Ya ha pasado una semana de la Bitcoin Caracas Experience 2022, pero aún flotan en el ambiente algunas ideas que se generaron en el auditorio de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB). En mi caso, que tuve en placer de ser invitada como oradora para este evento, se queda fresca en mi memoria esa certeza de ser parte de una comunidad que se interesa por el futuro del dinero, por la seguridad de las finanzas personales y por la inclusión de aquellos a los que la banca tradicional les ha dado la espalda.
Por: Andrea Leal / Criptonoticias
Esto sonará gracioso para aquellos que leyeron la semana pasada mi artículo criticando los defectos que existen en la promoción de Bitcoin como moneda y revolución financiera, en donde los bitcoiners se pueden tornar «un poco tóxicos». Sin embargo, también hay que darle crédito a cada una de las personas que conforma este ecosistema, puesto que es por su aporte constante y pasión por esta industria que la criptomoneda ha crecido hasta el punto en que la conocemos hoy en día. Dejando de ser una herramienta que usan únicamente los anarco-capitalista o geeks, para convertirse en un sistema monetario inclusivo.
Algunos pensarán incluso al leer estas líneas que «estoy lloviendo sobre mojado», puesto que Bitcoin siempre ha sido y será un proyecto colaborativo. La gente importa, puesto que sin individuos que interactúen con la tecnología, Bitcoin solo sería una idea. No obstante, me parece que estas son las clases de cosas que hay que decir y remarcar para que no se nos olvide.
Todos, cada uno de nosotros, somos activos contribuyentes de Bitcoin. Ya sea como usuarios, creadores de contenido, empresarios, mineros o desarrolladores. Cada uno, desde nuestra personalísima experiencia, aportamos una acción o idea para el futuro de este ecosistema. En Bitcoin no importa tanto lo que diga el presidente de turno o la personalidad más «top» del momento, sino el voto de confianza que le damos los usuarios todos los días como sistema financiero. Importa es el uso que le damos.
Esta idea se me hizo muy patente el sábado pasado en el Aula Magna de la UCAB. Escuchando a algunas personas que he leído ya muchas veces, conociendo a otros de los que nunca había escuchado, se me hizo obvio que estos intercambios sociales son los que mantienen a Bitcoin vivo. La gente interesada en hablar sobre nuevas maneras de relacionarnos con la finanza, o aquellos que quieren guiar a otros en el camino de hacer dinero y sustentar a sus familias, o las personas que saben pensar fuerza de la caja y generar nuevas maneras de relacionarnos con la educación, el arte y el entretenimiento. Es un ejercicio constante de mirar el futuro y preguntarnos qué queremos para nosotros.
Bitcoin es de nosotros, el dinero fíat de los poderosos
Sinceramente, a mí nunca me había pasado esto con mi vida monetaria. El dinero fíat y las finanzas siempre me parecían tema de otro, ya sea del Estado, de los dueños del banco o de los millonarios. Mientras estudiaba cosas «más a mi alcance» como un video de YouTube que me enseñe a hacer asado negro o un libro que me explique el árbol genealógico de los Buendía, veía el dinero demasiado complejo e inalcanzable para mi entendimiento. Era, sin lugar a dudas, otro mundo en donde unos pocos privilegiados tenían la capacidad de hablar y decidir sobre nuestro futuro.
No voy a decir que cuando conocí a Bitcoin todo cambió, porque no fue tan mágico como eso. Me tuve que desprogramar, también tuve que aprender. Todos los días, poco a poco, iba comprendiendo por qué el dinero era importante (más allá de lo obvio) y por qué era necesario que yo tuviese poder absoluto sobre mis finanzas. La postura de la comunidad de Bitcoin, empoderando al individuo a nivel monetario, me hizo replantearme la manera pasiva con la que me relacionaba con el dinero.
Ahora pienso que el sistema monetario tradicional se me hacía tan complejo y lejano porque no estaba hecho para mí, sino para los poderosos. Mientras que existen otros sistemas que se basan en la descentralización y la contribución, en donde yo si tengo voz y voto, en donde puedo aportar mi visión para que algo cambie en el futuro y donde puedo tomar mis decisiones sin que nadie intervenga. Ese mismo sentimiento de libertad y seguridad que siento hoy en día, lo vi plasmado en la cara de los asistentes a la Bitcoin Caracas Experience.
Un grupo de personas que desean saber de qué manera pueden cambiar las reglas del juego, que saben que sus ideas y necesidades tienen cabida en una industria que está dispuesta a escucharlos e incluirlos. No todo es perfecto en el mundo de Bitcoin, indudablemente, pero el sentido de pertenecer es uno de los bienes más grandes que nos ha dado este ecosistema y debemos atesorarlo.
Es por ello que creo que es tan importante recordar el protagonismo que tiene la comunidad bitcoiner en el éxito de la criptomoneda. Satoshi Nakamoto nos cedió su legado, y nosotros como herederos y usuarios hemos sabido mantener la llama de Bitcoin encendida. Mientras reconozcamos el valor de nuestros aportes y la responsabilidad de nuestras acciones como usuarios, podremos apostar siempre por mejorar la experiencia que es Bitcoin como sistema monetario y comunidad.