Los principales países productores de petróleo iniciaron este domingo su reunión, en la cual es probable que mantengan sus niveles actuales de producción, en la víspera de que entren en vigor nuevas sanciones contra Rusia.
Los representantes de los trece miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), y de sus 10 aliados — entre los que figura Rusia –, se reunieron por videoconferencia poco antes de las 11H00 GMT para discusiones técnicas, antes de una reunión ministerial prevista una hora después.
El contexto es especialmente agitado: Rusia está indignada contra la decisión de la Unión Europea, el G7 y Australia de limitar el precio de su petróleo, que entrará en vigor el lunes “o poco tiempo después”.
También el lunes comenzará el embargo de la UE sobre las entregas marítimas de crudo ruso. Este impedirá los envíos de crudo ruso en buques cisterna a la UE, que representan dos tercios de las importaciones, lo que reduciría las arcas de Rusia para la guerra en Ucrania en miles de millones de euros.
Aunque el sábado Rusia denunció el tope de precio de 60 dólares y amenazó con suspender las entregas a cualquier país que adoptara la medida, Ucrania sugirió que el tope establecido debió ser todavía más bajo.
Para la OPEP+, la gran incógnita sobre el petróleo es qué tan fuerte será el impacto de las sanciones sobre el suministro ruso.
“La incertidumbre sobre el suministro ruso es significativa”, consideran analistas de DNB. Por ello, la OPEP “le apuntaría a una reunión de bajo perfil que no cambie las cuotas de producción existentes”.
Una ‘posición incómoda’
La amenaza de Moscú de suspender las entregas a los países que adopten el tope de precio pondría a “algunos de ellos en una posición muy incómoda”, dice el analista de Oanda, Craig Erlam: la de “elegir entre perder acceso a petróleo ruso barato o enfrentar sanciones del G7”.
Elegir una reunión virtual de la OPEP+ y no una presencial en la sede de Viena sugiere un cambio en la política, opina el analista de UniCredit Edward Moya.
Sin embargo, aún no se puede descartar que haya “recortes más profundos de la producción de petróleo” en esta etapa.
Entre el pesimismo económico impulsado por la vertiginosa inflación y los temores de una demanda de energía más débil por parte de China debido a sus restricciones alrededor del covid, los dos petróleos de referencia en el mundo se mantuvieron cerca de su nivel más bajo del año, lejos de los picos de marzo.
Desde la más reciente reunión del grupo a comienzos de octubre, el petróleo Brent del Mar del Norte y el WTI han perdido más del 6% de su valor.
Sin embargo, los precios se impulsaron la semana pasada ante la especulación de que habría todavía un posible recorte de producción de la OPEP+.
“La OPEP+ podría sentirse forzada a adoptar una postura más agresiva” recortando o amenazando con reducir aún más la producción, dice Edoardo Campanella, analista de UniCredit.
“Rusia también podría tomar represalias a través de su influencia dentro de la Opep+ para impulsar futuros recortes de producción que exacerbarían la crisis energética mundial”, agregó.
Después de años de políticas fiscales, monetarias y crediticias extremadamente laxas y el inicio de grandes shocks de oferta negativos, las presiones estanflacionarias ahora están presionando una enorme montaña de deuda del sector público y privado. La madre de todas las crisis económicas se avecina, y será poco lo que los políticos puedan hacer al respecto.
La economía mundial se tambalea hacia una confluencia sin precedentes de crisis económicas, financieras y de deuda, tras la explosión de los déficits, los préstamos y el apalancamiento en las últimas décadas.
En el sector privado, la montaña de deuda incluye la de los hogares (como hipotecas, tarjetas de crédito, préstamos para automóviles, préstamos estudiantiles, préstamos personales), empresas y corporaciones (préstamos bancarios, deuda de bonos y deuda privada) y el sector financiero. (Pasivos de instituciones bancarias y no bancarias). En el sector público, incluye bonos del gobierno central, provincial y local y otros pasivos formales, así como deudas implícitas tales como pasivos no fondeados de planes de pensión de reparto y sistemas de salud, todo lo cual continuará crecer a medida que las sociedades envejecen.
Solo mirando las deudas explícitas, las cifras son asombrosas. A nivel mundial, la deuda total del sector público y privado como porcentaje del PIB aumentó del 200 % en 1999 al 350 % en 2021. La proporción ahora es del 420 % en las economías avanzadas y del 330 % en China. En los Estados Unidos, es del 420%, que es más alto que durante la Gran Depresión y después de la Segunda Guerra Mundial.
Por supuesto, la deuda puede impulsar la actividad económica si los prestatarios invierten en capital nuevo (maquinaria, viviendas, infraestructura pública) que genera rendimientos superiores al costo del préstamo. Pero gran parte del endeudamiento se destina simplemente a financiar gastos de consumo por encima de los ingresos propios de manera persistente, y esa es una receta para la bancarrota. Además, las inversiones en «capital» también pueden ser riesgosas, ya sea que el prestatario sea un hogar que compra una casa a un precio inflado artificialmente, una corporación que busca expandirse demasiado rápido independientemente de los rendimientos o un gobierno que está gastando el dinero en «elefantes blancos». ” (proyectos de infraestructura extravagantes pero inútiles).
Tal sobreendeudamiento ha estado ocurriendo durante décadas, por varias razones. La democratización de las finanzas ha permitido que los hogares con ingresos limitados financien el consumo con deuda. Los gobiernos de centro-derecha han recortado persistentemente los impuestos sin reducir también el gasto, mientras que los gobiernos de centro-izquierda han gastado generosamente en programas sociales que no están totalmente financiados con suficientes impuestos más altos. Y las políticas fiscales que favorecen la deuda sobre el capital, instigadas por las políticas monetarias y crediticias ultralaxas de los bancos centrales, han alimentado un aumento en el endeudamiento tanto en el sector público como en el privado.
Años de expansión cuantitativa (QE) y expansión crediticia mantuvieron los costos de endeudamiento cerca de cero y, en algunos casos, incluso negativos (como en Europa y Japón hasta hace poco). Para 2020, la deuda pública equivalente en dólares con rendimiento negativo era de 17 billones de dólares y, en algunos países nórdicos, incluso las hipotecas tenían tasas de interés nominales negativas.
La explosión de índices de deuda insostenibles implicó que muchos prestatarios (hogares, corporaciones, bancos, bancos en la sombra, gobiernos e incluso países enteros) fueran «zombis» insolventes que estaban siendo respaldados por bajas tasas de interés (que mantuvieron los costos del servicio de la deuda en niveles manejables). ). Durante la crisis financiera mundial de 2008 y la crisis de la COVID-19, muchos agentes insolventes que habrían quebrado fueron rescatados mediante políticas de tipo de interés cero o negativo, QE y rescates fiscales absolutos.
Pero ahora, la inflación, alimentada por las mismas políticas fiscales, monetarias y crediticias ultralaxas, ha terminado con este amanecer financiero de los muertos. Con los bancos centrales obligados a aumentar las tasas de interés en un esfuerzo por restaurar la estabilidad de precios, los zombis están experimentando fuertes aumentos en los costos del servicio de la deuda. Para muchos, esto representa un triple golpe, porque la inflación también está erosionando los ingresos reales de los hogares y reduciendo el valor de los bienes de los hogares, como casas y acciones. Lo mismo ocurre con las corporaciones, las instituciones financieras y los gobiernos frágiles y sobreapalancados: se enfrentan a costos de endeudamiento en fuerte aumento, ingresos e ingresos en descenso y valores de activos en declive , todo al mismo tiempo.
Peor aún, estos desarrollos coinciden con el regreso de la estanflación (alta inflación junto con un crecimiento débil). La última vez que las economías avanzadas experimentaron tales condiciones fue en la década de 1970. Pero al menos en ese entonces, los índices de endeudamiento eran muy bajos. Hoy enfrentamos los peores aspectos de la década de 1970 (shocks estanflacionarios) junto con los peores aspectos de la crisis financiera mundial. Y esta vez, no podemos simplemente reducir las tasas de interés para estimular la demanda.
Después de todo, la economía global está siendo golpeada por persistentes shocks de oferta negativos a corto y mediano plazo que están reduciendo el crecimiento y aumentando los precios y los costos de producción. Estos incluyen las interrupciones de la pandemia en el suministro de mano de obra y bienes; el impacto de la guerra de Rusia en Ucrania en los precios de las materias primas; la cada vez más desastrosa política de cero COVID de China; y una docena de otros shocks a mediano plazo , desde el cambio climático hasta los desarrollos geopolíticos, que crearán presiones estanflacionarias adicionales.
A diferencia de la crisis financiera de 2008 y los primeros meses de COVID-19, simplemente rescatar a los agentes públicos y privados con políticas macro laxas echaría más gasolina al fuego inflacionario. Eso significa que habrá un aterrizaje forzoso, una recesión profunda y prolongada, además de una grave crisis financiera. A medida que estallan las burbujas de activos, los índices de servicio de la deuda aumentan y los ingresos ajustados a la inflación caen en los hogares, las corporaciones y los gobiernos, la crisis económica y el colapso financiero se retroalimentan.
Sin duda, las economías avanzadas que se endeudan en su propia moneda pueden utilizar un episodio de inflación inesperado para reducir el valor real de alguna deuda nominal a largo plazo con tasa fija. Dado que los gobiernos no están dispuestos a aumentar los impuestos o recortar el gasto para reducir sus déficits, la monetización del déficit del banco central volverá a verse como el camino de menor resistencia. Pero no puedes engañar a todas las personas todo el tiempo. Una vez que el genio de la inflación salga de la botella, que es lo que sucederá cuando los bancos centrales abandonen la lucha frente al colapso económico y financiero que se avecina, los costos de endeudamiento nominales y reales aumentarán. La madre de todas las crisis de deuda estanflacionarias se puede posponer, no evitar.
Las palabras que se escriben diferente, pero suenan igual (homófonas), a menudo suelen volverse problemáticas a la hora de distinguir su significado. En el español es común encontrarnos con palabras homófonas, que suena igual que otra, pero que tiene distinto significado y puede tener distinta grafía. Algunas veces, hay palabras que se distorsionan ligeramente y se usan incorrectamente.
¿Se escribe «queratina» o «keratina»?
Respuesta corta: La forma correcta es «queratina» con qu, pues en el español esta es la grafía asentada. Vea los siguientes ejemplos:
Las queratinas ayudan a formar los tejidos del cabello, las uñas y la capa externa de la piel.
El tratamiento de queratina se utiliza casi en todos los salones de belleza.
FundéuRAE menciona que la única forma recogida de esta voz desde que se incorporó a esa obra en 1914 es con el grupo qu, no con la letra ka, y es también la única incluida en el Diccionario de términos médicos de la Real Academia Nacional de Medicina. La forma keratina puede ser influencia del inglés keratin.
Cabe mencionar que en la actualidad la RAE acepta el uso de extranjerismos en los textos en español, siempre y cuando se incluya un distintivo que indique que es una palabra procedente de una lengua extranjera. Para diferenciarlo se puede colocar entre comillas o hacer uso de las cursivas.
A continuación, vea el significado de queratina tal y como aparece en el Diccionario de la lengua española (DLE):
Bioquímica. Proteína rica en azufre, que constituye la parte fundamental de las capas más externas de la epidermis de los vertebrados y de sus derivados, como plumas, pelos, cuernos, uñas, pezuñas, etc., a la que deben su resistencia y su dureza.
¿Qué son los extranjerismos?
El diccionario panhispánico de dudas dice que todos los idiomas se han enriquecido a lo largo de su historia con aportaciones léxicas procedentes de lenguas diversas. Indica que es importante que su incorporación responda en lo posible a nuevas necesidades expresivas y, sobre todo, que se haga de forma ordenada y unitaria, acomodándolos al máximo a los rasgos gráficos y morfológicos propios del español.
Criterios generales de la RAE sobre los extranjerismos.
Extranjerismos superfluos o innecesarios. Son aquellos para los que existen equivalentes españoles con plena vitalidad. En el artículo se detallan esas alternativas y se censura el empleo de la voz extranjera. Ejemplos: abstract (en español, resumen, extracto), back-up (en español, copia de seguridad), consulting (en español, consultora o consultoría).
Extranjerismos necesarios o muy extendidos. Son aquellos para los que no existen, o no es fácil encontrar, términos españoles equivalentes, o cuyo empleo está arraigado o muy extendido.
¿Por qué los extranjerismos deben escribirse con cursiva?
De acuerdo con las normas de la Ortografía de la lengua española, los extranjerismos y latinismos crudos o no adaptados (aquellos que se utilizan con su grafía y pronunciación originarias y presentan rasgos gráfico-fonológicos ajenos a la ortografía del español) deben escribirse en los textos españoles con algún tipo de marca gráfica que indique su carácter foráneo. Las locuciones o dichos en otras lenguas que se utilicen en textos españoles deben escribirse preferentemente en cursiva o, en su defecto, entre comillas.
La administración ha debilitado a la oposición democrática y fortalecido el régimen de Maduro a cambio de quizás unas gotas de petróleo y poco más.
La administración Biden está cansada de Venezuela y se está alejando lentamente de los esfuerzos para promover la democracia allí.
No se puede llegar a otra conclusión de su decisión de suavizar las sanciones al petróleo venezolano y permitir que Chevron produzca más petróleo en el país. Debido a que será insostenible tratar a Chevron mucho mejor que a cualquier otra compañía petrolera, pronto habrá más movimientos de este tipo. Los abogados y cabilderos de las compañías petroleras europeas e indias que han clamado por la oportunidad de producir o comprar petróleo venezolano sin duda están redactando sus cartas a la Casa Blanca, al Tesoro y al Departamento de Estado en este momento.
Levantar las sanciones a cambio de ganancias democráticas reales siempre ha sido la política estadounidense. Levantar las sanciones sin tales ganancias es la triste mutación de la administración Biden. ¿Qué obtiene Estados Unidos a cambio cuando comienza a levantar las sanciones? Las supuestas “concesiones” del régimen de Maduro son ridículas; de hecho, son ilusorias.
Primero, Maduro acordó un plan para permitir el uso de miles de millones de dólares en activos congelados para programas humanitarios en Venezuela. Este es un movimiento que, con miles de millones de dólares, inevitablemente permitirá que el régimen notoriamente corrupto robe más dinero. Y esto, increíblemente, figura como una concesión del régimen.
La segunda “concesión” es aceptar volver a negociar, en México, con la oposición. Ahora, “volver a las negociaciones” significa sentarse a la mesa. El régimen ha hecho esto año tras año, en la República Dominicana, en México y en otros lugares, durante décadas. Considere esta Declaración Conjunta sobre las Negociaciones de Venezuela publicada hace unos días, el 26 de noviembre:
La siguiente declaración fue emitida por el Secretario de Estado Antony J. Blinken, el Alto Representante de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell Fontelles, la Ministra de Asuntos Exteriores de Canadá, la Honorable Mélanie Joly, y la Secretaria de Estado de Asuntos Exteriores del Reino Unido, Commonwealth y Asuntos de Desarrollo James Cleverly.
Saludamos la decisión anunciada hoy por los negociadores venezolanos de reiniciar el proceso de diálogo en la Ciudad de México.
La siguiente declaración fue emitida por el Secretario de Estado Antony J. Blinken, el Alto Representante de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, y el Ministro de Asuntos Exteriores de Canadá, Marc Garneau. . . .
Damos la bienvenida al anuncio de que pronto comenzarán negociaciones integrales lideradas por Venezuela en la Ciudad de México, México
A partir de ahí siguió y siguió. En 15 meses lo único que ha cambiado es la voluntad de Estados Unidos de comenzar a levantar las sanciones a pesar de la aud¿sencia de las concesiones políticas reales del régimen de Maduro. Estados Unidos no exigió la liberación de los presos políticos. No exigimos ninguna libertad de prensa. No exigimos que el régimen permitiera el regreso de ningún líder político exiliado. No dijimos que levantaríamos las sanciones solo cuando se celebraran elecciones libres. En cambio, comenzamos a levantar las sanciones cuando el régimen dijo que enviaría algunos funcionarios a la Ciudad de México.
¿Por qué este abandono de la política estadounidense? Primero, el petróleo: hay una esperanza vana de que el aumento de la producción petrolera venezolana pueda reducir los precios mundiales del petróleo. Esa esperanza es vana porque la zona petrolera venezolana está tan degradada por décadas de negligencia, corrupción y abuso que solo es posible un poco más de producción sin miles de millones de dólares en nuevas inversiones. Es menos irónico que grotesco que la administración Biden prefiera ver un aumento en la producción de petróleo de Venezuela antes que en la de Estados Unidos.
Segundo, el cansancio: Ayudar a la oposición venezolana a sobrevivir, reorganizarse y luchar contra el régimen es una ardua tarea. Como vemos hoy en Irán, tales luchas pueden llevar décadas, pero la oposición popular puede sobrevivir y cobrar vida. Si cree que a la oposición venezolana le parece bien ver vacilar el apoyo de Estados Unidos y está feliz de ver a diplomáticos estadounidenses volar a Caracas para reunirse con Maduro, piénselo de nuevo.
Estas decisiones se están tomando sin una consulta real con las fuerzas democráticas en Venezuela. Los líderes de la oposición se ven obligados a aceptar lo que decidan los funcionarios de Biden, y si protestan con demasiada energía y en voz alta, serán tachados de “poco realistas”, “alborotadores” y todos los demás términos que usa Foggy Bottom cuando decide que las personas se han vuelto “difíciles” como en esta caso
Tercero, inmigración: la administración Biden tiene una gran crisis en la frontera sur y quiere poder enviar de regreso a los venezolanos entre los migrantes. Será mucho más fácil hacerlo si se puede argumentar (incluso de manera deshonesta) que las condiciones en su país de origen están mejorando porque han comenzado las negociaciones y los programas de gastos humanitarios.
Venezuela está programada para celebrar elecciones presidenciales en 2024, y tanto los demócratas de Estados Unidos como de Venezuela quieren que sean libres. Sería sensato levantar las sanciones cuando haya comenzado la liberación de los presos políticos, cuando los periódicos y la televisión puedan comenzar a informar libremente, cuando los líderes exiliados puedan comenzar a regresar a casa y cuando se establezca una comisión electoral justa e independiente.
Comenzar a levantarlos ahora, cuando el vicioso y brutal régimen de Maduro no ha accedido a nada más que sentarse nuevamente en México, es una traición. En casi dos años en el cargo y a pesar del discurso ocasional sobre la democracia, la administración Biden ha debilitado las fuerzas de oposición democrática en Venezuela y fortalecido el régimen de Maduro.
Elliot Abrams es miembro principal del Consejo de Relaciones Exteriores y presidente de la Coalición Vandenberg. Fué «emisario especial» para tratar la situación venezolana del Secretario de Estado Mike Pompeo
La OMS estima que la resistencia de los patógenos a los productos antimicrobianos causará alrededor del mundo cerca de 10 millones de muertes hasta el 2050.
Un equipo de científicos australianos descubrió un mecanismo desarrollado por las bacterias para resistir los tratamientos de antibióticos. Esta estrategia, indetectable con los métodos de análisis de laboratorio tradicionales, representa un nuevo reto para la industria farmacéutica y el sector de la salud, informó el Centro de Investigación Telethon.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que la resistencia a los antimicrobianos causará alrededor del mundo cerca de 10 millones de muertes hasta el 2050, por lo que saber cómo logran las bacterias sobrevivir a los tratamientos es de vital importancia para disminuir el número de fallecimientos a causa de infecciones bacterianas.
Durante su estudio, los expertos investigaron la resistencia a los antibióticos de los estreptococos A, un tipo de bacterias responsables de la escarlatina, una enfermedad potencialmente mortal que en las últimas semanas se ha cobrado la vida de al menos cuatro niños en el Reino Unido.
Eludiendo fármacos convencionales
Al examinar un antibiótico prescrito con regularidad como tratamiento para combatir las infecciones cutáneas por estreptococo A, los académicos descubrieron cómo el patógeno conseguía eludir por completo los efectos de este.
«Las bacterias necesitan fabricar sus propios folatos para crecer y, a su vez, causar enfermedades. Algunos antibióticos bloquean la producción de estos para detener el crecimiento de las bacterias y tratar la infección», explicó Timothy Barnett, coautor del estudio.
Sin embargo, detallan los académicos en un artículo publicado en Nature Communications, identificaron que una mutación en el gen ‘thfT’ recodifica el sistema de recolección de folato de las bacterias, permitiéndoles tomarlo directamente de su huésped humano cuando un fármaco, como el sulfametoxazol, inhibe la capacidad del patógenos de sintetizarlo, lo que hace que el medicamento sea ineficaz.
«Por desgracia, sospechamos que esto es solo la punta del iceberg. Hemos identificado este mecanismo en el estreptococo A, pero es probable que sea un problema más amplio», comentó Barnett, coautor de la publicación. «Sin antibióticos, nos enfrentamos a un mundo en el que no habrá forma de detener infecciones mortales«, advirtió.
Ante este panorama, Kalindu Rodrigo, otro de los autores, destacó la importancia de «continuar explorando cómo se desarrolla la resistencia en los patógenos y diseñar métodos de diagnóstico y terapéuticos rápidos y precisos», lo que podría salvar millones de vidas cada año.
Por morfema.press
Sin embargo, la Fiscalía explicó que el poder judicial continuará con su supervisión respecto al comportamiento a nivel comunitario y subrayó que la vestimenta de las mujeres sigue siendo muy importante.
Irán ha suprimido la policía de la moral, fuerza que vigilaba la vestimenta de las personas y detenía sobre todo a las mujeres que no se cubrían de acuerdo con los códigos dictados por el sistema de la República Islámica, informó el fiscal general del país, Mohamad Yafar Montazerí.
Esa policía «no tiene nada que ver con el Poder Judicial», preciso Montazerí al hacer el anuncio en declaraciones difundidas anoche por la agencia local iraní de noticias ISNA, en lo que los analistas consideran una cesión ante el movimiento de protesta popular que registra el país desde hace tres meses.
Montazerí explicó que el poder judicial continuará con su supervisión respecto al comportamiento a nivel comunitario y subrayó que la vestimenta de las mujeres sigue siendo muy importante, sobre todo en la ciudad santa de Qom, al sur de Teherán.
«El mal hiyab (velo islámico) en el país, especialmente en la ciudad santa de Qom, es una de las principales preocupaciones del poder judicial así como de nuestra sociedad revolucionaria, pero cabe señalar que la acción judicial es el último recurso y las medidas culturales anteceden a cualquier otra», justificó Montazerí en un discurso en una reunión con clérigos en Qom.
La ciudad de Qom es el centro teológico de Irán, donde están situados los principales seminarios del país y donde visitan y estudian miles de peregrinos y seminaristas de todo el mundo.
Cifra de muertes sería el doble
Irán vive protestas generalizadas desde el pasado 16 septiembre, tras la muerte bajo la custodia policial de la joven kurda de 22 años Mahsa Amini, que había sido arrestada precisamente por la policía de la moral por llevar supuestamente mal puesto el velo islámico.
Las protestas incluyen la reivindicación del fin de la República Islámica. «No se trata de protesta, esto es una revolución», «no queremos República Islámica», «muerte al dictador», son algunos lemas que gritan los manifestantes en protestas callejeras o por las noches desde las ventanas de sus casas y escriben en los muros de los edificios desde el pasado mes de septiembre.
Segun el Consejo de Seguridad de Irán desde el comienzo de las protestas han muerto «más de 200 personas», pero oenegés extranjeras, como Iran Human Rights, con sede en Oslo, sitúan el número de muertos en 448 por la fuerte represión policial.
Además, al menos 2.000 personas han sido acusadas de diversos delitos por su participación en las movilizaciones, de las que seis han sido condenadas a muerte.
Rafael Uzcátegui, coordinador de la ONG Provea, denuncia los efectos del autoritarismo en su país y defiende un activismo al margen del sesgo ideológico.
Aunque Rafael Uzcátegui (Mérida, Venezuela, 1973) es un sociólogo formado en el ámbito académico de la izquierda, su lucha por los derechos humanos lo llevó a buscar un camino fuera de la ideología para ocuparse de la defensa de las víctimas de regímenes autoritarios. A su juicio, las izquierdas han perdido la centralidad del cambio social, y gran parte de sus líderes olvidan sus principios cuando es conveniente, sobre todo si se trata de temas que afectan a gobiernos o procesos afines. Una visión que ha desarrollado en libros como La rebeldía más allá de la izquierda (Náufrago de Ítaca, 2021), donde Uzcátegui analiza el abordaje que buena parte de las izquierdas internacionales han realizado sobre el conflicto venezolano y las perspectivas sobre la recuperación de la democracia en el país.
Desde 2015, Uzcátegui coordina el Programa Venezolano de Educación Acción en Derechos Humanos (Provea), organización no gubernamental a la que se unió en 2006. Esta institución pionera fue fundada en 1988, y ha operado bajo modelos estatales de derecha y de izquierda, por lo que ha podido comprobar de cerca cómo actúan los representantes de estas dos ideologías frente al derecho y las libertades.
La labor de Provea, como la de otras ONG venezolanas, fue aplaudida al comienzo del mandato de Hugo Chávez, pero en la medida en que el régimen bolivariano consolidó el proyecto socialista, la institución pasó a ser acusada de agente enemigo y de recibir financiamiento del exterior como parte de una conspiración contra el chavismo. Es por ese motivo que Uzcátegui tiene, junto al resto del equipo de Provea, medidas cautelares de protección dictadas por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
Pese al hostigamiento por parte de las autoridades, Uzcátegui persiste en su lucha en contra de las vulneraciones de los derechos humanos, más allá del sesgo que imponen las ideologías. El sociólogo, no obstante, expresa su preocupación por el futuro que le aguarda a su país, donde las autoridades han intentado adueñarse de todo aquello que articula el sentido de comunidad nacional. “Los símbolos de Venezuela han sido intervenidos y fragmentados por el chavismo; sin embargo, no han logrado que la población los asuma”, explica el activista a COOLT. “Los regímenes totalitarios tienen la capacidad de borrar la historia para imponer una nueva narrativa, pero en eso han sido ineficientes también. Esa intervención de nuestra identidad amerita un esfuerzo generoso de todos los venezolanos, incluyendo a quienes creyeron de buena fe que con el chavismo se iban a superar los problemas del país”.
El sociólogo venezolano Rafael Uzcátegui, coordinador general de la ONG Provea. CORTESÍA
– En su libro La rebeldía más allá de la izquierda aborda un sesgo que ha predominado en el mundo polarizado y que identifica como “solidaridad selectiva”, según el cual la izquierda y la derecha se solidarizan con las víctimas de Estados autoritarios según su ideología. Un fenómeno que, lejos de superarse, parece haberse profundizado en los últimos años.
– Hay una discusión en los últimos años que plantea que la división del mundo entre izquierda y derecha cada vez tiene menos correlación con la realidad. En el caso de las izquierdas, han perdido la centralidad del cambio social porque sus líderes han tenido ideas muy conservadoras. Lo que se configuró en el siglo XIX no tiene respuestas frente a las nuevas demandas de la sociedad. En Venezuela, creo que eso ha impedido que haya un tránsito a la democracia. Las autoridades gobiernan desde el apoyo del mundo progresista internacional, y eso ha impedido que los venezolanos puedan resolver este conflicto, al menos en este momento. Si las izquierdas se hubiesen comportado de otra manera, hoy la situación sería sustancialmente diferente.
Yo parto de la discusión que se dio entre Albert Camus y Jean Paul Sartre [en 1952 en torno a la ortodoxia comunista], de la que nosotros solamente vimos la versión latinoamericana, que fue la discusión entre Mario Vargas Llosa y Gabriel García Márquez. De alguna manera, ese debate fue el que legitimó esta postura pragmática de la izquierda internacional sobre los procesos o los Gobiernos afines: es decir, esta capacidad de olvidar sus principios cuando era conveniente, de justificar permanentemente el doble estándar y de utilizar la inteligencia para falsear la realidad.
A mí me preocupa mucho el futuro de Venezuela, pienso que hay principios que tenemos que defender, que tienen que estar en la nueva Venezuela que se va a construir, como los de solidaridad, igualdad y justicia, entre otros. Intento decirles a los jóvenes que la lucha contra la pobreza no es propiedad del chavismo ni de las izquierdas. Por tanto, necesitamos una mirada fuera de la ideología para poder dialogar. A mí no me sirve la ideología para conversar con un joven de 20 ó 30 años que ha crecido bajo la influencia de un Gobierno de izquierda y que siente que es uno de los factores que lo oprimen. Necesito conversar con él desde otro lugar, un lugar posideológico, para apelar más a los principios universales, para que tenga otro marco de comprensión de lo que ha sucedido en el país.
– Desde su fundación en 1988, Provea ha vivido dos modelos políticos en Venezuela: la democracia representativa y el socialismo del siglo XXI. ¿Cómo ha sido la experiencia al defender a las víctimas en ambas etapas?
– Provea nació cuando aparecieron las primeras ONG venezolanas de defensa de derechos humanos. En aquellos años asumimos un caso emblemático, la Masacre del Amparo, y sufrimos la estigmatización de ser denominados “defensores de delincuentes”. Generalmente, los Gobiernos de esos años no entendían de qué iba este trabajo. Provea también visitó a Hugo Chávez en la prisión en 1993 y 1994, después del golpe militar, para constatar su situación, y dio asistencia jurídica gratuita a Nicolás Maduro, entonces un sindicalista de ser despedido por su actividad en el Metro de Caracas. Ese período prebolivariano era una democracia que tenía déficits, debilidades. Era un modelo que se estaba agotando, y la sociedad venezolana estaba buscando una salida. De una manera desesperada, se apostó por un vengador que fue Hugo Chávez, quien prometió venganza frente a todo lo que significaban los males de ese momento.
Tuvimos nuestra época de oro en las relaciones con el chavismo desde 1999, a raíz de nuestra participación en el proceso constituyente, pero esa etapa se deterioró rápidamente. En un discurso en febrero de 2004, Chávez delineó lo que iba a ser el abordaje que iban a tener las autoridades con las ONG, que era acusarlas de ser financiadas desde el exterior con fines oscuros y ser parte de una conspiración. Provea observaba la realidad desde los lentes de los derechos humanos. Así, se reconocieron algunas políticas públicas del chavismo que beneficiaban a las mayorías. Pero tampoco perdíamos la capacidad de ser críticos con lo que veíamos, como la pretensión de imponer hegemónicamente un modelo que luego se llamó el socialismo del siglo XXI. Todo fue muy nítido a partir de 2007, cuando Chávez pierde el referendo constitucional. De hecho, eso es lo que le permite a Provea calificar en octubre de 2016 a Maduro como un gobernante no democrático, un dictador.
Desde 2006, las ONG no podemos visitar las cárceles, ni a los presos comunes ni a los presos políticos, y estamos bajo un ataque permanente, con la posibilidad de que se apruebe una normativa para evitar la cooperación internacional. Maduro no quiere que recibamos fondos para ayudar a víctimas, como en algún momento lo ayudamos a él. Este es el peor momento en materia de derechos humanos, el peor momento en derechos sociales, civiles y políticos del país. Han ocurrido hechos muy graves y eso ha motivado una investigación por parte de la Corte Penal Internacional. No temo que el chavismo se quede para siempre, porque este tipo de gobiernos autoritarios tienen fecha de caducidad; mi miedo más profundo es que, como país, no hayamos aprendido las lecciones de los últimos años y que los venezolanos apostemos de nuevo por una venganza, no por la justicia o por un modelo inclusivo que permita superar los déficits que tenemos. Lamentablemente, hay mucha indignación en la sociedad, mucho dolor, no solamente por la pobreza, sino por la separación de las familias.
– Un hecho tan repudiable como ha sido la invasión rusa a Ucrania cuenta con el apoyo de Gobiernos llamados progresistas como los de Venezuela, Nicaragua y Cuba entre otros, solo por el hecho de formar parte de una alianza internacional.
– Frente a la incertidumbre, volvemos a lo conocido. En el Palacio de Miraflores [sede del Gobierno venezolano] se hizo un esfuerzo de revitalizar la Guerra Fría, de volver a separar al mundo entre izquierda y derecha. Uno pensaba que después de la caída del Muro de Berlín eso se había debilitado y que usábamos otros ejes para la comprensión de la realidad, pero está reviviendo.
En América Latina se sigue pensando que Rusia es la heredera de los sóviets y desde allí se intenta revitalizar esa mirada sobre el mundo, que además es muy favorable para proyectos autoritarios como el de Venezuela y los nuevos populismos: la división de la sociedad entre los buenos y los malos. Estamos volviendo a una reconfiguración del mapa político latinoamericano en esos términos, con una mayor preponderancia de las izquierdas a través del grupo de Lula Da Silva en Brasil, Gabriel Boric en Chile y Gustavo Petro en Colombia. Pero la dicotomía no es entre izquierdas y derechas, sino entre gobiernos democráticos y autocráticos. Las libertades en América Latina están amenazadas en diferentes países independientemente del signo ideológico de los gobernantes, como es el caso de Jair Bolsonaro en Brasil. Esta división entre izquierda y derecha no nos ha permitido entender estos matices, ni apostar por la solidaridad o aumentar los vínculos para poder defender los derechos.
– En estas nuevas alianzas de izquierda hay matices. Por ejemplo, Gabriel Boric mantiene reservas frente a los regímenes autoritarios de la región…
– En el caso de Boric, creo que ha tenido la inteligencia y la modestia suficientes para intentar conformar un equipo de Gobierno con expertos en las diferentes áreas. Ha nombrado canciller a Antonia Urrejola Noguera, abogada con especialidad en Derechos Humanos y Procesos de Democratización en la Universidad de Chile, quien presidió la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en 2002. Creo que eso le ha ayudado a mirar de manera correcta el tema de derechos humanos no solamente en relación a lo que pasa en Venezuela, sino a denunciar el abuso de poder donde quiera que ocurra. Boric ha gestionado de manera inteligente la pérdida del referendo por la nueva Constitución, está haciendo política en el sentido amplio para todos los chilenos, y ojalá eso redunde en beneficio de la gente. Boric pudiera liderar una regeneración de la manera de hacer política en la región en el sentido de colocar algunos principios democráticos por encima de los tacticismos a corto plazo.
– Gustavo Petro, a pesar de que se le identifica como izquierda radical y de que ha restablecido las relaciones de Colombia con Venezuela, también ha sido cauteloso respecto a Maduro…
– Con una frontera compartida, era de esperar que ocurriera cierta normalización de las relaciones con Colombia. Sin embargo, tenemos preocupaciones con ese proceso, que puede desarrollarse de diferentes maneras. Tenemos algunos signos esperanzadores, como que Petro le pidiera a Venezuela regresar a los organismos de derechos humanos, pero hemos tenido también algunos signos contrarios, como las declaraciones del nuevo embajador de Colombia en Venezuela, Armando Benedetti, y el ministro de Asuntos Exteriores, Álvaro Leyva, quienes no descartan retirar la demanda por crímenes de lesa humanidad contra Nicolás Maduro en la Corte Penal Internacional. Eso no va a tener ningún efecto jurídico concreto, pero traslada el mensaje de que los derechos humanos no van a estar entre las prioridades en las relaciones con Venezuela y nos hace temer que todos los refugiados políticos venezolanos que hoy están en territorio colombiano pudieran ser devueltos.
– ¿Cómo observa las perspectivas en Venezuela? En los últimos años, hay una oposición, todavía muy dispersa, que trata de reflexionar sobre los errores cometidos, con cierto proceso de renovación interna, mientras que desde el bando del chavismo no se vislumbran cambios que favorezcan una futura transición.
– Todas las derrotas son traumáticas, y el campo democrático viene de una derrota importante cuando la estrategia que se llevó hasta 2019, después de 20 años de conflictividad y de movilizaciones intensas, no funcionó. La reflexión de lo que implicaba esa derrota se congeló por la pandemia. Son discusiones que debimos haber tenido desde hace más de dos años, este es un momento de reflexión tardía. Y lo que uno desearía del liderazgo político opositor es que asumiera su rol revisando los errores, las estrategias que no han funcionado y la necesidad de colocar los intereses del país sobre los personales.
Este es un momento de recomposición. Hay un agotamiento después de tanto tiempo de conflicto, y también existe tristeza porque muchos líderes y familias se han dividido, han tenido que vivir la emigración forzada, algo inédito para los venezolanos, que no sabemos cómo lidiar con esa separación cuando siempre fuimos un país receptor de inmigrantes.
Uno de los errores sobre los que tenemos que superar es el de no entender las coyunturas políticas como una batalla política definitiva. Ojalá en este proceso de reflexión no vuelva a salir el mensaje de que el año 2024 va a ser la última batalla, sino que será un momento, un proceso de movilización democrática. Soy bastante escéptico de que Maduro pierda las elecciones, y he dejado de esperar la expresión pública de un chavismo inconforme y democrático que pueda estar dentro de las esferas del poder. De hecho, las movilizaciones de 2017 apelaban a que ese chavismo democrático se expresara y permitiera una transición a la democracia. No ocurrió.
Pensaba que las nuevas generaciones del bolivarianismo podían oxigenar con nuevas políticas, pero ha sido muy decepcionante seguir leyendo a voceros del chavismo reiterando que la revolución es irreversible y que ratifican que, aunque Maduro ha cambiado el modelo original, plantean hacer todo lo posible por mantener a la élite gobernante en el poder. El chavismo está intentando ganar todo el tiempo posible. Su gran referente es Cuba, que con 50 años es la dictadura más larga de la región. Lamentablemente, tengo pocas esperanzas de que una mesa de negociación pueda allanar el camino a una transición a la democracia. El chavismo va a utilizar ese diálogo para mantener la fragmentación del campo democrático
Por morfema.press
Ayer la coordinadora general de Vente Venezuela, en su gira por el estado Barinas, dictó una charla a simpatizantes y seguidores desde la capital del estado.
Entre otras cosas dijo:
Los ciudadanos que vamos a construir la fuerza para tener el control de nuestro futuro.
Llegó la hora de la verdad porque la gente está harta de la mentira, de negociaciones de espaldas al país.
Llegó la hora de la dignidad, de la justicia, la luz. Porque este es un país que no nació para mendigar.
A esa Venezuela yo le ofrezco y le prometo que esta transformación va a significar orden y justicia. Todos iguales ante la ley, y los malandros van presos, y se acabó el atropello porque lo que es suyo es suyo y nadie te lo puede quitar.
Y en este país también habrá prosperidad, porque aquí la gente quiere vivir bien. Aquí la gente no quiere más Clap, porque te humilla y amarra. Yo quiero un país autónomo donde usted compra lo que le da la gana, con plata en el bolsillo. Yo quiero un país rico, rico de verdad.
Y sobre todo, yo les ofrezco que esta lucha tiene un propósito, y es hacer que todas nuestras familias se vuelvan a encontrar.
Solo así podremos tener una nación donde nunca más un joven venezolano tenga que huir.
Que se conformen ellos.
Los que quieren imponer la agenda 2030, que se preparen, porque estamos organizando la fuerza del bien. Los vamos a sacar en el 2024. Pero primero, tenemos una tarea: sacar a las cúpulas que tienen secuestradas a sus partidos. Se reparten todo.
Es la hora de un cambio de verdad, un cambio profundo, un cambio a nivel de los valores.
Vamos a recorrer todos los municipios de Venezuela. Ahí, vamos a llevar un mensaje de esperanza.
Llegó la hora. Tenemos 23 años preparándonos para este momento y hoy no somos los mismos, somos mejores. Tanto dolor nos ha hecho valorar mucho más; la familia, poder recorrer nuestro país, la libertad. Y los venezolanos nacimos para ser libres y lo vamos a conquistar.
«Resulta cómodo para el presupuesto del Estado terrorista», afirmó el presidente ucraniano tras un acuerdo entre la Unión Europea, el G7 y Australia.
El presidente ucraniano Volodimir Zelensky criticó este sábado (03.12.2022) el precio máximo de 60 dólares para el barril de petróleo ruso, fijado tras un acuerdo entre la Unión Europea, el G7 y Australia.
«No es una decisión seria fijar este límite para el precio ruso (del crudo), dado que resulta cómodo para el presupuesto del Estado terrorista», aseguró el mandatario ucraniano, quien dijo que debería fijarse un precio máximo dos veces más bajo.
El costo actual del barril de petróleo ruso (crudo de los Urales) se sitúa alrededor de 65 dólares, por lo que fijarlo en un máximo de 60 tendrá un impacto limitado.
«Lo lógico habría sido establecer un precio máximo para el barril de petróleo ruso de 30 dólares, en lugar de 60 dólares, como lo propusieron Polonia o los países bálticos», afirmó Zelensky.
Durante las negociaciones para establecer este precio máximo, la delegación polaca insistió para fijar un tope de 30 dólares, pero al final se acordó un límite bastante más elevado para una medida que entrará en vigor el lunes.
La ONU ha anunciado un nuevo fondo que, en teoría, debe canalizar las reparaciones requeridas por los países que sufren «pérdidas y daños» derivados del «cambio climático». Se trata de uno de los acuerdos estrella de la cumbre COP27 celebrada recientemente en Egipto. Sin embargo, aún no ha trascendido cuál será el presupuesto de este vehículo, puesto que los detalles del mismo serán definidos el próximo año, a partir de una serie de reuniones que empezarán a celebrarse en marzo de 2023.
Es cierto que algunos gobiernos ya han movido ficha y han puesto 230 millones de dólares encima de la mesa para financiar este vehículo. España es uno de los mayores donantes, puesto que ha comprometido 20 millones para este fin, solo por detrás de Alemania (60 millones) y Estados Unidos (50 millones). Por su parte, Suecia aporta 16 millones, Japón moviliza 12 millones, Francia reserva 10 millones, Nueva Zelanda moviliza 9 millones, Noruega inyecta 7 millones, Irlanda y Austria presupuestan 5 millones, Suiza acuerda un pago de 3 millones y Portugal reserva 1 millón para este propósito.
También han realizado anuncios en este sentido los gobiernos de Corea del Sur (800.000 dólares) e Islandia (400.000 dólares), así como algunas regiones y territorios subnacionales, como la provincia canadiense de Quebec (7 millones) o la comunidad belga de Valonia (5 millones). Sin embargo, los promotores del proyecto consideran que el presupuesto de partida debe aumentar hasta los 380 millones de dólares, de modo que serán necesarios nuevos desembolsos.
Todas las miradas han empezado a centrarse en China. No es para menos, puesto que sus indicadores de emisiones son mucho peores que los del resto del mundo. Atención a las cifras que publiqué el pasado año en Libre Mercado:
– «Si tomamos como referencia la métrica de referencia en este tipo de negociaciones, que son las emisiones de CO2 a la atmósfera, vemos que China duplica los niveles registrados en Estados Unidos. De hecho, desde 2006, el gigante asiático ha sido el principal emisor de dicho gas de efecto invernadero y, mientras que en Estados Unidos se ha observado una reducción del 13%, en China se ha dado un aumento del 59%.
En términos relativos, la UE-27 genera el 8,4% de las emisiones de CO2, según datos para 2019, mientras que China tiene una cuota del 27,9% y Estados Unidos se sitúa en el 14,9%.
En la tasa de crecimiento interanual de las emisiones de CO2, China solo registra un resultado negativo (es decir, un descenso) en cuatro de los últimos treinta años, frente a diecisiete ejercicios con reducciones en el caso de la UE-27 u once en el de Estados Unidos.
En lo referido a las emisiones per cápita de CO2, China ha disparado esta métrica 2 a 7 toneladas entre los años 1989 y 2019. Como ya hemos señalado anteriormente, en Europa se ha dado una caída cercana al 30%».
A pesar de que los datos chinos son más que preocupantes, y a pesar de que el gigante asiático es ya una de las mayores economías del globo, China ha anunciado que no pretende hacerse cargo de los costes de financiar el nuevo fondo climático de la ONU. Pekín defiende su posición apuntando que su PIB per cápita es aún menor que el del mundo rico y, por tanto, no debe asumir estas inversiones.
Sin embargo, cuando repasamos los presupuestos de ayuda al desarrollo y cooperación de los distintos países del mundo, encontramos que estos desembolsos se han disparado desde 2.600 millones de dólares en el año 2000 hasta 37.300 millones en 2014. De modo que no tiene sentido fingir que China no tiene capacidad económica para actuar en este frente, puesto que ya es uno de los países que más dinero dedica a este tipo de acciones.
Así las cosas, teniendo en cuenta que las emisiones están bajando en Occidente pero siguen creciendo con fuerza en China, es un sinsentido que se sigan financiando este tipo de programas mientras el régimen comunista mira hacia otro lado.