Como bien advirtió Alberto Benegas Lynch (h), llamar «inteligencia artificial» a algo que no sea el producto de «las decisiones autónomas» de las personas, que provengan del libre albedrío que ejercemos los seres humanos es un error. Para el referente liberal, esas características inherentes a las personas es lo que nos diferencia de ser simplemente «kilos de protoplasma determinados por nexos causales inherentes a la materia». Pero, a pesar de estas oportunas advertencias, un producto como el nuevo ChatGPT de OpenAI es denominado como una nueva herramienta de inteligencia artificial.
Por: Marcelo Duclos – Panampost
Sin embargo, no hace falta más que apelar a unas simples preguntas para corroborar que la supuesta inteligencia no es más que un nuevo buscador de internet rápido y sofisticado. Nada para despreciar o subestimar, claro, pero no es «inteligente».
¿El socialismo funciona?
Aunque la mayoría del público no tenga a mano razonamientos de la calidad de Ludwig von Mises, que desarticuló los argumentos científicos de la planificación centralizada ni bien comenzaba la revolución rusa, no hace falta más que mirar la historia desde 1917 para llegar a la conclusión que el socialismo no funciona. Sin embargo, internet está repleta de contenidos relacionados con infinidad de temas, incluido este. A favor y en contra. Cualquier persona que recurra a la red en búsqueda de información debe saber que necesita contrastar las fuentes y saber quienes son los que están brindando determinada información. Ante la pregunta si la dictadura del proletariado sin propiedad privada puede llegar a funcionar, el ChatGPT, que mezcla las fuentes que los humanos brindaron previamente, no hace más que divagar, mezclar las opiniones y brindar un balance inexacto.
«La eficacia del socialismo como sistema político y económico ha sido objeto de un intenso debate a lo largo del tiempo. En términos generales, el socialismo se basa en la idea de que los recursos y la propiedad deben ser controlados por el estado o la sociedad en su conjunto, y que la riqueza y los beneficios deben ser distribuidos equitativamente«, dice guitarreando como alumno en examen oral, cuando habla sobre lo que no le preguntaron para llenar el espacio.
«A lo largo de la historia, se han implementado diferentes formas de socialismo en diferentes países, con resultados variables. Algunos críticos argumentan que el socialismo puede llevar a la falta de incentivos y a la falta de innovación económica, y puede generar una burocracia ineficiente y corrupta», también comenta, repasando las lógicas críticas del sistema.
Pero también, mientras evita una respuesta concreta, el chat denominado «inteligente» ofrece los argumentos a favor: «Por otro lado, los defensores del socialismo argumentan que puede ser una forma justa y equitativa de organizar la sociedad y puede ofrecer una mejor distribución de la riqueza y los recursos, así como una mayor igualdad de oportunidades para todos los miembros de la sociedad».
Finalmente, como síntesis entre los críticos y los defensores del sistema, la falsa inteligencia artificial deja una conclusión donde advierte que el socialismo sí podría llegar a funcionar: «En última instancia, la efectividad del socialismo como sistema político y económico depende de una serie de factores, incluyendo cómo se implementa y se administra, así como el contexto social, político y económico en el que se aplica«.
Entonces, ¿dónde funcionó?
Ante la pregunta inevitable sobre los ejemplos concretos de socialismo exitoso, el ChatGPT no hace más que recorrer las experiencias comunistas del siglo XX. Al enumerar cada una, repasa los fracasos del sistema, pero también ofrece los falsos argumentos que brindan los humanos «poco inteligentes» que llenaron la red de falacias. «Cuba se convirtió en un estado socialista después de la revolución de 1959 y adoptó políticas económicas y sociales basadas en la planificación centralizada y la propiedad estatal. Aunque ha habido algunos logros en términos de educación y atención médica, el sistema cubano también ha sufrido de problemas económicos y políticos, incluyendo la falta de libertades civiles y políticas». Claro que los logros en materia de salud y educación no habitan más que en la cabeza trasnochada de los fanáticos de un sistema fallido y ahora también en un chat que no tiene la suficiente inteligencia como para distinguir verdades y mentiras.
Cerrando la reflexión, el ChatGPT vuelve con el balance burdo y mentiroso, que termina por no responder la pregunta de manera adecuada. «Cada uno de estos países (los que implementaron la planificación central) ha experimentado diferentes grados de éxito y fracaso en la implementación del socialismo«.
