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Es lo que es

Armando Esteban Quito

En este video de «Política Sin Pasiones», analizamos diez razones, entre otras, por las cuales Nicolás Maduro será derrotado en las elecciones del 28 de julio. Desde el desgaste del régimen hasta la unidad de la oposición, pasando por la crisis económica y el apoyo internacional, exploramos los factores que impulsan el cambio en Venezuela. ¡No te lo pierdas! Suscríbete para más análisis políticos objetivos y contundentes.

Política Sin Pasiones

En un cruce de caminos, no muy lejos de una gasolinera cubierta de maleza, hombres y mujeres jóvenes vestidos con descoloridos uniformes verdes detienen a los vehículos que regresan de un mitin de opositores al presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, piden a sus pasajeros que se identifiquen e inspeccionan sus autos, camiones y motos.

AP

Este tipo de controles han proliferado en las vastas llanuras tropicales del país, en las boscosas tierras altas y en el litoral en vísperas de las elecciones presidenciales del domingo, con el objetivo de intimar, y ocasionalmente detener, a los críticos con el gobierno. A menudo piden un aventón, bananas o una “colaboración”, el eufemismo venezolano para un pequeño soborno.

Pero el juego de poder suele fracasar. Cuando sus superiores se esconden del sol abrasador, los soldados rasos delatan su descontento con Maduro y su apertura hacia un nuevo comandante en jefe.

“¿Sí llegó la señora? ¿Y había mucha gente?”, preguntó un aturdido soldado acerca de la líder opositora María Corina Machado.

“Queríamos verla pero aquí no hay WiFi”, susurró otro.

Desde su llegada al poder en 2013, Maduro no ha dudado en desplegar tropas para sofocar protestas mientras recompensaba a los altos mandos con lucrativos empleos gubernamentales y el control de industrias clave. Pero a unos días de una reñida votación que amenaza su control del poder, el autoproclamado socialista está trabajando más duro que nunca para apuntalar la lealtad de las fuerzas armadas — el árbitro tradicional de las disputas políticas en Venezuela — y mantener a la jerarquía bajo control.

En los últimos días, el presidente ha aparecido en la televisora estatal asistiendo a una ceremonia de graduación de 25.000 agentes de policía, elogiándolos como la primera línea de defensa frente a lo que calificó de intentos de los conservadores de provocar una tragedia. Además, ascendió a docenas de oficiales y concedió un nuevo título a su veterano ministro de Defensa, Vladimir Padrino López: ”General del pueblo soberano”.

“El destino de Venezuela depende de nuestra victoria”, afirmó Maduro en un mitin este mes. “Si no quieren que Venezuela caiga en un baño de sangre, en una guerra civil fratricida producto de los fascistas, garanticemos el más grande éxito, la más grande victoria de la historia electoral de nuestro pueblo”.

La jerarquía militar se ha mantenido firme al lado de Maduro, metiéndose de lleno en el fango político en lugar de limitarse a su papel tradicional de proteger la votación.

El general Domingo Hernández Lárez, jefe del Estado Mayor Conjunto, publicó una foto en redes sociales en la que supuestamente aparecía Machado hablando frente a una pizarra blanca con notas que pedían la “eliminación” de las fuerzas armadas. Machado, a quien se le prohibió presentarse a los comicios y respalda al candidato suplente Edmundo González, calificó la acusación de “noticia falsa”. Un grupo de monitoreo de la prensa dijo que la imagen estaba manipulada.

Los opositores de Maduro llevan tiempo tratando de ganarse a los escépticos dentro del ejército.

Las fuerzas armadas han sido una parte integral del control que ejerce Maduro sobre el poder desde que su mentor y predecesor, el excomandante Hugo Chávez, lideró un levantamiento contra un impopular gobierno de austeridad en 1992. Cuando Chávez salió elegido presidente en 1998, purgó a oficiales adoctrinados en Estados Unidos para luchar contra el comunismo, colocó a compañeros golpistas en los altos cargos y destinó la riqueza petrolera del país a aviones de combate y costoso material militar.

Maduro, sin el pedigrí militar de Chávez, ha impulsado a su propio grupo de aliados militares, muchos de los cuales, como él, enfrentan acusaciones de corrupción y de abusos de los derechos humanos.

La Guardia Nacional ha importado también de forma discreta material antimotines y ha renovado vehículos blindados que podrían utilizarse para sofocar posibles protestas, indicó el general retirado Rodolfo Camacho, un opositor a Maduro que escribe un reporte sobre asuntos militares.

Mientras, el gobierno no ha dudado en castigar a soldados que se salen de la línea marcada. Los efectivos de las fuerzas armadas constituyen alrededor de la mitad de los 301 opositores al presidente que están actualmente encarcelados y calificados como prisioneros políticos por la cooperativa de asistencia legal Foro Penal, con sede en Caracas.

El Ministerio de Defensa no respondió a una petición de comentarios enviada por correo electrónico.

Aunque nadie prevé una revuelta en los cuarteles, el descontento entre las bases es generalizado, apuntó William Brownfield, exembajador de Estados Unidos en Venezuela y miembro del Wilson Center en Washington.

A medida que la economía venezolana se iba descontrolando — con una contracción del 71% entre 2012 y 2020, mientras la inflación superaba el 130.000% — los bonos en efectivo y los beneficios concedidos a las familias militares han perdido gran parte de su lustre. La deserción ha aumentado entre los alrededor de 150.000 efectivos del ejército y muchos se han unido a los millones de venezolanos que huyen del país en lugar de defender un gobierno al que ya no respaldan.

“Los reclutas, el personal alistado y los oficiales de bajo rango no se están enriqueciendo”, dijo Brownfield. “Muchos probablemente tienen familiares que han huido de Venezuela y son susceptibles al mensaje de la oposición”.

El general Manuel Cristopher Figuera, antiguo jefe de espionaje, apuntó que el movimiento para desafiar a Maduro podría surgir en las bases en forma de negativa a reprimir posibles protestas. Los líderes de la oposición se han comprometido a “defender” su voto en caso de manipulación, y dada la reciente historia de violencia política, muchos venezolanos se están preparando para movilizaciones tras los comicios.

“No se van a rebelar pero tampoco van a obedecer órdenes”, apuntó Figuera, quien huyó del país en 2019 tras encabezar un intento fallido de sacar a Maduro del poder.

Algunos creen que Maduro no puede confiar tanto en sus aliados y ven a Padrino como una posible pieza clave. A sus 61 años, es uno de los últimos mandos venezolanos entrenados en Estados Unidos — estudió operaciones psicológicas en la Escuela de las Américas en Fort Benning, Georgia — antes de que Chávez cambiara de aliados en favor de Rusia, China e Irán.

En 2015, cuando la oposición arrasó en las elecciones parlamentarias, Padrino compareció en la televisora estatal flanqueado por sus altos mandos reconociendo los resultados antes de que el propio Maduro reconociese la derrota.

Y la jerarquía militar venezolana ya ha cambiado de opinión antes, la más notable en 1958, cuando derrocó al presidente Marcos Pérez Jiménez tras haber sido cómplice de su dictadura durante años.

“Si hay una avalancha de personas en la calle apoyando la oposición, entonces va haber mucha presión sobre Padrino”, afirmó Camacho, quien trabajó junto al ministro de Defensa antes de ser acusado de conspirar contra el gobierno y huir del país. “Él es la única pequeña esperanza que tengo”.

La extraña renuncia del presidente Joe Biden sumió a Estados Unidos en una crisis sin precedentes. Esto es lo que Biden y su partido, esos incondicionales defensores de la democracia contra la amenaza trumpiana, le han hecho al país, impulsados ​​por su arrogante autocomplacencia.

Por: Rod Dreher – The European Conservative

El debate del 27 de junio en Atlanta con Donald Trump destruyó la mentira que habían contado la Casa Blanca, los demócratas y sus lacayos en los medios de comunicación: que Joe Biden, envejecido y debilitado, era apto para el cargo. Las entrevistas en las cadenas de televisión posteriores al debate y los discursos de campaña, en el peor de los casos, reforzaron la narrativa declinista y, en el mejor de los casos, no lograron tranquilizar a nadie que no estuviera ya cegado por la ideología. Esa cifra incluye a los donantes, cuyo celo político idealista se ve atenuado por el duro hecho de que tienen que pagar por ello.

Las donaciones se acabaron. Cada vez más miembros demócratas del Congreso empezaron a decir que Joe debía irse. En los últimos días, los líderes demócratas jugaron un extraordinario juego de presión psicológica, filtrando a los medios de comunicación historias de que el presidente estaba a punto de retirarse de la contienda, lo que obligó a la Casa Blanca a emitir desmentidos. ¿Se trató de algún tipo de intento de golpe de Estado, un intento de manipular a Biden para que renunciara?

Y luego, el domingo por la tarde, llegó la carta de Biden en la que se retiraba de la contienda, pero no de la presidencia. Poco después se anunció que el presidente apoyaba plenamente la campaña de Kamala Harris. Uno habría pensado que un acontecimiento tan trascendental se habría anunciado en un discurso televisado a nivel nacional, ¿verdad? Eso es lo que hizo Lyndon Johnson en 1968. O al menos en una conferencia de prensa adecuada en la Casa Blanca. No hicieron nada de eso. La Casa Blanca, o quienquiera que la dirija ahora, anunció un cambio de guardia a través de Twitter.

Todo esto parece una versión sin alcohol de “House Of Cards”. ¿Cómo podemos confiar en que el presidente sabía lo que estaba firmando, o incluso en que lo firmó? ¿Cómo podemos estar seguros de que Biden sabía lo que estaba sucediendo? Después de todo, nadie cree que controle su cuenta de Twitter. 

Casi todos los demócratas prominentes –con las notables excepciones de Barack Obama y ambos líderes demócratas del Congreso– se alinearon detrás de la campaña de Harris. Ayer, la exsecretaria de prensa de Biden, Jen Psaki, dijo en MSNBC que la nación será ahora testigo de un “proceso” diseñado por los jefes del Partido Demócrata para “hacer que el vicepresidente luzca fuerte y sea fuerte al final…”. En otras palabras, una coronación bien coreografiada. Todo muy demócrata, si no democrático.

Sin embargo, hasta el momento de escribir estas líneas, el lunes por la mañana, nadie había visto al presidente. Todo es muy soviético, ¿no? 

Como dijo el domingo el candidato republicano a la vicepresidencia, JD Vance, si Joe Biden es demasiado débil y está confundido para postularse a un cargo político, ciertamente es demasiado débil y está demasiado confundido para gobernar el país. En 1968, nadie dudaba de la capacidad de Lyndon Johnson para hacer el trabajo. Johnson renunció porque sabía que, dada su impopularidad personal, perdería; además, estaba harto de lidiar con la guerra de Vietnam. 

No es el caso de Biden. Todo el mundo sabe que Biden está más o menos senil. Por eso se ha retirado de la carrera, o tal vez lo han obligado a hacerlo contra su voluntad. Vance señaló que si Biden es incapaz de hacer su trabajo, existe una solución constitucional para eso: la destitución formal por parte del gabinete, en virtud de la Enmienda 25. Lo que está sucediendo ahora puede ser formalmente permisible, pero cualquiera que tenga ojos para ver debe cuestionar su legitimidad.

Obviamente, Vance tiene razón: nadie puede creer que Biden no esté física ni mentalmente apto para ser candidato, pero que sea perfectamente capaz de dirigir el barco del Estado en aguas traicioneras: la guerra en Ucrania, el ascenso de China, la posibilidad de que un choque entre Israel y Hezbolá conduzca a una guerra más amplia en Oriente Medio, etcétera. Es revelador que ninguno de los principales periódicos estadounidenses del lunes (todos ellos vociferantemente anti-Trump) se esté planteando estas preguntas obvias e importantes. Los medios simplemente están aliviados de que ahora pueda haber una oportunidad de detener a Trump. 

Estados Unidos acaba de entrar en uno de los períodos más peligrosos de su existencia. Los enemigos de Estados Unidos saben ahora con certeza que su presidente está incapacitado funcionalmente. También deben saber que, si se convocara a Biden para que convocara a la nación a la guerra, pocos estadounidenses responderían al llamado. 

¿Cómo pudieron? Desde aquella fatídica noche de junio en Atlanta, el pueblo estadounidense ha sido testigo de un drama extraordinario sobre la naturaleza del orgullo y el poder. Una de las lecciones aprendidas es que la Casa Blanca y sus lacayos mediáticos mintieron al pueblo estadounidense durante toda la presidencia de Biden sobre el estado mental y físico del presidente. Cualquier cosa con tal de detener a Trump, ¿no?

Esto no sucedió en el vacío. Todos sabemos cómo mintió el establishment sobre el Russiagate. Sabemos cómo engañaron a la nación sobre el Covid. Sabemos sobre la computadora portátil de Hunter Biden, que todos dijeron que era desinformación rusa, aunque eso era una mentira. Sabemos que fingieron estar del lado de la ciencia, mientras presionaban en privado para dejar de lado la ciencia para reformar los estándares médicos, con el fin de permitir la mutilación sexual, mediante productos químicos y cirugía, de niños pequeños. Conocemos su repugnante doble rasero sobre los disturbios de Black Lives Matter «en su mayoría pacíficos» y también sobre el 6 de enero. Sabemos que castigan con la cancelación a los conservadores a los que llaman intolerantes, mientras toleran la intolerancia abierta antisemita, antiasiática y antiblanca en los campus universitarios. La lista continúa. 

¿Y ahora se supone que debemos creer que la defenestración de Joe Biden, quien la semana pasada protestaba furiosamente por su intención de permanecer en la contienda, fue legítima? Es absurdo. ¿Son estos los defensores de la democracia? Es una broma de mal gusto. Y si los aliados y enemigos extranjeros de Estados Unidos no lo saben, son tontos. 

No creo que sean tontos, ni siquiera los mandarines de la UE, a pesar de lo que dicen en público. Está claro que Estados Unidos está ahora gobernado, no gobernado, gobernado por una élite que tiene poder, pero no autoridad. La coronación de Chicago será motivo de risa, y con razón, como una farsa, en el mejor de los casos. Recordemos la última vez que los demócratas estuvieron en Chicago: en 1968, después de la dimisión de LBJ. Los enfrentamientos callejeros entre la policía de Chicago y los manifestantes contra la guerra crearon una debacle histórica que humilló al partido y condujo a la elección, ese otoño, de Richard M. Nixon, el candidato de la ley y el orden.

Los antifa, los manifestantes pro palestinos y otros izquierdistas exaltados están al acecho. Perciben las oportunidades que presenta la desgracia de los demócratas y, sin duda, no las van a dejar pasar.

A veces se dice que Dios ama a los borrachos, a los tontos y a los Estados Unidos de América. Más vale que así sea. La nación más poderosa del mundo tiene una clase dirigente en la que cada vez menos estadounidenses creen. La “ciudad resplandeciente sobre una colina” es una aldea Potemkin. Si hubiera sido de otra manera, Donald Trump nunca habría sido elegido en 2016. Independientemente de lo que se piense de Trump, ha puesto de manifiesto las hipocresías, las debilidades y la falsedad egoísta de la clase dirigente, tanto demócrata como republicana. 

Y ahora que los partidarios del régimen han saboteado al presidente demócrata al que protegían con una serie de mentiras, hasta que esas mentiras ya no funcionaron, su verdadera naturaleza ha quedado al descubierto. Los próximos meses estarán entre los más trascendentales en la historia de la política estadounidense. Los aliados europeos de Estados Unidos no deben permitir que los engañen sobre lo que realmente está sucediendo en Washington. 

Mi mayor temor por mi país es que la corrupción y el interés propio del establishment (demócratas y republicanos) hayan llegado a un grado tan avanzado que una cantidad significativa de estadounidenses comunes ya no crean en la democracia liberal. Si es cierto que Biden, Harris y su camarilla gobernante en el gobierno, en el mundo académico y en los medios de comunicación representan la “democracia”, ¿qué persona sensata puede creer en la democracia? 

Pensemos en los juicios de El Salvador, donde los partidos establecidos en esa democracia fracasaron patéticamente a la hora de garantizar la ley y el orden, el requisito más básico para el gobierno. Nayib Bukele, el presidente de ese país, que parece un César, es muy popular entre el pueblo salvadoreño porque solucionó el problema metiendo a todas las pandillas en la cárcel. Los chihuahuas de las ONG de derechos humanos ladran sin importancia, pero la caravana de Bukele sigue adelante, porque no solo tiene poder, sino autoridad: autoridad que proviene de haber ejercido ese poder para mejorar drásticamente las vidas de las masas. 

¿Será esto lo que le espera a Estados Unidos? No es nada impensable. El Partido Demócrata y el establishment de Washington (entre cuyos miembros hay republicanos que apoyan el movimiento Never Trump) esperan que los estadounidenses crean que el futuro de la democracia estadounidense depende de una mujer de peso ligero de California, una idiota contratada por la diversidad y entusiasta de los disturbios de Black Lives Matter que fracasó notoriamente en la única tarea que le dio Biden: gestionar la crisis en la frontera sur de Estados Unidos. Los católicos conservadores estadounidenses enojados con el Partido Republicano de Trump por alejarse de la firme línea antiabortista del partido ahora deben enfrentar el hecho de que la probable candidata demócrata ha sido una fanática del derecho al aborto que ha estado dispuesta a pisotear las libertades de las instituciones católicas y cristianas, con el fin de imponer una línea dura a favor del aborto.

Esta es otra oportunidad para que los europeos reflexionen sobre el hecho de que Trump no surgió de la nada. Lo que Estados Unidos y el mundo están viendo ahora, con este sucio drama tras bambalinas del Partido Demócrata, es otro ejemplo más de por qué surgió Trump: porque el establishment fracasó y perdió su autoridad. Desde el comienzo de la presidencia de Trump, ese mismo establishment no se detuvo ante nada para defender su poder de Trump. La larga y lamentable epifanía que comenzó el 27 de junio en Atlanta y que ahora se acerca a su vergonzoso final, nos muestra a todos hasta dónde están dispuestos a llegar para “proteger la democracia”, es decir, los privilegios de la clase dominante.

Lo que está sucediendo en Estados Unidos ahora también está sucediendo, en cierto sentido, en Europa. El establishment de Bruselas y sus aliados en las capitales nacionales, y sin duda en los medios de comunicación, se posicionan como defensores de la democracia contra supuestos tiranos como Viktor Orbán, Marine Le Pen, Giorgia Meloni y otros líderes de la derecha. En Alemania, los defensores de la democracia tomaron la semana pasada la extraordinaria decisión de cerrar Compact , una revista de ideas que apoyaba a Alternativa para Alemania, el segundo partido político más importante del país. 

Lo que están haciendo estos mandarines de la clase dirigente a ambos lados del Atlántico es socavar las instituciones de la gobernanza democrática liberal. Los verdaderos enemigos de la democracia son aquellos que se han proclamado sus salvadores. Esto no acabará bien. 

Elon Musk, director ejecutivo de Tesla, dijo que su hijo, de quien estaba distanciado, fue «asesinado» por el «virus de la mente despierta» después de que lo engañaran para que aceptara procedimientos de atención de afirmación de género y se «cambiara» a mujer.

USA Today

En una entrevista con el psicólogo y comentarista conservador Dr. Jordan Peterson , el dueño de X calificó la cirugía de reasignación de género como «mutilación y esterilización infantil». Luego habló de su hija de 20 años, Vivian Jenna Wilson , quien dijo que se sometió a los procedimientos durante la pandemia.

«Básicamente, me engañaron para que firmara documentos para uno de mis hijos mayores», dijo Musk a Peterson en una entrevista con Daily Wire durante la cual se refirió a su hijo por su nombre de pila, Xavier. «Esto fue realmente antes de que tuviera alguna idea de lo que estaba pasando, y teníamos COVID en marcha, así que había mucha confusión y me dijeron que (el hijo de Musk) podría suicidarse».

El fundador de SpaceX afirmó que el proceso se realiza con niños «que están muy por debajo de la edad de consentimiento» y dijo que estaba de acuerdo con la creencia de Peterson de que cualquiera que promueva la práctica debería ir a prisión.

«Me engañaron para que hiciera esto», dijo Musk. «Básicamente, perdí a mi hijo. Lo llaman ‘deadnaming’ por una razón. La razón por la que lo llaman ‘deadnaming’ es porque tu hijo está muerto».

El fundador de SpaceX afirmó que el proceso se realiza con niños «que están muy por debajo de la edad de consentimiento» y dijo que estaba de acuerdo con la creencia de Peterson de que cualquiera que promueva la práctica debería ir a prisión.

«Me engañaron para que hiciera esto», dijo Musk. «Básicamente, perdí a mi hijo. Lo llaman ‘deadnaming’ por una razón. La razón por la que lo llaman ‘deadnaming’ es porque tu hijo está muerto».

De Xavier Musk a Viviane Wilson

A Wilson se le concedió legalmente su cambio de nombre y género a los 18 años en el tribunal de Santa Mónica en California el 22 de junio de 2022.

Dijo que el cambio de nombre se debió a la identidad de género y a una aparente aversión hacia Musk, según una petición presentada el 18 de abril de 2022 en el Tribunal Superior del Condado de Los Ángeles.

«Ya no vivo con mi padre biológico ni deseo tener ningún tipo de relación con él», escribió Wilson en la petición.

La madre de Wilson es Justine Wilson, una autora canadiense que se divorció de Musk en 2008; la pareja comparte seis hijos.

Musk calificó el «virus de la mente despierta» como una amenaza para la civilización moderna

Musk ya había criticado lo que él llama «virus de la mente despierta» en una entrevista en diciembre de 2021 con el medio conservador The Babylon Bee, donde lo llamó «un mundo sin humor» y «posiblemente una de las mayores amenazas a la civilización moderna».

Musk anunció su intención de comprar Twitter por 44.000 millones de dólares el 25 de abril de 2022 y cerró el trato unos seis meses después . Prometió restaurar la «libertad de expresión» en la plataforma y ha aumentado sus comentarios políticos conservadores desde la compra.

A principios de este mes, Musk dijo que apoyaba plenamente al expresidente Donald Trump después del intento de asesinato en un mitin en Pensilvania el 13 de julio.

La líder opositora, María Corina Machado dedicó un mensaje a los venezolanos este martes 23 de julio a tan solo cinco días de la elección presidencial.

La Patilla

Machado reiteró que los venezolanos “ya no somos los mismos; hemos aprendido y crecido mucho a punta de pérdidas y también de grandes logros”.

Asimismo, señaló “hoy, los venezolanos son los grandes héroes de lo que está pasando y a 5 días del gran día, nos alistamos para darlo todo”.

En este sentido, recalcó la importancia de la elección del próximo domingo “sabemos que el 28 de julio puede ser la última oportunidad de reencontrar a nuestras familias y estaremos en las calles votando y defendiendo nuestro voto para hacerlo posible”.

La líder opositora recordó que este martes se encontrará en la ciudad de Maracaibo cerrando su gira en torno a la campaña presidencial en apoyo al candidato de la Plataforma Unitaria, Edmundo González.

Venezuela celebra este domingo elecciones presidenciales, las más difíciles para el chavismo en sus 25 años en el poder, con una oposición que por primera vez aparece favorita con una promesa de «cambio» tras el colapso económico y social del país.

AFP

El izquierdista Nicolás Maduro, de 61 años de edad, presidente desde 2013 y aspirante a un tercer mandato de seis años, planteó el proceso como una elección entre «paz y guerra», y dijo que una victoria opositora se traduciría en un «baño de sangre», declaración que desató alarmas en la región.

Su principal rival es Edmundo González Urrutia, quien representa a la líder opositora María Corina Machado, impedida de postularse debido a una inhabilitación política. Junto a ella, promete «reconciliación» y la vuelta de millones de migrantes que huyeron de la crisis económica y humanitaria.

En total hay 10 candidatos para estas elecciones en Venezuela: Maduro, González y otros ocho minoritarios. El opositor de 74 años era un desconocido hasta que fue ungido por la carismática y muy popular Machado y ahora aparece como favorito en la mayoría de las encuestas.

Pero la incertidumbre reina. Hay incluso quien duda de que se celebren los comicios o de que González, de 74 años, figure en la boleta.

«Si llegamos al domingo 28 como estamos ahora, obviamente se va a traducir no solamente en una victoria, sino en una victoria sumamente amplia», de González Urrutia, dijo a la AFP Luis Salamanca, profesor de la Universidad Central de Venezuela (UCV).

Pero el chavismo lo desestima y sostiene que esos sondeos son fabricados para justificar una denuncia de fraude. «Cuando el CNE (Consejo Nacional Electoral) proclame la victoria del presidente Maduro nos vamos a la calle a defender la paz», dijo su jefe de campaña, el parlamentario Jorge Rodríguez, al dar por descontada la reelección.

Unos 21 de los 30 millones de venezolanos están en el padrón electoral, aunque se estima que solo podrían votar 17 millones que siguen en Venezuela y no han migrado.

¿Cómo ha sido la campaña electoral?

Machado y González hablan de cambio -cambio de gobierno, hacia la «libertad»; y de sistema económico, para una economía de mercado-; Maduro de «transformaciones», tras años de profunda crisis que achaca a las sanciones de Estados Unidos.

El rostro del presidente invadió cada rincón del país en afiches que cuelgan de postes, en murales y en gigantescas vallas, en contraste con la campaña de la oposición, escasa en recursos y enfocada en las redes sociales.

Maduro realiza dos o tres mítines diarios en grandes tarimas. La oposición, que moviliza a multitudes, usualmente habla desde un camión, con el riesgo de que sea detenido quien lo presta.

«Estas elecciones en Venezuela no han sido libres ni justas en la selección de candidatos o en la campaña electoral», señaló Rebecca Hanson, profesora del Centro de Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Florida.

«Soy escéptica en cuanto a que haya suficientes incentivos para que Maduro deje el poder», indicó.

Estados Unidos, que tacha de dictador al mandatario, ofrece una recompensa de 15 millones de dólares por información que lleve a su captura y la Corte Penal Internacional abrió una investigación por crímenes de lesa humanidad en contra de su gobierno por la represión de manifestaciones en 2017, que dejó centenares de muertos.

El 28 de julio será clave la postura que asuma el aparato de seguridad, hasta ahora principal sostén del gobierno. El presidente ha dicho que la Fuerza Armada está de su lado y asomó la posibilidad de un alzamiento militar si gana la oposición. González Urrutia por su parte ha pedido a los militares «respetar y hacer respetar» el resultado.

El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, se mostró el lunes asustado con la advertencia de Maduro del «baño de sangre». «Maduro tiene que aprender: cuando ganas, te quedas (en el poder). Cuando pierdes, te vas. Y te preparas para disputar otra elección».

Sanciones contra Venezuela

El país petrolero, durante mucho tiempo uno de los más ricos de América Latina, está hundido en la crisis. La producción de crudo se desplomó de 3,5 millones de barriles por día en 2008 a 400.000 en 2020, y hoy recuperó terreno a un millón diarios. El PIB se redujo 80% en 10 años, con cuatro años de hiperinflación que llevaron a una dolarización parcial de la economía.

Unos siete millones de venezolanos huyeron del país en la última década, según la ONU. Los sistemas de salud y educación están en total ruina.

El gobierno culpa de los males al «bloqueo criminal», como se refiere a las sanciones que Estados Unidos impuso en 2019 tras la reelección de Maduro en 2018 que considera fraudulenta.

A pesar del acercamiento de Venezuela con Rusia, Irán y China, Estados Unidos, que fue su principal comprador de crudo, se mantiene como actor central en la situación venezolana.

Washington promovió la organización de elecciones «democráticas, libres y justas» en Venezuela a cambio del alivio de las sanciones y mantiene negociaciones con el gobierno de Maduro, cuyo contenido se desconoce.

Estados Unidos también quiere evitar la llegada de una eventual nueva oleada migratoria si Maduro se reelige, un asunto clave en su propia campaña electoral.

El expresidente de Uruguay Julio María Sanguinetti aseguró que la elección que Venezuela afrontará el próximo domingo «mueve a la mayor de las preocupaciones» e indicó que espera que ese país pueda reencontrarse con un camino democrático limpio y pacífico.

EFE

«La elección de Venezuela mueve a la mayor de las preocupaciones, porque se van a realizar en medio de un clima de acoso, de amenaza, de constante represión sobre el candidato opositor», dijo Sanguinetti a la Agencia EFE.

En ese sentido, añadió que al abanderado de la Plataforma Unitaria Democrática, Edmundo González Urrutia, se le va sometiendo constantemente a actos intimidatorios.

«Anhelamos de que se llegue a una votación pacífica», indicó Sanguinettí, quien subrayó que la amenaza de «baño de sangre» hecha por el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, es «realmente irresponsable».

«Ojalá Venezuela pueda reencontrarse con un camino democrático limpio y pacífico», concluyó quien gobernó a Uruguay durante dos periodos no consecutivos (1985-1990 / 1995-2000).

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González Urrutia pidió este domingo al chavismo el cese de «amenazas» e insultos contra sus adversarios de cara a las elecciones del próximo domingo.

«Ya basta de amenazas, ya basta de insultos, el pueblo quiere un cambio en paz, el pueblo quiere reconciliación, el pueblo quiere votar. Viva Venezuela libre», expresó el exembajador en un video publicado en redes sociales.

Asimismo, el abanderado de la Plataforma Unitaria Democrática dijo a los miembros del oficialismo -que respaldan la candidatura de Maduro- que «podrán intentar (poner) nuevos obstáculos», pero esto -aseguró- no detendrá a «un pueblo que está decidido a votar y a cambiar».

En estos comicios que se llevarán a cabo el próximo domingo 28 de julio, participarán diez candidatos, entre ellos González Urrutia, quien lidera la intención de voto, según las encuestadoras tradicionales. Allí, Maduro buscará su tercer sexenio consecutivo.

«[Kamala Harris] será la primera mujer negra y de ascendencia asiática en aspirar a la presidencia de EEUU», manifestó desde su cuenta de X (antes Twitter) la magistrada Victoria Rosell, concluyendo su comentario con ‘emojis’ de aplausos de una mano negra. Y, lo buscara o no, la exdelegada del Gobierno contra la violencia de género sector Podemos resumió todos los méritos de la que, tras la intrigante nota de Joe Biden de anoche (sin comparecencia inmediata) y pese a las declaraciones de seguir adelante con la campaña de esa misma mañana, parece quedar como la elegida para enfrentarse con Donald Trump.

Por: Carlos Esteban – La Gaceta de la Iberosfera

Hace no mucho calificar de «cargo de cuota» a una mujer o una «persona racializada» era la versión laica del pecado contra el Espíritu Santo, imperdonable, y aún lo es si lo declara alguien ajeno a la tribu. Pero, entre ellos, cada vez es más común presuponer mérito en rasgos inmutables que convierten a ciertos individuos en «minorías» selectas.

Es el caso explícito de Kamala Harris. De hecho, tras obtener una victoria aplastante en las primarias demócratas de Carolina del Sur de 2020, el entonces candidato demócrata Joe Biden anunció que aún estaba estudiando candidatos para acompañarle en el tándem electoral, pero que ya podía anunciar que sería mujer y negra. Nadie denunció la discriminación.

La elección se vio en su momento como algo transcendental, sobre todo porque ya entonces —pese a las ocultaciones posteriores— ya se consideraba improbable que Biden completara su mandato sin morir o ser incapacitado antes de tiempo. Así, en esos días no faltaban comentarios en prensa y redes que saludaban entusiasmados a la «primera presidenta negra de Estados Unidos».

Y, de confirmarse su nombramiento como candidata demócrata en la próxima convención, no tengan la menor duda de que usarán su doble condición minoritaria para acusar a Trump de racista y machista cada vez que critique a Harris.

Sin embargo, va a ser una venta difícil, pese a los «puntos woke» que le vienen de nacimiento. Durante las primarias demócratas que le enfrentaron a su posterior jefe Biden, Harris tuvo que retirarse de la carrera tras haber obtenido sólo un mísero 2% del voto. Eso no impidió que, una vez convertida en vicepresidente, la portavoz de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre (ella misma elegida por doble cuota como negra y lesbiana), declarase a Harris heredera política de Biden, y en un momento se refiriera a ella como «presidenta» cuando se le preguntó sobre su comentario de campaña de 2020 de que sería un candidato «de transición». «Una de las razones por las que eligió a la vicepresidenta, la presidente [sic] Kamala Harris, es porque representa de hecho el futuro del partido», dijo Jean-Pierre en su conferencia de prensa habitual.

Aún hoy, Kamala tiene una puntuación de popularidad aún peor que Biden en su enfrentamiento contra Trump, 46% frente a 48% en la encuesta de RealClear Pollings.

De todos los candidatos a sustituir a Biden en las presidenciales de noviembre, Kamala, a pesar de figurar como la elección obvia, siempre ha figurado entre los primeros en descartar. Como vicepresidenta, Harris ha sido un completo desastre: ha fracasado estrepitosamente como «zar» para la frontera, permitiendo la afluencia de decenas de millones de inmigrantes ilegales que inundaron Estados Unidos. También ha fracasado en la reforma de la justicia penal, la legislación sobre el derecho al voto y la gestión de la pandemia por parte de la administración.

Todo en Kamala es ‘fake’. No es una niña negra crecida en los suburbios, es la hija de un profesor de Economía de Stanford jamaicano y una india de la casta más alta, con importantes contactos en la clase rectora de su país de origen; se conocieron mientras obtenían sus doctorados en la Universidad de Berkeley, en California. La carrera política empezó de la mano del mujeriego y todo poderoso alcalde negro de San Francisco y ex presidente de la Asamblea del estado, Willie Brown, a quien le unieron sentimentalmente los rumores a pesar de que Brown era un hombre casado.

Pero no está todo el pescado vendido. Aunque ya han saltado las declaraciones de respaldo de numerosos personajes de primera línea, incluyendo al heredero Alexander Soros, la presidenta del Comité Nacional Demócrata, Jaime Harrison, prometió un proceso «transparente y ordenado» para elegir al próximo candidato del partido.

«El pueblo estadounidense tiene una enorme deuda de gratitud con el presidente Biden por el progreso incomparable que ha logrado en los últimos cuatro años, y honraremos ese legado y la decisión que ha tomado hoy mediante un firme compromiso de nominar y elegir a un presidente demócrata este noviembre que llevará esa antorcha en los próximos cuatro años», dijo Harrison en un comunicado, y agregó que el proceso seguirá las reglas establecidas para el partido y que los delegados «están preparados para tomar en serio su responsabilidad de entregar rápidamente un candidato al pueblo estadounidense».

Barack Obama, para empezar, no ha dado su respaldo. Todavía el Partido Demócrata nos puede dar un episodio gratuito de Juego de Tronos antes de las presidenciales de noviembre.

Jorge Rodríguez, jefe de la campaña de Nicolás Maduro, compareció hoy lunes ante la prensa y aseguró que su jefe político sufre un «blackout informativo» de los medios de comunicación, pese a la presencia a todas horas y por todos lados del llamado «presidente pueblo». Y como si se tratara de una orden para las distintas operadoras, medios independientes venezolanos comenzaron a «apagarse», víctimas del verdadero bloqueo, el gubernamental.

Por: Daniel Lozano – El Mundo

Cinco portales de información fueron bloqueados este lunes sin previo aviso. Se trata del diario Tal Cual, medio digital creado por Teodoro Petkoff, una de las grandes referencias intelectuales del país petrolero, muerto en 2018, y las webs Runrunes, El Estímulo, Medianálisis y Analítica.

Estos medios electrónicos se unen de esta forma al Instituto Prensa y Sociedad, a Espacio Público, a Cazadores de Fake News, a Es Paja y Observatorio de Fakes News, censurados desde que comenzara la campaña electoral el 4 de julio. Las tres últimas webs se dedican a desentrañar las constantes manipulaciones informativas del gobierno, los famosos fakes revolucionarios.

«El gobierno de Nicolás Maduro, que se enfrenta a su peor escenario electoral, avanza en sus formas autoritarias. A partir de este 22 de julio al mediodía ha decidido sumar al Diario Tal Cual a la larga lista de medios de comunicación bloqueados dentro del país», advirtió a través de sus redes sociales Víctor Amaya, editor de Tal Cual, quien invitó a sus lectores para que sigan las informaciones del diario a través de las redes sociales y de la app Noticias Sin Filtro.

«Día de bloqueos. Sugiere que el 28J tendremos el más alto nivel de hegemonía comunicacional estatal que hayamos conocido. Aumenta su relevancia las redes capilares y horizontales de información, que debe ser verificada», alertó Rafael Uzcátegui, director del Laboratorio de Paz.

Espacio Público, la organización también bloqueada que promueve y defiende la libertad de información, calcula que 60 de los 100 medios venezolanos sufren la misma suerte que los hoy censurados. La inmensa mayoría de estos forman parte del aparato de hegemonía comunicacional del gobierno.

Tu cerebro está constantemente al borde del caos. Y no es porque esté atrasado en 47 actualizaciones de la computadora portátil o porque esté obsesionado con ese error tipográfico en un correo electrónico que le envió a su jefe.

Por: CNet / Traducción libre del inglés de Morfema Press

No, porque incluso en su momento más zen, sus 86 mil millones de células cerebrales se pavonean por la cuerda floja entre la calma y la catástrofe; serenidad y desorden; orden y desorden. En cualquier momento, podrían convertirse en dominó en un desastre. Pero no hay necesidad de entrar en pánico.

Este engañoso truco cerebral es en realidad algo bueno .

Probablemente sea por eso que puede hacer malabarismos con todos sus pensamientos acelerados en primer lugar y, de hecho, los científicos incluso creen que rastrear este estado precario podría algún día conducir a una nueva generación emocionante de terapias de salud mental.

Somos parte del universo

Es posible que hayas notado que tus pulmones parecen árboles.

Es porque ambos se rigen por una secuencia fractal, donde un objeto se rompe continuamente en versiones más pequeñas de sí mismo. Las ramas de los árboles se asemejan a mini troncos de árboles, las ramitas son como mini-mini troncos de árboles, etc. Este patrón metódico adorna los copos de nieve, los vasos sanguíneos, los relámpagos e incluso las explosiones de estrellas más fascinantes . Nuestro universo ama la estructura. Le encanta el orden.

Sin embargo, como suelen decir los físicos, nuestro universo también se dirige directamente hacia el desorden. Salvo algunos matices, la Ley de Murphy captura la esencia: «Cualquier cosa que pueda salir mal, saldrá mal».

Pero entre estos dos extremos, el universo tiene un tercer estado aún más intrigante. Sistemas que andan de puntillas entre la armonía y el caos. Montañas, amenazando con colapsar en una avalancha. El mercado de valores, al borde de una caída masiva. Y durante la última década más o menos, más y más investigaciones han demostrado que nuestros cerebros también residen aquí.

Al estudiar las mentes de monos, tortugas, peces y, por supuesto, humanos, los científicos han profundizado en este peligroso lugar. Se le conoce como el «borde del caos», o menos dramáticamente, el «punto crítico».

«Tienes una mezcla de estructura que proviene del orden, pero también tienes algún tipo de aleatoriedad, lo que conduce a la variedad, que proviene del lado que está en el desorden», explica John Beggs, profesor de física de la Universidad de Indiana.

Mientras que algunos científicos creen que el cerebro funciona con entradas y salidas (algo así como una computadora), otros, incluido Beggs, sugieren que experimenta el mundo flotando fluidamente alrededor de este punto «caótico». Presumiblemente, tal flujo ayuda a los cerebros a cumplir funciones muy importantes. Un artículo de investigación publicado el mes pasado en Physical Review Letters , por ejemplo, afirma que el punto crítico ofrece a los cerebros un «intercambio deseable entre la linealidad, óptima para el almacenamiento de información, y la no linealidad, necesaria para la computación».

Y cuando los cerebros se desvían de este punto crucial, dice Beggs, «eso se asocia con muchos trastornos». Esta parte es precisamente la razón por la que descifrar los secretos del borde del caos del cerebro podría ayudarnos a revolucionar el tratamiento de la salud mental.

El estudio del llamado punto crítico ya ha comenzado a cambiar la forma en que los científicos abordan la psiquiatría.

«Los investigadores han recurrido a herramientas basadas en la criticidad para mejorar su comprensión de las afecciones psiquiátricas comunes como la depresión, la esquizofrenia, la ansiedad y el trastorno de estrés postraumático», escribe Vincent Zimmern, autor de un artículo de 2020 titulado: Por qué la criticidad del cerebro es clínicamente relevante: una revisión de alcance .

Pero antes de sumergirnos en eso, esto es lo que su cerebro está haciendo ahora mismo en el límite entre el orden y el desorden.

Este pigmento bajo un microscopio se parece a las hojas de helecho que crecen, que también tienen un patrón fractal.

Decisiones decisiones

Digamos que su cerebro quiere indicarle que haga algo, como abrir Seamless, la aplicación de entrega de alimentos. Debe pasar información a lo largo de una red de células cerebrales, o neuronas, para que toques el pequeño cuadrado naranja en tu teléfono.

Teóricamente, hay tres formas en que puede hacerlo.

Puede enviar la señal «hola, abrir Seamless» a más de una neurona a la vez. Puede enviarlo a menos de una neurona a la vez. O puede enviarlo a algo así como una neurona a la vez. (Trate de pensar en las neuronas como divisibles en partes porque nos estamos acercando al cerebro desde un punto de vista más matemático que biológico).

Supongamos que su cerebro va con uno. Una neurona habla con dos neuronas, las cuales hablan con cuatro, y así sucesivamente, como un tren de chismes. Pronto, todas sus neuronas estarán en alerta máxima sobre su búsqueda perfecta, o como dice Beggs, la red «explota muy rápido».

Esto se denomina comportamiento supercrítico y, por lo general, es demasiada estimulación. Estarías a toda marcha. Tu cerebro estaría tan abrumado que comenzaría a fallar. Y, de hecho, se cree que la supercriticidad está asociada con convulsiones crónicas o epilepsia.

¿Qué hay de dos? Una neurona envía información a la mitad de una neurona, que la envía a una cuarta… luego a una octava… y la señal prácticamente «se extingue», dice Beggs. Esto se denomina comportamiento subcrítico y no transmitiría de manera efectiva el mensaje.

Nuestro camino final es tres. Una neurona comparte información con «acerca de» una neurona, que comparte información con otra, y la señal va fácilmente del punto A al punto B. Esto es bueno. Esto se llama comportamiento crítico. Para transmitir efectivamente un mensaje como el de Seamless a través de una red de neuronas, nuestros cerebros «prefieren» el camino tres. El camino uno y el camino dos plantean obstáculos sólidos para la transferencia de información de las neuronas, pero el camino tres crea algo así como una línea de ensamblaje de neuronas que, en última instancia, conecta la mente con el mundo externo.

Pero, ¿recuerdas cómo el punto crítico también se llama el borde del caos? Sí, hay más.

Los murmullos de los pájaros también andan de puntillas entre el orden y el desorden. Pueden dispersarse en cualquier segundo para confundir a un depredador.

Alto riesgo

Considere el mercado de valores, que también se encuentra en el punto crítico.

Siempre, algunas personas quieren vender y otras quieren comprar. Es una dualidad casi exactamente equilibrada, razón por la cual los mercados suelen ser bastante estables. Pero, ¿y si ocurre algo catastrófico, como una pandemia mundial? ¿O una guerra?

La gente entraría en pánico y, como la mayoría de los gurús financieros estarían de acuerdo, comenzarían a vender. Eso provocaría fluctuaciones masivas en el mercado. Fluctuaciones caóticas. «Las caídas del mercado a veces son órdenes de magnitud mayores que la pérdida diaria observada típicamente», explica Beggs. Piense en estas «fluctuaciones» como una firma de sistemas al borde del caos.

Por el contrario, algunas cosas siguen lo que se llama distribución gaussiana, también conocida como una curva de campana estándar, que no conduce a esas fluctuaciones. La altura humana es un buen ejemplo de algo con distribución gaussiana. Si tuviéramos que mapear la altura de cada persona en el mundo, rara vez veríamos a alguien caer lejos del promedio. Sin fluctuaciones masivas.

De estas dos opciones, los cerebros parecen tener la firma del borde del caos.

Cuando ocurre el susto de una película de terror, por ejemplo, sus neuronas pueden «entrar en pánico», como los inversionistas del mercado de valores, y fluctuar a una zona súper crítica. «Puedes tener una cascada de actividad o una avalancha neuronal que podría viajar por todo el cerebro», dijo Beggs.

Ahora, podría estar pensando, ¿por qué el cerebro no preferiría un estilo de vida más tranquilo y gaussiano? El mundo al borde del caos parece muy arriesgado. Bueno, tambalearse entre el orden y el desorden también tiene una gran cantidad de beneficios.

«Aproximadamente» una neurona a la vez suele ser lo mejor para el cerebro humano, pero a veces nuestros centros de control mental pueden meterse en aguas peligrosas.

Alta recompensa

Los sistemas al borde del caos tienen un rango ultra amplio dentro del cual trabajar, gracias a todo el asunto de la fluctuación.

Con los mercados de valores, existe la posibilidad de que te lleves el premio gordo. Y con los cerebros, «podrías hacer que la información pase de una parte del cerebro a la siguiente… y tal vez incluso pasar por todo el cerebro», dijo Beggs.

Siendo realistas, eso es importante para alertar a las neuronas para que permanezcan alerta en una situación aterradora, o tal vez para crear nuevas conexiones cerebrales mientras se aprenden idiomas. En otras palabras, cuando se hace con mucho cuidado, el cerebro puede adentrarse en el caos para ayudarnos a funcionar en un mundo muy complicado.

Si el cerebro siguiera una distribución gaussiana, por el contrario, estaría restringido al comunicar cosas. No podía llegar a las neuronas a lo largo del órgano durante situaciones aterradoras para decir «hey, neuronas, activen la alerta máxima, algo va a suceder».

En un artículo de 2009 , Manfred Kitzbichler, neurocientífico de la Universidad de Cambridge y uno de los primeros en considerar que el cerebro reside al borde del caos, dijo que la criticidad «nos permitiría cambiar rápidamente entre estados mentales para responder a los cambios ambientales».

Además, dejar el punto crítico y dirigirse a tierra subcrítica podría ser útil para nuestro cerebro cuando queremos estar en piloto automático. Aunque los científicos todavía no están muy seguros de cómo funcionaría este mecanismo, Beggs dice que «una posibilidad es que si algo se aprende muy bien y se ensaya mucho, se transfiere a algún tipo de circuito estereotípico que simplemente repite su patrón».

Estoy a bordo, ¿y ahora qué?

Bueno, la mayor parte del tiempo en física, los investigadores no están tratando de negar lo que ya sabemos, o incluso de encontrar nuevos ángulos. Más bien, están refinando preguntas que ya han sido respondidas. De esta manera, podemos seguir encontrando soluciones cada vez más precisas.

Lo mismo es cierto para los estudios al borde del caos.

El cerebro humano está constantemente bombardeado con estímulos externos, como gente hablando, el bullicio de la calle e incluso la calidez de sostener una taza de café. Esto significa que las neuronas se encienden y apagan constantemente. Debido a ese flujo, no es realista que el cerebro esté en el punto crítico ideal todo el tiempo. Imagínese tratando de caminar a lo largo de una línea recta, pero la gente lo sigue empujando a medida que avanza. Es algo así.

Por lo tanto, una pregunta de seguimiento podría ser: ¿Qué hace nuestro cerebro en su lugar? ¿ Cómo funciona allí?

En un artículo publicado el año pasado en Physical Review Letters , el equipo de Beggs podría haber encontrado la respuesta.

Después de realizar experimentos neurológicos en ratones, vieron que si los cerebros de los animales no podían acceder al punto crítico, se optimizaban siguiendo lo que se llama la línea Widom, o simplemente, la segunda mejor opción.

Beggs llama a este fenómeno «cuasi-criticidad».

Otros investigadores que estudian cómo funciona el cerebro alrededor del punto crítico, por el contrario, han sugerido soluciones de no cuasi-criticidad. Algunos han sugerido que los cerebros siempre funcionan ligeramente por debajo de la criticidad y otros creen que se mueven al azar alrededor del punto crítico.

Pero, siguiendo el principio de cuasicriticidad, Beggs comenzó a considerar si los cerebros de las personas que padecen enfermedades mentales, como la depresión, tienen problemas para acceder a ese segundo mejor camino.

«Observamos a unos 600 pacientes y hemos estado trazando sus diferentes puntos críticos», dijo. «A partir de las tendencias, se puede notar la edad del paciente o el sexo del paciente, en función de dónde se encuentran cerca de esta región de casi criticidad».

Por lo tanto, es probable que «el envejecimiento haga que vayas a un lugar, la depresión haga que vayas a otro y la epilepsia a otro. Pero, todos pueden estar igualmente lejos del punto crítico».

Es decir, se necesita más investigación para decodificar realmente el borde del caos del cerebro. Sin embargo, Beggs cree que estos hallazgos eventualmente conducirán a terapias innovadoras.

Por ejemplo, dice que sabemos que el cerebro se apaga por un tiempo después de tener una convulsión muy fuerte. Durante ese período, tiene formas de intentar volver a estar en línea, una de las cuales es generar muchas conexiones nuevas. Pero, ¿recuerda el enigma de la súper criticidad en el que demasiadas neuronas se activan en alerta máxima y luego «explotan» la red muy rápido?

«Uno pensaría que es bueno hacerlo, porque simplemente dice: ‘Conéctalo de nuevo y tendremos algo de actividad’, pero cuando crece esas conexiones después de una convulsión, una vez que vuelve a estar en línea, está demasiado conectado. Por lo tanto, en realidad es más común tener una convulsión la próxima vez».

Sin embargo, si podemos aprovechar el punto crítico, tal vez podamos estimular el tejido cerebral de alguna manera y evitar que sienta que está en su estado de apagado en primer lugar. En cambio, pensaría que todo está bien y, por lo tanto, no haría todas esas conexiones nuevas que podrían conducir a una convulsión posterior.

«Si lo engañas para que no forme nuevas conexiones», dijo Beggs, «sería mucho menos probable que tuviera una convulsión».

En este momento, Beggs y sus colegas investigadores todavía están en el proceso de analizar cómo funciona todo esto. Va a ser un camino largo, pero gratificante, por delante. Y si has leído hasta aquí, antes que nada enhorabuena.

En segundo lugar, si te vas con un solo mensaje, espero que sea este: la próxima vez que estés estresado, si alguien te pregunta cómo estás y dices: «Estoy al borde del caos», No estás siendo dramático en absoluto.

Estás siendo científicamente preciso.

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