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Por Román D. Ortiz en The Objective

Colombia, una vez una estrella emergente en el Hemisferio Occidental, se enrumba a una crisis que probablemente la llevará a sumarse a la lista de estados en liquidación

Este 2 de mayo, el presidente colombiano, Gustavo Petro, aterrizará en Madrid para su primera visita a España. Como antes en Washington, el jefe de Estado del cuarto país más poblado de América Latina será ensalzado por las virtudes más valoradas en muchos cenáculos intelectuales de los dos lados del Atlántico: hostilidad sin compromiso hacia el petróleo y los otros combustibles fósiles, promoción de la legalización de la droga y críticas contra la globalización. El ruido de los aplausos es probable que oculte temporalmente el estruendo del derrumbe del Estado colombiano; pero es seguro que los mismos que le alaban se verán salpicados muy pronto por los escombros de una catástrofe con un enorme impacto estratégico y humanitario que nadie parece preocupado por evitar. 

Colombia, una vez una estrella emergente en el Hemisferio Occidental, se enrumba a una crisis que probablemente la llevará a sumarse a la lista de estados en liquidación que proliferan en África, Oriente Medio y América Latina. Las cifras dejan pocas dudas. Un año atrás, antes de que la victoria de Gustavo Petro en las elecciones presenciales se hiciese poco menos que inevitable, los colombianos pagaban 3.799 pesos por un dólar. La tasa de cambio a principios de este mes de mayo había subido hasta los 4.699 pesos, una devaluación de más de un 23%. 

La pérdida de valor la divisa colombiana está impactando directamente sobre el bolsillo de los atribulados ciudadanos del país andino. De acuerdo con el Banco de la República de Colombia, la deuda externa escaló hasta los 184.109 millones de dólares. Desde luego, este nivel de entrampamiento fiscal no es únicamente fruto de este gobierno. En realidad, las cuentas fiscales se torcieron gravemente bajo la administración del presidente Juan Manuel Santos cuando el precio del petróleo – el principal producto de exportación de Colombia– colapsó a finales de 2014 y el mandatario optó por endeudarse en lugar de abordar un ajuste impopular; pero imprescindible. De hecho, la deuda externa sobre el Producto Interno Bruto se situaba en 24,1% en 2013 y saltó hasta el 39,5% en 2018, cuando Santos abandonó el gobierno. Los prestamos seguirían subiendo bajo el mandato de Iván Duque; pero, incluso teniendo en cuenta que tuvo que enfrentar una pandemia, el frenesí de gasto no alcanzó los niveles de su antecesor. Al final de su mandato, la deuda externa había aumentado 13,9 puntos (hasta 51,9%), por debajo de los 15.4 acumulados por Santos. 

El problema con Gustavo Petro es que no parece preocupado por poner freno al endeudamiento del país. Entre el pasado agosto cuando llego al poder y comienzos de 2023, la deuda externa de Colombia saltó del mencionado 51,9% al 54,2% del PIB, la cifra más alta en los últimos 25 años. Paralelamente, los precios han continuado su ascenso. También según cálculos del Banco de la República, la inflación interanual del pasado marzo sumó 13,34%, medio punto superior al mismo mes del año anterior y la más alta en un cuarto de siglo. 

Una crisis de seguridad en ciernes

Entretanto, las estadísticas de seguridad ya dejan entrever un deterioro preocupante. Aunque las cifras de homicidio experimentaron una pequeña reducción durante los primeros tres meses de este año – probablemente por la caída de las operaciones de las fuerzas de seguridad colombianas y la consiguiente reducción de choques con los ilegales – el número de masacres se ha duplicado – de 4 a 8 entre los primeros trimestres de 2022 y 2023 según cifras del Ministerio de Defensa colombiano– y las denuncias de desapariciones forzadas están creciendo. De igual forma, los secuestros se han disparado, de 35 a 71 entre los mencionados periodos. En otras palabras, se perciben las señales propias de cuando las fuerzas de seguridad dejan de operar – menos fricción con los grupos ilegales – y los criminales ganan libertad de acción para ajustar cuentas entre ellos, aterrorizar a la población y ampliar sus negocios ilícitos. 

En medio de este sombrío panorama, sin duda, la cifra más preocupante es la expansión de los cultivos de coca. De acuerdo a la ONU, la extensión de los cultivos de coca alcanzó las 204.000 hectáreas en 2022, un 43% por encima del año anterior y la cifra más alta desde que existen registros. Esta enorme superficie cultivada produjo hoja de coca suficiente para elaborar 1.400 toneladas de cocaína. Si se toma como referencia el precio promedio de 12.000 dólares que calculaba la ONU para un kilogramo de cocaína en EE.UU. en 2019, es fácil estimar que el volumen del negocio engendrado en las selvas colombianas supera los 23.000 millones de dólares. 

Como con la inflación, sería injusto responsabilizar a la administración Petro del tsunami de cocaína que anega Colombia. El cultivo de coca comenzó a dispararse allá por agosto de 2013 cuando el presidente Juan Manuel Santos decidió suspender las fumigaciones aéreas en Catatumbo, una de las principales áreas de producción de narcóticos del país. Esta medida fue completada en mayo de 2015, cuando el mandatario prohibió definitivamente la fumigación. Sin duda, la medida facilitó el acuerdo de desmovilización con las FARC, que habían llegado a ser el principal cartel de narcotráfico del país, pero tuvo consecuencias innegables en la producción de narcóticos. Los cultivos pasaron de las 48.000 hectáreas registradas por la ONU en 2012 a 168.000 en 2018. 

El problema con la administración Petro es que, al igual que con la inflación, la bonanza de la coca parece no importarle. Recién llegado al gobierno, una de sus primeras medidas ha sido un recorte del 8% del ya ajustado presupuesto de defensa para el año 2024. Tres cuartas partes de ese ajuste ha ido contra los gastos de operaciones del Ministerio de Defensa. Es decir, supone un recorte del gasto en municiones, combustible y otro tipo de vituallas, precisamente los recursos necesarios para mantener las acciones de las fuerzas armadas y la policía contra criminales y terroristas. En otras palabras, el ajuste presupuestario de Petro condenó a la Fuerza Pública colombiana a la parálisis, justo cuando la seguridad se está deteriorando gravemente. 

Aunque pueda parecer sorprendente, el gobierno parece determinado a insistir en esta hoja de ruta que atenta directamente contra la sostenibilidad política y económica del país. Para entender este aparente sinsentido es necesario tomar en consideración la combinación de radicalismo político, ignorancia e incompetencia que dominan el quehacer diario de la administración. Un buen ejemplo de los efectos de esta combinación tóxica está en el asalto emprendido por el gobierno contra el sector minero-energético que supone el pilar central de la economía colombiana. 

El asalto contra la economía colombiana

La importancia de la producción de petróleo y carbón en el país no puede ser exagerada. De acuerdo a las estadísticas del gobierno, las exportaciones petroleras aportaron a las arcas nacionales 19.073 millones de dólares en 2022, a los que se deberían sumar otros 12.289 millones procedentes de las ventas de carbón. En conjunto, ambos rubros representaron el 54.7% de todas las exportaciones. En otras palabras, resultaron ser una fuente clave de las divisas legales – al margen de las que llegan fruto del narcotráfico y otras actividades criminales – con las que el país sostiene su economía. 

Pese a su relevancia, Petro y sus ministros han convertido el desmantelamiento de la economía extractiva en una prioridad. De hecho, la ministra de Minas y Energía, Irene Vélez, se despachó en el Foro Económico Global de Davos el pasado mes de enero reiterando su ya conocida posición de que no firmarían más contratos de exploración petrolera. En otras palabras, el estado colombiano explotará los yacimientos existentes hasta su agotamiento y cesará la producción. De acuerdo a la Asociación Colombiana de Petróleo, esto implicaría que el país se vería obligado a importar petróleo a partir de 2028. El destino del carbón sería semejante. De hecho, Vélez ha repetido varias veces que no se entregarán más contratos de explotación de minas a cielo abierto. Semejantes planes resultan especialmente inexplicables cuando se toma en cuenta que el papel de Colombia en la producción de los gases de efecto invernadero, responsables del calentamiento global, es irrelevante: 0,37% del total mundial.

Mientras el gobierno confirma su voluntad de matar la gallina de huevos de oro que ha mantenido a flote el Estado durante décadas, está dando pasos para multiplicar el gasto público. Los planes del presidente incluyen una reforma del servicio de salud que incluiría una expansión de sus prestaciones, una estatización parcial y un papel central en su gestión de alcaldías y departamentos, niveles de la administración colombiana donde los problemas de corrupción son frecuentes. Este cambio en el modelo sanitario inevitablemente implicará un incremento del gasto. Lo mismo se puede decir de los planes para reformar el sistema de pensiones que entrega su control por el Estado y expande la población cubierta por el mismo. 

¿Cómo financiar semejante agenda?  En principio, el pasado noviembre, el gobierno Petro aprobó una reforma fiscal que promete incrementar los ingresos del Estado en 425 millones de dólares anuales (20 billones de pesos colombianos) entre 2023 y 2026. Sin embargo, estos planes pueden quedarse en nada si, como parece seguro, la subida de impuestos asesta un golpe demoledor a la rentabilidad de las empresas. De hecho, el texto legal aprobado eleva las cargas tributarias sobre el sector privado a pesar de que ya son unas de las más gravosas de los países agrupados en la OCDE. La paradoja roza el ridículo cuando se toma en consideración que una parte fundamental de los ingresos prometidos por la reforma fiscal (el 57% en 2023) vendrá de un incremento de los impuestos sobre… la producción de petróleo y carbón, precisamente el sector que el gobierno quiere desmantelar. De acuerdo a los planes gubernamentales, este aporte del sector minero-energético tendería a reducirse a medida que pasa el tiempo; pero lo cierto es que no hay ninguna certeza de donde vendrá el dinero para reemplazarlo. 

¿»Paz Total» o escalada violenta?

Entretanto, el deterioro de las condiciones de seguridad no ha detenido a Petro en sus planes para llevar adelante su programa estrella para terminar con la violencia en Colombia, la denominada «Paz Total». De acuerdo a lo expuesto por el mandatario colombiano, esta iniciativa busca una paz definitiva y completa que no solo conduciría a la desmovilización de la última organización insurgente del país, el Ejército de Liberación Nacional (ELN), sino que también incluiría a las bandas disidentes de la guerrilla de las FARC que han permanecido en armas después del acuerdo de paz de 2016 y una larga lista de grupos de delincuencia organizada vinculados al narcotráfico. 

Sin embargo, nada parece estar funcionando de acuerdo a las previsiones del gobierno. Después del inicio de conversaciones con el ELN en La Habana, este grupo armado rechazó como prematura la firma de un cese el fuego y confirmó su voluntad de continuar la guerra con un ataque contra el ejército a finales de marzo que se saldó con 10 soldados muertos. Entretanto, los planes para extender las conversaciones a organizaciones criminales se han empantanado después de que el gobierno suspendiera los contactos preliminares con el Clan de Golfo – el grupo narcotraficante más importante del país – y el Fiscal General de la República, Francisco Barbosa, manifestara sus reticencias a suspender las órdenes de captura a una larga lista de grupos de delincuencia organizada con los que también se quiere negociar. 

A primera vista, la intentona de paz gubernamental parecería ir mejor con los antiguos militantes de las FARC; pero las tensiones pueden dispararse pronto. Las bandas de disidentes se agrupan en dos coaliciones. Por un lado, está la denominada «Nueva Marquetalia» que opera desde Venezuela y es liderada por Iván Márquez, un antiguo negociador del acuerdo de paz firmado en 2016. Por otra parte, Néstor Gregorio Vera, alias «Iván Mordisco» encabeza la denominada «Primera Disidencia», el grupo más grande basado al interior del país. Los contactos con la «Nueva Marquetali» parecían avanzar hasta que recientemente el grupo anunció la creación de una estructura armada en las cercanías de Bogotá, un paso interpretado por muchos como el prólogo a una campaña terrorista en la capital. Entretanto, los diálogos con la “Primera Disidencia” podrían llevar a la creación de varias “zonas de despeje” que quedarían bajo el control de este grupo armado tras la retirada de las fuerzas de seguridad. Así las cosas, parece improbable que las conversaciones con los disidentes aporten esperanzas de paz y tranquilidad de los colombianos.

En realidad, el proyecto de la «Paz Total» carece de lógica estratégica y promete quebrar los últimos vestigios del clima de seguridad construido por el gobierno del presidente Álvaro Uribe (2002-2010) y consolidado durante el primer mandato de Juan Manual Santos (2010-2014), antes del acuerdo con las FARC. Para entender porque, basta con recordar las condiciones que permitieron a Santos firmar el mencionado pacto de desmovilización. Después de quince años de campaña contrainsurgente y antinarcóticos ininterrumpida, el entonces presidente pudo forzar la mano a los guerrilleros para que aceptasen abandonar las armas, no sin antes realizar una serie de concesiones que terminaron por impedir una completa desarticulación del grupo y sembraron las semillas del actual crecimiento del narcotráfico.

El desmantelamiento del aparato de seguridad

Ninguna de las ventajas que obraron en manos de Santos están ahora a disposición de Petro. Por el contrario, el nuevo presidente parece comprometido a desmantelar el aparato de seguridad con la misma determinación que asalta el sector minero-energético. Más allá del mencionado recorte presupuestario, Petro ha impuesto una purga masiva en el cuerpo de generales de las Fuerzas Armadas y la Policía que ha obligado a colgar el uniforme a más de 52 de sus miembros. A ellos, se deben sumar centenares de oficiales y suboficiales que están abandonando la Fuerza Pública empujados por la convicción de que carecen de los medios y el respaldo político para cumplir con su trabajo. Se trata de una sangría de capital humano que será imposible de recuperar. 

Algunos de los cambios introducidos por la administración Petro afectan las capacidades claves para enfrentar a terroristas y criminales. Este es el caso de los cambios en el área de inteligencia. Estos han incluido el nombramiento a la cabeza de la Dirección de Inteligencia Nacional (DNI), el servicio de información civil colombiano, a Manuel Alberto Casanova, un antiguo militante del M-19, el grupo guerrillero al que perteneció el presidente. Al mismo tiempo, se discuten planes para desmantelar las agencias de información de las fuerzas armadas y la policía con miras a transferir sus funciones a la mencionada DNI, un cambio que concentraría un enorme poder bajo un organismo directamente dependiente del jefe del Estado. 

Por lo que se refiere a la política antinarcóticos, el presidente colombiano ha reclamado de manera repetida ser partidario de la legalización de los narcóticos. De hecho, su posición quedó expuesta con claridad durante su discurso ante la Asamblea de las Naciones Unidas el pasado mes de septiembre cuando proclamó que «el dictamen del poder ha ordenado que la cocaína es el veneno y debe ser perseguida, así ella solo cause mínimas muertes […] pero, en cambio, el carbón y el petróleo deben ser protegidos, así su uso pueda extinguir a toda la humanidad».

Coherente con esta posición, la lucha contra los cultivos de coca se ha frenado. De acuerdo a cifras del Ministerio de Defensa, la erradicación forzosa de campos de coca cayó un 85% entre el primer trimestre de 2022 y el mismo periodo de 2023. En principio, el ministro de Defensa, ha prometido que la lucha se concentrará en el arresto de los grandes capos y la interdicción de los envíos de narcóticos. La pregunta es cómo será esto posible sin fondos para operaciones, con el aparato de inteligencia cercenado y unas fuerzas de seguridad sin sus mejores cuadros. 

Paralelamente, la administración Petro está atizando algunos de los fantasmas que más violencia han generado en la historia reciente de Colombia. Sin frenar su retórica anti-empresarial, el gobierno ha convertido en una de sus máximas prioridades la puesta en marcha de una reforma agraria. Lo cierto es que esta no es la primera vez que un gobierno colombiano se plantea una iniciativa de este tipo y todas las ocasiones anteriores han conducido a la quiebra de la seguridad jurídica en el campo, el hundimiento la economía rural y una espiral de violencia que ahogó a propietarios y campesinos por igual. Ahora, las cosas podrían terminar de forma similar. 

Los primeros pasos para obtener las tierras comenzaron de forma moderada. El pasado mes de octubre, el presidente Petro firmó un acuerdo con la Federación de Ganaderos (FEDEGAN) de Colombia por el cual se comprometía a que las tierras objeto de reforma agraria – inicialmente, unos 3 millones de hectáreas – serían adquiridas a sus propietarios a precios de mercado. El problema es que no está claro ni que el gobierno tenga los recursos y la voluntad para comprar esas propiedades, ni que las prometidas 3 millones de hectáreas sean suficientes. 

En estas circunstancias, se ha comenzado a discutir en el gobierno la posibilidad de habilitar medidas más expeditas para hacerse con las propiedades necesarias para impulsar la reforma agraria. En particular, se ha discutido la posibilidad de introducir una reforma legal que habilitaría la expropiación de tierras. Aunque la decisión no ha sido tomada todavía, el nombramiento de Jhenifer Mojica como ministra de Agricultura en la reciente remodelación ministerial del gabinete de Petro es una señal en la dirección equivocada. De hecho, se trata de una figura que ha mantenido postulados opuestos a la gran propiedad rural y tiene un historial de choques con las asociaciones empresariales del campo. 

Desde al año pasado, los anuncios del comienzo de una reforma agraria han provocado un incremento de las ocupaciones ilegales de tierras protagonizadas por sectores de campesinos pobres y grupos políticos radicales que buscaban hacerse con el control de propiedades para luego buscar fórmulas con el gobierno para legalizar su posesión. Si el presidente Petro no desincentiva este tipo de acciones y abre la puerta a la confiscación de tierras, este tipo de incidentes se multiplicarán. En estas circunstancias, los grupos armados presentes a lo largo de todo el país tomarán partido por ocupantes o propietarios según sus preferencias ideológicas y sus intereses económicos. El escenario resultante será explosivo. 

Rumbo al colapso del Estado

Más allá de su incoherencia y radicalismo, la administración Petro amenaza con dinamitar los cimientos sobre los que ha descansado la estabilidad de Colombia en las pasadas dos décadas. Para entender su potencial destructivo, es necesario recordar las fuerzas que salvaron del colapso al Estado colombiano a finales de los años 90. Asediado por la crisis económica y la expansión de los grupos armados ilegales, el país emprendió una sorprendente recuperación merced a una combinación virtuosa de tres factores. Por un lado, un crecimiento de ingresos petroleros como resultado tanto del aumento de los precios y la expansión de la capacidad productiva. Por otra parte, un asalto contra las economías ilícitas que alimentaba a grupos guerrilleros y bandas paramilitares. Finalmente, un esfuerzo de seguridad concebido para proteger a la población y recuperar el control territorial. El resultado fue un periodo de estabilidad y prosperidad. La tasa de homicidios cayó de 65,9 a 27,8 por cada 100.000 habitantes entre 2002 y 2014. Entretanto, según datos del Departamento Nacional de Estadísticas colombiano, la economía creció a un promedio anual de casi 4,5% lo que llevó a una reducción de la pobreza del 49,7% al 28,5%. 

Las políticas del nuevo gobierno colombiano prometen invertir este proceso y conducir al Estado a su colapso. Mientras el desmantelamiento del sector minero-energético, la asfixia tributaria de la empresa privada y la expansión del gasto quiebra la economía legal que debería alimentar al gobierno, la expansión del narcotráfico convertirá a los ilegales en más ricos y multiplicará su poder para competir con el Estado a través de las armas o la corrupción. De este modo, el desequilibrio entre una economía legal cayendo en barrena y una economía criminal creciendo desbocada se traducirá en un giro estratégico a favor de la criminalidad. Guerrilleros y narcotraficantes disfrutarán cada vez de mayor ventaja en su competencia con el Estado. 

En estas circunstancias, resulta una quimera pensar que la «Paz Total» puede llevar a alguna clase de pacificación efectiva del país. Con independencia de los deseos manifestados por el gobierno Petro de avanzar en el desarme de insurgentes y criminales, lo cierto es que no contará con los medios ni para presionarles militarmente, ni para ofrecerles dádivas que les haga atractivo entregar las armas. Por el contrario, una economía criminal en plena expansión funcionará como un imán para mantener a los ilegales aferrados a sus armas como única garantía de conquistar las rentas del narcotráfico, la minería ilegal, el contrabando, la extorsión y el secuestro. De este modo, el desenlace más probable es que bandas y guerrillas impongan su dominio sobre fragmentos crecientes del territorio, la población y la economía colombianas. Frente a este escenario, el gobierno tendrá que escoger entre mirar el proceso con la impotencia de un Estado inane o revestirlo de alguna clase de «legitimidad» bautizando las áreas de control de los grupos ilegales como «zonas transitorias de paz» a la espera de un desarme que nunca llegará. 

Al mismo tiempo, el proyecto de Petro de construir un modelo nacional-populista colombiano parece condenado al fracaso. A seis meses de haber comenzado su gobierno, el agotamiento de la opinión pública es innegable. De acuerdo a la última encuesta de Invamer, el 73% de los colombianos consideran que el país va por mal camino y el 57% desaprueba a su recién estrenado presidente. Las cosas son más complicadas porque la inevitable debacle económica privará a Petro de la capacidad de compra que permitió a Hugo Chávez someter a la sociedad venezolana. Es posible que la mencionada reforma fiscal otorgue al presidente algún margen de maniobra financiera que le permita influir sobre las elecciones locales y regionales que se celebrarán en Colombia a finales de año. Sin embargo, será insuficiente para garantizarse la adhesión popular necesaria para superar las múltiples fuentes de oposición que enfrenta su proyecto, desde los empresarios sometidos a acoso hasta las clases medias urbanas empobrecidas. 

En estas circunstancias, Gustavo Petro se enfrentará a la paradoja de poder movilizar a una coalición de grupos políticos extremistas y una fracción de sectores populares desposeídos; pero no ser capaz de cumplir sus expectativas. El resultado promete ser una dosis masiva de radicalización y frustración que desembocará en violencia. Como ya es tradicional en la historia colombiana, las cosas prometen ser especialmente malas en el campo. La prometida reforma agraria no será posible porque condena al campo a la ineficiencia económica, el Estado no tiene recursos para subsidiarla y los propietarios rurales lucharán por defender su único patrimonio, la tierra. El resultado será más pobreza y más violencia. 

Con estas perspectivas, no deja de resultar sorprendente la popularidad de un mandatario que ha sido bien recibido en las Naciones Unidas, el Foro de Davos, Washington y ahora Madrid. Tres cuestiones ayuden a entender la paradoja. Por un lado, Gustavo Petro y su equipo han sido extraordinariamente hábiles para empaquetar sus políticas dentro de las narrativas de mayor aceptación en Europa y EE.UU. -desde el cambio climático hasta la lucha contra el racismo – haciendo más sencillo que se pase por alto su toxicidad. Por otra parte, el estado del escenario internacional – una guerra en Europa, amenaza de otra en Asia y zonas de África y Oriente Medio convertidas en espacios no gobernados–ha creado una resistencia casi instintiva entre analistas y tomadores de decisiones a aceptar que algo más puede ir terriblemente mal, aunque parezca claro que este es el caso en Colombia. Finalmente, tampoco se puede pasar por alto la cuota de cinismo que puede empujar a más de un gobierno – incluido el presidido por Pedro Sánchez – a pensar que la Región Andina está suficientemente lejos como para que ignorar lo que allí pase sea una opción de bajo riesgo. 

Lo cierto es que Colombia tiene el tamaño necesario como para que su desmoronamiento vaya a tener repercusiones más allá de sus fronteras. El desmantelamiento de su política antidroga se está traduciendo en crecientes problemas de criminalidad en Panamá, Perú y, sobre todo, Ecuador. Al mismo tiempo, toneladas de cocaína tienen más expedito su tránsito hacia EE.UU. y Europa. Por otra parte, es seguro que un número creciente de colombianos ya se están uniendo a los venezolanos, haitianos, nicaragüenses y cubanos que tratan de huir de la miseria y la violencia de sus países. Desde un punto de vista geopolítico, Petro ya hace la vida más fácil al régimen de Nicolás Maduro en Venezuela y hay pocas dudas de que abrirá el país a la influencia de la República Popular China e Irán. Tal vez sea mucho pedir, pero sería conveniente que todos aquellos que estrechen la mano del mandatario colombiano durante su visita a Madrid no olviden esta lista de problemas y riesgos que el presidente colombiano trae consigo.  


Román D. Ortiz es Analista Principal del Centro de Seguridad Internacional de la Universidad Francisco de Vitoria.

La detención del Coronel Óscar Dávila, expresidente de Bariven y de PDVSA Industrial, fue ponderada por Omar González Moreno como “parte de la purga roja que busca sembrar terror dentro del oficialismo civil y militar” 

El dirigente liberal aseguró que “Maduro le está enviado un mensaje bastante claro a todas las demás tendencias que se mueven dentro del chavismo».

“Desde Miraflores ya no solo están aplicando las técnicas del terror para paralizar a la sociedad civil y a los sectores democráticos, sino que con la llamada lucha contra la corrupción le está advirtiendo a todo aquel que milita dentro del Psuv u ocupe un alto cargo dentro del régimen, sea civil o militar, que si no se alinean con él terminarán presos”.

Omar González manifestó que el desmantelamiento de la red política de Tarek El Aissami es parte de una estrategia superior que pretende ejercer un régimen de miedo a la usanza de Corea del Norte.

El representante de Vente Venezuela calificó que esa actitud  revela el nerviosismo reinante y el temor entre sus filas del surgimiento de una “rebelión de la granja” en el seno oficialista.

 Arrollamiento masivo 

Por otra parte, Omar González Moreno, dijo que «el regimen socialista es el único culpable de los crueles tratos, ejecuciones y agresiones que están sufriendo los migrantes venezolanos en el exterior».

El dirigente liberal hizo referencia al ataque criminal, donde fallecieron al menos siete personas y más de una docena resultaron heridas, la mayoría venezolanos, después de que un hombre atropellara a un grupo de personas en una parada de autobús en Brownsville, Texas, frente a un refugio para inmigrantes.

«Debido a la destruccion socialista -explicó- más de la cuarta parte de la población venezolana se ha visto obligada a salir del pais, lo que ha dado pie a los enfemos de xenofobia e instigadores para arremeter contra nuestros connacionales en el extranjero».

Agregó que discursos irresponsables de personajes como la presidente de Perú, Dina Boluarte, y de otros influenciadores en América Latina,  Estados Unidos y Europa, que acusan a los venezolanos de cualquier delito, sumado los mensajes de odio hacia nuestro gentilicio través de los programas de radio y televisión, han desatado esta ola de brutales ataques .

«¡Ya basta! -exclamó- tenemos que salir del socialismo y exhortar a los venezolanos para que regresen a su país donde serán bien recibidos y podrán tener una vida digna y provechosa junto a sus familias».

Indetenible

Omar González Moreno también mostró su satisfacción por el rotundo éxito de la gira de María Corina Machado por los estados Carabobo y Yaracuy.

“Se siente, ella será nuestra candidata y nuestra presidente. En todos los estados, en cada caserío, en cada sector, millones de venezolanos la respaldan activamente”, apuntó.

Agregó que esos millones de venezolanos ven en María Corina Machado la única opción de enfrentarse al régimen, derrotarlo y hacer respetar la voluntad de de la sociedad nacional.

Inmundicia de Zapatero

Igualmente comentó el caso de Raúl Morodó y su esposa e hija, quienes serán juzgados por blanqueo de fondos de PDVSA en España.

“Este personaje, socio del expresidente español José Luis Rodríguez Zapatero, nos demuestra hasta qué nivel de inmundicia corrupta está sumergido el expresidente ibérico y sus nexos inefables con las mafias de la corrupción venezolana”, denunció.

El presidente de Chile, Gabriel Boric, dijo que el vuelo que partió este domingo con un centenar de venezolanos varados en la frontera norte es un “triunfo diplomático” y aseguró que seguirá “permanentemente” en contacto con otros Gobiernos de la región para enfrentar la crisis migratoria.

“Este primer vuelo de retorno de venezolanos a su tierra de origen es un triunfo diplomático y un triunfo del diálogo y de quienes buscamos soluciones”, dijo el mandatario en un punto de prensa desde su natal Punta Arenas (extremo sur) tras depositar el voto en las elecciones constituyentes de este domingo.

Un avión trasladó este domingo hasta Venezuela a un total de 115 migrantes varados desde hace semanas en la frontera norte de Chile, sin agua, alimentos ni servicios sanitarios y que no podían retornar a territorio chileno ni ingresar a Perú por carecer de documentación.

El vuelo, que partió rumbo a Caracas desde la ciudad fronteriza de Arica, 2.000 kilómetros al norte de Santiago, fue costeado por el régimen de Nicolás Maduro y forma parte del programa “Vuelta a la Patria”, gracias al cual ya han retornado cerca de 30.000 venezolanos desde 25 países distintos, según cifras oficiales.

El exlíder estudiantil felicitó a las Cancillerías de Chile y Venezuela “por haber puesto por delante la humanidad y no los conflictos” y prometió que su Gobierno estará “permanentemente” en contacto con otros países de la región para garantizar el retorno “en condiciones dignas” de todos los migrantes que así lo deseen.

Es una demostración de que cuando trabajamos en pos de las soluciones, y no de exacerban los conflictos o tratan de sacar beneficios políticos, al final todos resultamos beneficiados“, añadió.

Chile, que mantiene su frontera militarizada desde finales de febrero, ha endurecido en los últimos tiempos sus políticas contra la migración ilegal para tratar de frenar el aumento de la inseguridad, lo que ha provocado que miles de migrantes traten de abandonar el país.

Perú, por su parte, decretó también la semana pasada el estado de emergencia por 60 días en sus fronteras y ordenó el envío de militares para reforzar la vigilancia.

La crisis en la frontera común y la militarización han sido ampliamente cuestionadas por organismos como Amnistía Internacional o la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y elevaron considerablemente la tensión política entre ambos Ejecutivos la semana pasada.

EFE

Ver también

Por Carlos Sánchez Berzain

La estrategia trasnacional del socialismo del siglo XXI consiste en el deterioro gradual e intensivo de los elementos esenciales de la democracia

Elegido presidente democráticamente como la primera minoría de Colombia, Gustavo Petro gobierna con el plan trasnacional del socialismo del siglo XXI o castrochavismo diseñado para confrontar al pueblo, empoderar al crimen organizado y el narcotráfico, atacar las instituciones democráticas y partidos políticos, exacerbar conflictos con discurso populista y llevar el país a la situación de debilidad que le permita el control total del poder. Petro repite la exitosa estrategia castrochavista dirigida por Cuba, cuyos resultados se ven en Venezuela, Bolivia y Nicaragua.

El éxito consiste en el control total del poder y la consolidación de un sistema no democrático, no en los resultados que son catastróficos, porque hacen desaparecer la libertad, violan los derechos humanos, ejercen el gobierno con terrorismo de estado, no hay separación ni independencia de los poderes públicos, desparece el estado de derecho, institucionalizan el fraude electoral y persiguen a la oposición con presos, asesinados y exiliados políticos. Son las notas características del sistema que detenta el poder en Venezuela, Bolivia y Nicaragua y que pasó por Ecuador con Correa.

Las consecuencias son notables: el centro de las conspiraciones y estrategias que es Cuba tiene sometido a su pueblo a una “crisis total” de hambre y miseria; la principal expansión del modelo castrochavista que es Venezuela ha sometido a su pueblo en “crisis humanitaria” de la que se huye; el modelo económico difundido como exitoso de la dictadura de Bolivia tiene al pueblo en “crisis económica” y opresión; la violencia e impunidad de la dictadura Nicaragua ha creado la “crisis del terror” con crímenes de lesa humanidad. Los cuatro países son narcoestados y sus regímenes antiimperialistas.

El plan castrochavista consiste en el deterioro gradual e intensivo de los elementos esenciales de la democracia: Violan sistemáticamente la libertad y los derechos humanos empoderando al crimen organizado y al narcotráfico incorporando sus operadores como actores de la política nacional; atacan las instituciones democráticas con discursos populistas agradables a la gente pero que conducen a la destrucción del sistema, como de salud, educación, vivienda, seguridad y más; manipulan la libertad de prensa señalando a la prensa libre como antinacional, burguesa o de derecha; destrozan gradualmente la empresa y la propiedad privada; plantean asambleas constituyentes para liquidar la república; en suma piden una revolución que en verdad es involución.

El socialismo del siglo XXI cuando toma el gobierno con un presidente como Chávez en Venezuela, Morales en Bolivia, Correa en Ecuador u Ortega en Nicaragua ha demostrado que aplica la técnica del “golpe de estado blando” que consiste en el “uso de un conjunto de técnicas no frontales, conspirativas y progresivas para desestabilizar el sistema y causar su reemplazo”. Son “sucesivos golpes de estado que destrozan la institucionalidad hasta reemplazarla por la concentración total del poder”.

En Venezuela Chávez procedió rapidamente porque tenía el control del legislativo e implementó su constituyente que terminó con la democracia venezolana; en Bolivia Morales tuvo que masacrar, perseguir y corromper a la oposición que permitiendo y cometiendo crímenes produjo la dictadura; en Ecuador la suma de control y corruptela permitieron la dictadura de Correa que fue suprimida por el valiente liderazgo el presidente Lenin Moreno; en Nicaragua la dictadura fue posible por el entreguismo de oposición corrupta a cambio de impunidad.

Para entender lo que Petro está haciendo en y con Colombia solo hay que revisar la historia de Chávez en Venezuela, Morales en Bolivia, Correa en Ecuador y Ortega en Nicaragua. Petro empezó reivindicando el narcotráfico, repitiendo la narrativa del supuesto fracaso de la lucha contra el narcotráfico para allanar el camino de soporte a los grupos guerrillero/narco organizados y sostenidos por Cuba y Venezuela. Puso la política exterior de Colombia al servicio de las dictaduras, incluyendo su acción personal en visitas de estado a Estados Unidos y España. La apertura y subordinación al régimen de Venezuela y al dictador Maduro afecta la seguridad nacional de Colombia y puede configurar graves delitos.

El discurso desde el balcón el primero de Mayo copia a Castro, Chávez, Morales, Correa, Maduro y Ortega con amenazas a la democracia, proclama abierta de golpe de estado, falacias históricas e interpretaciones manipuladas, llamado a movilizaciones populares incitando a la confrontación y al crimen con pretexto de revolución. El ataque contra el Fiscal General no es un dato menor porque muestra un dictador en ejercicio, frenado por la institucionalidad de la Corte Suprema de Justicia, pero que sin embargo ha puesto riesgo la vida del Fiscal General, su familia y más.

*Abogado y Politólogo. Director del Interamerican Institute for Democracy

Por Salud Hernández-Mora

Como española debo admitir que me cansé del constante reclamo y los hirientes reproches por hechos sucedidos hace 500 años. Y como colombiana pienso que el permanente victimismo por acontecimientos tan lejanos, en lugar de fortalecer, debilita a países y sociedades.

El yugo no es España, sino inculcar a los ciudadanos la idea de que después de 200 años de independencia son otros los culpables de todos los atrasos y desgracias.

Alemania se levantó de las cenizas en solo 20 años. Y había sufrido dos severas derrotas bélicas.

Por mi parte, en lugar de pedir perdón por Isabel la Católica y los españoles que descubrieron América, los exalto. Protagonizaron una gesta admirable. De ahí que Francisco de Pizarro sea uno de mis personajes admirados.

Cada vez que voy a Gorgona quedo admirada del arrojo y persistencia de aquel hombre, nacido en Trujillo, lejos del mar y en medio de la aridez extremeña. Pasó meses en la isla diminuta, frondosa, atestada de zancudos y culebras, aguardando un permiso real que debía llegar en barco desde Panamá para continuar explorando el sur del continente.

No solo luchaba contra la incertidumbre, la soledad y los animales. También, contra la incredulidad y desesperación de su gente, hastiada de penurias, peligros y fracasos, ansiosa de regresar a la seguridad de su patria.

Rozaba el medio siglo de vida cuando descubrió Perú con un puñado de sobrevivientes. Toda una hazaña, máxime para alguien de su edad en los albores del siglo XVI.

Hoy en día, los turistas aterrizan en Guapi, navegan en lanchas seguras con chalecos salvavidas hasta Gorgona, se vacunan contra la malaria, van atiborrados de repelentes de insectos, necesitan guía para no perderse por los caminos hacia el único cerro, preguntan por suero antiofídico por si acaso les muerde una serpiente y revisan las sábanas antes de acostarse no vaya a ser que haya una. Algunos bautizan esos paseos de “turismo aventura”.

Isabel la Católica es otra figura excepcional, por encima de la de Pizarro. Una mujer adelantada a su tiempo. Con una visión y carácter que ya quisieran atesorar los políticos actuales que hablan a cada rato del “yugo español”. No le llegan a la altura de los zapatos.

Entre sus innumerables méritos, además de tener los arrestos para respaldar el sueño de Colón, adicionó a su testamento su consabido anhelo de proteger a los nativos. Lo hizo en 1504, aunque para entonces ya existía su progresista “Ley de Indias”, todo un tratado de derechos humanos.

“Suplico al rey y mando a la princesa, mi hija, que sea su principal fin: no consientan que los indios reciban agravio alguno en sus personas ni bienes, que sean justamente tratados y si algún agravio reciban, lo remedien y provean, para que no se sobrepasen”, dictó Isabel al borde de muerte.

Si en la actualidad resulta imposible imponer en la otra Colombia las leyes de la república y son las bandas criminales las que aplican las suyas, resulta ridículo pretender que la España del siglo XVI exigiera el estricto cumplimiento del mandato real al otro lado del Atlántico. 

Y son incontables los hechos que refutan la leyenda negra, sin ignorar las atrocidades. Igual de numerosas que los horrores que cometían aztecas, incas o caribes contra otras etnias. Pero es absurdo enzarzarse en un cruce de recriminaciones de un pasado que algunos políticos todavía usan para exculpar a los nacionales de sus propios pecados.

Aunque no será fácil que abandonen esa arma arrojadiza, como vimos esta semana.

El rechazo al frac de Petro fue lo de menos. Lo demagogo, lo ridículo fue la explicación. No lo vistió porque “es un símbolo que tiene que ver con las élites, con la antidemocracia”. Se nota que nunca vio bailar a Fred Astaire y Ginger Rogers. Como dizque era tan pobre que robaba libros, no tendría para películas en blanco y negro.

Y si el frac es elitista, todo le parece vestigio de una sociedad decadente, ¿qué es el vestido de gala de Verónica? ¿Protocolo antidemocrático para uno y no para el otro? ¿Y el collar de la Orden de Isabel la Católica? ¿Le enorgulleció lucirlo? ¿Por qué Verónica se cambió tres veces de modelo, a cuál más costoso, el primer día mientras la reina Letizia lució la misma pinta? ¿No es el consumismo salvaje la causa del cambio climático? ¿No era el gobierno de la austeridad?

Si en lugar de tanta explicación pendeja Petro se pone el frac y suelta su discurso en la cena de gala, nadie pararía bolas a lo superficial y se habrían fijado en sus palabras.

La segunda imagen que ancla a Colombia en el feudalismo fue la amenazadora guardia indígena en el Capitolio. Los empresarios españoles, a los que hizo esperar hora y media, porque la grosería forma parte del protocolo petrista, debieron creer que representaban una ceremonia de los tiempos de la Conquista.}

Mejor que no descubran que en pleno siglo XXI existe un presidente que defiende esa manera ancestral de presionar la aprobación de sus leyes.

Vía Interesting Engineering

Kinzhal es una de las seis armas de «próxima generación» que el presidente ruso, Vladimir Putin, presentó en 2018, alegando que ningún sistema de defensa aérea en el mundo puede derribarlo

Ucrania ha anunciado que utilizó el sistema de defensa aérea Patriot de EE. UU. para interceptar efectivamente un misil hipersónico ruso por primera vez. 

El Patriot interceptó el misil Kinzhal que se lanzó durante una incursión nocturna sobre Kiev el 4 de mayo, según Mykola Oleshchuk, comandante de la Fuerza Aérea de Ucrania, quien verificó esto en Telegram.

«Felicito al pueblo ucraniano por el evento histórico. Sí, derribamos al ‘único’ Kinzhal», declaró Oleshchuk en una publicación de Telegram el sábado. 

«Ocurrió durante el ataque nocturno del 4 de mayo en los cielos de la región de Kiev».

Kinzhal es una de las seis armas de «próxima generación» que el presidente ruso, Vladimir Putin, presentó en 2018, alegando que ningún sistema de defensa aérea en el mundo puede derribarlo. 

El misil balístico Kinzhal lanzado desde el aire, también conocido como » daga » en ruso, tiene una velocidad máxima de 10 veces la velocidad del sonido y es capaz de transportar ojivas nucleares o convencionales.

Se dice que un misil Kinzhal tiene un alcance de 1500 a 2000 km (932 a 1242 millas) y puede transportar una carga útil de 480 kg.

Las capacidades rusas están  en duda  después de que el sistema Patriot de Ucrania interceptara con éxito un misil Kinzhal. 

Sistema de defensa antimisiles Patriot de EE.UU.

Según un portavoz de la fuerza aérea ucraniana, los rusos habían afirmado previamente que sus armas eran superiores al Patriot y que era un arma estadounidense obsoleta.

 

Sin embargo, dijo, Rusia recibió una «bofetada» como resultado de que Ucrania interceptara con éxito el misil Kinzhal.

Oleksii Reznikov, ministro de Defensa de Ucrania, declaró anteriormente que los Patriots serían esenciales para proteger la infraestructura ucraniana contra los misiles balísticos.

«Construir un sistema de defensa aérea y antimisiles de varios niveles lo antes posible es nuestra prioridad», dijo. 

Los analistas estiman que el  sistema Patriot  cuesta $4 millones por cada misil y $10 millones por cada lanzador. Se creía comúnmente que Ucrania solo utilizaría el sistema de defensa antimisiles Patriot para contrarrestar los aviones rusos o los misiles hipersónicos.

​​Patriot, que significa Phased Array Tracking Radar for Intercept on Target, es un sistema de misiles tierra-aire creado por Raytheon Technologies Corp. para defenderse de las amenazas aéreas.

Las baterías del sistema se usaron inicialmente en 1991 durante la Guerra del Golfo para defender áreas en Arabia Saudita, Kuwait e Israel.

El sistema Patriot es uno de varios sistemas de defensa aérea de alta tecnología que Occidente le ha dado a Ucrania para ayudarla a defenderse de una campaña rusa de ataques aéreos de meses de duración contra infraestructura crítica, centrales eléctricas y otros objetivos. 

Las  redadas  han causado cortes de energía extensos y otras interrupciones, pero no lograron destruir la red eléctrica. Sin embargo, los funcionarios rusos niegan haber tenido como objetivo a civiles. 

Mientras tanto, la fuerza aérea de Ucrania también informó que había destruido ocho aviones teledirigidos Shahed-136 de fabricación iraní que habían sido lanzados por Rusia durante la misma noche en que se interceptó con éxito el misil Kinzhal.

Unos 25.000 canadienses se vieron obligados a abandonar sus hogares a causa de los numerosos incendios forestales que estallaron en la provincia occidental de Alberta, donde el gobierno local declaró este sábado el estado de emergencia

Miles más fueron advertidos de estar preparados para abandonar sus hogares de un momento a otro, mientras que cantidad de incendios, avivados por fuertes vientos, creció a 110. «Hemos declarado un estado de emergencia» en la provincia para garantizar «la seguridad, salud y bienestar de los albertanos», declaró en rueda de prensa la primera ministra de Alberta, Danielle Smith, tras una reunión del comité de gestión de emergencias de su gobierno.

   Esta provincia canadiense, una de las mayores regiones productoras de petróleo, «ha estado experimentando una primavera seca y calurosa y, con tanta leña, bastan unas pocas chispas para prender unos incendios forestales realmente aterradores», había señalado más temprano. «Estas condiciones han resultado en la situación sin precedentes a la que nuestra provincia se enfrenta hoy». Smith dijo que hasta ahora se habían quemado unas 122.000 hectáreas.

   La declaración del estado de emergencia otorga al gobierno de Alberta «mayores poderes para responder a situaciones extremas», señaló, incluida la movilización de recursos adicionales y el desbloqueo de fondos de emergencia. Casi toda Alberta y gran parte de la vecina provincia de Saskatchewan, así como una amplia franja de los Territorios del Noroeste, se enfrentan a riesgos extremos de incendio, según un mapa de peligro de incendios del gobierno federal.

   El ministro federal de Preparación de Emergencias, Bill Blair, tuiteó que Ottawa estaba dispuesta a proporcionar asistencia federal en caso de ser necesario. Las instalaciones de arenas petrolíferas monitoreaban de cerca los peligros, pero ninguna ha reportado interrupciones en su producción.

   Drayton Valley, con 7.000 habitantes y a unos 140 kilómetros al oeste de Edmonton, figuraba entre las comunidades evacuadas mientras los bomberos luchaban contra un incendio fuera de control. A unos 550 kilómetros al norte de la capital provincial, un grave incendio consumió 20 viviendas, un almacén general y una comisaría de policía en la comunidad de Fox Lake. Los residentes fueron evacuados en barco y helicóptero.

   Asimismo, se les ordenó a los residentes de la localidad de Edson, con una población de más de 8.000 habitantes, «evacuar inmediatamente». En los últimos años, el oeste de Canadá se ha visto azotado repetidamente por fenómenos meteorológicos extremos, cuya intensidad y frecuencia han aumentado debido al calentamiento global.

El multimillonario Warren Buffett dijo que la inteligencia artificial puede cambiar el mundo de muchas maneras, pero la nueva tecnología no quitará oportunidades a los inversores y confía en que Estados Unidos seguirá prosperando con el tiempo.

Buffett y su  socio Charlie Munger pasaron todo el sábado  respondiendo preguntas en la reunión anual de Berkshire Hathaway dentro de un estadio repleto de Omaha.

“Las cosas nuevas que llegan no quitan las oportunidades. Lo que te da las oportunidades es que otras personas hagan cosas tontas”, dijo Buffett, quien tuvo la oportunidad de probar ChatGPT cuando su amigo Bill Gates se lo mostró hace unos meses.

Buffett reiteró su optimismo a largo plazo sobre las perspectivas de Estados Unidos, incluso con las amargas divisiones políticas de hoy.

“El problema ahora es que el partidismo se ha movido más hacia el tribalismo, y en el tribalismo ni siquiera se escucha al otro lado”, dijo.

Tanto Buffett como Munger dijeron que Estados Unidos se beneficiará de tener una relación comercial abierta con China, por lo que ambos países deben tener cuidado de no exacerbar las tensiones entre ellos porque hay mucho en juego para el mundo.

“Todo lo que aumenta la tensión entre estos dos países es estúpido, estúpido, estúpido”, dijo Munger. Y cada vez que cualquiera de los países hace algo estúpido, dijo que el otro país debería responder con una amabilidad increíble.

Buffett dijo que las quiebras bancarias como las de este año podrían haber sido catastróficas para la economía, pero los reguladores de la FDIC y el gobierno no permitirán que eso suceda, al igual que no permitirán que el debate actual sobre el límite de la deuda provoque una crisis.

La oportunidad de escuchar a los dos hombres responder todo tipo de preguntas sobre los negocios y la vida atrae a personas de todo el mundo a Omaha, Nebraska. Algunos de los accionistas sienten una urgencia particular de asistir ahora porque Buffett y Munger tienen más de 90 años.

“Charlie Munger tiene 99 años. Solo quería verlo en persona. Está en mi lista de deseos”, dijo Sheraton Wu, de 40 años, de Vancouver. “Tengo que asistir mientras pueda”.

“Es una oportunidad única en la vida”, dijo Chloe Lin, quien viajó desde Singapur para asistir a la reunión por primera vez y aprender de los dos inversionistas legendarios.

Una de las pocas concesiones que hace Buffett a su edad es que ya no recorre la sala de exposiciones antes de la reunión. En años anteriores, los accionistas lo acosaban para intentar tomarse una foto con él mientras un equipo de oficiales de seguridad trabajaba para manejar a la multitud. Munger ha usado una silla de ruedas durante varios años, pero ambos hombres todavía tienen una mente aguda.

Pero en un guiño a las preocupaciones sobre su edad, Berkshire mostró una serie de clips de preguntas sobre la sucesión de reuniones anteriores que se remontan a la primera que filmaron en 1994. Hace dos años, Buffett finalmente dijo que Greg Abel eventualmente lo reemplazará como CEO aunque no tiene planes de jubilarse. Abel ya supervisa todos los negocios no relacionados con seguros de Berkshire.

Aunque no todos en la reunión son fanáticos. Fuera de la arena, los pilotos de los NetJets de Berkshire protestaron por la falta de un nuevo contrato y los grupos pro-vida portaban carteles que declaraban «Los miles de millones de Buffett matan a millones» para oponerse a sus muchas donaciones caritativas a grupos defensores del derecho al aborto.

Berkshire Hathaway dijo el sábado por la mañana que ganó 35.500 millones de dólares, o 24.377 dólares por acción de Clase A, en el primer trimestre. Eso es más de 6 veces los $5,58 mil millones del año pasado, o $3,784 por acción.

Pero Buffett ha advertido durante mucho tiempo que esas cifras finales pueden ser engañosas para Berkshire porque las amplias oscilaciones en el valor de sus inversiones, la mayoría de las cuales rara vez vende, distorsionan las ganancias. En este trimestre, Berkshire vendió solo 1700 millones de dólares en acciones y registró una ganancia de inversión en papel de 27 400 millones de dólares. Parte de las ganancias de inversión de este año incluyeron un aumento de $ 2.4 mil millones relacionado con la adquisición planificada de Berkshire de la mayoría de las acciones de la compañía de paradas de camiones Pilot Travel Centers en enero.

Buffett dice que las ganancias operativas de Berkshire que excluyen las inversiones son una mejor medida del desempeño de la compañía. Según esa medida, las ganancias operativas de Berkshire crecieron casi un 13% a $ 8,065 mil millones, frente a $ 7,16 mil millones hace un año.

Los tres analistas encuestados por FactSet esperaban que Berkshire reportara ganancias operativas de $5,370.91 por acción Clase A.

Buffett estuvo cerca de dar una perspectiva formal el sábado cuando les dijo a los accionistas que espera que las ganancias operativas de Berkshire crezcan este año a pesar de que la economía se está desacelerando y muchas de sus empresas venderán menos en 2023. Dijo que Berkshire se beneficiará del aumento de las tasas de interés. en sus participaciones, y el mercado de seguros se ve bien este año.

El primer trimestre de este año fue relativamente tranquilo en comparación con el año anterior, cuando Buffett reveló que había gastado $ 51 mil millones a principios del año pasado, comprando acciones como Occidental Petroleum, Chevron y HP. Las compras de Buffett se desaceleraron durante el resto del año pasado con la excepción de una serie de compras adicionales de Occidental.

Al final del primer trimestre de este año, Berkshire tenía $ 130,616 mil millones en efectivo, frente a los $ 128,585 mil millones a fines del año pasado. Pero Berkshire gastó 4.400 millones de dólares durante el trimestre para recomprar sus propias acciones.

La unidad de seguros de Berkshire, que incluye a Geico y varias grandes reaseguradoras, registró una ganancia operativa de $911 millones, frente a los $167 millones del año pasado, impulsada por un repunte en los resultados de Geico. Geico se benefició del cobro de primas más altas y de una reducción en gastos de publicidad y siniestros.

Pero el ferrocarril BNSF de Berkshire y su gran unidad de servicios públicos reportaron ganancias más bajas. BNSF ganó $ 1,250 millones, por debajo de $ 1,370 millones, ya que la cantidad de envíos que manejó cayó un 10% después de perder un gran cliente y la desaceleración de las importaciones en los puertos de la costa oeste. La división de servicios públicos agregó $ 416 millones, por debajo de los $ 775 millones del año pasado.

Vía Radio Fe y Alegria

Bolsos, carteras, bandoleros, monederos, cofres, todos de fabricación Warao, son productos que se exhiben y venden en siete tiendas y en el aeropuerto internacional del estado Falcón, y son demandados además por viajeros que van a República Dominicana y a Estados Unidos. 

Dos mujeres del oriente venezolano se llevan el crédito de ese emprendimiento que beneficia a 10 mujeres indígenas, y que puso en el mercado internacional la cultura y tradiciones de los waraos, pueblo que habita en el Delta del Orinoco y que se identifican por ser gente del agua.  

Linneth Pottella, gerontóloga de profesión, sucrense de nacimiento y deltana de corazón, desde inicios de 2022 comercializa artesanías de la etnia Warao en un aeropuerto internacional en el occidente de Venezuela. 

Pottella, en 2010 se radicó en Tucupita, estado Delta Amacuro, y ese año ocupó el cargo de directora del geriátrico Doña Menca de Leoni. Ejerció su profesión por tres años, pero durante su gestión se convenció de que debía emprender porque el sueldo no alcanzaba para cubrir las necesidades básicas.

Se metió en diferentes oficios, pero ninguno le funcionó. Contó que  pasaba un mal momento económicamente, su madre enfermó y, además, ella entró en depresión. “Sentía que no me daban resultados y debía pensar en algo más, pero rápido”. 

Linneth,, que se define fiel creyente en Dios, le pidió un emprendimiento que le permitiera ayudar a otras personas. “Quería aportar mi granito de arena a quienes realmente lo necesitaran”. 

Comenzó a interesarse por el arte de los waraos y la forma cómo trabajan. “Pensé que podía resaltar su labor, las raíces de la etnia”, dijo.

A inicios del 2022, a Potella se le ocurrió la idea de decorar unos sombreros de bora. Luego, la madre de Linneth, experta en manualidades, se sumó al equipo. 

Vendieron sus pertenencias para invertir en el nuevo negocios y con el dinero que obtuvieron se dirigieron a la comunidad indígena de Janokosebe, en la carretera nacional, al sur de la ciudad tucupitense para adquirir la mercancía. 

Inicialmente, compraron sombreros hechos con flor de bora. Linneth y su madre empezaron a darle “un toque criollo” decorándolos con otros materiales y promocionaron los productos por redes sociales. 

En febrero del año pasado, Linneth fue invitada por una de sus compañeras, que cursó estudios en la facultad de Gerontología en Falcón, a comercializar los sombreros en las playas. Vendió los 40 sombreros que había llevado.

Desde el momento de su llegada a la Península de Paraguaná, vio la aceptación del producto y la demanda que generaba, pues era la única que los distribuía. “Las personas valoraron la calidad de los tejidos”, aseguró.

Consiguió un espacio en el Aeropuerto Internacional Josefa Camejo para ofrecer la artesanía. Posteriormente, con el apoyo de diversos organismos, llegó a participar en múltiples festivales, ferias y exposiciones regionales. En marzo de 2023, fue galardonada como Emprendedora del Año, por la organización Mujer Emprendedora Falcón. 

Ahora, afirma que además de vender las artesanías, transmite las historias detrás de cada producto, sus orígenes y beneficios, que son propios de la cultura warao. Desea exhibir la etnia en toda Venezuela y en el mundo entero.

En su cuenta de la red social Twitter, @TellecheaRuiz, indicó que se llevó a cabo la firma del permiso, en presencia de autoridades de la empresa Ente Nazionale Idrocarburi (ENI) y Refinerías de Petróleo de Escombreras, SA (Repsol).

Cardón IV S.A. es una empresa conjunta de 50:50 entre la multinacional energética española Repsol y la petrolera italiana global Eni y es titular y operador del bloque Cardón IV, en el Golfo de Venezuela.

Incorporada en 2006, su actividad principal es la producción y venta de gas a nivel nacional. En 2009, Cardón IV, S.A descubrió el campo de gas natural Perla ubicado en el bloque Cardón IV, en aguas poco profundas en el Golfo de Venezuela, a 50 kilómetros de la costa al oeste de la península de Paraguaná, Venezuela.

El gas y los líquidos del gas del campo Perla se enviaban al Compljo Refinador Paraguaná (CRP) compuesto por las refinerías de Amuay y Cardón. Específicamente los condensados se enviaban para ser utlizados en la elaboración de gasolinas terminadas y como diluyentes de crudos pesados en Jose.

Pdvsa acumuló grandes deudas con la empresa Cardón IV S.A. quienes hcieron un lobby positivo ante la OFAC de EEUU logrando obtener una licencia para tomar producción del campo Perla como repago a las deudas.

La «Autorización de Ciertas Transacciones de Exportación o Reexportación de Gas Licuado de Petróleo a Venezuela» de la Ofac, conocida como Licencia 40A del 6 de julio de 2022 renovando la emitida 12 de julio de 2021

De acuerdo con datos vistos por Bloomberg, el proyecto Cardón IV ha aumentado la producción a 500 millones de pies cúbicos de gas natural por día en 2023, cifra que constituye un 31% más que la cantidad producida en 2019.

Desde mayo del año pasado Los socios de Cardón IV empezaron a recibir cargamentos de crudos y DCO como mecanismo de pago de las facturas de gas y condensados que produce Cardón IV.. Co este permiso cambia la modalidad y permiten la exprotación directa de los condensados de gas natural

Un experto consultado por morfema.press, declaró en condición de anonimato, que la exportación de condensados, utilizados en el CRP para la fabricación de gasolinas, indica que Pdvsa no tiene planes inmediatos de elevar la producción local de gasolinas por encima de los niveles actuales. «sino no se exportaríán» finalizó

De acuerdo a cifras publicadas por ENI y Repsol en sus respectivos reportes anuales y en el estado financiero de Pdvsa, las cuentas por cobrar hasta el cierre de 2021 por sus operaciones en Cardón IV y en la empresa mixta Petroquiriquire, respectivamente, ascienden al menos a 1.371 millones de dólares, de los cuales $571 millones son de la compañía italiana y $800 millones de la española.

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