La revista Glamour ha vuelto a situarse en el centro de la polémica tras nombrar a nueve hombres que se identifican como mujeres entre sus premiadas como «Mujeres del Año». La decisión, presentada como un homenaje a las «figuras más extraordinarias del mundo», ha sido duramente criticada por la escritora británica JK Rowling, símbolo frente a la ideología trans.
Rowling publicó en X un mensaje en el que denunció que «las revistas para mujeres han pasado de decir a las chicas que deben ser más delgadas y guapas, a decirles que los hombres son mejores mujeres que ellas«. Su comentario se viralizó de inmediato, recibiendo el respaldo de miles de usuarias que acusan a Glamour de borrar la identidad femenina real y convertir la categoría en una caricatura ideológica.
Entre los premiados destaca Munroe Bergdorf, activista y modelo británico conocido por sus declaraciones extremistas. Bergdorf llegó a afirmar que «todos los blancos son racistas» y que las sufragistas eran «supremacistas blancas«, lo que le costó ser despedido por L’Oréal en 2017. Pese a ello, fue posteriormente nombrado «embajador» de ONU Mujeres Reino Unido, y hoy es colaborador de British Vogue.
Durante la gala, los nueve premiados aparecieron en la portada de Glamour vistiendo camisetas con el lema «Protect the Dolls», un término usado en el entorno trans para referirse a hombres que se identifican como mujeres. La campaña fue presentada por Dani St. James, quien llamó al público a «pagar, contratar y promover a las dolls«, sin mencionar en ningún momento a las mujeres biológicas ni a sus reivindicaciones.
La propia Bergdorf dedicó su discurso a denunciar el supuesto avance del «fascismo» en el mundo y a llamar a los presentes «camaradas«, centrando todo su mensaje en la causa trans. Ninguno de los galardonados hizo referencia a los derechos de las mujeres reales.
Incluso algunas figuras afines al progresismo, como Katy Jon Went, consultora en diversidad e inclusión, calificaron la nominación como un gesto de «aliado que saldrá mal», al considerar que Glamour buscaba deliberadamente provocar polémica para atraer atención mediática.
La polémica se suma a una tendencia creciente en el mundo anglosajón: premios, espacios y reconocimientos destinados a mujeres que ahora son ocupados por hombres que se autodefinen como tales, mientras el feminismo clásico y voces como la de Rowling denuncian la borradura cultural de la mujer bajo el pretexto de la inclusión.
