Venezuela ha experimentado dos décadas de luchas por el poder, con el mismo partido político en el control desde 1999. Hugo Chávez, quien se desempeñó como presidente desde 1999 hasta su muerte en 2013, fue sucedido por su aliado cercano, Nicolás Maduro, y comenzó una era política de chavismo que aún hoy mantiene su control. Venezuela estuvo muy visible en los titulares internacionales en momentos de profunda crisis política y violenta represión de las protestas, especialmente en 2014 y 2017.
Por: Laura Vidal – Association for Progressive Communications
En los últimos años, sin embargo, las noticias que circulan fuera de Venezuela han sugerido una falsa normalización de la situación allí. Aún más ausente de los titulares está el lado digital de ese conflicto, que combina una profunda falta de recursos e infraestructura , que se traduce en constantes apagones de internet y electricidad, combinados con vigilancia y severos controles de información en línea. El control de los medios y las comunicaciones en Venezuela es una fuerza omnipresente e influyente que impacta significativamente el panorama de la información. Este control se ha vuelto cada vez más complejo y autoritario, entrelazándose con el conflicto político que ha pesado sobre los venezolanos durante las últimas dos décadas.
En medio del cerco, la censura y el control, según organizaciones como IPYS Venezuela, los derechos digitales están desconectados en el país. Según su informe, en 2022 hubo numerosos incidentes de suspensión de cuentas informativas, ataques a servidores de medios, violaciones a la privacidad y bloqueos digitales contra 40 medios de comunicación nacionales y extranjeros. Además, la vigilancia en línea persistió, erosionando aún más las libertades fundamentales de los ciudadanos.
Recientemente, organizaciones locales como Venezuela Inteligente y Espacio Público destacaron un informe de transparencia de la empresa española de telecomunicaciones Telefónica –matriz de Movistar Venezuela– que reveló que para 2021 había interceptado más del 20% de las líneas telefónicas e internet de sus clientes en el país. y recibió 30 solicitudes para bloquear sitios web. El informeconfirmó cómo, en 2021, Movistar Venezuela interceptó un total de 1.584.547 líneas de clientes en Venezuela. Solo en el último año, el gobierno solicitó 861.004 intercepciones de líneas en el país, cuatro veces más que las intercepciones registradas en 2016. El Observatorio de Internet Ve Sin Filtro indica que estas intervenciones incluyen prácticas que van desde interceptaciones de llamadas y monitoreo de mensajes de texto (SMSs) hasta proporcionar información de ubicación de personas a través de sus teléfonos celulares o monitorear su tráfico de Internet.
Paralelamente, el asalto a la libertad de expresión se ha convertido en una sombría rutina en Venezuela. Los desafíos se ven amplificados por los problemas de infraestructura. Debido a la falta de recursos, como papel de periódico, así como al acoso por medios legales, la mayoría de los medios de comunicación se han visto empujados cada vez más hacia el ámbito digital, donde enfrentan censura y ataques implacables. En la mayoría de los casos, estos medios de comunicación son objeto de ataques de denegación de servicio distribuido (DDoS). En otros casos, el estado exige que los proveedores privados de servicios de Internet (ISP) bloqueen el acceso a los sitios, a veces bajo amenaza de cierre.
Las organizaciones de la sociedad civil han jugado un papel vital en la documentación y el seguimiento de tales incidentes de abusos continuos del derecho a la expresión y la información. Espacio Público, IPYS Venezuela y Ve Sin Filtro registran diligentemente las numerosas (más de 259 en 2022) cortes de Internet y electricidad en Venezuela, así como casos de pirateo de sitios de noticias y acoso gubernamental a periodistas.
Cuando llegue el momento de que Venezuela haga una retrospectiva del conflicto político actual, el trabajo de estas organizaciones será primordial para entender la complejidad de las luchas y luchar contra la impunidad.
Creciente resistencia y contrapoder
En la intrincada red de la crisis de Venezuela, el ámbito digital juega un papel crucial como campo de batalla para las luchas de poder y el contrapoder. Por un lado, la mano invisible del Estado presiona por el control de los medios, rodeando a los medios de comunicación y creadores de contenido con todo tipo de limitaciones y censura directa. Por otro lado, las alianzas de actores de la sociedad civil y periodistas han demostrado resiliencia e ingenio para encontrar vías alternativas para continuar el flujo de información a Venezuela dentro y fuera del país. En los últimos años, varias iniciativas han atraído la atención y el reconocimiento internacional por sus enfoques innovadores.
El proyecto de Venezuela Inteligente, Conexión Segura , es un gran ejemplo de una iniciativa para crear conciencia sobre la seguridad digital. Conexión Segura es una serie de videos de YouTube entretenidos y fáciles de entender que presentan los fundamentos de la seguridad digital, como el uso de VPN, servicios de mensajería cifrada y contraseñas seguras. Los videos tienen miles de visitas y los espectadores a menudo publican comentarios agradeciendo al equipo por los consejos.
Conexión Segura se creó para ayudar a los capacitadores en seguridad a abordar las necesidades de personas en riesgo, como periodistas y defensores de los derechos humanos. Sin embargo, Andrés Azpúrua, director de Venezuela Inteligente y miembro del equipo creativo de Conexión Segura, dice que los videos también enfatizan la importancia de la privacidad como un derecho fundamental. Destacan los riesgos de seguridad comunes más allá de los que enfrentan los periodistas y los defensores de los derechos humanos, como las preocupaciones sobre la privacidad derivadas de parejas o empleadores abusivos. “Los vídeos también sirven como respuesta a aquellos que necesitaban algo más accesible que guías complejas. Nos fijamos en la capacidad de atención de las personas y en el poco tiempo que tenían disponible”, explica Azpúrua.
La naturaleza general del enfoque de Conexión Segura lo ha protegido de los ataques directos del gobierno, pero cada acción parece provocar una respuesta. Parece que el ojo vigilante del gobierno ha descubierto estos videos. Azpúrua señala que luego de que Conexión Segura obtuviera el reconocimiento, algunas de las herramientas recomendadas por ellos como los servicios VPN Psiphon y TunnelBear fueron bloqueadas en el país.
Una iniciativa analógica innovadora para luchar contra el control digital es El Bus TV, compuesta por un grupo de periodistas dedicados que llevan las noticias directamente a la gente. Se embarcan en autobuses, combinan las noticias que aprenden a través de sus propias redes y otros medios, y las leen directamente a los viajeros mientras el autobús recorre la ciudad. En la mayoría de los casos, el equipo trae un marco de cartón para televisión a través del cual el periodista lee las noticias. Además de informar sobre los temas habituales como política, economía y deportes, su línea editorial incluye en ocasiones contenidos informativos sobre nutrición, campañas de detección de enfermedades, lactancia y vacunación. Su objetivo es producir la creación de programas de noticias hiperlocales y orientados al servicio para cada ruta de autobús.
Venezuela Inteligente y El Bus también han trabajado juntos para expandir sus mensajes en las comunidades populares. El equipo de El Bus ha recurrido a otros métodos offline como la distribución de noticias en carteles. Venezuela Inteligente también toma contenido de Conexión Segura en USB durante estas visitas, entregando los dispositivos a maestros locales y líderes comunitarios para difundir los videos.
En ambos casos, el uso de tecnologías fuera de línea, o tecnologías que hacen que el contenido esté disponible fuera de línea, domina en combinación con las digitales para sortear las limitaciones digitales del país.
Aprendizaje informal y autocuración
Los periodistas han adoptado plataformas de comunicación como WhatsApp, formando grupos que difunden las últimas noticias al público. Además, los activistas y los medios de comunicación producen publicaciones y artículos completos en línea que guían a los lectores sobre cómo usar las redes privadas virtuales.(VPN) para eludir los bloqueos de páginas web. Medir el impacto de estas VPN no es fácil ni todos pueden usarlas con éxito, por lo que algunos puntos de venta han estado colaborando con organizaciones internacionales para publicar contenido en URL duplicadas alojadas de forma segura para protegerse contra ataques gubernamentales o DDoS. Los periodistas y las organizaciones sin fines de lucro también mitigan y estudian los ataques DDoS contra los medios de comunicación de grupos alineados con el gobierno, identificando patrones y fuentes. También estudian la labor de las empresas dedicadas a retirar contenidos web mediante reclamaciones de derechos de autor, lo que constituye uno de los ataques más potentes que sufren los medios de comunicación y las ONG. Por cierto, las empresas de gestión de la reputación digital suelen participar en estos esfuerzos, buscando borrar información que vincula a sus clientes con los abusos perpetrados por el gobierno.
A medida que las personas buscan noticias en medio de estas circunstancias desafiantes, los sitios web tradicionales se complementan con diversos canales de comunicación que se adaptan a las preferencias de las personas y eluden las limitaciones. Las noticias están tomando diferentes formas, alineándose con los modos de comunicación preferidos de las personas. Algunos medios como El Pitazo y el Servicio de Información Pública aprovechan las flexibilidades que vienen con los formatos de audio compartidos en SoundCloud y abren espacios paralelos para asegurarse de que se pueda acceder y compartir historias importantes a pesar de las limitaciones.
WhatsApp también ha sido un vehículo importante de noticias y comunicación. El Servicio de Información Pública cuenta con grupos de WhatsApp y canales de Telegram que difunden sus audiorrelatos. El Pitazo está más cerca de un medio de comunicación regular, pero con los numerosos bloqueos dirigidos, vieron en WhatsApp un espacio para acercarse a sus lectores, y también estar informados por ellos. Cuando llegó la pandemia de COVID-19 en 2020, El Pitazo comenzó a experimentar con grupos y chats de WhatsApp invitando a expertos, y también creando una comunidad de informantes que los ayudan a escribir noticias para diferentes comunidades y mantenerse cerca de sus fuentes.
Según el periodista y especialista en medios venezolano Luis Carlos Díaz, este escenario actual se puede describir como un “filtro social” a través de las redes sociales en línea, que trae la información más relevante de diferentes flujos de medios a las redes de las personas. Estos bits solo adquieren significado si las personas se los apropian y los comparten dentro de sus propias redes personales (como redes sociales y plataformas privadas como WhatsApp). Díaz explica: “Las personas actúan como curadores de sus comunidades. Entonces, el periodismo enfrenta el desafío de ser relevante o cautivador para ser compartido por otros. Es dentro de esta distribución impulsada por los ciudadanos que opera el «sentido común» de esta sociedad dispersa. ¿Qué sucede como resultado? Da mayor significado a las cosas que provocan indignación, alegría, esperanza o desilusión. En tal modelo, hay una pobreza informativa y una abundancia de emocionalismo. Por lo tanto, esta fragilidad informativa subyacente crea un escenario que nos hace más vulnerables a los rumores, las noticias falsas y las agendas de desinformación esgrimidas por quienes están en el poder. ¿Cómo respondemos? Con personas que tejen comunidades de confianza y curan información. Es un esfuerzo diario. El hambre de información no cesa y se abren caminos creativos para su difusión aun cuando no exista un modelo económico que la sustente”.
Alianzas más allá de las fronteras
La colaboración internacional también juega un papel fundamental en la forma en que las personas pueden acceder a la información de medios independientes. Por un lado, activistas y periodistas participan en colaboraciones transfronterizas que se fortalecen con el tiempo. Muchas de estas iniciativas dependen del criterio de los implicados, incluidos nosotros mismos, para poder seguir planteando estrategias de apoyo.
Por otro lado, la creciente diáspora de Venezuela, en medio de una ola migratoria masiva, enfrenta desafíos de comunicación. Esta dinámica crea nuevas geografías y flujos de información influenciados por consideraciones de seguridad digital y la búsqueda de fuentes confiables. Esta experiencia colectiva muestra una forma de construir flujos de información y participación en línea seguros y bien nutridos.
Mientras tanto, las organizaciones de la sociedad civil continúan contando la historia y llevando la cuenta, contrarrestando los esfuerzos para mantener a Venezuela como un país sin datos , un país invisible en muchos sentidos. El último censo fue en 2011 y la mayoría de los datos proporcionados por las instituciones gubernamentales no están disponibles o no son confiables.
De cara al futuro, surgen preguntas críticas sobre el uso de la inteligencia artificial (IA) para difundir propaganda e información errónea . Algunas de estas preguntas requieren nuevas observaciones ancladas en el comportamiento humano y el potencial de aprendizaje: ¿cómo aprenden las personas a discernir fuentes de información confiables y protegerse? ¿Cómo están ayudando las redes fuera de Venezuela a las que están dentro del país? ¿Podrían los “filtros sociales” ser también un vehículo para que las personas aprendan más sobre la seguridad digital y la desinformación?
Dado que el uso autoritario de la tecnología se ha convertido en una tendencia mundial, el caso de Venezuela puede servir como un ejemplo importante para los grupos que defienden los derechos humanos y la libertad de expresión en todo el mundo y buscan encontrar formas estratégicas y creativas de construir y fortalecer su propia resiliencia.
Laura Vidal es una investigadora independiente venezolana, doctora en Ciencias de la Educación y miembro del Colectivo Formas Curiosas. Trabaja como consultora para varias organizaciones internacionales mientras se desempeña como Editora Regional para las Américas en IFEX y Líder de Inclusión de Idiomas en el Festival Mozilla. La investigación de Laura abarca una combinación de temas que abarcan el aprendizaje, la diversidad y la inclusión, la alfabetización digital, las comunidades virtuales, la narración de historias y los derechos digitales. Su trabajo profundiza en las intersecciones de la cultura, el género y la libertad de expresión.
