometido. Esto puede o no ser un desvío para los votantes persuadibles: corre el riesgo de recordarles a algunos de ellos cuántas demandas e investigaciones ha enfrentado Trump y cuánto distrajeron de los asuntos de la nación. Sin embargo, el otro riesgo que presenta la preocupación por sus casos legales es que resta tiempo y energía disponibles para hablar sobre cómo se sienten los votantes y sus familias sobre sus propias circunstancias. Cuando Trump dice que sus enemigos lo persiguen para llegar a “usted”, su mensaje tiene poder. Pero tiene que ser consciente de conectar sus problemas con los de otros estadounidenses.

Escoger un segundo

Al entrar en 2024, Trump tiene más flexibilidad en un aspecto que la última vez que se enfrentó a Biden. Ahora puede elegir un nuevo compañero de fórmula. Pence tenía sentido en 2016, cuando Trump necesitaba asegurarles a los republicanos convencionales, especialmente a los religiosos, que su candidatura sería buena para ellos. En 2024, la ayuda más valiosa que podría aportar un compañero de fórmula sería la posibilidad de ganar un estado que, de lo contrario, sería para Biden.

Virginia, donde el gobernador Glenn Youngkin actualmente disfruta de un índice de aprobación de alrededor de 50, podría ser una perspectiva. Trump perdió Virginia en 2020 con 1,96 millones de votos frente a los 2,4 millones de Biden. Curiosamente, sin embargo, en 2012 Barack Obama ganó el estado con 1,97 millones de votos y en 2016 Hillary Clinton lo ganó con 1,98 millones. En la mayoría de los años, el total de Virginia de Trump en 2020 sería un número ganador, o casi. ¿Es posible que los votantes de Trump en Virginia estén más entusiasmados que en 2020 y los de Biden estén menos motivados? ¿Que Youngkin como compañero de fórmula podría inclinar al estado hacia la columna republicana?

De lo contrario, aún podría haber ventajas en obligar a Biden a gastar tiempo y dinero en lo que de otro modo sería un estado seguro, y Youngkin, exdirector ejecutivo de Carlyle Group, podría ser tranquilizador para los republicanos de clase corporativa de todo el país que están alienados por Trump. y populismo.

Varios otros posibles compañeros de fórmula, como el senador Tim Scott, también tienen el potencial de ser útiles para la divulgación. Pero Scott también dejaría fríos a los populistas enfocados ideológicamente. Lo que puede funcionar bien para las matemáticas en las urnas puede convertirse en una fuente de conflicto en una segunda Administración de Trump, si el personal del vicepresidente no es leal al presidente y su agenda. Reagan pensó que tenía buenas razones para asociarse con George HW Bush en 1980. Pero cuando Bush sucedió a Reagan, despidió a casi todos los que habían apoyado a Reagan en las primarias de 1980. El giro desastroso del Partido Republicano hacia el neoconservadurismo comenzó con esa traición. Las matemáticas electorales no pueden ser el único criterio para elegir un compañero de fórmula. Pero una elección que amplíe la coalición de Trump ayudará a evitar que 2024 sea una repetición de 2020, incluso si es una revancha.

El nuevo momento Trump

La inmigración es un tema aún más candente que en las últimas dos elecciones de Trump. El presidente Biden ha sido empalado en los cuernos de un dilema aquí. Cuando aplica las políticas de fronteras porosas que espera su base, los resultados son tan caóticos que es inevitable una reacción política negativa. Pero cuando Biden intenta evitar la reacción restaurando parte de la aplicación de la ley de inmigración, termina acusado por la izquierda de hacer exactamente lo que Trump haría. Este es un tema ganador para Trump, y cuando los medios lo atacan por ello, debe estar preparado para señalar la aceptación poco entusiasta de la aplicación de la ley por parte de Biden. Incluso Biden sabe que hay que hacer algo y que las políticas liberales han fracasado. En materia de inmigración, el propio Biden defiende a Trump.

La política exterior también juega aún mejor para Trump en 2024 que en 2016. El mensaje es simple: Biden humilló a Estados Unidos en Afganistán y no tiene ningún plan para poner fin a la guerra en Ucrania de manera rápida o exitosa. La guerra en Afganistán duró demasiado y terminó mal porque el establecimiento de la política exterior perseguía objetivos poco realistas y no tenía un plan de juego finito. La guerra en Ucrania va de la misma manera, absorbiendo recursos ilimitados de Estados Unidos y nuestros aliados en un calendario abierto. La administración Biden y la élite bipartidista de política exterior definen una vez más la victoria solo en los términos más vagos e idealistas. Los mismos medios en pos del mismo oscuro fin producirán en Ucrania los mismos resultados que en Afganistán. Trump ofrece la única alternativa.

Las fuerzas fundamentales que ayudaron a elegir a Trump en 2016 son más convincentes que nunca. La clase dirigente estadounidense es antipatriótica e incompetente. Intenta sin éxito brindar seguridad a Afganistán y Ucrania incluso cuando no logra vigilar nuestras propias ciudades y fronteras. Biden y el resto de la élite están más interesados ​​en gobernar el mundo que en restablecer el estado de derecho en casa. Los estadounidenses han sufrido las consecuencias. Trump puede ser imperfecto, pero los votantes ahora han visto lo que sucede cuando el país vuelve a ser un líder anterior a Trump como Biden. La clase política no se ha enmendado. Tiene que ser reemplazado, y Trump es el comienzo de su reemplazo.

Trump ya está lo suficientemente bien en las encuestas como para que pueda estar cautelosamente confiado sobre el próximo año. Existe el peligro de que él y DeSantis aumenten los puntos negativos del otro hasta el punto en que cualquiera de ellos tenga muchas más dificultades para enfrentarse a Biden el próximo noviembre. Pero si eso no sucede, lo más probable es que 2024 se parezca más a 2016 que a 2020.


Dan McCarthy es el editor de Modern Age: A Conservative Review

El alto representante de la Unión Europea (UE) para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, aseguró este sábado que los países europeos van a “acelerar” la entrega de munición a Ucrania para ayudarle a combatir la invasión rusa.

“La guerra, hoy en día, es logística. Si no entregamos munición a Ucrania, Ucrania no se puede defender. Vamos a acelerarlo”, afirmó Borrell, que dijo que Kiev necesita 1.000 balas de artillería al día en la batalla de Bajmut.

En este sentido, el alto representante agradeció el paquete de ayuda militar por valor de más de 2.700 millones de euros que anunció hoy el Gobierno alemán, que incluye 18 obuses con ruedas, munición de artillería, misiles guiados para los sistemas de defensa aérea y 4 unidades de fuego IRIS-T SLM y 12 lanzadores IRIS-T SLS.

Además, carros de combate y vehículos de combate de infantería adicionales, concretamente 30 Leopoard 1 A5 y 20 Marder, más de 100 vehículos blindados de combate y más de 200 drones de reconocimiento.

“Invito a todos los Estados miembros (de la UE) a seguir este ejemplo”, dijo Borrell, tras la reunión que los ministros de Exteriores europeos mantuvieron hoy en Estocolmo con su homólogo ucraniano, Dmytro Kuleba.

Con el objetivo de acelerar la entrega de armamento a Kiev, la UE ha aprobado 2.000 millones de euros para financiar los envíos que los países de la UE tienen en sus arsenales y la compra conjunta de nuevo material militar.

Tras la reunión con Kuleba, los jefes de la diplomacia europea y ucraniana se reunirán con representantes de una treintena de países de la región del Indo-Pacífico, entre ellos, el ministro de Exteriores de India, Subrahmanyam Jaishankar, y el de Japón, Yoshimasa Hayashi.

En los esfuerzos de la UE por contrarrestar la narrativa rusa, Borrell insistirá a los líderes asiáticos de que “nada justifica esta guerra”.

Suecia, que ostenta este semestre la presidencia rotatoria de la UE justo antes que España, ha convocado el segundo foro UE Indo-Pacífico, la región con la que los Veintisiete quieren profundizar los lazos, ya que representa entre el 60 y el 70 % del PIB global.

EFE

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