En un informe publicado por economistas e investigadores de la Universidad Católica Andrés Bello, se pronostica una inflación superior al 200%, una caída del 20% de las exportaciones de hidrocarburos y una contracción económica de 2,05% para finales de 2025.
El 24 de marzo, el presidente Donald Trump emitió una Orden Ejecutiva que impone un arancel del 25 % a todos los bienes importados a Estados Unidos desde cualquier país que importe petróleo venezolano. Esta orden, vigente desde el 2 de abril de 2025, fue seguida por la revocación de licencias clave para empresas que operan en Venezuela, con la obligación de cesar sus actividades antes del 27 de mayo.
En este marco, el presidente venezolano Nicolas Maduro ha decretado una nueva ‘emergencia económica’, a medida que el país se acerca al territorio de la hiperinflación, escasez de divisas extranjeras y la caída de la producción petrolera.
Este decreto le otorga al gobernante venezolano completas facultades para tomar medidas excepcionales.
La crisis actual no es un fenómeno aislado, sino la continuación de un deterioro económico que comenzó hace más de una década. En 2014, la caída del precio del petróleo, principal fuente de ingresos del país, marcó el inicio de una recesión devastadora. El crudo, que llegó a cotizarse en $40 por barril tras superar los $100, dejó al gobierno sin recursos para importar bienes básicos, desencadenando una escasez masiva de productos como alimentos, medicinas y papel higiénico. Para ese año, la inflación ya era la más alta del mundo, con un 69%, y el PIB comenzó a contraerse, un declive que acumularía una caída del 61% per cápita hasta finales de la década.
El panorama empeoró en 2017, cuando Venezuela entró formalmente en hiperinflación. Los precios se duplicaban cada mes, y para 2018 la inflación anual alcanzó un estimado de 130,000%. El papel higiénico, un símbolo de la escasez, se convirtió en un lujo: un rollo podía costar 2,600,000 bolívares, mientras que el 85% de las medicinas estaban en falta, según la Federación Farmacéutica de Venezuela. Las políticas de Maduro, que incluyeron la impresión masiva de dinero y controles de precios, agravaron la situación, llevando a una emigración masiva de más de 3 millones de venezolanos entre 2015 y 2019.
Hoy, en 2025, la historia parece repetirse. La nueva “emergencia económica” busca controlar el creciente mercado negro del bolívar y mitigar el impacto de sanciones internacionales que han reducido aún más los ingresos petroleros. Sin embargo, medidas similares en el pasado no han logrado resolver los problemas estructurales del país, como la falta de producción interna y la dependencia del petróleo. La escasez de bienes básicos, como el papel higiénico al que alude el título de esta nota, sigue siendo una realidad para millones de venezolanos, recordando los días más oscuros de 2014 y 2017.