Morfema Press

Es lo que es

Armando Esteban Quito

Luiz Inácio Lula da Silva, presidente de Brasil, subrayó este miércoles la necesidad de tratar el creciente flujo de migrantes venezolanos hacia el país con “responsabilidad” y “respeto”.

EFE

Desde la celebración de las elecciones presidenciales en Venezuela, la afluencia de venezolanos a la frontera ha aumentado de manera considerable, lo que ha llevado a Lula da Silva a asegurar que el gobierno federal tiene el deber de brindar apoyo en esta crisis.

En una entrevista con la emisora Rádio Norte FM, Lula enfatizó que el Ministerio de Relaciones Exteriores tiene la directriz de la Presidencia para recibir a los migrantes venezolanos con dignidad. “No queremos que lleguen aquí y enfrenten más dificultades de las que ya vivían en Venezuela”, afirmó el mandatario.

El presidente brasileño expresó su esperanza de que Venezuela retome la normalidad para que los migrantes puedan retornar a su país “lo más rápido posible”.

No obstante, mientras tanto, garantizó una buena recepción y asistencia en Brasil. Además, anunció su intención de visitar el estado fronterizo de Roraima, uno de los más pobres y principales puntos de entrada de los migrantes, acompañado por varios ministros para abordar la situación.

La ciudad de Pacaraima es la principal entrada a Roraima y fue solo en agosto que recibió 11.325 nuevos migrantes, un incremento significativo en comparación con los 8.477 del mes de julio.

Debido a la emigración venezolana, más de siete mil personas residen actualmente en los albergues para grupos vulnerables en Roraima, según el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE). Esta cifra representa el 30% de las 24.110 personas en esta condición en el país.

Brasil, en colaboración con el Ejército y la ONU, ha implementado desde 2018 una operación humanitaria en la frontera con Venezuela para asistir a los migrantes que huyen de la crisis social, económica y política en su país.

Esta crisis se ha intensificado especialmente desde los comicios del 28 de julio, cuando el Consejo Nacional Electoral (CNE) de Venezuela proclamó la victoria del presidente Nicolás Maduro. Este resultado fue ratificado en un controvertido proceso impulsado por el mismo Maduro ante el Tribunal Supremo, lo cual generó protestas y numerosos detenidos.

De acuerdo a un informe de la ONG Human Rights Watch (HRW) publicado este miércoles, una encuesta realizada tras los comicios reveló que el 43% de los venezolanos estaba considerando abandonar el país antes de finalizar el año, lo que incluye a 1,5 millones de personas que han tomado la decisión de buscar un futuro mejor fuera de sus fronteras.

Según informó la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), tras las elecciones presidenciales de este año, las solicitudes de asilo de ciudadanos venezolanos han aumentado un 25%, alcanzando un total de 1.907 solicitudes.

Parte considerable de la oposición y de la comunidad internacional sostiene que el verdadero vencedor de los comicios fue Edmundo González Urrutia, quien recientemente llegó a España para solicitar asilo, tras ser señalado por la justicia venezolana con acusaciones de “conspiración” y otros delitos.

Lula da Silva no ha reconocido oficialmente ni la victoria de Maduro ni la de González Urrutia. Junto a algunos líderes internacionales, como el presidente colombiano Gustavo Petro y el mandatario mexicano Andrés Manuel López Obrador, ha intentado mediar para obtener la publicación de las actas electorales desglosadas, una demanda que aún no ha sido atendida por las autoridades venezolanas.

Las autoridades en Brasil, pese al aumento del flujo migratorio, aseguran que la situación está controlada a lo largo de los más de 2.000 kilómetros de frontera. Sin embargo, R4V, una plataforma conformada por más de 200 organizaciones, ha alertado sobre el empeoramiento de las condiciones para los migrantes procedentes de Venezuela.

El Parlamento, controlado por el chavismo, prepara este miércoles una resolución que espera aprobar posteriormente para instar a Nicolás Maduro a romper «todas las relaciones» diplomáticas, consulares, económicas y comerciales con España.

EFE

«Que cesen los vuelos de España hacia y desde Venezuela en líneas aéreas españolas y que todas las actividades de índole comercial de empresas españolas sean cesadas de inmediato”, dijo Jorge Rodríguez presidente de la Asamblea Nacional.

La propuesta se da luego de que el Congreso español aprobara reconocer al opositor Edmundo González Urrutia como presidente electo.

El Partido Popular (PP), líder de la oposición de España, sacó adelante esta propuesta de reconocimiento a González Urrutia con 177 votos, procedentes de la derecha y de grupos nacionalistas, como los vascos, aliados habituales de los socialistas, que se han quedado en minoría con sus socios de izquierda.

La iniciativa, que no tiene ninguna trascendencia jurídica, pide además el fin de la represión, la liberación de los presos políticos y que se contribuya a la seguridad personal de Machado y el propio González Urrutia, al tiempo que solicita que el Ejecutivo lidere el reconocimiento del líder de la oposición en las instituciones europeas, con el objetivo de que el 10 de enero de 2025 tome posesión como presidente de Venezuela.

Tras las presidenciales, se desató una crisis en el país ante la denuncia de «fraude» de la oposición contra el resultado anunciado por el Consejo Nacional Electoral (CNE), lo que desató protestas en todo el país que dejaron, según las autoridades, 25 muertos y más de 2.400 detenidos.

La denuncia de elecciones «fraudulentas» es sustentada por la mayor coalición opositora, Plataforma Unitaria Democrática (PUD), según la divulgación del «83,5 % de las actas electorales» en una página web que -insisten- demuestran el triunfo de González Urrutia, documentos que el gobierno considera «falsos».

En la sede de la Organización de Estados Americanos (OEA) se firmó el día de hoy un acuerdo especial de cooperación técnica entre la Secretaría General de esta organización y la Asociación VENAMERICA representada por su Presidente, Orlando Viera Blanco.

Nota de prensa

El acuerdo contempla entre otros considerandos, prestar servicios de asistencia técnica en aspectos relativos a la justicia penal internacional.

Establece muy especialmente trabajar conjuntamente con el Panel de Expertos de la OEA procesos de vigilancia, monitoria y seguimiento del caso Venezuela ante la Corte Penal Internacional (CPI), levantamiento de incidencias, relatorías, asesoramiento sustantivo y adjetivo en materia jurídica y procesal en aras del mejor desempeño de los procedimientos que cursan ante esta elevada Corte.

Orlando Viera Blanco, directamente desde la sede de la OEA en Washington, expresó “estamos muy satisfechos de la firma de este acuerdo de cooperación técnica con la OEA, que redundará en beneficio de la cooperación judicial internacional entre organismos multilaterales y la CPI previsto en el Estatuto de Roma, así como el derecho y expectativas favorables de las víctimas, como nos gusta decir, para que haya justicia en La Haya”.

Viera Blanco agradeció al Secretario General de la OEA, Luis Almagro, y a su equipo, por su decidida receptividad y voluntad de unir esfuerzos para coadyuvar en los nobles desafíos que demanda la justicia penal internacional en el marco de la investigación que se lleva a cabo de la situación Venezuela ante la CPI.

La fábrica de jabones y detergentes Barraza y Cía., realizó la primera exportación de un contenedor con 10.7 toneladas de detergente en polvo, suavizante y desinfectante, con destino a Curazao.

ANPanamá

De acuerdo con el director de Promoción de las Exportaciones del Ministerio de Comercio e Industrias (MICI), Eric Dormoi, el detergente en polvo se une a la variedad de productos panameños que se están exportando a ese mercado, como resultado de la misión comercial organizada por el MICI a Curazao.

Agregó que entre los productos que se exportan a la isla están equipos de refrigeración, cemento Portland, aceites lubricantes, bolsas plásticas, agua embotellada, jugos de frutas, productos del mar, ropa, papel toalla, especias, condimentos y sazonadores.

Según datos del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC) el peso de las exportaciones en el primer semestre del 2024 se desplomaron en 50.5%, principalmente debido a que no se exportó nada de cobre en este periodo, reflejando solamente 687,399 toneladas exportadas en el mismo periodo en el 2023.

Mientras que el valor peso de las exportaciones de pieles y cueros cayeron 31.8%, piña 30.8%, y la de banano 13.8%, otros productos que reflejaron pérdidas en el peso de exportaciones fueron la carne de ganado bovino, piña, sandía y otros productos del mar, por el contrario, aumentó el peso de las exportaciones del melón en 461.4%, camarón en 82.9%, y azúcar sin refinar, en 82.6%.

Vale la pena recalcar que el Caribe compra el 3% de las exportaciones de bienes panameños, siendo un mercado natural para Panamá y con grandes oportunidades y potencial de crecimiento.

La Fundación Circuito del Café, en colaboración con la Autoridad de Turismo de Panamá (ATP), está impulsando una nueva estrategia para potenciar el turismo sostenible en la región cafetera del país, destacando el café panameño como un atractivo turístico y cultural de relevancia internacional.

ANPanamá

Ambas entidades han estado trabajando en propuestas y acciones futuras con miras a la firma de un convenio que refuerce el posicionamiento del Circuito del Café como una ruta turística integral, que incluye visitas a fincas de café, fincas agroturísticas, hoteles, y una oferta gastronómica ligada a la tradición cafetera de Panamá.

El presidente de la Fundación del Circuito del Café, Berísimo Martínez, indicó que las reuniones han sido productivas, permitiendo el intercambio de ideas y la identificación de áreas de mejora para la oferta turística en regiones clave como Chiriquí, Bocas del Toro, y el área comarcal. «Estamos trabajando en iniciativas que fortalezcan el Circuito del Café, ofreciendo experiencias únicas a los visitantes, desde degustaciones hasta inmersiones en la tradición cafetera panameña», señaló Martínez.

Felipe Rodríguez, presidente del Centro de Competitividad de la Región Occidental (CECOM-RO), subrayó la importancia de la colaboración entre el sector privado y el sector público para promover el turismo. “Es fundamental unir esfuerzos para impulsar el turismo. Esta comunicación ha afianzado nuestra relación con la ATP, una alianza que data de varios años”, comentó Rodríguez.

Jorge Correa, subadministrador de la ATP, calificó la reunión como muy productiva, destacando el trabajo conjunto para fortalecer la alianza y evaluar las mejores propuestas para mejorar exponencialmente el turismo en la región. “Estamos estudiando las mejores formas de aprovechar la gran oferta turística de esta región del país”, expresó Correa.

La Fundación Circuito del Café, conformada por nueve organizaciones, promueve la ruta del café en la provincia de Chiriquí, abarcando los sectores de Tierras Altas, Boquete, Renacimiento, y el corregimiento de Hornito en Gualaca. Esta ruta turística busca conectar a los visitantes con la rica cultura cafetera panameña, a través de experiencias que combinan sostenibilidad, tradición y autenticidad.

Con esta iniciativa, Panamá refuerza su compromiso con el turismo sostenible, destacando el café no solo como un producto de alta calidad, sino también como una puerta de entrada a las tradiciones y la cultura local, impulsando el desarrollo económico y social de las comunidades involucradas.

Panamá buscará establecer alianzas estratégicas para defender su imagen ante los países europeos que la mantienen en listas discriminatorias, informó José Miguel Alemán, el nuevo embajador de Panamá ante Estados Unidos.

ANPanamá

Alemán señaló que el principal desafío radica en la postura de los parlamentos europeos, que considera «entes políticos, no ejecutivos», los cuales han mantenido al país en diversas listas grises. En este contexto, el diplomático comparó a Panamá con una «piñata de la política», sugiriendo que el país ha sido injustamente atacado en estas instancias.

A pesar de contar con aliados en Europa, Alemán destacó que algunos países han incluido a Panamá en estas listas durante varios años. «Es necesario encontrar la manera de penalizar a aquellos que nos mantienen en estas listas, ya que ellos también nos penalizan», subrayó.

El embajador también recordó que, en cuanto a Estados Unidos, Panamá ha logrado salir de la lista del Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI), lo que marca un avance en su imagen ante ese país.

Como parte de su estrategia, Alemán buscará que Estados Unidos actúe como mediador ante Europa para remover definitivamente a Panamá de las listas grises. 

«Vamos a establecer alianzas estratégicas con Estados Unidos para que sea nuestro socio o mecenas frente a Europa, ya que no estamos recibiendo un trato igualitario», concluyó.

Durante tres años, el marfileño Moussa Diallo se untaba a diario el cuerpo y el rostro con un ungüento hecho con el glande de clítoris extirpados de mujeres, convencido de que esto le aportaría más poder.

AFP

«Tenía muchas ganas de ser un gran jefe», dice a la AFP este quincuagenario, cuyo nombre ha sido modificado, al recordar ese periodo de hace una década cuando ejercía de hechicero y curandero en Touba, en el noroeste de Costa de Marfil.

No es un caso único. En numerosas regiones de este país de África occidental, «este órgano se utiliza para preparar pócimas de amor, conseguir dinero o acceder a altas funciones políticas», explica Labe Gneble, director de la Organización Nacional para la Infancia, la Mujer y la Familia (ONEF).

Aunque la mutilación genital femenina está prohibida en el país desde 1998, la AFP ha podido constatar a través de entrevistas con hechiceros, extirpadores, investigadores y trabajadores sociales la existencia de un tráfico ilegal.

En el mercado clandestino, el precio de este órgano, después pulverizado y vendido por sus supuestas propiedades místicas, puede alcanzar unos 75.000 francos CFA (unos 125 dólares), el salario mínimo en Costa de Marfil.

La magnitud de este oscuro comercio es difícil de estimar. Pero las fuentes locales lo consideran uno de los principales obstáculos para luchar contra la ablación que, según los datos de la OCDE, ha sufrido una de cada cinco marfileñas.

¿Por qué mutilan el clítoris a las mujeres en Costa de Marfil?

Esta mutilación a menudo practicada entre la infancia y la adolescencia se considera por algunas familias como un rito de paso a la vida adulta o un medio de reprimir la sexualidad de una hija, explica Unicef.

Practicada durante siglos por diferentes religiones en África occidental, constituye una violación de los derechos fundamentales, según la Unesco. Además del dolor físico y psicológico, sus consecuencias pueden ser graves: muerte, esterilidad, complicaciones en el parto, infecciones, desangrados…

En Touba, en su época como hechicero, las extirpadoras de clítoris a menudo reclamaban los servicios de Diallo para protegerse ante los malos espíritus.

En el bosque o en una casa, Diallo las acompañaba a un lugar sacralizado para llevar a cabo el procedimiento. Al ser cercano a esas mujeres, también podía hacerse con el famoso polvo de ese órgano.

«Cuando cortan el clítoris, lo dejan secar durante un mes o dos» y luego «lo aplastan con piedras», explica. Queda entonces un «polvo negro» que mezclan con «hojas, raíces, cortezas o manteca de karité», un ingrediente popular en la cocina africana.

¿En cuánto venden el clítoris en Costa de Marfil?

La venden por unos «100.000 francos CFA (unos 170 dólares) si la mujer es virgen» o unos «65.000 francos CFA si ya ha tenido hijos», explica Diallo, que ahora milita contra la ablación.

Según él, el tráfico persiste y en el pueblo donde ahora vive pudo comprar recientemente una mezcla de polvo de clítoris y plantas que enseñó a la AFP.

En función del lugar, estos órganos mutilados se entierran, se lanzan a un río o se entregan a los padres, explican a la AFP varias personas que se dedicaban a esta práctica.

Pero también hay usos ocultos, a menudo para «hechizos», confirman una de ellas.

La ley marfileña condena el comercio del glande del clítoris como «tráfico de órganos», punible con multas y varios años de prisión, explica la abogada Marie Laurence Didier Zezé.

Pero la prefectura policial de Odienné, encargada de cinco regiones del noroeste del país, nunca ha iniciado ningún procedimiento por este delito.

«La gente no da información sobre cosas sagradas», se excusa el teniente N’Guessan Yosso.

La ginecóloga Jacqueline Chanine, que trabaja en Abiyán, la mayor ciudad de Costa de Marfil, explica que «el clítoris no puede dar poderes». «Es absurdo», afirma.

Sin embargo, la práctica persiste en varias regiones, aseguran los investigadores.

El socioantropólogo de la salud, Dieudonné Kouadio, pudo constatarlo durante un estudio sobre la escisión en la ciudad de Odienné.

«Me dieron una botella que contenía precisamente el órgano mutilado, secado, en forma de polvo negruzco», explica este investigador de la Universidad de Bouaké.

Kouadio compartió este hallazgo en un estudio realizado con la fundación Djigui, un actor importante en la lucha contra la mutilación genital femenina en Costa de Marfil.

El Ministerio de la Mujer, que no validó las conclusiones de este reporte publicado en 2021, no contestó a las peticiones de la AFP.

Miembro de la fundación Djigui, Nouho Konaté recoge desde hace 16 años información sobre la ablación. Según él, en un distrito de Odienné, los agricultores «compran clítoris» y «mezclan el polvo con semillas para mejorar la producción de sus campos».

Más al sur, en el centro-oeste del país, las mujeres usan estos productos como afrodisíacos con la esperanza de evitar que su marido les sea infiel, explica la doctora en criminología Safie Roseline N’da, coautora de un artículo científico sobre la ablación publicado en 2023.

«La mística tiene allí una dimensión central en la vida cotidiana, toca todas las esferas de la vida social, profesional, amorosa, familiar», explica el antropólogo canadiense Boris Koenig, especialista en estas prácticas en Costa de Marfil.

La Fundación Djigui asegura que el comercio de clítores es «una de las razones de la pervivencia de las mutilaciones genitales femeninas» en Costa de Marfil.

Su tasa de prevalencia bajó desde su prohibición y es muy inferior a la media en el oeste de África, según la OCDE, pero en algunas regiones del norte puede afectar a 50% de mujeres.

En la zona donde trabajaba antes Diallo podían llegar a mutilar hasta «30 mujeres» en un mismo día, asegura el exhechicero.

Sobre todo entre enero y marzo, cuando la llegada del viento seco del harmatán desde el Sáhara favorecía una mejor cicatrización de las heridas.

¿Qué es una mujer? Como ha confirmado la odisea de Matt Walsh y Kelly-Jay Keen, una mujer es una hembra humana adulta. Sin embargo, en el discurso público y en la cultura popular, la cuestión sigue siendo lo suficientemente confusa como para transformar nuestro sistema legal en un tobogán de agua fría. Las concepciones de género (desvinculadas del sexo biológico) siguen prevaleciendo sobre las realidades biológicas en los baños, los vestuarios y los deportes. 

Por: Charlie Bentley-Astor – The European Conservative

En los Juegos Olímpicos de París han competido varios atletas transgénero e intersexuales, y la mayor controversia se ha generado en torno a las dos boxeadoras de sexo ambiguo que se llevaron a casa medallas de oro en las categorías de peso wélter y pluma femenino. Imane Khelif y Lin Yu-ting, que habían sido descalificadas previamente por la Asociación Internacional de Boxeo tras no aprobar la prueba de elegibilidad de género, recibieron la licencia para competir en los Juegos de 2024 por parte del Comité Olímpico Internacional. 

El espectáculo que siguió fue calificado de indignación”. La primera víctima de Khelif, Angela Carini, cayó de rodillas en señal de rendición a los 46 segundos de que sonara la primera campanada. Le rompieron la nariz. “Nunca había sentido un puñetazo como ese”, dijo. Carini entregó su duramente ganada oportunidad de ganar el oro olímpico para, como ella misma dijo, “preservar mi vida”. Figuras prominentes críticas de género como JK Rowling y Elon Musk condenaron al COI, sobre el cual Khelif, seguro de saber que tenía destreza en el boxeo, presentó una demanda por acoso . 

Jo Bartosch, de Sex Matters , no está lejos de la verdad cuando describe toda esta debacle como “violencia doméstica convertida en un deporte para espectadores”.

A pesar de las reacciones negativas, las escenas que Matteo Salvini ha descrito como “verdaderamente… antiolímpicas” continuaron en los Juegos Paralímpicos. La primera atleta paralímpica transgénero, Valentina Petrillo, compitió en la categoría femenina T12 de velocidad para personas con discapacidad visual. Petrillo es un hombre biológico de cincuenta años que ganó 11 títulos nacionales compitiendo como hombre. A los 41 años se sometió a una terapia hormonal de género, comenzó a competir en la categoría femenina y poco después ganó dos medallas de bronce en los campeonatos mundiales. 

Todo esto plantea una pregunta obvia: ¿por qué sigue la farsa? ¿Se espera que creamos que los hombres humanos que se ponen unos cuantos parches de estrógeno y se ponen un vestido se vuelven indistinguibles de las mujeres biológicas? 

No, no se espera que creamos esto, pero sí que lo aceptemos con calma y, en los momentos cruciales, lo repitamos como loros. 

Nos repiten una y otra vez que “las mujeres trans son mujeres”. Son del sexo que dicen ser porque el cuerpo es inmaterial para la “sensación sentida” de género de una persona. Él piensa, luego ella existe. Por lo tanto, el acceso a hormonas y cirugía de transición de género es un derecho humano y un tratamiento médico que salva vidas… pero también es inmaterial para el estatus legal de una persona como “trans”. Las niñas necesitan que el contribuyente les ampute los senos (para que puedan vivir sus vidas auténticas), pero ¿se debe exigir a un hombre que se convierta en eunuco –o al menos que se afeite– antes de desnudarse frente a niñas de siete años? ¡Eso es transfobia!

Doble rasero

Algunos han planteado la cuestión de si existe un doble rasero en la representación que los medios de comunicación hacen de las personas que se identifican como transgénero. Se nos dice implícitamente que no nos demos cuenta de que la mayoría de las mujeres que se identifican como trans son adolescentes angustiadas, mientras que la mayoría de los hombres que se identifican como trans son hombres de mediana edad con fantasías sexuales. Y, desde luego, no se pretende que nos preguntemos si las primeras tienen algo que ver con los segundos. 

Teniendo en cuenta la frecuencia con la que escuchamos el mantra de que “las mujeres trans son mujeres”, es natural preguntar por qué tan raramente escuchamos la afirmación correspondiente de que “los hombres trans son hombres”. ¿No debería respetarse su identidad? ¿No deberían unirse a sus compatriotas masculinos en los equipos olímpicos? La respuesta es: “¡Por ​​supuesto que no!”. ¿Por qué? “Bueno, no tendrían ninguna oportunidad”. ¿Y por qué? La sociedad educada responde: “No vayamos por ahí”. 

Pero no me preocupa demasiado la cortesía.

Si está claro que hacer que un hombre trans compita contra un hombre biológico sería desventajoso y peligroso, ¿por qué no se puede decir lo mismo de las mujeres trans (hombres) que compiten contra mujeres? Las controversias en torno a otros atletas masculinos que se identifican como trans (como la nadadora Lia Thomas, la ciclista Emily Bridges y la levantadora de pesas Laurel Hubbard) no escasean, por no mencionar los innumerables casos de colegialas a las que se les roba medallas, becas y confianza en competiciones regionales. Año tras año, aumenta el número de hombres a los que se les permite competir contra mujeres. Esto se debe a que la privación de derechos de mujeres y niñas ambiciosas se considera una compensación razonable si manifiesta una «sociedad inclusiva». 

Es natural, entonces, preguntar: “¿Cuándo las imitaciones de la feminidad comenzaron a ser consideradas más femeninas que la feminidad misma?”. Dicho de otro modo: ¿cuándo los simulacros de femina comenzaron a ser valorados por encima de lo femenino? 

‘¿Qué es un hombre?’ 

Así como escuchamos mucho más sobre mujeres trans que sobre hombres trans, de manera similar, la pregunta «¿Qué es una mujer?» es mucho más común que la igualmente crucial «¿Qué es un hombre?». 

Las respuestas a esta pregunta tienden a tener menos que ver con la biología que con las características secundarias, las virtudes y los vicios. Un hombre es alto. Es fuerte. Es un líder. Es analítico. Es valiente. Es decidido. No saca la basura lo suficiente. Esto no es diferente de los debates generales sobre las mujeres: demasiadas personas no pueden ( o no quieren) ser claras acerca de las características primarias de una mujer y, en cambio, profundizan en sus rasgos secundarios.

Las feministas, sobre todo las académicas de la segunda y actual ola, deben asumir cierta responsabilidad por esta difuminación de la definición de “mujer”, ya que, al igual que las activistas trans y de género, se han resistido a describir a las mujeres por sus características biológicas. A lo largo de la historia, las mujeres se han esforzado por demostrar que están “a la altura” de los hombres, a veces enorgulleciéndose de las cosas que podían hacer que los hombres no podían, a veces superando a los hombres en su propio juego y desafiando así la concepción que los hombres tienen de la mujer. En las últimas décadas, este intento de desafiar la percepción y la definición social de “mujer” se ha centrado en desvincular a la mujer de los “estereotipos sexistas”: del cuerpo, del espacio doméstico, de lo maternal e incluso de lo femenino. Argumentan que no se debe definir a una mujer simplemente por su anatomía, y que hacerlo es un error que llaman “existencialismo biológico”.

¿Le suena familiar? El rechazo del “existencialismo biológico” es la creencia fundamental del transgenerismo. Tanto activistas por los derechos de las personas trans, como Julia Serano, como feministas (del tipo que se inspira en Simone de Beauvoir y Judith Butler) han sostenido que no todas las mujeres menstrúan, no todas se quedan embarazadas y no todas dan a luz, aunque por razones completamente diferentes. Para las activistas por los derechos de las personas trans, la feminidad no se define por la anatomía, porque la feminidad es una sensación sentida. Es un parentesco autopercibido con la feminidad: con la maternidad y la crianza; con los vestidos, los pechos y la penetración. 

Incluso sin Helen Joyce, uno puede entender por qué esta definición de «mujer» podría, bueno, enojar a algunas hembras de la especie… y también a algunos hombres homosexuales.

Para algunas feministas, a menudo conocidas como feministas “críticas de género” o “radicales transexcluyentes” (a las que se ridiculiza como “TERF”), una mujer no es menos mujer porque no se convierta en madre, o porque experimente infertilidad, o porque se someta a una mastectomía para vencer al cáncer. Como señala Aristóteles, un perro de tres patas sigue siendo un perro. Un gato que nace sin uno de sus dos ojos sigue siendo un gato. Y, al parecer, una serpiente es una serpiente si muda de piel o se pone un vestido. En palabras de Jordan Peterson, el sexo biológico “es más antiguo que los árboles. Es más antiguo que las flores. Es más antiguo que el sistema nervioso de los vertebrados. Es viejo, hombre”.

Pero si les preguntamos a estas mismas feministas: “Si no es su anatomía, ¿qué es lo que hace a una mujer?”, las personas poco versadas volverán a empezar a divagar sobre la “feminidad” y la “sensación sentida”, como les han enseñado El segundo sexo y La mística de la feminidad . Se encuentran en un punto muerto con los presumidos activistas de los derechos de las personas trans, incapaces de explicar por qué la sensación sentida que un hombre biológico tiene de la mujer es diferente y menos legítima que la sensación sentida de la mujer biológica, en particular cuando, según estas feministas, lo que es “femenino” es una construcción social. 

Las contradicciones en los argumentos de ambos partidos son evidentes. 

“La mujer no debería definirse por su anatomía, porque tiene una vida importante más allá de su cuerpo”. Es cierto, pero también debe fundamentar su argumento a favor de espacios diferenciados por sexos y de la igualdad en su cuerpo, su vulnerabilidad y su inmutabilidad en comparación con el de los hombres. Esta es la postura que defienden algunas feministas de la tercera ola, como Germaine Greer, que ahora se han vuelto “críticas con el género”, y que está empezando a ser sintetizada por escritoras como Louise Perry y Mary Harrington.

Para las activistas de los derechos de las personas transgénero, que a menudo también se consideran feministas, como Sara Ahmed y Julia Serano, la definición de la condición de mujer nunca puede basarse en lo biológico porque niega el sentido “femenino” trascendente con el que se identifican. La realidad de la anatomía sexuada deslegitima su argumento y socava la lógica de tener un acceso igualitario a los espacios femeninos. Es en la ilegitimidad del esencialismo biológico donde, para ellas, el “pene de mujer” obtiene su legitimidad. Sin embargo, al mismo tiempo, los criterios por los que las mujeres transgénero definen su condición de mujer son estereotipos que se originan en la forma femenina: “No tengo pechos, pero siento que debería tenerlos”. 

Muchas mujeres transgénero mencionan su gusto por los vestidos, los tacones, la lencería, el maquillaje, el hecho de “recibir” en el sexo o de ser la “sumisa” en una relación como evidencia de su condición de mujeres. Es más, algunas incluso creen que disfrutarían de la menstruación y del embarazo y que serían excelentes madres y amas de casa. De hecho, la mayoría cree que serían mejores que las mujeres reales en estas cosas porque, a diferencia de ellas, sienten un entusiasmo por ellas, porque creen que las desean más que estas egoístas “mujeres reales”.

Este reduccionismo es un insulto a las mujeres y está dañando la autopercepción de las jóvenes. Y, sin embargo, aunque es noble consolar a una mujer que ha perdido sus pechos por cáncer y decirle que no es menos mujer, hay una razón por la que llora por su pérdida. A su vez, las jóvenes angustiadas no buscarían mastectomías e histerectomías si sintieran que sus órganos sexuales no tienen nada que ver con su sexo y el destino que ello implica. Tal vez algunas feministas han sido tímidas al declarar la importancia de la anatomía; tal vez sea hora de volver a abordar el tema. 

En una entrevista con Andrew Gold en el podcast Heretics , Julie Bindel, activista lesbiana y por los derechos de las mujeres del Reino Unido, admite que “fue demasiado lejos” en la lucha contra los estereotipos sexistas en la década de 1980. En retrospectiva, reconoce la importancia de la biología en la formación de una sociedad segura y justa y, en cambio, pone el énfasis en la autonomía personal dentro de los confines de la realidad biológica. Esta actitud se refleja mejor en los intentos que están haciendo algunas mujeres millennials y zoomers de recuperar la “feminidad” que las feministas de generaciones anteriores habían vaciado y descartado. Afirman públicamente, en las redes sociales, su propiedad sobre la maternidad y la agricultura familiar y su independencia de los teóricos queer y los activistas trans. Hacen alarde de su batallón de niños mientras hornean galletas y alimentan a las gallinas. La “esposa tradicional” se está convirtiendo rápidamente en una estética vacía y poco realista, pero hay mucho que decir a favor de “ cringemaxxing ”.

Esta base biológica no impide que se atribuyan a la mujer cualidades fuertes y protectoras, ni al hombre cualidades tiernas y protectoras. Y, de manera similar, una mujer que nunca se convierte en madre puede seguir siendo mujer, y un hombre que no engendra descendencia puede seguir siendo hombre, por definición.

‘¿Misoginia extrema?’

Pero esto no explica del todo por qué no existe la misma controversia en torno a los hombres trans que en torno a las mujeres trans. La respuesta es sencilla: el hecho de que las mujeres se identifiquen como hombres no supone ninguna diferencia material en la vida de estos últimos. 

Las mujeres que se identifican como hombres, en general, no quieren participar en deportes masculinos. Pocos hombres trans se atreven a usar los baños masculinos. Aunque se identifican como hombres, saben muy bien qué anatomía existe debajo de sus ropas holgadas y por qué hombres y mujeres se han segregado durante siglos en situaciones vulnerables. Mientras que las mujeres a menudo se sienten intimidadas para desafiar al hombre que entra en su baño con un vestido, los hombres no tienen reparos en decirle a una mujer: «Creo que estás perdida, amor». Esto se debe a que la mujer biológica no representa una amenaza física para él. 

Con este fin, los hombres han podido «desvincularse» del debate trans. Si bien un puñado de hombres nobles se han unido a las mujeres en la lucha por preservar los derechos basados ​​en el sexo (como Graham Linehan, Andrew Doyle y James Esses) y algunos padres desafortunados se han visto arrastrados al debate después de que sus hijos se declararan trans, el debate trans no se ha impuesto a los hombres como se ha impuesto a las mujeres.

Si bien es innegable que los hombres blancos heterosexuales tienen prohibido oponerse a la discriminación que sufren en las prácticas de contratación, no enfrentan las mismas amenazas de violencia que las mujeres cuando se trata de protestar contra su privación de derechos. No solo se espera que las mujeres se sometan y permanezcan en silencio, como hacen estos hombres, sino que también se espera que, a menudo de manera bastante literal, observen cómo los hombres con enfermedades mentales y los fetichistas se desvisten en los espacios segregados creados para la comodidad, la seguridad y la dignidad de las mujeres. 

En un mundo normal, estos ataques y degradantes abusos contra las mujeres se considerarían «misóginos». Y esta semana, tras varios ataques brutales con cuchillos contra mujeres y niñas (incluido uno en una clase de baile de Taylor Swift en el que tres niñas de primaria fueron asesinadas y otras más resultaron heridas), la ministra del Interior, Yvette Cooper, anuncia que la «misoginia extrema» se clasificará como una nueva forma de extremismo. 

Si respiraste aliviado, pensando que esta legislación se iba a utilizar para acabar finalmente con los hombres que explotan la «inclusión trans» para invadir el espacio de las mujeres, o robarles oportunidades y logros, o, de hecho, se iba a utilizar para erradicar de una vez por todas la prolífica violación de niñas inglesas por bandas de hombres musulmanes paquistaníes , o para dispersar los enclaves de la Sharia, o para abordar el aumento del 50% de los ataques sexuales contra las mujeres en los trenes en los últimos dos años, ¡mejor que revises tus pensamientos! La legislación sobre «misoginia extrema» existe porque la diputada Jess Phillips recibe tuits maliciosos de incels confinados en sus casas.

Las feministas críticas de género esperan que se les asegure que las «mujeres trans» no serán incluidas en la definición de «mujeres», para que sus afirmaciones en línea de que los hombres biológicos no deberían estar en los vestuarios de mujeres no sean clasificadas como «promoción de creencias dañinas y odiosas» y las lleven a una lista de vigilancia terrorista. Si bien soy la última persona que insistiría en que una mujer tiene que estar de acuerdo con otras mujeres por ser mujer, uno se inclina a preguntarse por qué es más fácil para las ministras del gobierno hacer acusaciones contra Elon Musk y apuntar a los fanáticos engañados de Andrew Tate que abordar las cosas que están teniendo el impacto más significativo en la calidad de vida de las mujeres y las niñas: «activistas de los derechos trans», la inmigración masiva de hombres de países islámicos, el tráfico de personas al Reino Unido, los pedófilos, la prostitución, el material de explotación infantil y la pornografía.

El sacrificio de mujeres y niñas en aras de ideologías progresistas es una decisión que está tomando nuestra sociedad. Podemos y debemos cambiar de rumbo.

Donald Trump y Kamala Harris han protagonizado el que por ahora será su único debate presidencial antes de las elecciones del 5 de noviembre. Producido por la cadena de televisión ABC News y emitido por las principales emisoras de los Estados Unidos, el cara a cara ha transcurrido según lo esperado: candidato republicano en tierra hostil, demócrata en casa y moderadores de parte.

La Gaceta de la Iberosfera

Harris, que ha permanecido oculta, cuando no ignorada durante años por sus medios de comunicación teóricamente afines, ha tratado de cumplir con su nueva aura manufacturada de líder nacional y centrada intentando plantear una caricatura de las ideas de su contrincante.

La candidata que arrasará en todos los condados y barrios de rentas más altas de los Estados Unidos ha asegurado que el expresidente «sólo pretende bajar los impuestos a los ricos», mientras ella, vicepresidente en ejercicio, aspira a «mejorar la situación de la clase media y trabajadora», centrándose en las familias jóvenes y en los altos precios de los alquileres de la vivienda.

El candidato republicano ha acusado a la demócrata de «copiar» la política de «cuatro frases» del actual presidente, Joe Biden, cuya gestión ha dejado la «mayor tasa de inflación» de la historia del país —entre interrupciones y correcciones de los moderadores de ABC— y ha prometido que los ciudadanos estadounidenses «no van a tener precios más altos».

Sobre política migratoria, ha recordado a la demócrata que tiene «a miles de personas llegando a nuestro país desde cárceles y prisiones, de instituciones mentales. Llegan y le quitan puestos de trabajo que están ocupados a afroamericanos, hispanos e incluso a los sindicatos».

Fact checkers sólo para Trump

El debate, preparado a la medida de Kamala Harris, ha contado con «verificadores para las mentiras que pudiera decir» el presidente 45 de los Estados Unidos, quienes no han dudado en interrumpirle en varias ocasiones, mientras obviaban acusaciones falsas como la de que su administración fue responsable de la humillante retirada de las tropas estadounidenses de Afganistán, llevada a cabo durante el mandato de Joe Biden.

Odio e intento de asesinato

En respuesta a los constantes intentos de caricaturizarle, cuando no de ridiculizarle, Trump ha señalado la responsabilidad de los demócratas y sus periodistas afines por «las cosas que dicen» sobre su figura por el intento de asesinato que sufrió durante un mitin en Pensilvania en el mes de julio. «Probablemente recibí un balazo en la cabeza por las cosas que dicen de mí. Hablan de democracia, que soy una amenaza para la democracia. Ellos son la amenaza a la democracia», ha dicho tajante.

El aborto, eterno argumento demócrata

Entre la habitual temática woke, epicentro moral del partido demócrata y sus votantes urbanos, Harris ha vuelto a utilizar el derecho al aborto como elemento de polarización, recordando la sentencia de la Corte Suprema que anuló la doctrina Roe vs Wade que lo elevó en 1973 al grado de consagrado por la Constitución de los Estados Unidos, algo que no dice el texto, al reconocerlo sin restricciones durante el primer trimestre del embarazo.

Trump ha recordado que los «radicales» demócratas apuestan por permitir que el bebé sea abortado en el noveno mes e incluso tras su nacimiento, y ha justificado la decisión de la Corte Suprema al respecto como una forma de dar más poder de decisión a los estados.

Harris se ha comprometido a firmar «con orgullo» un proyecto para volver a blindar el aborto en toda la unión, y ha alertado a su parroquia de que Trump «firmaría una prohibición nacional del aborto».

El relato

Después del cara a cara, la lectura de casi cualquier periódico en papel o digital de casi cualquier lugar del mundo deja el mismo mensaje, poco menos que literal: «Kamala acorrala a Trump». Llama la atención sobremanera el verbo elegido, no tan común, pero omnipresente este miércoles en la prensa, acaso sustituido por el sintagma «pone contra las cuerdas», en un síntoma inequívoco de que ese texto, igual de fondo y sólo retocado en la forma, no iba a verse alterado por el trascurso del debate.

Pocas horas después, los medios de comunicación del titular y el editorial compartidos publican encuestas en las que Harris ya remonta a Trump. Consultas que han debido de realizarse durante la madrugada de los Estados Unidos.

El exilio del excandidato presidencial opositor Edmundo González Urrutia refuerza una imagen “pésima” de Nicolás Maduro dentro y fuera de Venezuela, sosteniendo niveles elevados de represión de la disidencia y complicando aún más la posibilidad de una transición democrática, advierten expertos consultados.Venezuela elige presidente, recibe toda la información sobre la elección suscribiéndote ahora

Voz de América

González Urrutia, un diplomático retirado que asumió la candidatura presidencial de la oposición tras vetos a otros varios postulados, entre ellos María Corina Machado, viajó de Caracas a Madrid para acogerse a la figura de asilo político en España.

El dirigente, de 75 años, tomó su decisión luego que un juez ordenara su arresto por presuntos delitos de usurpación de funciones, forjamiento de documento público, instigación a la desobediencia de las leyes, conspiración, sabotaje de sistemas y delitos de asociación, en referencia a las actas de la votación publicadas por la oposición.

Maduro fue declarado supuesto “ganador” de la elección con 7 puntos de ventaja por parte del Consejo Nacional Electoral (CNE), sin presentar hasta la fecha los resultados pormenorizados del sufragio. La coalición democrática publicó más del 80 % de las actas de votación para afirmar que González Urrutia había ganado por más de 37 puntos de diferencia.

“Hemos ganado”, dijo este lunes Maduro, al referirse al exilio a España de su rival en los comicios presidenciales del pasado 28 de julio.

Según el chavismo, González Urrutia y Machado comandaban un plan “fascista” y violento para derrocarlo. Además, Maduro dijo que respetaba la decisión de González Urrutia, a quien definió como “un caballero” y consideró que colaboraba con la “paz” del país.

A pesar de esas expresiones, la imagen de Maduro a nivel internacional podría considerarse “pésima” en estos momentos, no sólo por las dudas del resultado electoral, sino además por el exilio de su contrincante, de acuerdo con el politólogo Eduardo Valero.

“No hay quien saque” a la Unión Europea, Estados Unidos y los gobiernos de izquierda latinoamericana, como Chile, Colombia y Brasil, de la idea de que Maduro perdió, destaca el director de la Escuela de Estudios Políticos de la Universidad Central, en Caracas.

Este martes, un grupo de 45 países solicitaron ante el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas que Maduro pusiera fin a la represión contra políticos opositores y manifestantes, considerando que “se está intensificando en todo el país”.

Un opositor a Nicolás Maduro sostiene una pancarta que dice “Justicia” durante una protesta en el barrio El Valle en Caracas el 29 de julio de 2024, un día después de las elecciones presidenciales venezolanas. (Foto Federico PARRA / AFP)

Trinchera de represión

Tamara Tarasiuk, directora del programa de Estado de Derecho Peter D. Bell del centro de pensamiento estadounidense Inter-American Dialogue (Diálogo Interamericano), subrayó la semana pasada en un evento de la plataforma R4V que Maduro se está “atrincherando en este camino represivo”, al no poder comprobar su victoria.

Esa estrategia, dijo Tarasiuk, se traduce en 2.500 personas detenidas, 25 muertes durante protestas, procesos penales sin el debido proceso, un nivel de intimidación en la calle “mucho más intenso”, la anulación de pasaportes de activistas y “limitación” de la movilización popular.

A su juicio, Maduro no ha logrado su máximo objetivo de la elección de julio.

“Se buscaba una legitimidad internacional necesaria para acceder a ciertos mercados (…) no se consiguió con un fraude electoral (…) hubo un resultado para el cual no se ha podido presentar evidencia”, expresó Tarasiuk en su intervención por videoconferencia.

El momento político que se vive en Venezuela no parece indicar que la transición democrática anhelada por la oposición esté en ciernes, opina, por su parte, Maryhen Jiménez, experta en ciencias políticas y académica en la Universidad de Oxford.

“No podemos predecir si se dará o no una transición. Se ve cuesta arriba. En otros contextos, pese a la represión ha sido posible resistir y movilizarse”, comenta en conversación con la Voz de América.

Según la analista y académica, está vigente en Venezuela la necesidad de construir un movimiento “prodemocracia que pueda movilizar” a la oposición en torno a sus demandas “legítimas”.

“La oposición tiene que formar estrategias para múltiples escenarios, enfocándose en construir capital y fuerza propia y no delegar el futuro de la resistencia democrática en manos de actores internacionales”, apunta Jiménez, investigadora de asuntos sobre democratización, autoritarismo, políticos exiliados y resistencia civil.

Opositores a Nicolás Maduro protestan en Caracas el 29 de julio de 2024, un día después de las elecciones presidenciales venezolanas. (Foto RAUL ARBOLEDA / AFP)

Alérgico a la disidencia

Benjamin Gedan, director del programa para Latinoamérica del centro de pensamiento The Wilson Center, afirma a la VOA que “la brutal represión de la oposición” inmediatamente después de las elecciones “ha desenmascarado al régimen” de Nicolás Maduro.

Por su lado, la politóloga y profesora universitaria María Alexandra Semprún valora que el exilio de González Urrutia ha proyectado la imagen de un Maduro “intransigente”, que no permite la disidencia y que ejerce un control absoluto “por su capacidad represora”.

Maduro defiende su triunfo como legítimo y ha dicho que sólo entregará la presidencia a un dirigente “chavista y revolucionario”. González Urrutia, por su parte, dijo en un mensaje leído este martes por su hija en Madrid que continuará luchando junto a Machado por reivindicar el resultado de la elección de julio, que, según él, lo favoreció.

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