Morfema Press

Es lo que es

Armando Esteban Quito

Rupununi. Hoy, para la mayoría de los venezolanos, esta palabra indígena no significa nada. Sin embargo, hace 56 años, el nombre de la inhóspita zona al suroeste de Guyana y dentro del disputado Esequibo -un territorio de 159.542 km² que Venezuela reclama desde el siglo XIX- acaparó titulares en la prensa mundial.

Por: Juan Francisco Alonso – BBC News Mundo

El área dominada por sabanas fue escenario de una operación que parece sacada de un libro de James Bond y con la que Caracas esperaba zanjar definitivamente la controversia territorial con su vecino del este.

En enero de 1969, un grupo de hacendados e indígenas se alzaron en armas contra el gobierno de la recién independizada República de Guyana, tomaron la principal localidad y arrestaron a buena parte de sus residentes y autoridades.

Acto seguido declararon la secesión del área, y esperaban que Venezuela enviara tropas para ocuparla militarmente. A estos hechos, medios internacionales los bautizaron como «la rebelión del Rupununi».

«La rebelión del Rupununi en Guyana deja tensión y refugiados», tituló la agencia Reuters días después.

Y aunque las autoridades venezolanas negaron cualquier implicación en los sucesos, en los cuales más de una veintena de personas fallecieron según reportes de la época, en los últimos años ha surgido evidencia que confirma su participación.

El Rupununi es un área de unos 58.000 kilómetros cuadrados al suroeste de Guyana, dentro del Esequibo, muy poco poblada y que se caracteriza por sus amplias sabanas.

El «Estado Libre del Esequibo»

Alrededor de las 11 de la mañana del 2 de enero, decenas de ganaderos e indígenas, la mayoría peones de los primeros, atacaron Lethem, el pequeño poblado que era el centro de la administración guyanesa en Rupununi.

«El objetivo principal era la comisaría, que estaba integrada por 12 miembros de la Fuerza de Policía de Guyana y varios empleados civiles y que tenía comunicación por radio con Georgetown (la capital de Guyana)», denunció Linden Forbes Burnham, entonces primer ministro del país suramericano, en un discurso radial que dio dos días después de los sucesos.

Los alzados arrestaron a buena parte de los vecinos, incluido a su máxima autoridad: Motilall Persaud, quien era el comisario del distrito.

Asimismo, bloquearon la pista de aterrizaje de la localidad y otras cuatro cercanas atravesando camiones y colocando otros obstáculos.

Sin embargo, los insurrectos pronto perdieron el factor sorpresa y la noticia de su ofensiva llegó ese mismo mediodía a oídos de las autoridades nacionales.

Y todo gracias a un piloto de un avión que debía aterrizar en Lethem, quien captó una de las pocas transmisiones de radio durante el ataque y avisó lo que ocurría, según lo cuenta el expresidente de Guyana, el general (r) David Granger, en su libro The Rupununi Rebellion (La rebelión del Rupununi).

El mismo día 2 el gobierno guyanés comenzó a preparar su contraataque y envió por vía aérea a decenas de policías y militares apertrechados a una localidad vecina al poblado ocupado.

Al día siguiente, las fuerzas gubernamentales lanzaron su ofensiva y retomaron Lethem, forzando a los alzados a replegarse y huir hacia Brasil y Venezuela, relató Granger.

Entre quienes cruzaron hacia territorio venezolano estaba Valerie Hart, quien en 1968 había intentado sin éxito ser elegida diputada en las elecciones guyanesas y se había declarado «presidenta del Estado Libre del Esequibo».

Desde el otro lado de la frontera, la líder rebelde pidió a Caracas que interviniera militarmente para evitar una masacre en contra de los alzados, a los que calificó como ciudadanos venezolanos.

«Nosotros, los habitantes del Rupununi de la Guayana Esequiba (somos) en consecuencia venezolanos por nacimiento, según la Constitución venezolana», declaró a la agencia AFP.

Aunque en un principio el gobierno guyanés evitó apuntar a Venezuela, en cuestión de horas dio un giro.

De poco valió que el gobierno venezolano, entonces encabezado por el socialdemócrata Raúl Leoni (1905-1972), rechazara públicamente atender las peticiones de los alzados de emprender alguna acción militar en el territorio en disputa.

La decisión de Caracas de dar asilo a Hart y a otros sublevados fue aprovechada por Georgetown para acusar a su vecino de cometer «actos de agresión e intimidación».

Una pieza de un plan mayor

Décadas después del fallido movimiento secesionista, el historiador venezolano Guillermo Guzmán Mirabal encontró pruebas que confirman las sospechas sobre la implicación venezolana en los sucesos.

«La rebelión del Rupununi fue simplemente un aditamento de una serie de planes complejos puestos en marcha a principios de la década de 1960 por los gobiernos venezolanos para zanjar el tema del Esequibo, los cuales no solo incluían la vía diplomática», aseguró a BBC Mundo el miembro del Instituto de Investigaciones Históricas de la Universidad Católica Andrés Bello de Caracas (UCAB) y autor del libro Del Acuerdo de Ginebra a la Rebelión del Rupununi: tres años del proceso de recuperación de la Guayana Esequiba (1966-1969).

Para el libro, el historiador consultó los archivos privados de uno de los cerebros de esos planes: Ignacio Iribarren Borges.

Iribarren Borges (1913-1988) fue embajador venezolano en Londres entre 1959 y 1964 y luego canciller entre 1964 y 1969.

Y entre los documentos del exfuncionario a los que Guzmán tuvo acceso está el «Plan de levantamiento de la población de la Guayana Esequiba».

«El plan de la rebelión buscaba convencer a la población ameroindia (aborigen) y a los rancheros -de ascendencia europea- que habitaban en Rupununi para que se sublevaran y dijeran que no querían ser guyaneses, sino venezolanos. Y como Venezuela considera a ese territorio como propio, entonces lo ocuparía militarmente y con ello ejercería presión sobre Guyana para resolver la disputa definitivamente», explicó el investigador.

«Venezuela no ocuparía todo el Esequibo, sino el Rupununi, que está dentro de la llamada zona en reclamación», precisó Guzmán.

El historiador aseguró que el gobierno de Leoni puso en marcha una operación dentro del territorio en disputa.

«Venezuela envió equipos que se metieron en la zona y que contactaron a miembros de las comunidades indígenas y a los rancheros, quienes estaban descontentos con el gobierno de Guyana; y los financió y entrenó», agregó.

Esta versión es corroborada por el expresidente Granger, quien en su libro aseguró que el 24 de diciembre de 1968 varios hacendados complotados y algunos de sus empleados «fueron trasladados en avión a Venezuela, donde fueron alojados en un campamento militar durante siete días para recibir entrenamiento en el uso de armas».

«El grupo fue trasladado (de vuelta a Guyana) el 1 de enero de 1969 y esa misma mañana partió hacia sus objetivos», agregó.

Aprovechando el momento

Guzmán aseguró que Venezuela aprovechó el malestar que las políticas de las primeras autoridades de la Guyana soberana provocaron en la escasa población del Rupununi.

«Guyana se acababa de independizar de Reino Unido y era gobernada por un partido mayoritariamente negro que tenía una política no tan amigable hacia los blancos, quienes eran los hacendados del Rupununi; y también hacia las etnias indígenas de la zona», explicó.

«Estos grupos descontentos con Guyana veían con buenos ojos incorporarse a Venezuela que, en aquel momento era un país rico y con un futuro prometedor, mientras que Guyana no tenía nada», agregó el historiador.

Una tesis similar expone Granger en su libro.

«(Los ganaderos) tomaron la decisión de rebelarse después de que el gobierno (de Burnham) rechazara su solicitud de otorgar un arrendamiento por 25 años a las tierras que estaban ocupando», escribió.

«(Los ganaderos e indígenas) temían que se trajeran agricultores de Jamaica y Barbados, obligando así a los colonos blancos y a los amerindios a irse», prosiguió.

«Los ganaderos deben haber sentido que su estilo de vida, sus haciendas y sus pretensiones habrían sido toleradas bajo el gobierno venezolano», remató Granger, quien sin embargo duda que los indígenas respaldaran en realidad el movimiento secesionista.

Las causas del fracaso

¿Por qué la operación no dio resultado esperado? «Por muchas cosas», respondió Guzmán.

«La primera razón es que Acción Democrática (el partido que gobernaba en Venezuela desde 1959) perdió las elecciones presidenciales de 1968 y el plan necesitaba que hubiera una continuidad en el gobierno venezolano», agregó.

«El gobierno saliente tuvo que informarle al presidente electo, el socialcristiano Rafael Caldera, de la inminente rebelión y del subsiguiente envío de tropas venezolanas al Rupununi. Caldera, según los documentos que pude ver, no quiso saber del asunto. No quería iniciar su gobierno con un problema de tal magnitud», explicó el historiador.

En 2005, el fallecido periodista venezolano Eleazar Díaz Rangel, en un artículo en el diario prochavista Últimas Noticias, reveló que «tropas militares y la fuerza policial (venezolanas) (…) estaban listas (en la frontera) para respaldar al movimiento separatista amerindio en el Esequibo», pero «las tropas de asalto y los paracaidistas quedaron esperando» unas órdenes que nunca llegaron.

Y como si lo anterior no fuera suficiente, el gobierno de Estados Unidos se enteró del plan y expresó su oposición.

«El embajador norteamericano (Maurice Bernbaum) llamó al canciller Iribarren y le dijo: ‘Sabemos lo que quieren hacer y eso no lo vamos a aceptar'», apuntó Guzmán.

El historiador cree que la oposición de Washington respondió a su temor a que Guyana se acercara más a la Cuba castrista, cosa que terminó ocurriendo.

Con estos dos elementos, las autoridades venezolanas avisaron a los líderes amerindios y a los hacendados de la cancelación del plan y de que no les darían apoyo militar, aseguró Guzmán.

«Sin embargo, los ganaderos decidieron continuar por su cuenta y fueron duramente reprimidos (…) el ejército guyanés hasta usó lanzallamas, según algunos testimonios», indicó.

«Lo que terminó ocurriendo fue una fracción de lo que estaba planeado. Al final solo unas 50 personas en realidad se alzaron en armas», agregó el historiador.

Por su parte, el expresidente Granger ofreció otras explicaciones en su libro:

«La rebelión parecía destinada al fracaso (porque) el pequeño grupo de combatientes solo recibió una semana de entrenamiento militar (…) hizo poco uso de los aviones ligeros de los que disponían y sus comunicaciones y coordinación eran débiles», enumeró.

Para la segunda semana de enero de 1969, los restos de la rebelión fueron sofocados y varios cientos de personas fueron arrestadas, aunque solo una veintena fueron procesadas judicialmente.

Una oportunidad perdida

Algunos historiadores han llegado a comparar los sucesos del Rupununi con lo ocurrido en Bahía de Cochinos (Cuba) en 1961. Sin embargo, Guzmán cree que hay grandes diferencias.

«Bahía de Cochinos estuvo enmarcada en la Guerra Fría y EE.UU. lo que buscaba con esa operación era derrocar al régimen de (Fidel) Castro, pero en Rupununi el tema ideológico no estaba presente, la cuestión era territorial», dijo.

Asimismo, el historiador aportó otro elemento:

«Venezuela fue enfática con los involucrados en la rebelión y les advirtió que no los apoyaría militarmente, pero ellos, a pesar de esto, decidieron continuar solos con los terribles resultados conocidos. Por su parte, en Bahía de Cochinos, EE.UU. cambió de planes y no brindó el prometido apoyo aéreo a los cubanos que participaron en esa invasión».

A la mayoría de los alzados que se refugiaron en Venezuela, el gobierno de Leoni les otorgó la ciudadanía y tierras en tres zonas al sur del país, cerca del Esequibo, zona que sigue en disputa hasta el día de hoy.

El 10 de marzo de 2025, la OEA elegirá un nuevo secretario general en un contexto de desafíos hemisféricos críticos, como lo son la expansión del crimen organizado transnacional, las crisis migratorias y humanitarias, la degradación ambiental y la creciente influencia de potencias extrarregionales como China, Rusia e Irán. Muchos de estos desafíos están directamente relacionados con el atrincheramiento de los regímenes autoritarios en Cuba, Venezuela y Nicaragua.

Por: Ramón Cardozo – DW

Para la oposición venezolana y los sectores que luchan por una transición democrática en el país, el resultado de la elección del nuevo secretario general de la OEA es un evento relevante.

Aunque la OEA ha tenido una capacidad de acción limitada y ha logrado pocos resultados concretos en la redemocratización de Venezuela, ha servido en repetidas ocasiones como un importante foro hemisférico, permitiendo visibilizar y posicionar internacionalmente la crisis humanitaria venezolana y la falta de legitimidad del régimen de Nicolás Maduro, acusado de violaciones de derechos humanos y de practicar el terrorismo de Estado.

Dos candidaturas, dos enfoques

La elección del sucesor de Luis Almagro (2015 – presente) se decidirá entre al canciller de Surinam, Albert Ramdin, y su homólogo paraguayo, Rubén Ramírez Lezcano. Si Rubén Ramírez Lezcano asume el cargo, es probable que la OEA mantenga o incluso refuerce la presión sobre el régimen de Maduro, continuando la línea de Luis Almagro.

En el caso de que resulte electo Albert Ramdin, quien al parecer cuenta con el respaldo del bloque CARICOM, es probable que la OEA adopte una postura menos confrontativa y favorezca un enfoque diplomático más conciliador, promoviendo negociaciones con el régimen venezolano.

Para el dirigente opositor venezolano Julio Borges, expresidente de la Asamblea Nacional venezolana, «el candidato que tiene el apoyo del mundo democrático es el excanciller Rubén Lezcano, pues es el candidato que entiende la necesidad de una OEA activa en la defensa de la democracia y los derechos humanos en América. Pero también entiende lo amañado que significa el incremento de la presencia de actores como China en la región”.

La OEA, como defensora de la democracia, la libertad y los DD. HH.

Sin embargo, advierte Borges, «más allá del candidato, lo importante es que la OEA en su conjunto dé un vuelco total a su manera de aproximarse a los desafíos de la región. La OEA debe entender que no puede seguir siendo el centro de disputas entre visiones ideológicas, sino que tiene que ser el epicentro en la región en la defensa de los valores de Occidente: democracia, libertad y derechos humanos”

Para el político venezolano, «es necesario que la OEA haga una revisión profunda de sus instrumentos de justicia y derechos humanos para adaptarlos a la nueva época. Todo el sistema interamericano tiene que ser revisado para que sea un arma contra el autoritarismo y no lo que es hoy”.

Protección de la democracia o no intervención

Una de las razones de fondo que explican la escasa eficacia política de la OEA deriva de la tensión inherente que existe entre la protección regional de la democracia y el arraigado principio de no intervención del derecho internacional, que históricamente ha tenido mucho peso en las relaciones interamericanas.

Con mucha frecuencia, los representantes de los estados latinoamericanos evitan respaldar en la OEA medidas contundentes en contra de otros países, temiendo establecer precedentes que eventualmente puedan volverse en su contra durante futuras crisis internas.

A juicio del jurista Asdrúbal Aguiar, exmagistrado de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), «los órganos políticos de la OEA permanecen anclados a paradigmas de los siglos XIX y XX, donde la estabilidad y la soberanía estatal prevalecen sobre los derechos ciudadanos”.

Según Aguiar, esta comprensión anticuada del principio de la no intervención contrasta marcadamente con la evolución jurisprudencial de la CIDH que, a través de más de un millar de interpretaciones de la Carta Democrática de la OEA, ha transformado la concepción de la democracia, elevándola de simple mecanismo de gobierno a un derecho humano fundamental.

Por ello, explica Aguiar, «mientras los Estados miembros del Consejo Permanente de la OEA actúan en favor de los gobiernos, con base los principios de la no intervención y el respecto a la soberanía estatal, la CIDH aplica las normas de la Carta Democrática desde una perspectiva de protección universal de las libertades fundamentales. En este contexto, el principio de no intervención deja de ser un obstáculo, pues la protección de los derechos humanos y la democracia trascienden las fronteras nacionales y las limitaciones de la soberanía tradicional”.

Falta de consenso interno y diferencias ideológicas

Otro factor que en múltiples oportunidades ha afectado la efectividad política de la OEA es la fractura ideológica (izquierda-derecha) que divide a los Gobiernos de sus Estados miembros.

La necesidad de alcanzar mayorías calificadas o la unanimidad para implementar acciones concretas por parte de la OEA se erige como un obstáculo prácticamente insalvable cuando las divergencias ideológicas entre los Gobiernos obstaculizan un consenso sobre las crisis democráticas.

En el seno de la OEA, es frecuente observar como las lealtades políticas coyunturales predominan sobre el compromiso institucional con los principios democráticos. Cuando la OEA intenta abordar graves retrocesos democráticos en el hemisferio, como los evidenciados en Venezuela o Nicaragua, se manifiesta un patrón recurrente: Gobiernos con afinidades ideológicas hacia los regímenes cuestionados anteponen dichas afinidades a las consideraciones sobre la promoción y defensa de la democracia, y despliegan estrategias obstructivas que van desde el bloqueo completo de las resoluciones hasta la dilución de su contenido, volviéndolas meras declaraciones retóricas.

Un claro ejemplo de esta estrategia obstructiva se evidenció con ocasión del reciente fraude electoral perpetrado por el régimen chavista durante las elecciones presidenciales venezolanas. El 30 de julio de 2024, dos días después de que Nicolás Maduro fuera proclamado como candidato vencedor careciendo de todo respaldo creíble y verificable, se presentó ante la OEA una resolución que básicamente se limitaba a instar al Consejo Nacional Electoral (CNE) venezolano a publicar las actas comiciales detalladas de los resultados electorales.

Esta básica exigencia de transparencia democrática no logró la aprobación del cuerpo por un solo voto. De los 34 Estados miembros, 17 se abstuvieron de votar, bloqueando así la solicitud presentada. Entre ellos se encontraban Gobiernos alineados ideológicamente con la Revolución Bolivariana, como los de Brasil (Lula da Silva), Colombia (Gustavo Petro), México (Andrés Manuel López Obrador), Bolivia (Luis Arce) y Honduras (Xiomara Castro).

Además, una parte significativa de los Estados caribeños se sumó a la abstención, en gran medida debido a las relaciones preferenciales que han mantenido con el régimen chavista a través de acuerdos petroleros.

Episodios como este evidencian que, más allá de la elección del sucesor de Luis Almagro, la OEA enfrenta una encrucijada histórica: debe optar entre transformarse en un garante efectivo de la democracia en las Américas —con mecanismos vinculantes y voluntad política para sancionar a los violadores de sus principios— o reducirse a un espacio de diálogo irrelevante, donde los cálculos geopolíticos coyunturales prevalezcan sobre los principios rectores de su Carta Fundacional y de la Carta Democrática Interamericana.

El 24 de febrero de 2022, el mundo presenció el comienzo de una invasión rusa a gran escala que alteró no solo el equilibrio en Europa, sino también la estabilidad global. Tres años después, Ucrania continúa resistiendo la agresión del Kremlin, pero los desafíos para su presidente, Volodímir Zelenski, son más grandes que nunca. La guerra, que ha devastado al país y causado una crisis humanitaria sin precedentes, no solo ha puesto a prueba la resistencia militar ucraniana, sino que también ha sido puesta en jaque por las recientes acciones del presidente de Estados Unidos, Donald Trump.

Por: José Manuel Nieto – COPE

El costo humano y material de la invasión rusa es incalculable. Más de 10 millones de ucranianos se han visto obligados a abandonar sus hogares: casi 7 millones han huido a otros países, mientras que alrededor de 3 millones y medio se han desplazado internamente, buscando refugio dentro de Ucrania. De acuerdo con datos de la ONU, unos 2 millones de casas han sido destruidas o gravemente dañadas en los bombardeos rusos, y más de 12 millones de personas, un tercio de la población ucraniana, requieren ayuda humanitaria urgente.

Desde febrero de 2022, el ejército ruso ha logrado controlar alrededor del 20% del territorio ucraniano, especialmente en el este del país, donde la resistencia ucraniana ha sido especialmente feroz. Sin embargo, a pesar de los avances rusos, el frente se mantiene en una especie de estancamiento, con el territorio conquistado por Moscú avanzando lentamente. Se estima que tanto soldados rusos como ucranianos han sufrido bajas devastadoras, con cifras que podrían superar los cientos de miles, aunque ninguna fuente oficial ofrece números claros.

En las trincheras de ciudades como Kramatorsk, a pocos kilómetros de las líneas rusas, el espíritu de lucha de la población ucraniana sigue siendo firme. La determinación de no rendirse sigue siendo la norma, a pesar de los desafíos continuos, y los soldados reiteran que, aunque el apoyo internacional pueda menguar, seguirán luchando hasta el último hombre. La moral de la resistencia se ha mantenido alta, aún cuando las ciudades han sido arrasadas y las familias han perdido todo.

La incertidumbre de la política internacional

Si bien la valentía de Zelenski y el pueblo ucraniano es innegable, los tiempos difíciles se intensifican con la nueva postura de Estados Unidos. El regreso de Donald Trump a la Casa Blanca ha abierto un nuevo capítulo en la guerra de Ucrania, que ha alterado las dinámicas de apoyo internacional. Trump, conocido por su postura impredecible, ha comenzado a negociar con el Kremlin, sin involucrar a Ucrania ni a la Unión Europea. Este giro ha generado inquietud entre los aliados de Ucrania, que temen que las negociaciones conduzcan a una paz rápida, pero desventajosa para el país invadido.

En Ucrania, la posibilidad de que Trump busque una «paz a cualquier precio» ha calado hondo. La oposición a cualquier acuerdo que no garantice la soberanía ucraniana está muy extendida. Zelenski, por su parte, ha reiterado que está dispuesto a dimitir si eso garantiza la entrada de Ucrania en la OTAN, una condición clave para la seguridad del país. Mientras tanto, la comunidad internacional se enfrenta a una división interna sobre cómo gestionar las conversaciones de paz. La Unión Europea, liderada por Ursula von der Leyen, ha mostrado su apoyo inquebrantable a Ucrania, pero la entrada de Trump en el escenario ha dejado a los europeos en una posición incómoda.

Desde Bruselas, la Comisión Europea ha reafirmado su compromiso con Ucrania, pero el proceso de negociación iniciado por Trump ha dejado a los líderes europeos fuera de juego. Si bien las sanciones contra Rusia continúan, la estrategia que había seguido la UE de apoyar a Zelenski y aislar al Kremlin está siendo puesta en entredicho. Los líderes europeos ahora se ven obligados a buscar un asiento en la mesa de negociaciones con el objetivo de influir en el resultado de las conversaciones.

España, por su parte, ha mantenido una postura firme, ofreciendo ayuda militar y humanitaria, aunque algunos temen que el cambio de política en Washington pueda generar un giro inesperado. La ministra de Defensa, Margarita Robles, ha criticado la estrategia de Trump, calificándola de «contorsionismo delirante». El presidente español, Pedro Sánchez, ha insistido en que cualquier acuerdo debe incluir a Ucrania y no comprometer su soberanía, subrayando que la unidad europea es clave en estos tiempos de incertidumbre.

¿Un futuro incierto o una paz sostenible?

Tres años después de la invasión rusa, la situación en Ucrania sigue siendo extremadamente volátil. Aunque las líneas del frente se han estabilizado en muchos lugares, la guerra continúa con el mismo nivel de brutalidad. La resistencia de Volodímir Zelenski, en este contexto, está más a prueba que nunca. La interferencia de Donald Trump y la falta de una postura clara y unificada por parte de los aliados de Ucrania añaden complejidad a una guerra que ya de por sí es desgarradora.

El futuro de Ucrania no solo depende de la fortaleza de su resistencia militar, sino también de la capacidad de la comunidad internacional para mantenerse firme en su apoyo a la soberanía ucraniana. ¿Podrá Zelenski negociar una paz justa y duradera o, por el contrario, se verá obligado a aceptar un cierre en falso que podría poner en peligro la independencia de su nación? Solo el tiempo lo dirá, pero lo que está claro es que los tres años de guerra han dejado cicatrices profundas que requerirán años para sanar, tanto en el terreno como en la política internacional.

No se cansa de ganar. No se cansa, en general: Trump cerró con un discurso de la victoria de más de una hora la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC) de este año, marcada por su regreso a la Casa Blanca.

La Gaceta de la Iberosfera

Trump ha convertido al Partido Republicano en la «voz orgullosa» del americano corriente, en el partido del «sentido común», declaró el presidente Trump ante un millar de asistentes en el Gaylord National Resort & Convention Center en National Harbor, Maryland. «Durante el último mes, hemos confirmado un equipo estelar de guerreros, patriotas y visionarios que ponen en práctica la agenda de Estados Unidos primero», añadió. «Nos estamos deshaciendo de los defraudadores, mentirosos, tramposos, globalistas y burócratas del estado profundo», se ufanó.

Es difícil describir un discurso de Trump, porque no es sólo lo que dice, sino cómo lo dice, entablando desde la primera palabra un diálogo en el que la otra parte, el público, se siente partícipe de una conversación íntima con el político. Improvisa, por supuesto, se detiene, introduce nuevos temas e inesperados recuerdos. Hace reír, emociona.

Recordó su desembarco en la política presidencial, la cerrada y a menudo tramposa hostilidad de los medios, recreándose en las burlas de los analistas y profetas que auguraban su catastrófica derrota.

Trump cerró el discurso de 80 minutos prometiendo «mantenerse firme» y «luchar» por Estados Unidos durante los próximos cuatro años. «A partir del 20 de enero de 2025, los días oscuros de altos impuestos, regulaciones aplastantes, inflación galopante, corrupción flagrante, instrumentalización de la justicia e incompetencia total, esos días terminaron», dijo. «Pero no podemos detenernos ahora. ¡Vamos a seguir adelante todos los días!», dijo, citando al capitán John Paul Jones, héroe de la independencia americana: «¡Todavía no he comenzado a luchar!». «Durante los próximos cuatro años, nos mantendremos fuertes, trabajaremos duro, lucharemos, lucharemos, lucharemos, y ganaremos, ganaremos, ganaremos».

Luego Trump cargó contra Joe Biden, el «peor presidente en la historia de nuestro país». Jimmy Carter, llegó a decir, murió feliz sabiendo que no pasaría a la historia como el peor presidente de Estados Unidos. «Todo lo que [Biden] tocó se convirtió en mierda», declaró. «Teníamos un presidente que alojaba a inmigrantes ilegales en hermosos hoteles en Park Avenue, Madison Avenue y la Quinta Avenida de Manhattan. Ahora tenemos un presidente que les está dando pasaporte para Guantánamo«, agregó.

La Sede Vacante es una “situación” que ocurre en la Iglesia Católica Universal cada vez que haya ausencia de Papa. Cuando llega el fin de un papado, empieza el estado de Sede Vacante que solamente termina cuando sea elegido un nuevo Romano Pontífice. Puede ser por muerte (la razón más habitual), o por renuncia (la menos frecuente). En cualquiera de los dos casos los procedimientos para elegir a un sucesor son iguales, pero los protocolos previos a la convocatoria del Cónclave tienen sustanciales diferencias.

Por: Andrés Gil Gómez – El Nacional

Todo está regido y establecido en las normas del Derecho Canónico y en la Constitución Apostólica Universi Dominici Gregis.

En caso de muerte del Papa

El fallecimiento por cualquier causa, activa en la Santa Sede unos mecanismos para la constatación del deceso del Santo Padre, la realización de Funerales de Estado, la revisión del estado de la Iglesia y la elección de un sucesor con la mayor rapidez posible.

La muerte de un Papa es un acontecimiento de tristeza para la Iglesia Católica Universal, pero la búsqueda y nombramiento de uno nuevo es motivo de esperanza para los fieles y para los religiosos.

Todo el proceso mantiene un estricto protocolo:

1. La verificación:

La muerte de un Pontífice debe ser verificada y comprobada por métodos no forenses, mediante las tradiciones contempladas en la Constitución Apostólica. Cada Papa puede introducir algunos cambios en la verificación, anuncio y ceremonias fúnebres, para ser aplicados según su deseo post-mortem.

La verificación está a cargo del Camarlengo de la Santa Iglesia Romana, un cardenal integrante de la Curia Romana con antigüedad, nombrado por el Papa para ese papel. En la actualidad, el Camarlengo es el cardenal irlandés Kevin Joseph Farrell. Él debe tocar (o golpear con suavidad) tres veces con firmeza la frente o la cabeza del difunto con un martillo y llamarlo por su nombre de bautizo en varias ocasiones. En el caso del papa Francisco, le llamarán “Jorge Mario”.

Cuando haya certeza de que no responde, estará confirmado el fallecimiento. A continuación, el Camarlengo destruirá el Anillo del Pescador que ha llevado el Papa en su pontificado, que será una señal del final de su gobierno. También procederá a sellar el aposento donde ha ocurrido el deceso.

Es habitual que los Papas mueran en algún dormitorio privado del Palacio Apostólico en el Vaticano, el mismo dónde ha pasado su vida él, pero no siempre ocurre así. En cuanto a Francisco, no ha residido en el Palacio sino en Casa Santa Marta, también en el Vaticano.

El Camarlengo asume la administración temporal de la Iglesia, para efectos de coordinación y funcionamiento, pero no tiene autoridad para tomar decisiones sobre dogmas o cuestiones de la Fe.

Antes, también habrá una verificación clínica y/o forense de la defunción.

2. Anuncio:

Una vez cumplidos los procedimientos de verificación, a los cuales, además del Camarlengo, también acuden los más cercanos colaboradores del Papa (secretario de Estado, prefectos de Dicasterios, secretarios y ayudantes, confesor), inicia la fase de notificación de la muerte a los fieles de todo el mundo a través de los medios de comunicación.

Del anuncio público se encarga el rector del Colegio Cardenalicio, que en la actualidad es el cardenal italiano Giovanni Battista Re. Él debe presentarse ante los medios de comunicación para informar sobre la triste noticia para la Iglesia Católica Mundial, al tiempo que la Secretaría de Estado envía telegramas con la “mala nueva” a las Nunciaturas Apostólicas, a las embajadas acreditadas en la Santa Sede, a los gobiernos, a los organismos internacionales, a las otras Iglesias y a las Conferencias Episcopales.

3. Ritual fúnebre:

Según la Constitución Apostólica Universi Dominici Gregis, los rituales fúnebres para despedir a un Papa deben corresponder a los del Jefe del Estado Vaticano, guardando la solemnidad, protocolo y nivel de personajes invitados.

Las primeras ceremonias fúnebres son privadas. Con la coordinación del Camarlengo y del rector del Colegio Cardenalicio, son convocadas reuniones previas. El cuerpo del Papa es vestido con los ornamentos litúrgicos, habitualmente sotana blanca, casulla roja y mitra blanca.

El cuerpo es expuesto en la Capilla Sixtina para el homenaje de los integrantes del Colegio Cardenalicio.

Un día después, es trasladado al altar mayor de la Basílica de San Pedro, ubicado sobre un catafalco para empezar a ser homenajeado por los fieles que llegan desde todo el mundo. Puede haber varios días de esa “Capilla Ardiente”. El cuerpo permanece expuesto, a la vista.

Luego, el catafalco con el cuerpo del Papa es llevado a la explanada de la Plaza de San Pedro para el Funeral de Estado, al aire libre y con la presencia de centenares de Jefes de Estado, jefes de gobierno y primeros ministros, así como todos los cardenales e invitados especiales.

La Misa Exequial Solemne es oficiada por el Decano del Colegio Cardenalicio, en esta ocasión el cardenal Giovanni Battista Re.

Para ser sepultado, el cuerpo es metido en tres ataúdes (uno entre otro). Un ataúd de ciprés, un ataúd de zinc y un ataúd de olmo o de nogal. Antes de cerrar el primer, se pone dentro una bolsa con medallas y monedas alusivas al Papado que ha terminado. También un documento oficial llamado “Rogito”, que contiene textos con información de su vida y de su apostolado.

En procesión es descendido hasta las grutas bajo la Basílica de San Pedro y en ceremonia íntima (aunque con cobertura de prensa oficial vaticana), es sepultado en una cripta al lado de la tumba del apóstol San Pedro. El sellado final del féretro es con soldadura para garantizar condiciones sanitarias. 

Tras el sepelio, suele ocurrir que empieza la cuenta atrás para el Cónclave.

El papa Benedicto XVI, el cardenal Joseph Ratzinger de Alemania, aparece en el balcón de la Basílica de San Pedro en el Vaticano tras ser elegido por el cónclave de cardenales, el 19 de abril de 2005. Foto: AFP/ Osservatore Romano/ Arturo Mari

En caso de renuncia del Papa

La renuncia del Papa debe ser totalmente libre y voluntaria. Sería inválida si ocurriese por algún tipo de presión externa o ajena a su control. Debe ser anunciada públicamente por él o consignada en una carta que lleva la certificación de algún cardenal de su confianza. La renuncia no está dirigida a nadie, pues el Papa no tiene superior jerárquico en la Tierra.

Entra en vigor cuando él mismo disponga, según las notificaciones públicas que haya hecho. En el caso del papa Benedicto XVI, notificó su renuncia en febrero del 2013 para hacerse efectiva al final del mismo mes. La renuncia del Papa es una rareza dentro de la Iglesia. Antes de la dimisión de Benedicto XVI, habría que remitirse al siglo XV para encontrar el antecedente más reciente.

Cuando ocurre una renuncia papal, el Pontífice conserva el estatus y la dignidad de Papa Emérito u Obispo Emérito de Roma. Pero desde el momento en que esté en vigencia su retiro, ya no tendrá autoridad en el gobierno de la iglesia. Mantendrá el uso de los ornamentos litúrgicos blancos (excepto la muceta y el Anillo del Pescador, el cual debe destruir o guardar) y conservará todas sus atribuciones como cardenal y sacerdote (puede administrar los Sacramentos y oficiar la Santa Misa). No podrá interferir en la elección ni en la gestión del nuevo Papa, aunque sí podrá prestar su ayuda como consejero. No puede participar en el Cónclave.

Ante una renuncia, se activan todos los mecanismos de elección de un nuevo Papa como si hubiese un fallecimiento. La Iglesia entra en modo Sede Vacante.

Gobierno provisional de la Iglesia Universal

Tanto en caso de muerte como de renuncia del Papa, el gobierno provisional queda en manos del cardenal Camarlengo. Tiene funciones en coordinación con el rector del Colegio Cardenalicio para mantener el funcionamiento de la Iglesia, en particular en la Curia Romana, para asegurar los trámites y convocatorias necesarias para el Cónclave y (en caso de muerte) para las exequias. Como dijimos antes, no tiene facultades para dictar nuevas normas sobre dogmas o cuerstiones de Fe. Es un encargo meramente administrativo.

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A tres años de la invasión rusa, Emmanuel Macron será recibido en el Salón Oval por Donald Trump para debatir un acuerdo de paz en Ucrania que incluya a Volodimir Zelensky y Europa, una posibilidad que el presidente de Estados Unidos descartó al iniciar conversaciones con Vladimir Putin.

Por: Román Lejtman – Infobae

Trump pretende cerrar un armisticio en Ucrania sin Europa ni Zelensky, que es el presidente ucraniano. Putin coincide con esa estrategia de negociación, y aceptó abrir el diálogo diplomático en Riad después de tres años de frío diplomático entre Washington y Moscú.

En respuesta a ese profundo movimiento geopolítico, Macron convocó a los líderes europeos al Palacio Eliseo para planificar una respuesta colectiva a la agenda unilateral que ejecuta Trump con el aval de Putin. Ese cónclave terminó en discursos formales y sin una sola propuesta en firme.

Europa se mueve al compás de las decisiones diplomáticas que asumen Francia y Alemania, pero el canciller Olaf Scholz perdió las elecciones y en pocos meses dejará la Cancillería en manos de Friedrich Merz, un político de derecha que se alinea con la agenda exterior de Trump.

En este contexto, Macron se apalancó sobre la vocación de poder del premier británico Keir Starmer, que tiene una mirada del mundo en las antípodas de la administración republicana. Macron y Starmer dialogaron este domingo por teléfono y consensuaron el planteo que el presidente francés hará en la Casa Blanca.

Macron ingresará al Salón Oval con una propuesta de tres puntos:

  1. Europa tiene que estar en la mesa de negociación.
  2. Zelensky debe participar en las conversaciones a la par que Putin.
  3. Europa está dispuesta a desplegar sus tropas en Ucrania para garantizar la paz que se acuerde con Rusia.

Es poco probable que Trump acepte los planteos del tándem Macron- Starmer. El presidente de Estados Unidos se siente cómodo negociando en soledad con Putin, y los dos mandatarios consideran que Zelensky no tiene representatividad política y que Europa está fracturada por diferencias ideológicas.

“Si hay paz para Ucrania, si realmente necesitan que deje mi puesto, estoy listo. Lo haría a cambio de entrar a la OTAN”, sostuvo este domingo Zelensky para desarmar los argumentos que expresan Trump y Putin.

Y en paralelo, Zelensky convocó para este lunes en Kiev a una cumbre de todos los líderes europeos para fijar posición ante la propuesta unilateral de negociación con Rusia que ejecuta la administración republicana.

La convocatoria del presidente ucraniano encierra una paradoja: se busca una posición común, mientras Macron llegará a la Casa Blanca para defender una iniciativa que definió con el premier británico Starmer.

“No se puede ser débil con el presidente Putin. No es lo que eres, no es tu marca registrada, no es lo que te conviene”, le dijo -a la distancia- Macron a Trump durante una charla on line que protagonizó en París.

La respuesta a las declaraciones de Macron, antes de volar desde París a DC, corrieron por cuenta del Kremlin.

“Estamos abiertos a contactos con Estados Unidos, en particular sobre los temas que perturban nuestras relaciones bilaterales”, señaló Sergei Ryabkov, viceministro de Asuntos Exteriores de Rusia.

Y añadió: “Esperamos un progreso real durante la reunión que se celebrará a finales de esta semana”.

Los comentarios de Ryabkov fueron un estiletazo que también lastimó a Starmer. El primer ministro del Reino Unido tiene prevista una audiencia con Trump en la Casa Blanca antes que concluya febrero para tratar el Caso Ucrania.

Y podría ocurrir que Starmer, como Macron, llegue al Salón Oval pidiendo que Europa y Zelensky participen de las negociaciones, y casi al mismo momento Estados Unidos y Rusia se encuentren nuevamente para avanzar en un acuerdo de paz sin otros jugadores en la mesa.

La intención de Washington y Moscú es que el secretario de Estado, Marco Rubio, y el canciller ruso Sergey Lavrov se reúnan en los próximos días para ponerle fecha a la cumbre entre Trump y Putin.

Si eso finalmente pasara, otra vez Europa y Zelensky se quedarían afuera de las negociaciones por Ucrania.

El presidente uruguayo Luis Lacalle Pou mantiene una visión crítica sobre el régimen de Nicolás Maduro. Desde antes de asumir, el mandatario hablaba de la “dictadura” que hay en Venezuela y endureció su posición después de las elecciones del 28 de julio, en las que fue uno de los primeros presidentes en cuestionar los resultados. Una de las últimas señales en esa dirección que dio fue el bloqueo de las invitaciones a Venezuela, Cuba y Nicaragua a la asunción de su sucesor, Yamandú Orsi.

Por: Pedro Tristant – Infobae

El canciller uruguayo saliente Omar Paganini dijo que no recibió “ningún mensaje” del gobierno de Orsi por esta decisión que tomó y contó por qué su gestión puso tanto énfasis en el seguimiento de los hechos políticos en Venezuela. “Primero, con Venezuela nos ata la Carta Democrática Interamericana, los acuerdos del Mercosur, donde ambos países y todos los participantes nos comprometimos a defender la democracia y a mantenerla tutela entre nosotros para que los regímenes sean democráticos. No es así con otros países que, además, nunca tuvieron democracias”, justificó el ministro de Relaciones Exteriores, entrevistado este lunes en el diario El País.

Paganini agregó que el país considera que la democracia es “estratégicamente” importante para la región. “En la medida que uno tiene democracia, tiene reglas legales funcionando, tiene estabilidad y nuestras poblaciones viven mejor y además atrae inversión, nos distingue de otras regiones del mundo y nos permite además conversar con regiones con las que compartimos estos valores, como puede ser Europa”, sostuvo.

El canciller uruguayo expresó que la “inestabilidad política” que hay en Venezuela termina impactando en todo el continente porque no se trata solo de un “problema de democracia” sino de un asunto de “seguridad continental”. Se basa en que “se han expulsado” a ocho millones de personas desde Venezuela al resto de los países de la región.

Pero sobre todo nos preocupa porque el pueblo venezolano tiene una tradición democrática muy fuerte, y que en su momento nos ayudó cuando Uruguay estaba en dictadura, y muchas veces no se recuerda eso”, expresó el canciller que está cerca de dejar el cargo. La dictadura en Uruguay se extendió desde 1973 hasta 1985.

En el Frente Amplio, la coalición de izquierda que asume el gobierno el próximo sábado, no hay una postura única sobre Venezuela. El presidente electo ha definido a Venezuela como una dictadura, pero algunos de sus jerarcas designados reconocen a Maduro como presidente elegido democráticamente. El futuro ministro de Trabajo, el comunista Juan Castillo, también llegó a preguntar quién es Edmundo González Urrutia, a quien Uruguay reconoció como ganador de las elecciones.

“La verdad que no entiendo cómo Castillo ha dicho eso, creo que no hay nadie que diga eso ya en el mundo, salvo los regímenes iguales a Venezuela, como Cuba o Nicaragua. No sé todavía qué opina el nuevo canciller al respecto. Así que no me animo a adelantar posición sobre qué van a hacer ellos”, sostuvo.

El presidente electo ha señalado que se buscará entablar un diálogo para encontrar una salida en Venezuela, una estrategia que le genera dudas a Paganini. “Me parece que cada gobierno tiene su libertad para hacer esto, pero francamente creo que si algo demostró el régimen es que no tiene voluntad de diálogo de ningún tipo. Y es más, nuestras cartas preguntando por el uruguayo desaparecido, sobre lo que tenemos todo el derecho del mundo a reclamar, no fueron ni siquiera respondidas”, criticó Paganini.

Quien sucederá a Paganini será Mario Lubetkin. En una entrevista en La Diaria, el ministro designado llamó a “proteger a los ciudadanos uruguayos en Venezuela” y a “facilitar y proteger” a los venezolanos que viven en Uruguay. “Hoy no tenemos instrumentos. Ese es el primer punto de partida. Y si tú me planteas un primer objetivo, es encontrar los caminos para que eso se dé. Y aparte no solamente en Venezuela, sino en toda la zona, por el rol de las oficinas nuestras en Venezuela, que están al mínimo”, sostuvo.

Lubetkin dijo que, si bien las relaciones con Venezuela no se rompieron, tampoco existen de hecho.

Un mozalbete de escasos 11 años llega a Caracas. Provisto de  una gran imaginación, su primera impresión de aquella  modesta ciudad, en comparación con su Guatire natal, ha debido ser la de una mayúscula metrópoli. En 1908, año de su nacimiento, nueve meses más tarde se embarcaría sin retorno  al suelo patrio, en el vapor Guadalupe, el general Cipriano  Castro, quien gobernaba dictatorialmente desde 1899. 

El arribo de la familia Betancourt Bello a la capital coincidía con  la presidencia provisional del Dr. Victorino Márquez Bustillos, mientras el verdadero jefe, general Juan Vicente Gómez,  despachaba desde la Comandancia General del ejército. Ya el  petróleo comenzaba a perfilar su impronta. En efecto, el 14 de  diciembre de 1922 se produce el reventón “Los Barrosos”, en  el Estado Zulia, dando inicio propiamente a la economía  petrolera, desplazando así al café y el cacao. 

Estas dos circunstancias: El férreo y personalísimo mandato de  Gómez y la aparición y posterior explotación petrolera,  determinaron la adolescencia y juventud de quien con los años se destacaría como gran luchador por la libertad y la  democracia venezolana. 

Rómulo Betancourt había nacido un sábado 22 de febrero.  Inquieto, devenido en un extraordinario lector y acucioso  estudiante, ideólogo, sobresaliente organizador y admirable estadista, descolló en la historia política de Venezuela a partir  de la muerte del autócrata en 1935, sin aminorar sus  importantes actividades desde 1928. La democracia que  tuvimos (y que urge restablecer) tuvo en él un gran inspirador  y artífice. Sería una mezquindad sin bridas, no reconocerle  este desempeño o intentar minimizarlo en la memoria  colectiva. 

Petróleo y democracia, fueron dos preocupaciones casi  obsesivas a las que dedicó infinitas horas de estudio, reflexión,  desvelos partidistas y afanes gubernamentales. Su obra  “Venezuela Política y Petróleo”, evidencia -precisamente- su propia naturaleza y talante. En este orden, sostenía que el  petróleo debía ser un instrumento fundamental para el  desarrollo económico y social del país. No otra cosa. Y el  manejo por los venezolanos de la exploración, explotación y  comercialización de este fundamental hidrocarburo, sería una  meta u objetivo permanente en sus no menos contundentes planteamientos. 

Firme en sus convicciones democráticas, jamás oímos ni leímos algún argumento a favor de ese entuerto que llaman ahora los acomodaticios dirigentes “pasar la página”. Mucho  menos, acerca de una oportunidad para estimular cualquier  arreglo entre sombras y encierros. Su entereza y honestidad  política a favor de la implantación de una democracia en 

Venezuela, no dio lugar a dudas y mucho menos a endebles y sospechosas posiciones. 

Celebramos este 22 de febrero el 117 aniversario de su  natalicio. Rómulo Betancourt es de esos hombres que no  pueden permanecer olvidados en las páginas de la buena  historia venezolana. Sus ideas, propósitos y conducta  aleccionadora continúan más vigentes que nunca. Por lo  demás, deberían servir de guía para aquellos orfebres del  olvido, más que del perdón, y para aquellos “bailarines” que  no pierden ocasión para saltar, frenéticamente, al centro del salón y mostrar sus habilidades y piruetas. Deberían aprender  – en todo caso- qué es y cómo hacer verdadera política.

Habitualmente se suele decir que “las cosas de palacio van despacio”. Friedrich Merz decidió esperar veinte años para tener su momento en la política alemana. Empezó en la sombra de Merkel, pero sus diferencias ideológicas lo apartaron hasta hoy, que ha logrado su triunfo electoral.

Por: Paula Cabaleiro – Infobae

Así, Friedrich Merz, de 69 años, líder de la Unión Cristianodemócrata (CDU), ha resultado el ganador de las elecciones anticipadas celebradas este domingo 23 de febrero, convirtiéndose así en el décimo canciller de la posguerra.

Este político de 69 años ha mantenido una posición destacada en las encuestas desde que el actual canciller en funciones, Olaf Scholz, perdió una moción de confianza en diciembre del año pasado, lo que precipitó la convocatoria de los comicios.

Merz ha centrado su campaña en propuestas conservadoras y en críticas a las políticas económicas del gobierno saliente.

Asumió la presidencia de la CDU en enero de 2022, y ha buscado reorientar al partido hacia una postura más conservadora, marcando un contraste con la línea centrista que caracterizó el liderazgo de la excanciller Angela Merkel. Su candidatura a la cancillería fue oficializada en septiembre del año pasado, y desde entonces ha hecho de la lucha contra la inmigración irregular uno de los ejes centrales de su programa político.

Disputa de poder con Merkel

Merz inició su carrera política en la década de 1980, tras afiliarse a la CDU durante su etapa escolar. Fue elegido diputado al Parlamento Europeo en 1989 y, posteriormente, ingresó al Bundestag en 1994.

Durante los años siguientes, ascendió en las filas del partido, pero su carrera política sufrió un revés tras una disputa de poder con Angela Merkel, quien entonces lideraba la CDU.

Tras quedar relegado en el ámbito político, Merz optó por abandonar temporalmente la política y dedicarse al sector privado.

Durante este periodo, ocupó altos cargos en empresas como BlackRock Alemania y HSBC Trinkhaus & Burkhardt, además de formar parte de los consejos de EY Alemania y del club de fútbol Borussia Dortmund.

Cuando en 2018 Angela Merkel comunicó que no se postularía nuevamente para la presidencia de la CDU ni para un quinto mandato consecutivo como canciller, Merz optó por dar el paso y regresar a la arena política.

Posturas conservadoras y propuestas económicas

Merz ha adoptado una postura conservadora en temas sociales y económicos. En materia de inmigración, generó controversia al promover una moción no vinculante que abogaba por controles fronterizos más estrictos y un aumento en las deportaciones.

Estas propuestas han sido criticadas por algunos sectores, que argumentan que podrían contravenir la legislación alemana e internacional en materia de asilo.

En el ámbito económico, Merz ha sido un crítico constante de las políticas del gobierno de Scholz, al que responsabiliza de la recesión económica que enfrenta Alemania.

Entre sus propuestas, se encuentran la reducción de las prestaciones sociales, el empleo público y las subvenciones gubernamentales, así como la implementación de recortes fiscales. Estas medidas han generado debate, ya que podrían disminuir los ingresos públicos en un momento de dificultades económicas.

Uno de los episodios más polémicos en la trayectoria reciente de Merz fue su decisión de colaborar con el partido de extrema derecha Alternativa para Alemania (AfD) para aprobar ciertas medidas, rompiendo así el “cortafuegos” que tradicionalmente ha separado a la CDU de esta formación política.

0 seconds of 1 minute, 3 secondsVolume 25%Alice Weidel y Olaf Scholz, candidatos oficiales de AfD y SPD para las elecciones alemanas.

Aunque posteriormente descartó cualquier cooperación futura con la AfD, este hecho generó críticas y cuestionamientos sobre su disposición a asumir riesgos políticos.

En cuanto a política exterior, Merz ha adoptado una postura firme. Durante la reciente Conferencia de Seguridad de Múnich, subrayó la necesidad de que Alemania asuma un papel de liderazgo más destacado dentro de la Unión Europea. Asimismo, expresó su apoyo a Ucrania en el contexto del conflicto con Rusia y respaldó su eventual adhesión a la OTAN.

Política y aviación

Más allá de su carrera política, Friedrich Merz es conocido por su afición a la aviación. Casado y padre de tres hijos el recién elegido canciller posee dos aviones que pilota en su tiempo libre, lo que refleja una faceta personal poco común entre los políticos de alto perfil.

En una entrevista con el tabloide alemán Bild Zeitung llegó a reconocer que ganaba un millón de euros al año y que se considerada “clase media alta”.

Su mujer, Charlotte, con la que lleva casado desde 1981, asegura que es un cocinero excelente y que disfruta en sus ratos libres de la fotografía. La naturaleza, los paisajes y los retratos son sus objetivos preferidos cuando se sitúa detrás de la cámara.

Muchas de las recetas sociales en boga no son sino las mismas ideas viejas que parten de negar la libre iniciativa individual como la fuente del progreso. En aras del progresismo se han vuelto a probar, bajo otros nombres, las mismas fórmulas que nos han conducido en Venezuela y América Latina adonde  estamos. Con ello queda asegurado la perpetuación de la crisis, de la que viven cada día más políticos, militares, burócratas, asesores internacionales y organizamos de ayuda del exterior.

En una sociedad, con división de trabajo, es preciso organizar la convivencia económica que consiga la asignación eficaz de los recursos, la coordinación de las decisiones y la mejor selección de los empresarios que las toman. Ello hay que hacerlo mediante mecanismos que permitan conseguir estos objetivos compatibles con el grado de libertad deseado. De aquí que el orden económico esté íntimamente relacionado con el orden social y político de un país.

Cuando el orden político es de dirección central ( burocracia ), socialista y estatista, nos encontramos con que las decisiones se toman muy alejadas de los lugares básicos donde se produce la información. Ello impide la adecuada participación que termina debilitando el sentido de la responsabilidad y generando motivaciones erróneas o falta de las mismas. Todo ello hace que las estructuras se vuelvan opacas y se pierda el rendimiento, se produce una especie de huida colectiva de la responsabilidad hacia una desmoralización paralizadora de los necesarios mecanismos de respuesta capaces de curar las enfermedades de unas organizaciones que terminan volviéndose ineficaces.Cuando el orden político es de dirección central ( burocracia ), socialista y estatista, nos encontramos con que las decisiones se toman muy alejadas de los lugares básicos donde se produce la información. Ello impide la adecuada participación que termina debilitando el sentido de la responsabilidad y generando motivaciones erróneas o falta de las mismas. Todo ello hace que las estructuras se vuelvan opacas y se pierda el rendimiento, se produce una especie de huida colectiva de la responsabilidad hacia una desmoralización paralizadora de los necesarios mecanismos de respuesta capaces de curar las enfermedades de unas organizaciones que terminan volviéndose ineficaces.

Cuando actualmente el Profesor o el médico están falsamente motivados, ello significa que ambos tienen ingresos reducidos o muy bajos cuando desempeñan correctamente sus deberes sociales, y que solo pueden llegar a ingresos elevados si descuidan sus deberes. Cuando el enfermo lo pasa mejor que el sano, cuando se hace posible explotar a la sociedad, a través del seguro contra el desempleo,a través del reciclaje, a través de declaraciones deshonestas, cuando se crean, por lo tanto, condiciones en las cuales los que trabajan de forma honesta y seria, lo pasan peor que los que conocen perfectamente todos los pasadizos de nuestro sistema social, entonces no se crea solamente la ineficacia, sino también la envidia y el mal humor. El amplio malestar de nuestra sociedad está íntimamente relacionado con el hecho de que hemos acribillado cada vez más el principio del rendimiento.

Los beneficios son un criterio del rendimiento, un instrumento de control. A diferencia del control realizado a través del mercado competitivo, el que se realiza en los sistemas burocráticos se apoya en la obediencia. No hay que olvidar que la auténtica conquista de la teoría clásica de la economía de mercado no fue la eficiencia, sino la libertad.

Por eso, economistas como Milton Friedman, Hayek , Ropke y Muller-Armack intentaron , llamar la atención hacia el hecho de que la conquista real de la economía de mercado no era la riqueza, sino la libertad.

Por ello cuando se destruye la conciencia del rendimiento y se rechaza el control a través de la competencia en el mercado no solo se está destruyendo la base de la economía racional, sino que, también, se están minando los mismos cimientos de la legitimación democrática.

En la era de la cibernética, es decir en la era de la economía informada no hay progreso posible sin partir del supuesto de la libertad. La libertad no solo es necesaria para el progreso económico, sino que, incluso, se impone justificar la necesidad de su limitación en favor de un desarrollo tecnológico que nunca puede realizarse mediante la renuncia a la independencia de la persona.

La competencia en el mercado cada vez tiene mayor importancia, no solamente en la asignación eficaz de los recursos y en la selección de empresarios, sino también que por ser la clave de un sistema de libertades económicas ( de producción, de consumo, de empresas, de ocupación, etc ) hace que venga a constituir la pieza básica de la convivencia política dentro de un orden democrático. Esta es la razón por la cual nos encontramos ante una institución de carácter público que justifica tanto la trascendencia y la responsabilidad social de las funciones que el empresario ejerce en el mismo, como la intervención del Estado para su buen funcionamientoPor ello cuando se destruye la conciencia del rendimiento y se rechaza el control a través de la competencia en el mercado no solo se está destruyendo la base de la economía racional, sino que, también, se están minando los mismos cimientos de la legitimación democrática.

En la era de la cibernética, es decir en la era de la economía informada no hay progreso posible sin partir del supuesto de la libertad. La libertad no solo es necesaria para el progreso económico, sino que, incluso, se impone justificar la necesidad de su limitación en favor de un desarrollo tecnológico que nunca puede realizarse mediante la renuncia a la independencia de la persona.

La competencia en el mercado cada vez tiene mayor importancia, no solamente en la asignación eficaz de los recursos y en la selección de empresarios, sino también que por ser la clave de un sistema de libertades económicas ( de producción, de consumo, de empresas, de ocupación, etc ) hace que venga a constituir la pieza básica de la convivencia política dentro de un orden democrático. Esta es la razón por la cual nos encontramos ante una institución de carácter público que justifica tanto la trascendencia y la responsabilidad social de las funciones que el empresario ejerce en el mismo, como la intervención del Estado para su buen funcionamiento.

Es preciso reconocer  que solamente viviremos un sistema auténtico de mercado, es decir, lo que se conoce como el sistema de Libre empresa cuando todas las empresas y sectores tengan las mismas reglas del juego. En otro caso, los empresarios atentos a la productividad, a la competencia, a los costos y a los precios se desmoralizaran llegando a destruirse la conciencia del rendimiento, el cual, como ya hemos dicho, controlado a través de la competencia en el mercado, no solamente es la base de la economía racional, sino de la convivencia democrática.

Por todas estas razones, la economía de mercado, entendemos que a quien beneficia no es solo a la eficacia, a la selección de los mejores empresarios , sino que lo verdaderamente esencial quizá sea el beneficio que reporta a la estabilidad dinámica de la convivencia económica, social y política dentro de un orden democrático.

Un ejemplo del beneficio que genera una economía de libre mercado, lo tenemos en la sociedad alemana después de segunda guerra mundial. Después de la ceguera del criterio económico planificador y socialista, surgió una gran fuerza dinámica que se encendió en el pueblo alemán tan pronto como éste pudo recobrar la conciencia del valor y dignidad de la libertad. Alemania en 1948 , al igual que Venezuela hoy en día , estaba aniquilada y convertida en un Caos de tal naturaleza, que nadie que no lo haya presenciado puede imaginárselo. Por eso Alemania que tiene muy claro lo que significa tener una economía de mercado y una sociedad libre, han asumido sin ambigüedad ni complejos, una línea dura y clara en cuanto a apoyar a Venezuela para que consiga salir de ésta tragedia y destrucción, y pueda construir una economía de libre mercado para crear prosperidad.

Lo que necesitan nuestros países en Latinoamérica y en particular hoy Venezuela es un ” milagro económico” que nos permita 1.- ser independientes de los vaivenes de la geopolítica en que nos metió este régimen socialista, 2.- erradicar la pobreza que nos agobia, y que es el caldo de cultivo de la subversión, y 3.- integrarnos al Primer Mundo, no en medio de modelos  o recetas ideológicas erradas, sino a través del libre comercio y de la cooperación voluntaria y pacífica. Pero , sobretodo necesitamos crear las condiciones que permitan enfrentar el reto del crecimiento económico y brindar verdaderas oportunidades para progresar a los jóvenes.

Ese ” milagro económico ” es la libertad para que cada quien pueda buscar su felicidad, no hay misterio en el éxito.

El progreso es la simple consecuencia de las decisiones de todas las personas que buscan mejorar su propia condición, en un medio social de respeto a los demás.

El milagro se produce cuando las instituciones sociales positivas , como el Estado, las leyes, las organizaciones empresariales, las aduanas, los impuestos, etc , no van contra la naturaleza espontánea del orden de la libertad.

Ya las excusas se le terminaron a quienes no aceptan que el Libre comercio o mercado y una economía competitiva si funcionan sobre todo para elevar el nivel de vida de los más pobres.

Cada vez, incluso son más los países socialistas que optan por un régimen híbrido, en el cual la esfera económica pasa a manos capitalistas y la política sigue siendo vertical y monopartidista.

En los últimos años, su discurso ya no gira en torno a si es eficiente o no el Capitalismo creando riqueza ya que, al parecer , se han dado cuenta que negar lo evidente ni es romántico mi atrae seguidores.

Hoy en día son cada vez más los países socialistas, como China, Vietnam, Albania, los Ex miembros del Pacto de Varsovia, que optan por economía de mercado y propiedad privada.

Los venezolanos no podemos seguir esperando más destrucción y humillación. El paraíso socialista no es de este mundo. No existe.

Podrán pasar siglos y pasar gobiernos, lo que no pasará nunca será la forma o receta de crear prosperidad y de crear riqueza.

La verdadera esperanza de los pobres es la economía de Libre Mercado.

Un cambio de rumbo, cualquiera que éste sea, requiere de dos cosas : deseo y conocimiento. El deseo de algo diferente, algo mejor, solo es posible si tenemos el conocimiento de la existencia de esa otra alternativa, esa otra opción. Venezuela si lo desea no lo termina de demostrar, y si lo conoce le ha Sido indiferente. Su pasado estatista, socialista democrático, y ahora socialista y comunista , ha Sido demasiado grande, pesado y nocivo. Hoy en día muchos países han demostrado que si es posible construir un Rumbo Propio a la prosperidad , y de paso han confirmado que solo una economía de mercado beneficia a la sociedad y garantiza la libertad y la convivencia democrática.

Por: Néstor Suárez
Msc y Phd en Economía.

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