La ONG Transparencia Venezuela advirtió sobre la existencia de una red de buques petroleros fantasmas que operan en aguas venezolanas y que estarían facilitando el desvío de recursos públicos en la comercialización del crudo nacional.
Según el informe, en julio de 2025 arribaron 92 embarcaciones a puertos venezolanos, de las cuales al menos 24 ocultaron su identidad apagando los sistemas de rastreo. De ellas, 12 fueron catalogadas como tanqueros “furtivos” por firmas internacionales de monitoreo. El reporte agrega que otras alternaron señales para dificultar su seguimiento, lo que sugiere un patrón sistemático de evasión y manipulación de datos.
Las prácticas detectadas incluyen el uso de banderas de conveniencia de países como Panamá, Islas Marshall y Liberia, así como técnicas de spoofing para falsear información de ubicación. Transparencia también identificó la participación de buques sancionados por la OFAC, como el Rosalin (San Tomé y Príncipe) y el María Cristina (Cuba), además de la operación del Bandra/Sensus, vinculado a la llamada “flota oscura” rusa.
Los destinos más frecuentes fueron China, Cuba, Países Bajos y Rusia, con al menos cinco operaciones de trasiego de crudo ship-to-ship frente a la bahía de Amuay, donde se detectó la presencia simultánea de 24 embarcaciones sin señales activas.
La organización advierte que esta red opaca genera un riesgo permanente de desvío de fondos, recordando que entre 2019 y 2023 PDVSA acumuló cuentas por cobrar por unos USD 16.960 millones, sin claridad sobre su recuperación.
El informe también contextualiza la fragilidad económica: el bolívar perdió 57,25% de su valor frente al dólar entre enero y julio de 2025 y la inflación acumulada alcanzó 229%, mientras fuentes oficiales reportan un crecimiento petrolero que contradice las proyecciones independientes de contracción del 4% para este año.
Finalmente, Transparencia Venezuela subraya que el monopolio estatal sobre el petróleo ha consolidado un sistema de opacidad y corrupción estructural que se agrava con las maniobras de evasión internacional. Aunque la nueva licencia otorgada a Chevron podría abrir un canal formal de exportación, el alcance de esta medida depende aún de decisiones regulatorias futuras.