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“Muy pronto veremos a los humanoides caminando por la calle”, el vaticinio de Sam Altman, CEO de OpenAI

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En el pico de la revolución industrial, las máquinas desplazaron a los artesanos. Dos siglos después, una nueva ola tecnológica amenaza con rehacer el mercado laboral global: la inteligencia artificial. Esta vez, el cambio no viene desde las fábricas, sino desde algoritmos que aprenden, automatizan y, en muchos casos, superan a los humanos.

Por: Nazareno Rosen – Infobae

En un informe especial de Bloomberg Originals donde la periodista Emily Chang visitó la megafábrica Stargate de OpenAI, el CEO de la empresa, Sam Altman, no esquivó el tema. Reconoció que la IA “definitivamente va a cambiar muchos trabajos” y que “va a eliminar algunos totalmente”, incluso mientras genera nuevos roles.

Su visión no es apocalíptica, pero tampoco edulcorada. Altman parece decidido a enfrentar la realidad de un cambio estructural profundo, que traerá oportunidades, pero también conflictos.

La advertencia de Sam Altman no es menor. Según el CEO de OpenAI, la inteligencia artificial ya está reconfigurando el panorama laboral y lo hará aún más profundamente en los próximos años. “Va a eliminar algunos trabajos totalmente”, dijo con naturalidad, subrayando que no se trata de una hipótesis futurista sino de una realidad que se aproxima. Las tareas más rutinarias, repetitivas o basadas en reglas claras son las primeras en ser absorbidas por los sistemas de IA.

Sin embargo, también resalta el efecto compensador que históricamente ha acompañado a las revoluciones tecnológicas: la creación de nuevas funciones que antes no existían. “Esto es lo que siempre ha pasado con la tecnología”, afirmó. Así como la automatización industrial creó operadores de maquinaria o ingenieros de procesos, la IA está abriendo espacio para ingenieros de aprendizaje automático, supervisores de modelos, diseñadores de interacción humano-máquina y otros perfiles inéditos hace una década.

El problema, según Altman, no es tanto el cambio como la velocidad del cambio. La historia ha demostrado que las economías tienden a adaptarse, pero lo hacen lentamente. La IA, en cambio, avanza a ritmo de software: rápido, global y con bajo costo marginal. Ese desfase puede dejar fuera del sistema a millones de trabajadores que no logren reconvertirse a tiempo. Por eso, la transición requiere no solo innovación, sino políticas activas de empleo, educación y protección social.

El miedo que ni los expertos pueden ignorar

La llegada de la inteligencia artificial no solo genera debates técnicos o económicos. También despierta una creciente ansiedad social, incluso entre quienes lideran su desarrollo. “La gente tiene miedo”, admitió Sam Altman, con una claridad poco habitual entre los CEOs tecnológicos. Y ese temor no se limita a los trabajadores que ven amenazados sus empleos. Según Altman, incluso los mejores ingenieros y tecnólogos comparten esa inquietud.

La causa no es solo la pérdida de trabajos. Lo que está en juego, en muchos casos, es la sensación de control. La IA opera de formas que resultan opacas para la mayoría, con decisiones automatizadas y modelos entrenados sobre datos que pocos comprenden. A eso se suma el ritmo acelerado del cambio: los avances de los últimos 24 meses han sido más rápidos y profundos que en toda la década anterior.

Para Altman, ese vértigo requiere una comunicación más honesta. “Siempre intentamos ser superhonestos sobre lo que pensamos que será el impacto”, señaló. Esa franqueza, dice, es clave para no aumentar la brecha entre lo que la tecnología promete y lo que realmente produce. Aceptar el miedo, dialogar con él, podría ser el primer paso hacia una transición menos traumática.

Cuando los robots caminen entre nosotros

Hasta ahora, para muchos, la inteligencia artificial sigue siendo una tecnología invisible: asistentes virtuales, algoritmos de recomendación, automatización de tareas en plataformas digitales. Pero eso está a punto de cambiar, según el Ceo de OpenAI. En su visión, el momento más disruptivo aún no ha llegado: será cuando los robots humanoides deambulen por calles, oficinas y hogares realizando tareas que hoy son humanas. “No creo que el mundo haya tenido todavía su momento de robots humanoides”, afirmó.

“El primer día que vayas caminando por la calle y haya como siete robots que pasan a tu lado y haceiendo las cosas se va a sentir muy sci fi, pero será pronto», admitió.

Empresas como FigureTesla o Sanctuary AI ya desarrollan prototipos funcionales de robots con forma humana capaces de caminar, manipular objetos y ejecutar tareas complejas. Para Altman, será un punto de quiebre psicológico: una experiencia visceral que marcará la diferencia entre la teoría y la realidad.

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