Morfema Press

Es lo que es

Antonio Ledezma

Cuando Fidel Castro aterrizó en el aeropuerto Simón Bolívar de Maiquetía, llegó con la idea fija de seducir al presidente recién electo, Rómulo Betancourt, para que le garantizara un suministro diario de 300 mil barriles de petróleo. La verdad de lo ocurrido, en aquella conversación entre ambos jefes de gobiernos, que era seguida por un enjambre de periodistas, es de todos conocida. El astuto líder venezolano tenía una medida de lo que representaba en aquella circunstancia su celebrado visitante y por eso fue tajante al responder a su petitorio: “Si, como no, pero cada barril de crudo que despachemos debe ser pagado al contado”. El epílogo de aquella conversación fue frustrante para Fidel Castro que vio cómo se desvanecían los planes que traía entre manos, desde aquella mañana en que abordó la nave que despegó del aeropuerto militar habanero de Columbia. El pretexto de ese viaje era asistir como invitado de honor a los festejos del primer año de haberse consumado el movimiento cívico-militar que derrocó a la dictadura de Marcos Pérez Jiménez, el 23 de enero de 1958. 

Esa respuesta categórica de Betancourt desajustó al carismático líder cubano que venía de encabezar una exitosa revolución armada, con un desenlace triunfal al descender de la Sierra Maestra, apenas 15 días antes de emprender su primer periplo internacional con esa condición de mandatario. Su estancia en Caracas despertó los más variados sentimientos de euforia, a los que no escaparon los más antagónicos lideres patrios que le ofrecieron recepciones, aclamaciones y discursos en el cabildo capitalino, en la sede del Congreso Nacional y en la concentración pública realizada en El Silencio, parangonándolo con Simón Bolivar y José Martí. Así ha quedado registrado en documentales gráficos y fílmicos que dan cuenta del revuelo que desató la visita de aquel mítico barbudo uniformado y armado desde que descendió del avión Superconstellation.

No era la primera vez que Fidel Castro contemplaba personalmente el ambiente bucólico de aquella carretera vieja de La Guaira que conectaba al litoral varguense con “la sucursal del cielo”, como distinguimos los venezolanos a nuestra atractiva ciudad capital. La historia registra que el día martes 23 de marzo de 1948, Fidel Castro tenía su maleta preparada para vivir su primera experiencia como viajero fuera de su natal Cuba. El destino, casualmente, seria Venezuela. Su intención era contactar al expresidente de la Junta de Gobierno que jefaturó Rómulo Betancourt. Traía en su bolsillo una carta firmada por el legendario líder dominicano Juan Bosch, con la confianza de que tal epístola sirviera de llave maestra para abrir las puertas de la confianza del fundador de la democracia venezolana. Pero Betancourt se excusó de no poder atenderlo “porque se encontraba recorriendo el interior del país”; en esos 5 días que Fidel Castro permaneció en Caracas, se limitó a visitar las instalaciónes de la Universidad Central de Venezuela (UCV), caminar por el casco histórico de la ciudad, acudir al Panteón Nacional y ofrecer una que otra declaración a los medios de comunicación que visitó. 

Rómulo Betancourt desde que superó las etapas de líder garibaldino, en esos años mozos en los que no estuvo exento del sarampión comunistoide, incluso rozando con el trotskismo, comenzó a ver con claridad y precisión cuál era su verdadero derrotero programático e ideológico. De allí aquella sentencia con la que se desmarcaba de los influenciadores que pretendían expandir sus andanzas revolucionarias, exclamando que “los venezolanos podemos importar creolina, pero no doctrinas”. Para seguidamente agregar que “los venezolanos cuando necesitamos de libertadores los parimos, no los importamos”. 

A Falta de petróleo buenas son las guerrillas

Fidel y Raúl Castro prendieron las alarmas, sin petróleo no hay energía y el comienzo de sus sueños libertarios pudieran trastocar en pesadillas, sino contaban con ese anhelado suministro petrolero que venían de pedirle a Rómulo Betancourt, quien nunca se negó a ser un proveedor seguro, pero, eso sí, siempre que pagaran por los barriles que recibieran. Esa firme posición de Rómulo Betancourt fue un desafío para los hermanos Castro, que desde entonces colocaron en su mira expansionista el territorio venezolano, siempre codiciando sus inmensas riquezas naturales, especialmente su desbordante mana petróleo. Apelaron a los jefes del buró político de la Unión Soviética, esa diligencia activo las gestiones de Nikita Jrushchov para que tratara de ablandar “la intransigencia” del presidente venezolano, pero Betancourt se mantuvo intraficable y reitero ante el mandatario ruso que “la situación económica de Venezuela era crítica y su obligación era administrar sus riquezas y recursos con absoluta probidad y responsabilidad”. Rómulo Betancourt también le ratificó al emisario soviético que “había disposición a venderle crudo a Cuba, lo que necesitaran, pero a cambio de un pronto pago”. 

Desde entonces Fidel y Raúl Castro se dedicaron a poner en marcha el plan mediante el cual pudieran ponerle la mano a las cuantiosas riquezas venezolanas. La estrategia se basaba, originalmente, en captar a los lideres emergentes de las organizaciones políticas que se desarrollaban en el umbral de la naciente democracia. A esas operaciones de embaucar a dirigentes no escapó el partido Acción Democrática, la organización edificada por Rómulo Betancourt, y que servía de plataforma de sostén político para su naciente gestión gubernamental.

Fue de esa manera como comenzó a tejerse una red para entrelazar a lideres estudiantiles y dirigentes jóvenes, pero ya con credenciales que los distinguían como baluartes de la partidocracia venezolana. Los hermanos Castro se valieron de todas las argucias habidas y por haber para encandilar a esa muchachada que fue llevada al matadero de las guerrillas que se fueron instalando en diferentes zonas del país, desde donde retaban a las Fuerzas Armadas. Esos grupos etiquetados de “revolucionarios” fueron entrenados para cometer atracos a bancos, ejecutar secuestros, asesinar a policías, en medio de una creciente ola de actos violentos que se justificaban, enarbolando banderas y voceando consignas de corte revolucionario. Fueron años muy cruentos y sangrientos en la vida política venezolana. Un episodio de alto relieve lo representó la pretendida invasión de Machurucuto organizada por los hermanos Castro desde La Habana. 

La Invasión de Machurucuto

Decenas de hombres pertrechos de fusiles AK47 de factura norcoreana, habían zarpado el día 2 de mayo de 1967 desde Santiago de Cuba con destino a las costas venezolanas. El mismísimo Fidel y Raúl Castro habían dirigido y supervisado todas las acciones, cuidando todos los detalles, tal como me lo relató en Caracas, mi buen amigo y colega diputado Héctor Pérez Marcano. El final de esas aventuras invasionistas fue glorioso para nuestras también gloriosas Fuerzas Armadas comprometidas con la institucionalidad democrática. Esas andanzas fueron vencidas y aplastadas en la batalla desarrollada entre los días 8 y 11 de mayo, y desde entonces el gobierno encabezado por el Dr. Raúl Leoni denuncio tal incursión en la Organización de Estados Americanos, los hermanos Castro negaron su responsabilidad, pero años después, con el cinismo que los caracteriza, condecoraron como héroes a los sobrevivientes cubanos Raúl Menéndez Tomassevich y Ulises Rosales del Toro.

Fidel Castro no perdía su ensueño de apropiarse algún día de las riquezas venezolanas. Después de las rupturas de relaciones entre ambos países, en 1974 le hace creer al presidente Carlos Andrés Pérez que estaría ganado a dar un giro a su dictadura comunista, abriendo un compás que lo encausaría hacia derroteros de naturaleza democrática. Nunca honró aquellas tibias señales que más bien sirvieron para estafar la buena fe del presidente venezolano, tal como nos lo dijera una noche de 1995, en que me invitó a acudir a su residencia La Ahumada, en la que cumplía casa por cárcel, “para que conociera a un personaje”, que resultó ser el escritor García Márquez, a quien le espeto el reclamo según el cual “me dejaste solo en el intento de empujar a Fidel por la ruta democrática”. 

La aparición de la gallina de los huevos de oro

El 13 de diciembre de 1994 aparece en La Habana Hugo Chávez Frias. El olfato de los hermanos Castro los induce a ponerle al lenguaraz visitante, desde su arribo a la capital de la isla, un cepo a quien no descartaban convertir en su nuevo trompo servidor en sus planes conquistadores. Fidel puso en acción sus habilidades fascinadoras, aquellas que no deslumbraron al firme y sagaz Rómulo Betancourt, pero que si harían efecto en un ególatra militar con desempeños fallidos en sus intentos sediciosos. Bastó con que Fidel lo recibiera al pie de la escalerilla del avión en el que aterrizo en La Habana. Lo que vino después es historia conocida. Chávez escala a la cima del poder valiéndose de las virtudes de la democracia que pretendió destruir a cañonazos y los hermanos Castro montaron su fiesta en los conciliábulos de sus foros de Sao Paulo y de Puebla. Venezuela ha perdido su independencia bien ganada en los campos de batalla para ser reducida a una colonia controlada por los hermanos Castro.

Maduro el elegido de Raúl Castro

El capítulo postrero de esta historia de control foráneo lo representa Nicolás Maduro, el sucesor de Hugo Chávez a quien la supuesta milagrosa medicina cubana no salvo de la muerte. Chávez murió en La Habana y en esa escena mortuoria se fue tallando la figura del tutelado desde entonces. Ese no es otro que Maduro, el seleccionado por Raúl Castro para asegurarse del control absoluto y de esa manera profundizar la presencia castrista en territorio nacional, manejando, prácticamente, todos los asuntos nacionales, incluida la supervisión de las guarniciones militares. 

Esa es la responsabilidad que tenemos ahora los venezolanos leales a la patria, hoy herida por semejantes traidores. Recuperar la soberanía hoy menguada por semejante invasión consentida. Lo lograremos una vez que Edmundo Gonzalez Urrutia asumo la presidencia de la República para la que fue electo. 

Antonio Ledezma @Alacldeledezma

David Morán Bohórquez: Sin duda alguna, la libertad económica impulsa la prosperidad de los países
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Uno de los escenarios más usados es el de la simulación de diálogos para despistar, nunca para asumir los compromisos acordados, tal como ha ocurrido con el más reciente capítulo de estos tablados dialoguistas, como el de Barbados, en el que Maduro firmó convenios que ha quebrantado con el mayor descaro. La mendacidad es lo suyo, es como su receta favorita para sofocar las protestas que resumen el reclamo de elecciones libres. Maduro ha mentido con desparpajo, sobre ese y otros temas, de los que diserta como todo charlatán, tal como fue su retórica pontificando sobre el cambio climático, cuando bien se sabe que es él el responsable del ecocidio que tiene lugar en el Arco Minero venezolano.

De ese escenario a Maduro le salieron mal algunas cosas, porque sus aliados del foro de Sao Paulo, como los gobernantes de Brasil y de Colombia, así como Jefes de Estado de tendencia izquierdista, como Gabriel Boric de Chile, se han pronunciado exigiéndole que haga posible la realización de elecciones libres. Esas posiciones han ayudado a flexibilizar la acerada intransigencia del régimen madurista, basada en la representación de las inhabilitaciones, que no se atrevieron a extender hasta la figura de Edmundo Gonzalez Urrutia.

Otro escenario en el que incursionó Maduro fue en el que buscaba “reventar” las elecciones primarias. Para tales efectos Maduro puso en acción todo tipo de maniobras tumultuosas, alentando escaramuzas en el seno de la oposición, amenazando a los integrantes de La Comisión Nacional de Primarias, mostrándole “la cacha del revolver” a uno que otro aspirante a coronarse como candidato de la Unidad, en definitiva, la maquinaria autoritaria fue enfilada para tratar de evitar que esa consulta se llevara a cabo o, en todo caso, a debilitarla. Aquí también a Maduro “le salió el tiro por la culata”, ya que las primarias resultaron siendo una hazaña de la ciudadanía que retumbó por todas partes del planeta Tierra.

Maduro entonces montó otro escenario de distracción: un plebiscito para consultarle al pueblo qué hacer para defender nuestros derechos sobre el territorio Esequibo. La verdad es que la intención tras bastidores era sacar del radar el vibrante debate sobre las exitosas primarias, en las que María Corina Machado había logrado una pletórica victoria, convirtiéndose desde entonces, en la líder indiscutible de los ciudadanos que apuestan a un cambio profundo. Pero además, esa fallida táctica sirvió para sacar a la luz pública las posiciones auténticamente patriotas que, sobre la defensa de nuestras potestades sobre el territorio en disputa, ha hecho María Corina Machado, que contrastan con las posturas entreguistas de Hugo Chávez y de Nicolás Maduro.

Pero Maduro tenia a buen resguardo su instrumento nada secreto: las siniestras inhabilitaciones. Esa era su arma arrojadiza. El cálculo exprimido de los cerebros que interactúan en la sala situacional que trabaja para ese régimen, presagiaba que “María Corina llamaría a la abstención”, y a su vez vaticinaba “un resquebrajamiento de la dirección opositora”. Pues bien esos profetas se equivocaron, ya que el horóscopo manoseado no fue nada atinado. María Corina no solo se mantuvo en el carril electoral, sino que como toda una Estadista que es, se hizo a un lado para darle visibilidad y espacio a una opción distinta encarnada por la Dra. Corina Yoris, que terminó siendo víctima del pernicioso bloqueo. María Corina no se rindió, más bien respiro profundo y comenzó a trabajar para acertar con una formula unitaria que resulto ser Edmundo Gonzalez Urrutia.

O sea que ni se descarriló ni se fracturó la dirección opositora, sino que continuó transitando por la ruta electoral, superando los múltiples obstáculos que van, desde la represión que encarcela a los integrantes de los comandos de la oposición, judicializa a los partidos políticos, clausura medios de comunicación, acosa a los gerentes de hoteles que alojan a María Corina y a Edmundo, a las familias que los hospedan en sus hogares, a los motorizados, a los que les sirven un plato de comida, a los que los transportan en su canoas o hasta el caballo que montó María Corina en Barinas, es “sometido a investigación sumarial junto con los que se atrevieron a instalar los parlantes del sonido”.

El resultado está a la vista del mundo entero. Las movilizaciones son gigantescas, día tras día se incrementa el fervor, la esperanza y la fe de la gente que solo piensa en la reunificación de todos los venezolanos. Esas multitudes encabezadas por María Corina y Edmundo, asoman una clara disimilitud con los mítines liderados por Hugo Chávez en su campaña de 1998. María Corina y Edmundo unen los venezolanos, en cambio Chávez dividía a los venezolanos con su discurso pugnaz, como lo sigue haciendo su testaferro político Nicolás Maduro, que insulta a los electores llamándolos “decrépitos”, otro adjetivo que se suma a la lista de agravios que hacen recordar los tristes celebres “escuálidos o majunches”. Otra disensión se observa al contrastar el mensaje de María Corina y Edmundo a las Fuerzas Armadas. Maduro las trata como su “guardia pretoriana”, en cambio María Corina y Edmundo se dirigen a los militares en un tono sereno, respetuoso e institucional, dejando ver la confianza en que actuaran conforme a lo que esta pautado en el artículo 328 constitucional.

Otros escenarios a los que pudieran levantarle la espoleta es el de la manida treta del “auto golpe”, sainete que terminaría siendo tan chapucero como el deprimente y deslucido espectáculo del general Zúñiga, en la hermana Republica de Bolivia. Otro, que tendría visos de locura extrema, es inventarse una maroma que les sirviera de justificativo para suspender las elecciones, cosa que también se les devolvería con una inusitada fuerza demoledora que socavaría más bien el poco capital político que les queda.

El otro escenario para Maduro, el que más le conviene a él, y especialmente a los dirigentes de su partido (PSUV), es facilitar una transición pacifica que le ahorre más sufrimientos a los venezolanos. Vemos que mientras Maduro desenvaina su bastón de mando para fanfarronear que “no entregara el poder”, María Corina y Edmundo ofrecen precisas y nítidas garantías para que nadie tema que sus derechos humanos serán desconocidos. La transición que lideraran Edmundo y María Corina comenzará por hacer resplandecer el Estado de Derecho con el correlativo pluralismo político, escenario en el cual tendrán posibilidad de relanzar a su movimiento partidista, los que asuman las riendas del PSUV. ¡Mas nunca detenciones arbitrarias! ¡Más nunca judicialización de partidos políticos!

Finalmente, el escenario del fraude esta al descubierto, lo hemos agarrado a tiempo, ya que se trata de un esquema único en Venezuela, como es ese fraude continuado y combinado que instrumentalizó las inhabilitaciones, los expedientes y las sentencias prefabricadas en las instancias de La Fiscalía, La Contraloría, El CNE y el Tribunal Supremo de Justica. Nos han robado el derecho a votar a más de 4.5 millones de venezolanos de la diáspora, pero no podrán robarnos el triunfo que, de antemano, ya se sabe irreversible, por la determinante e inocultable ventaja que resultará ser el antídoto más eficaz contra ese pretendido ardid de Maduro.

@Alcaldeledezma

En la actualidad, la tragedia que padecen millones de venezolanos está a la vista de todo el mundo. Sobran los análisis, debates, comentarios, conjeturas y suposiciones, para tratar de encontrar respuesta valedera a la interrogante que brota como una erupción volcánica, en las rondas en las que interactúa mucha gente preguntándose ¿Cómo es posible arruinar un país inmensamente rico?

Ante tales disquisiciones los voceros del régimen madurista siempre demuestran ser muy diestros en sacar de la chistera “el conejo versátil” como respuesta, explicación y argumento que busca desdibujar la realidad o la verdad de las causas de la tragedia que acusa un país que, ciertamente, ha contado con ingentes recursos minerales y humanos para poder estar viviendo en medio de una bonanza envidiable.

Por ejemplo, actualmente, de 11 millones de niños y adolescentes, solo 6.5 millones están matriculados en las instituciones educativas. Eso significa que la mitad de esas criaturas no están estudiando, como debería ser, sino que muchos se encuentran atrapados en el mundo informal del trabajo infantil, empujados por la crisis económica y social que los tritura en esos millones de hogares acorralados por la precariedad económica. Esos datos los aporta el Monitor de Derechos Económicos, sociales, culturales y ambientales (Desca). Ante tan lamentable panorama la reacción defensiva del régimen madurista no se hace esperar y es cuando aparece en acción la ministra de Educación de la revolución presentando en rueda de prensa “el plan que resolverá ese drama” representado por esos millones de niños que configuran el escenario de la explotación infantil.

¿Cuál es ese plan de la revolución? Pues bien, el de cambiarle el nombre a más de 6 mil escuelas para borrar del mapa todo vestigio relacionado con las incursiones de Cristóbal Colón en territorio venezolano. O sea que el culpable de todos esos problemas económicos, sociales, morales, etc., sigue siendo, transcurridos más de seis siglos del descubrimiento de América, la leyenda negra y todo el elenco de imputados como responsables de los males habidos y por haber en nuestras latitudes. Ahora las escuelas modificarán sus epónimos, por ejemplo, en vez de llamarse “Diego de Lozada”, serán descolonizadas bautizándolas con los apelativos de cualquier líder revolucionario.

La verdad es que en la mayoría de esas escuelas no se cursan más de dos días de clases a la semana. La verdad es que casi la totalidad de las instalaciones educativas están desvencijadas y en consecuencia no ofrecen las condiciones elementales para impartir las clases adecuadamente. La verdad es que han desertado más de 220 mil educadores que no resisten la estrechez económica dependiendo de salarios paupérrimos. La verdad es que las familias no tienen recursos para equipar con sus útiles a esos niños, ni tampoco garantizarles la alimentación adecuada. La verdad es que la causa de esas calamidades está en la despampanante corrupción que ha saqueado los dineros públicos, tal como ha quedado evidenciado en el reciente nuevo robo de más de 23 mil millones de dólares correspondientes a la venta de petróleo, atraco del que ha sido señalado como responsable el zar petrolero de la revolución Tareck El Aissami.

Sin embargo, Nicolás Maduro repite la cartilla que le han enseñado sus tutores castristas desde La Habana: “estamos así por el bloqueo imperial”, se queja el dictador Maduro. Pero no, esa no es la verdad. Hoy Venezuela, lamentablemente, ocupa el puesto número 64 en el reciente ranking mundial de competitividad entre 64 países evaluados por el Instituto para el Desarrollo Gerencial. Todo ese desastre se origina en el empeño de aplicar un modelo económico que no se corresponde con las nuevas realidades, todo ese desmadre se desprende de la ausencia total de seguridad jurídica porque en Venezuela desapareció el Estado de derecho, esa es la verdad que se pretende ocultar. De allí que la crisis humanitaria representada por esos más de 8 millones de venezolanos que conforman la diáspora más gigantesca del mundo en la actualidad, que no es que emigran, sino que escapan de la muerte segura en un país en donde se violan flagrantemente los más elementales derechos humanos, tiene su epicentro en el saqueo repugnante de miles de millones de dólares y no en el supuesto bloqueo o complot de los imperios pasados y presentes, según arguye Nicolás Maduro.

Han saqueado más de 300 mil millones de dólares. Un solo ejemplo basta para demostrar semejante desvalijamiento de la riqueza nacional: entre Hugo Chávez y Nicolás Maduro dispusieron de más de 100 mil millones de dólares asignados al Fondo para el Desarrollo Nacional (FONDEN), ese monto se conformó con dinero proveniente del petróleo venezolano vendido y de préstamos de origen chino. Esa colosal fortuna la regalaron a sus amigotes de Cuba, Nicaragua, Bolivia, Ecuador, Argentina y Paraguay, mientras que la mayor parte se la embolsillaron. Veamos esta perlita: en 2010 Chávez dispuso de 9 millones de dólares para enviar casas prefabricadas a países amigos como Guatemala, Bolivia, Cuba y Nicaragua; compró acciones de empresas nacionalizadas por 700 millones de dólares y desembolsó 46 millones para un edificio de uso diplomático en Moscú. También en 2010, el Fondo Nacional comprometió 6.100 millones de dólares en iniciativas con el régimen comunista de Raúl Castro, pero sin especificar cuáles.

Dentro de Venezuela anunciaron decenas de proyectos que se pagaron pero que no se ejecutaron, me limitaré a mencionar sólo algunos, como la represa de Tocoma (9.300 millones de $). El Tren Tinaco-Guatire (4.904 millones de $). El Tercer puente sobre el río Orinoco (2.500 millones de $). El Segundo puente Lago Maracaibo (2.000 mil millones de $). Cinco centros operativos de gas Anaco (3.876 millones de $). Los Astilleros del Alba (1.200 millones de $). Esos montos superan por varias veces las reservas internacionales y alcanzarían para comenzar a saldar la deuda externa. Esa es la gran verdad que no podemos dejar ocultar.

Antonio Ledezma

Por Antonio Ledezma

“Dime con quién andas y te diré quién eres”, es un refrán o dicho, según el cual es posible definir el comportamiento y la naturaleza de un individuo por las juntas que tenga o las personas con las que se relacione. Pues bien, observando al dictador Nicolás Maduro, metido en ese círculo en el que se interrelaciona con Ebrahim Raisi, Presidente de la República islámica de Irán; Serguéi Viktorovich Lavrov; el canciller ruso, y con Ramio Valdés, uno de los hombres más sanguinarios del castrismo, es perfectamente posible entender por qué en Venezuela opera un régimen con un Estado Fallido y forajido al mismo tiempo. 

“Maduro recibe con honores militares en Venezuela a Ebrahim Raisi, Presidente de la República islámica de Irán”. Así, titularon los más importantes medios de comunicación que cubrieron la ceremonia ofrecida al estigmatizado integrante de la macabra “comisión de la muerte” que se especializó en ejecutar a seres humanos por la vía extrajudicial y en otros casos a borrar de la faz de la tierra a otros miles mediante el cruel procedimiento de la desaparición forzosa. La fotografía de Raisi hace juego, colgada en las paredes manchadas de sangre, de aquellas edificaciones de Evin y Gohardasht, ergástulas en las que se sometían a las más bestiales torturas a los disidentes del régimen iraní.  Sin duda, lo que hizo en esos tiempos Raisi, fue perpetrar crímenes de Lesa Humanidad, al igual que su par Maduro en Venezuela. El saldo que lleva en su conciencia ese siniestro funcionario, se desmenuza contando 522 asesinatos, 20 mil personas detenidas por protestar, 307 condenados a muerte en lo que va de 2023, pena de muerte a la homosexualidad y no menos de 1200 niñas envenenadas en escuelas por sumarse a la protesta. Lo mismito que ha hecho su aliado Maduro en Venezuela en las cárceles de #La Tumba, #Helicoide, #Ramo Verde y en los calabozos de la ignominia ubicados en la Dirección de Inteligencia Militar. 

Desde los tiempos de Hugo Chávez vienen esos vínculos que muy bien conocen algunos exfuncionarios, como el exministro de finanzas Rafael Isea, que cumplieron sus encomiendas de trabar relaciones y concretar cooperaciones para asegurar la puesta en marcha de La Alianza Estratégica Bilateral, previamente acordada entre Hugo Chávez y Mahmud Ahmadineyad (año 2006) que contemplaba 29 acuerdos en diversas áreas. Desde esos tiempos han ocurrido eventos muy curiosos, como la detención de Tahmasb Mazaheri, en el aeropuerto de Düsseldorf de Alemania, portando un cheque no declarado de 300 millones de bolívares equivalentes a 70 millones de dólares, que, según el funcionario iraní “era para financiar un proyecto de construcción de viviendas”. 

Los iraníes se plantaron en Venezuela, teniendo como su representante preferido y protegido a Tareck El Aissami Maddah, hijo de padres musulmanes drusos. Expertos en inteligencia presentan pruebas indicando que Tareck El Aissami, ha consolidado vínculos con Hezbollah y otros enclaves terroristas, así como las conexiones de su progenitor, Carlos Zaidan El Aissami, que fue el agente en Venezuela del partido Ba’ath relacionado con los dictadores Sadam Hussein y Bashar Al Assad. Una de las versiones que más han corrido, desde que se anunció la visita del Presidente Iraní, es que en su portafolio tenía como punto privilegiado tratar con su homólogo venezolano la situación de su heraldo predilecto, para quien exigiría absoluta protección. O sea, Tareck El Aissami es intocable. 

Otro asiduo visitante de Venezuela es el ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, encargado por Vladímir Putin de ultimar detalles con el dictador Maduro para ampliar la cooperación bilateral entre ambos países. La verdad es que descaradamente brindan por el éxito de los planes de facilitar lapresencia de Rusia en América Latina y el Caribe. Serguéi se ha paseado por el Palacio de Miraflores como si estuviera en el patio trasero de su cancillería rusa, espacio que controla desde hace más de dos décadas, jugando roles estelares en la guerra de Siria y ahora en la invasión de Ucrania. Antes había sido clave para que Rusia concretara la anexión de Crimea y verbalizar la raya invisible que limitaría la pretensión expansionista de la OTAN. La retórica de Lavrov lo llevó al cinismo de pretender desdibujar la cruenta guerra de Rusia contra Ucrania, denominándola “operación militar especial”, justificándola como una manera de repeler a los “nacionalistas”, más no con intenciones de atacar a los ucranianos. La misma danza de metáforas desfachatadas la escenificó Lavrov al momento de darle vueltas de excusas al ataque con misiles de las fuerzas militares rusas contra un hospital de niños de la Ciudad de Mariúpol. 

En este andamiaje de dependencias indeseables aparece Ramiro Valdez, a quien en Cuba motearon como “el carnicero de Artemisa”. Valdez es el comisionado plenipotenciario de los Castros en el entorno de Maduro. En una misión contraria a los objetivos del líder iraní que acaba de reunirse con el protegido de La Habana, Valdés fue uno de los que se encargó de poner en autos a Maduro de las andanzas de Tareck El Aissami, que tenía un plan que contemplaba sacarlo del poder. Por eso se desarrolló velozmente la razia que mantiene en prisión a los socios de Tareck y a él “lo empijamaron” y lo han reducido a permanecer en una casa de protección ubicada en los predios militares del conocido Fuerte Tiuna, en Caracas. Valdez es uno de los que se dedica a controlar las bases de operaciones de los castristas en Venezuela, desde los envíos de tanqueros petroleros, supervisar la pista asignada a los funcionarios cubanos que entran y salen del aeropuerto internacional de Maiquetía, pasa revista a los registros, notarias, oficinas de identificación en las que se tramitan pasaportes y otros documentos de identidad, chequea como van los pagos en dólares por los servicios que prestan miles de cubanos que son llevados a Venezuela para que cumplan labores como médicos, entrenadores deportivos y tramitar la cancelación de operaciones de importaciones de todo tipo de bienes, que van desde alimentos, bombillas y cualquier otro insumo que se comercializa mediante una triangulación desde La Habana. 

La interferencia de los agentes cubanos en los cuarteles militares es descomedida. Se hacen ver y sentir, atemorizan a cualquier oficial venezolano que de la más mínima señal de estar contrariado con “la revolución del Socialismo del Siglo XXI”. Ahora la agenda la ocupa la misión de consolidar una base de espionaje china que se localizaría a no más de 160 km de territorio estadounidense. Mientras que desde Beijing hacen operaciones de distracción con la amenaza de “invadir a Taiwán”, avanzan en el terreno de la realidad para que imperio chino haga posible la interceptación electrónica de comunicaciones desde Cuba. En este tema juega un papel importante el régimen que lidera Maduro. El propósito del poderío asiático es muy claro: almacenar todo tipo información privilegiada que no se centraría solo en los EEUU, sino que igualmente se dirigiría a captar datos especiales sobre los planes y acciones de gobiernos de todo el que mundo. Está a la vista las intenciones de China de hacer sentir el peso y alcance su influencia geopolítica.

@Alcaldeledezma

Por Edgardo Pinell en El Debate

El escritor peruano y el exalcalde de Caracas, Antonio Ledezma, hablaron en Madrid sobre la ‘Leyenda Negra’ y su papel en la construcción de las dictaduras en Hispanoamérica

El Casino de Madrid fue la sede, este martes, de una mesa redonda titulada ‘El gran desafío de la Hispanidad: de la Leyenda Negra al narco-comunismo’ donde coincidieron el escritor Mario Vargas Llosa y el exalcalde de Caracas Antonio Ledezma. Ambos expusieron la trágica situación de Venezuela en manos del comunismo y el papel que juega la ‘Leyenda Negra’ en justificar las narco dictaduras y en ocultar esa desgracia culpando al pasado.

Vargas Llosa inició diciendo: «Creíamos que con la tragedia de Cuba se terminaban las desgracias en América Latina y fatalmente no ha sido así. Muchos países han imitado Cuba y han destruido sus perspectivas de desarrollo».

Para el escritor peruano, el caso más trágico en América Latina es el de Venezuela: «Chávez se esforzó por el reconocimiento de Cuba, quería que los reconocieran como un líder progresista. Los comunistas no saben gobernar, todos los gobiernos comunistas han fracasado económicamente».

Según Vargas Llosa «Chávez quiso convertir a Venezuela, un país inmensamente rico, en un país comunista y ningún país en América Latina se ha arruinado económicamente como Venezuela (…) pocas veces se ha visto en la historia un país que se autodestruye de la manera que ha ocurrido en Venezuela».

Vargas Llosa lamentó que «el país entero entró en una ruina sistemática que intentó ser ocultada, pero que los países vecinos la notaron por la manera como los venezolanos partían al extranjero».

El laureado escritor también sentenció que «algunos ingenuamente creen que después de las elecciones de Barinas podría haber elecciones libres en Venezuela. Pero Maduro no va a entregar jamás el poder y nunca va a celebrar elecciones libres en las que saldría perfectamente derrotado y expulsado».

Vargas Llosa abogó por la unidad de la oposición venezolana y les pidió «que hagan un esfuerzo para deponer los resentimientos en nombre de la solidaridad» porque «es absolutamente indispensable para enfrentar al régimen».

También criticó la indiferencia con que algunos países de la región ven la crisis de Venezuela y lamentó que «poco a poco Venezuela viene perdiendo amigos en el mundo y algunos países se mantienen a cierta distancia, como si se pudiera guardar independencia y reticencia frente a la fiebre bubónica que representa Maduro».

«Venezuela funciona como una corporación criminal»

El exalcalde de Caracas, Antonio Ledezma, quien sufrió la represión del régimen inició su intervención afirmando que Vargas Llosa iba a lograr que Pablo Iglesias, Monedero o Maduro le respondieran que lo que sucede a Venezuela es culpa de la ‘Leyenda Negra’.

Ledezma coincidió con Vargas Llosa sobre la nefasta influencia de Cuba en Hispanoamérica y recordó que la doctrina del narcotráfico fue inventada por Fidel Castro, cuando afirmó que para derrumbar al capitalismo había que inundar las calles y plazas de Estados Unidos de droga.

Para el opositor venezolano, esa doctrina explica «la presencia del ELN en Venezuela» y denunció que «en nuestro territorito tienen su guarida los cabecillas de las FARC» recordando que más del 25 % de la cocaína que recorre el mundo sale de Venezuela y que incluso al Estado de Zulia le llaman la «pequeña Sinaloa» porque hay más de 50 pistas de aterrizajes para facilitar el tráfico de droga.

Ledezma al respecto agregó que «más de la mitad de la cocaína que ingresa a Europa procede de Venezuela» y que «la vieja alianza que habían hecho los Castro y los Ortega de Nicaragua con Pablo Escobar ahora es la alianza con las FARC».

«En Venezuela no hay gobierno, funciona como una corporación criminal que se apoya en factores extra regionales como Rusia, China, Irán y Turquía que sostienen ese régimen» afirmó Ledezma y agregó «la Leyenda Negra es un escudo de esos factores que convierten los gobiernos de México, Bolivia o Perú en paradictaduras o como Venezuela que es un narco régimen».

«Nosotros no estamos divididos, estamos infiltrados», matizó Ledezma a Vargas Llosa para explicar el complejo escenario de la oposición venezolana. «A Guaidó lo respaldamos todos y se definió una ruta: el cese de la usurpación», recuerda. «Pero la unidad en una agenda compartida, para lograr primero la libertad»

El opositor venezolano fue optimista y señaló: «Creo que es posible derrocar esta narco dictadura» pero «solos no podemos» recordando a la comunidad internacional que «hacer una redada en Venezuela no es una invasión, es capturar a narcotraficantes».

Ledezma concluyó diciendo que es importante la solidaridad internacional, pero que lo que piden «no es clemencia sino comprensión» para dirimir esta crisis local con efectos internacionales, pues «este no es solo un problema del hemisferio, este es un problema planetario».

Los representantes de 25 países que forman parte de la Organización de Estados Americanos (OEA), fijaron posición el pasado viernes respecto a las elecciones del domingo 7 de noviembre montadas en Nicaragua, en las que, como era de esperarse, el dictador Daniel Ortega, se declaró vencedor en medio de consignas que gritaban para presentar ese fraude como, “otra gran victoria de su revolución”. En la OEA, al contrario, el coro de diplomáticos mas bien concluía en decirle al mundo que esas elecciones «no fueron libres, justas ni transparentes y no tienen legitimidad democrática».

La noticia está circulando por todas partes, era necesario que saliera de ese escenario, tal como ocurrió, gracias a 25 votos a favor, mientras que un país instruía a su vocero votar en contra, otros 7 de abstuvieron y se verificó una ausencia. Así fue el desempeño de cada uno de los embajadores que interactuaron en la 51 Asamblea General de ese ente interamericano, en cuya sesión, después de un prolongado debate, se aprobó esa resolución que fue auspiciada por las delegaciones de Canadá, Antigua y Barbuda, Chile, Costa Rica, Ecuador, Estados Unidos, República Dominicana y Uruguay, sobre «La situación en Nicaragua». “La resolución deplora el caso omiso que el Gobierno del país centroamericano ha hecho a las iniciativas diplomáticas y técnicas emprendidas desde junio de 2018 por la OEA para promover la «democracia representativa y la protección de los derechos humanos» en Nicaragua.

Debemos estar muy claros que en Nicaragua, ni en Cuba y mucho menos en Venezuela, se podrá hablar de “elecciones libres y verificables”, mientras las instituciones públicas estén maniatadas por los dictadores que ocupan todos los espacios del Estado. Es evidente que en esos países se hace lo que se le antoje a los dictadores de turno. Para esos tiranos no cuentan los principios de La carta Interamericana. Para Maduro esos párrafos son letra muerte, lo mismo ocurre con Ortega y desde luego es similar la conducta de su socio Diaz-Canel, que ahora ocupa el puesto cedido por Fidel y Raúl Castro en La Habana.

Todos los que hemos venido denunciado esos fraudes, además de las continuas violaciones a los derechos humanos, esperamos acciones mas contundentes por parte de la comunidad internacional, a la que no se le puede escapar la dimensión de la amenaza que representan estas mafias para la estabilidad de nuestro hemisferio. Porque no se trata solo de hacer fraudes para preservar los poderes que usurpan para el simple goce sensual de esos privilegios. Es que utilizan esas instancias de poder para amparar a las transnacionales del narcotráfico y del terrorismo internacional, además de las corruptelas que acometen para que mas dinero sucio ingrese a esas cuentas financieras que manejan desde la economía oscura o negra que ponen al servicio de sus planes expansionistas en todo el mundo.

@Alcaldeledezma

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