Morfema Press

Es lo que es

DBuford

Desde 1945, Rusia es responsable de la mayor amenaza a la paz y el progreso mundial, y nos quieren hacer creer, con el soporte de una amplia masa de palmeros, que todo es culpa nuestra, pero no es así.

Después de la conversación de ayer entre Biden y Putin, se terminaron las opciones diplomáticas; todos sabemos que no habrá acuerdo y quedará a la decisión personal del líder ruso invadir un país con las decenas de miles de muertos, los centenares de miles de refugiados que conllevará, simplemente para defender una mentira, que Occidente pretende acabar con Rusia.

La historia contradice a Putin cada que vez que habla con ese tono de agente de la Gestapo, haciendo a todo el mundo culpable de lo que acontece contra su país para justificar su represión y ofensiva para salvar a Rusia, no muy diferente de Hitler haciendo culpable a los judíos de los males de Alemania o Stalin acusando a los tártaros de zaristas y anticomunistas, cuando apenas sabían leer.

Desde el final de la Segunda Guerra Mundial, la URSS y luego Rusia, sólo han tenido un objetivo estratégico, el dominio de Europa y la superioridad estratégica sobre Estados Unidos. Por estas «nobles razones» condenaron a su pueblo a las mismas penurias que el zarismo, crearon un imperio militar a costa del hambre y la explotación de su pueblo; y construyeron sus Gulags, como Hitler sus campos de concentración, para exterminar a la oposición, en la que cabía media Rusia.

Cuando la URSS ordenó el bloqueo de Berlín en 1948, no le importaba que murieran millones de berlineses, incluyendo niños por conseguir este trofeo. En 1956 invadieron Hungría cuando las ansias de libertad de un pueblo se levantaron de forma tímida; lo mismo hicieron en Checoslovaquia en 1968.

La doctrina Brevnev era muy clara: la URSS se reserva el derecho de intervenir en todos aquellos lugares donde las fuerzas liberales se opongan al comunismo. Por esta razón invadieron Afganistán en 1979, instalaron misiles nucleares de forma subrepticia en Cuba con un solo objetivo, humillar a los Estados Unidos.

Durante décadas apoyaron a grupos terroristas europeos, organizaron las guerrillas en América Latina y África y pretendieron sumir al sur de Europa en una guerra civil después de la Segunda Guerra Mundial. Promovieron un golpe de estado en Polonia cuando el sindicato Solidaridad clamaba por derechos, y atacaron Vilnius con decenas de muertos.

Cuando reclaman la extensión de la OTAN a sus fronteras, olvidan que ellos instalaron misiles nucleares. en Alemania y Checoslovaquia; como dice el refrán «piensa el ladrón que todos son de su condición».

La Rusia de Putin continuó con esta actitud agresiva interviniendo en Chechenia, Azerbaiyán, Georgia, Ucrania a la que usurpó una parte de su territorio soberano y finalmente en Kazajstán, reprimiendo a la oposición a sangre y fuego. Apoya a regímenes totalitarios en América Latina y es responsable del ataque a los derechos y libertades en muchos países promoviendo movimientos populistas que pretenden acabar con la democracia.

Mientras tanto, desarrolla armas ofensivas destinadas a una solución final, mantiene estructuras para crear miles de ataques cibernéticos contra Occidente con pérdidas billonarias y se monta un ejército paralelo que interviene en África manteniendo a sátrapas y dictadores y condenando a sus pueblos al hambre y a la desesperación e incautándose de sus riquezas.

La siguiente oleada de este ataque será empujar a millones de subsaharianos a las fronteras de Europa huyendo de sus atrocidades, para desestabilizarnos.

Enfrente tenemos a un líder que no tiene restricciones morales y esto nos lo debemos grabar en nuestra frente cada vez que iniciemos una acción diplomática.

Rusia actúa como esos torturadores que poco a poco van tensando la cuerda. La sola presencia de cientos de miles de tropas en constantes maniobras es una acción claramente ofensiva que pretende desmoralizar a Occidente, generar divisiones entre los miembros de la OTAN y promover reacciones en los países fronterizos que justifiquen su invasión.

Desde 1945, Rusia es responsable de la mayor amenaza a la paz y el progreso mundial, y nos quieren hacer creer, con el soporte de una amplia masa de palmeros, que todo es culpa nuestra, pero no es así.

Los Occidentales debemos entender que Putin quiere ser nuestro enemigo y que tenemos que defendernos, y como se suele decir «al enemigo ni agua». Necesitamos y queremos una Rusia que vuelva a la esfera internacional, que defienda los derechos humanos, que promueva la cooperación y el progreso.

Sin embargo tenemos una Rusia autoritaria que dedica más del 10% de su PIB a una política militar agresiva, que asesina a opositores y que coarta los derechos civiles; no podemos darle al líder de un país así ni el beneficio de la duda.

Putin decidirá qué mundo quiere para los próximos diez años y si quiere embarcarnos a todos en una guerra en Ucrania y después en Moldavia y después en Polonia.

Los antecedentes y el esfuerzo bélico de Rusia nos enseñan que no se detendrá en Ucrania, sino en las llanuras de Illinois, y no ya al servicio de una ideología, ni para promover la lucha de los oprimidos, ni para instalar esculturas de Lenin, como las que todavía se adornan con flores en Moscú, en todas las capitales de Europa, es solamente por la locura de un líder que lleva a su pueblo a la miseria para poder afirmar que domina el mundo; otro loco megalómano al que le hemos dado capacidad para dirigir un ejército enorme e imponer su ley, mientras nos perdemos en juegos de café y conversaciones que solo pretenden generar mas confusión y división ente nosotros.

Putin ya sabe donde está Occidente, ahora si quiere, que ataque y ya nos las veremos o que se retire y empiece a pensar en lo que el pueblo ruso realmente necesita.


Este artpiculo fue publicado originalmente en Libertad Digital el 13 de febrero de 2022

Por Mathew Smith en OilPrice. Traducción libre del inglés por morfema.press

La incertidumbre en torno a la exactitud de los datos de producción de PDVSA dificulta saber si la producción de la empresa alcanzó los volúmenes reclamados por Caracas

Un salto sorpresa en la producción de crudo de Venezuela a fines de 2021 tomó por sorpresa a los analistas de la industria. Según datos proporcionados por Caracas a la OPEP, el país azotado por la crisis bombeó un promedio de 871.000 barriles por día durante diciembre de 2021.

Esa cifra, aunque considerablemente inferior al millón de barriles por día anunciado por la petrolera nacional PDVSA como su objetivo para fines de 2021. , todavía representa un crecimiento notable de la producción de petróleo crudo de Venezuela en comparación con 2020.

La producción de petróleo de diciembre de 2021 fue un 3% mayor que el mes anterior y casi el doble de los 441,000 barriles por día bombeados para diciembre de 2020.

Si bien el aumento en la producción de petróleo de PDVSA durante el final meses de 2021 es impresionante Venezuela todavía solo bombea un promedio de 636.000 barriles por día, que según datos publicados por la OPEP es solo un 12% superior a 2020. 

También es importante señalar que, a pesar de los impresionantes aumentos de producción de noviembre y diciembre de 2021, la producción de petróleo de Venezuela está muy por debajo del récord de 1998 de 3,5 millones de barriles diarios. Hay indicios de que PDVSA está luchando para aumentar aún más la producción de petróleo, a pesar de la abundante asistencia de Irán, y los expertos de la industria especulan que la compañía petrolera nacional de Venezuela ha alcanzado su capacidad actual máxima

La diferencia entre las cifras de la Opep

Un indicador clave de que la producción de petróleo de Venezuela está a su máxima capacidad y puede ser significativamente más baja de lo que informa PDVSA es la tremenda disparidad entre los volúmenes de producción de la comunicación directa y los obtenidos por la OPEP de fuentes secundarias. 

Los datos del cártel de fuentes secundarias indican que Venezuela solo bombeó 681.000 barriles por día durante diciembre de 2021, que son 190.000 barriles o un 22% menos que las cifras proporcionadas por PDVSA. Este es un tema común cuando se revisan los datos de producción de los miembros publicados por la OPEP como parte del Informe mensual del mercado petrolero de la organización. 

El siguiente gráfico muestra una amplia divergencia entre los volúmenes de producción proporcionados por PDVSA y los informados a la OPEP por fuentes secundarias.

Fuente Oil Price

Cuando se examinan las cifras de producción de otros miembros de la OPEP, generalmente solo hay una ligera variación entre los volúmenes informados a través de la comunicación directa en comparación con las fuentes secundarias. Eso indica que Caracas está potencialmente exagerando los volúmenes de producción de crudo de PDVSA.

La opacidad se hace presente

Desde 2016, cuando PDVSA dejó de publicar públicamente datos de producción y otros, ha habido muchas conjeturas sobre la veracidad de los datos proporcionados por Caracas sobre las operaciones de la petrolera nacional. Esto incluyó dejar de informar sobre derrames de petróleo e interrupciones operativas, lo que hace que muchos se pregunten si PDVSA está distorsionando los datos que proporciona para que parezca que opera de acuerdo con los ambiciosos objetivos establecidos por el régimen de Maduro.

En enero de 2020 Maduro proclamó que la producción de Venezuela alcanzaría los dos millones de barriles diarios de crudo ese año. Esto no ocurrió con el país azotado por la crisis que solo bombeó un promedio de barriles por día durante 2020 debido al impacto de la pandemia de COVID-19 y las estrictas sanciones de EE .UU., junto con la decadente infraestructura de la industria en las operaciones.

A principios de 2021, Maduro anunció otro objetivo ambicioso prometiendo triplicar la producción de crudo de Venezuela a 1,5 millones de barriles por día, una vez más la producción de PDVSA se quedó corta.

A fines de 2021, la compañía petrolera nacional de Venezuela había revisado ese número a un millón de barriles por día e informó que produjo un promedio de 871,000 barriles por día durante diciembre de 2021.

Maduro anunció recientemente que durante diciembre de 2021 la producción de petróleo de PDVSA alcanzó un millón barriles diarios. En la misma declaración, el líder autoritario de Venezuela luego fijó una meta de dos millones de barriles por día para 2022.

Los expertos dudan

Existe una conjetura considerable entre los analistas y expertos de la industria sobre si esto es factible.

Una combinación de sanciones estrictas de EE. UU. que bloquean la venta de petróleo crudo venezolano y la inversión extranjera, la infraestructura en ruinas y la falta de condensado para mezclar con el petróleo extrapesado producido hace que lograr ese objetivo sea muy poco probable.

Los expertos de la industria creen que para fines de 2021, PDVSA estaba operando a plena capacidad y no podría impulsar la producción sin una inversión considerable en mantenimiento y renovación cruciales de la infraestructura industrial deteriorada.

En un artículo de Reuters de diciembre de 2021 , el experto en Venezuela Francisco Monaldi, director del programa de energía para América Latina del Instituto Baker de la Universidad Rice de Houston, declaró:

“Estamos alcanzando esa capacidad ahora. Para ver un aumento de la producción durante 2022, se necesita invertir en nuevos pozos y mejorar la infraestructura”

Francisco Monaldi

Dos décadas de mala gestión , irregularidades y falta de inversión crónica en mantenimiento, así como en la renovación de la infraestructura de la industria, hacen que sea difícil ver cómo PDVSA puede aumentar aún más la producción, incluso con un suministro constante de condensado de Irán.

Este es particularmente el caso cuando se requiere un capital extranjero sustancial para que la producción regrese a más de un millón de barriles por día durante un período sostenido.

Datos cuestionables

La incertidumbre que rodea la exactitud de los datos de producción de PDVSA hace que sea extremadamente difícil saber si la producción de la petrolera nacional alcanzó los volúmenes reclamados por Caracas. Los datos secundarios de la OPEP indican que para diciembre de 2021 Venezuela, en promedio, solo bombeó 681.000 barriles de crudo por día.

Si bien eso es 20 000 barriles más que el mes anterior y 249 000 barriles más que en noviembre de 2020, es un 7 % menos que los 735 000 barriles por día producidos en diciembre de 2019.

Esa cifra es significativamente menor que el objetivo del Ministro de Petróleo, Tareck el Aissami, de 1,5 millones de barriles por día. día para fines de 2021 y menos que el objetivo revisado de producción de PDVSA para 2021 de un millón de barriles diarios.

En un artículo de noviembre de 2021 Argus Media afirmó que los datos de producción de Venezuela son cuestionables y luego afirmó:

“Si bien algunas estimaciones fijan un flujo de hasta 750 000 b/d, es probable que incluyan líquidos gaseosos y tiendan a pasar por alto un contenido considerable de agua y sedimentos. Incluso donde los datos se consideran más confiables, la tendencia de los gerentes locales a embellecer el desempeño para cumplir con los objetivos poco realistas impuestos por la sede de Caracas y la erosión de la experiencia en medición y el equipo de medición funcional siguen siendo factores distorsionadores”.

Argus Media

Por estas razones, especialmente la disparidad a largo plazo entre los volúmenes de producción de crudo informados por PDVSA y las fuentes secundarias de la OPEP, es difícil confiar en la precisión de los volúmenes de producción de crudo anunciados por el régimen de Maduro.

Hasta que se alivien las sanciones estadounidenses y las grandes energéticas occidentales puedan operar de manera rentable en Venezuela , Caracas tendrá dificultades para atraer la considerable inversión necesaria para reactivar PDVSA y la industria petrolera de Venezuela.

Eso significa que es poco probable que se produzca una mayor expansión significativa en la producción de petróleo crudo, y que el objetivo de Maduro de dos millones de barriles por día para 2022 es inalcanzable.

Por Benjamin Pimentel en Protocol. Traducción libre del inglés por morfema.press

Intel anunció el viernes que planea desarrollar nuevos semiconductores «eficientes en energía» orientados a la criptominería, ya que el gigante de los chips busca un papel más importante en ese mercado de rápido crecimiento.

La compañía planea enviar un nuevo «acelerador de cadena de bloques» a finales de este año, dijo Raja Koduri, gerente general del grupo de gráficos y sistemas informáticos acelerados de Intel, en una publicación de blog.

Intel dijo que ya ha firmado clientes importantes, incluido Block, la firma fintech anteriormente conocida como Square, que se ha volcado bruscamente hacia las criptomonedas.

El enfoque de Intel en la eficiencia energética subrayó las crecientes preocupaciones sobre el impacto ambiental de la criptominería.

“Somos conscientes de que algunas cadenas de bloques requieren una enorme cantidad de potencia informática, lo que desafortunadamente se traduce en una inmensa cantidad de energía”, dijo Koduri. “Nuestros clientes piden soluciones escalables y sostenibles, por lo que estamos centrando nuestros esfuerzos en aprovechar todo el potencial de blockchain mediante el desarrollo de las tecnologías informáticas más eficientes energéticamente a escala”.

El presidente de Colombia, Iván Duque, anunció este lunes que la economía de su país avanzó por encima del 10,2 % en 2021, lo que supuso “el mayor crecimiento económico” en la historia republicana del país

Quiero expresar esto desde Bruselas para el pueblo colombiano, que en el año 2021 la economía colombiana creció por encima del 10,2 %, y esto quiere decir que hemos alcanzado el mayor crecimiento económico en nuestra historia republicana“, señaló Duque a la prensa junto a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, en la sede de esa institución.

Duque informó de que esta mañana estuvo en contacto con el Ministerio de Finanzas en Colombia y que han “evaluado los números de crecimiento en el mes de diciembre de 2021”, con el resultado de que la economía colombiana progresó más de lo esperado.

El pasado 19 de enero, en una intervención en el Foro económico de Davos, el presidente colombiano estimaba que Producto Interior Bruto de su país podría crecer al 9,7 % en 2021, tras dos años de pandemia.

«Nuestra resilencia»

“Hoy compartimos con el pueblo de Colombia una de la noticias más importantes que hemos recibido en un tiempo”, consideró Duque, para quien la cifra dada a conocer hoy “muestra resiliencia”.

Además, puso énfasis en que la recuperación se está produciendo “de la mano con una sostenibilidad muy fuerte y una agenda de acción climática”, y celebró transmitir la noticia junto a la presidenta de la Comisión Europea, que recordó que ha dado “apoyo a esta política de recuperación”.

El pasado diciembre, el Gobierno colombiano ya había mejorado las perspectivas de crecimiento anuales, que previamente había pronosticado en el 8,5 %.

La mejora prevista entonces del 9,7 %, que hoy ha sido superada, la basaba principalmente en el comportamiento positivo de las ventas minoristas y de la producción industrial manufacturera en octubre de 2021, ya que crecieron un 14,2 % y un 10,1 % frente al mismo mes del 2020, respectivamente.

En ese momento, el dato más reciente de la economía colombiana apuntaba a un avance en el tercer trimestre de 2021 del 5,7 % frente al trimestre anterior, y del 13,2 % respecto a julio-septiembre de 2020, lo que la situaba, solo por detrás de Chile, como la economía de la región con mayor crecimiento.


Vía agencia EFE

Por Rafael Daniel en elEconomista.es

Abascal reclama la vicepresidencia autonómica para García Gallardo

El PP ha ganado este domingo las elecciones en Castilla y León pero tendrá que contar con un imparable Vox para gobernar.

El PSOE de Pedro Sánchez se da un batacazo al dejar de ser la primera fuerza política en la región y perder siete escaños. Ciudadanos solo logra un representante y Soria Ya, la otra gran triunfadora, entra en el Parlamento con tres procuradores.

Unos resultados que para los populares son un triunfo si se tiene en cuenta que ganan dos procuradores respecto a 2019 y podrá mantener, tras 35 años, uno de sus principales feudos. Pero una ‘amarga victoria’ si se tiene en cuenta que las expectativas del presidente castellano y leonés era lograr una victoria suficiente como para gobernar en solitario.

A nivel nacional, los resultados en Castilla y León tienen una doble lectura. La formación de Pablo Casado no logra avanzar de forma contundente pero reflejan una clara derrota para el Partido Socialista de Pedro Sánchez, que se hunde.

Vox será la llave de gobierno para Fernández Mañueco, que acabó con la coalición que mantenía con Ciudadanos. Santiago Abascal ya anunció tras conocerse los resultados que entrará en el gobierno regional a cambio de investir a Mañueco presidente de la Junta. «Qué cara de vicepresidente se le está poniendo a Juan García Gallardo», ha señalado el líder nacional de Vox.

El fracaso de Pedro Sánchez y de su coalición de gobierno no solo se refleja en la pérdida de 7 escaños sino que ha convertido en hegemónico al centro derecha que representan PP y VOX.

Crisis en el PSOE

Los malos resultados del PSOE abrirán también una importante crisis entre los socialistas castellano y leoneses. Luis Tudanca no solo no ha sido capaz de mantener la  clara ventaja que tenía sobre el PP sino que retrocede de forma estrepitosa y se aleja definitivamente como opción futura para acabar con la hegemonía de los populares.

El candidato socialista ha dejado entrever una posible marcha del liderazgo del partido. «Otro vendrá que hará el cambio», señaló emocionado en la comparecencia de valoración de resultados.

Una campaña en descenso para el PP

El candidato del PP, Alfonso Fernández Mañueco, no ha sido capaz de superar la ‘pájara’ que sufrió a mitad de la campaña cuando los sondeos del CIS empezaron a hablar de la posibilidad de una mayoría insuficiente para formar alianza con VOX y dejaban la puerta abierta a un gobierno de coalición de la izquierda con los partidos localistas.

Fue entonces cuando comenzó a dar más protagonismo en la campaña a la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, pese a las directrices de Génova, que habían planteado las elecciones como una especie de primera vuelta entre Pablo Casado y Pedro Sánchez, por lo que el presidente nacional del PP ha tenido una importante presencia en la Comunidad.

A ello contribuyó también que tanto PSOE como Ciudadanos han centrado buena parte de su campaña en acusar a Mañueco de un adelanto electoral que no estaba justificado más que en el interés de Pablo Casado para infligir una doble derrota: por un lado a Pedro Sánchez y, por otro, a Isabel Díaz Ayuso.

Elecciones en solitario

Otro de los factores que jugaban en contra de Mañueco era que por primera vez las elecciones no coincidían con las municipales, lo que reduciría el tirón de participación que tienen los alcaldes, mayoritariamente del PP, tienen en el electorado de los pueblos.

A favor de esa desmovilización también contribuían los pronósticos de lluvias y el temor que todavía genera la pandemia del Covid entre la población de más edad en el territorio.

Menos participación

La participación ha sido una de las claves de estos resultados. La afluencia de las urnas ha sido del 63,5%, dos puntos menos que el 65,79% registrado en 2019. Las zonas rurales han sido más remisas a votar, mientras que se ha mantenido en las zonas urbanas.

En todo caso, para facilitar la participación la Junta de Castilla y León habilitó autobuses para que personas que no tenían mesas electorales en sus entidades locales menores, al no ser elecciones municipales, puedan ir a su municipio de referencia a ejercer su derecho al sufragio. Por su parte, las personas con un discapacidad visual del 33% han podido solicitar un kit para el derecho al voto accesible, que también han podido recibir los solicitantes en sus domicilios.

Desglose por provincias

Cabe recordar que en estos comicios se eligen los 81 asientos de las Cortes de Castilla y León, por lo que la mayoría absoluta se fija en 41. Valladolid elige 15 procuradores, León 13, Burgos 11, Salamanca 10, Ávila, Palencia y Zamora 7, Segovia 6 y Soria 5.

El PP y el PSOE se reparten cuatro de las 9 provincias cada uno, mientras que Soria Ya venció ampliamente en la provincia homónima. Los populares vencen en Zamora, Segovia, Salamanca y Ávila mientras los socialistas lo hacen en Burgos, León, Palencia y Valladolid.

Sin embargo, se producen empates a número de escaños entre los dos partidos más votados en León (PP y PSOE, 4), Palencia (PSOE y PP, 3), Valladolid (PSOE y PP, 5) y Zamora (PP y PSOE, 3).

Soria Ya destaca en la provincia consiguiendo un número similar de votos a los de PP y PSOE juntos, con más del 42% de los sufragios en la circunscripción.

Escasos incidentes

La jornada se desarrolló sin incidentes de consideración, con la inmensa mayoría de los colegios abriendo a las 09.00 horas como estaba previsto. El suceso más reseñable fue la desaparición de un censo electoral en una mesa en Salamanca y la apertura de expediente policial a un vocal de mesa en Ávila que se negaba a usar la mascarilla y que tuvo que ser sustituido.

Además, la candidatura de España Vaciada denunció la falta de papeletas en colegios electorales de Palencia, Salamanca y Burgos.

Por otra parte, Vox y el PSOE han presentado sendas denuncias ante la Junta Electoral autonómica contra el Partido Popular por unos mensajes en las redes sociales que consideran que es una «vulneración cristalina» de la ley durante la jornada de votación por incurrir en una «solicitud del voto mediante una campaña electoral con el hashtag #YoVotoPP».

Por Silvia Fesquet en Clarín

“No importa que andemos desnudos. No importa que no tengamos ni para comer. Aquí se trata de salvar la Revolución”, decía Chávez.

“Nos llevó más de siete días llegar a Perú. No teníamos nada que comer al final. Tratamos de ahorrar todo para nuestro hijo, pero también pasó más de 24 horas sin comer un bocado. Sólo tiene 3 años”. El testimonio de Gerardo y la odisea de su salida de Venezuela son desgarradores. Tanto como pensar que aun con semejante desgracia a cuestas, el hijo de Gerardo tuvo más suerte que Yaelvis Santoyo Saravia: de apenas nueve meses, fue muerto a tiros la semana pasada cuando los guardacostas de Trinidad y Tobago dispararon contra la patera en que junto a sus padres y otros migrantes huía del régimen de Maduro y todas sus crisis.

“Ningún niño o niña migrante debería morir jamás, ya sea viajando con sus padres o solo. Ninguna madre quiere poner en riesgo la vida de sus hijos en un pequeño barco en alta mar, a menos que no tenga otra opción”, dijo Jean Gough, directora de Unicef para América latina y el Caribe. Y puso el dedo en la llaga: en una protesta de venezolanos frente a la embajada de Trinidad y Tobago en Caracas un cartel denunciaba: “Son dos los asesinos: quien disparó y quien obligó a arrojarse al mar en busca de oportunidades. ¡Maduro es el culpable!”.

A la fecha, según la Agencia de la ONU para los Refugiados, se calcula que 6,04 millones de venezolanos dejaron su país, una de las mayores crisis migratorias del mundo: cada día unas 5 mil personas emprenden el doloroso camino del exilio.

De todos ellos, más de cien han muerto en el intento de escapar por mar a Trinidad, cuyo gobierno es muy cercano al de Nicolás Maduro. Según la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos, el aumento de migrantes venezolanos en la frontera sur de ese país fue de casi 12.000 %: de 206 encuentros registrados en diciembre de 2020 la cifra saltó a 24.819 en un año.

En lo que va de 2022, ya perdieron la vida al menos tres chicos venezolanos migrantes.Yaelvis se suma a Victoria Lugo, de 7 años, que murió arrastrada por las aguas del río Bravo, cuando con su mamá trataban de cruzar de México a Estados Unidos. Keiler Vargas, de 2, se quedó sin oxígeno a bordo del ómnibus en que iba con su familia de Bolivia a Chile. Según Gough, “dos de cada tres venezolanos en movimiento son mujeres y niños, los más vulnerables entre los vulnerables”.

Todo empeora en Venezuela. A mayor fervor en el discurso oficial, menos democracia en el país. De acuerdo con el Indice de Democracia global que elabora anualmente The Economist y que abarca 167 naciones, el país volvió a caer y hoy ocupa el puesto 151, por debajo incluso de Nicaragua y Cuba. De 2006 a 2021 cayó 50 posiciones en el ranking mundial.

No sólo de esto huyen los que huyen de la revolución bolivariana. Esa que le hizo decir en 2007 a su líder Hugo Chávez: “No importa que andemos desnudos. No importa que no tengamos ni para comer. Aquí se trata de salvar la Revolución”.

Fueron proféticas sus palabras para describir al país hoy. Según datos del Banco Central de Venezuela, la inflación acumulada anual en 2021 fue de 686,4% . El sueldo mínimo equivale a unos 2,5 dólares. El Centro de Documentación y Análisis para los Trabajadores afirma que el salario mínimo cubre menos del 1% de la canasta básica. De acuerdo con la encuesta anual Encovi la pobreza trepa al 96% y a mediados del año pasado el desempleo era de 58,3%.

Un informe del sitio web Coolt cita datos de Transparencia Venezuela sobre 15 casos internacionales tramitados en tribunales y fiscalías de EE.UU. y Europa que hasta febrero de 2019 rastreaban el origen de US$ 13.199 millones, en investigaciones por lavado de dinero y corrupción, donde aparecen 60 personas vinculadas con los gobiernos de Chávez y Maduro. Y recuerda también una frase de Chávez: “Ser rico es malo”. Se agrega desde aquí: siempre y cuando los ricos sean los otros…

Tan afecto a Twitter, Maduro no dedicó ni una palabra a la muerte de Yaelvis. Mientras toda Venezuela lo lloraba, él posteó: “ …hoy podemos decir que vamos enrumbados, en unión Cívico-Militar, avanzando con nuevas tareas para blindar la Paz de la Patria, la democracia, la Constitución, y consolidar la nueva Prosperidad de Venezuela”. Amén.

Por jack Phillips en The Epoch Times. Traducción libre del inglés por morfema.press

El equipo del fiscal especial del Departamento de Justicia, John Durham, alegó el 12 de febrero que se pagó a un ejecutivo de tecnología alineado con el Partido Demócrata para espiar las residencias del expresidente Donald Trump y la Casa Blanca cuando Trump era presidente.

Los abogados de la campaña de Clinton supuestamente pagaron al ejecutivo de tecnología para infiltrarse en los servidores de la Torre Trump y la Casa Blanca, dijo Durham en los documentos judiciales (pdf) , con el fin de establecer una «inferencia» y una «narrativa» para vincular a Trump con el gobierno ruso.

La oficina de Durham hizo el reclamo como parte de su investigación que presentó cargos contra Michael Sussmann, un abogado que trabajó en nombre del Comité Nacional Demócrata y la campaña de 2016 de Hillary Clinton y que actualmente está acusado de hacer una declaración falsa al FBI.

Contratos a empresas de tecnología

Durham alegó que Sussmann “había reunido y transmitido las acusaciones al FBI en nombre de al menos dos clientes específicos, incluido un ejecutivo de tecnología (Tech Executive 1) en una empresa de Internet con sede en EE. UU. (Internet Company 1) y la campaña de Clinton”, según a una sección en la presentación judicial, titulada «Antecedentes fácticos».

Los registros de facturación que obtuvo sugieren que Sussmann “facturó repetidamente a la campaña de Clinton por su trabajo en las acusaciones del Banco Ruso-1” y que el ejecutivo de tecnología anónimo se reunió y se comunicó con Mark Elias, un abogado y agente de izquierda que ha presentado numerosas declaraciones electorales. demandas relacionadas en nombre de los demócratas. Sussman previamente se declaró inocente y acusó a Durham de actuar con motivaciones políticas.

“Tech Executive-1 también solicitó la ayuda de investigadores de una universidad con sede en los EE. UU. que estaban recibiendo y analizando grandes cantidades de datos de Internet en relación con un contrato pendiente de investigación de ciberseguridad del gobierno federal”, afirma la presentación de Durham.

Construir una narrativa que involucrara a Trump con Rusia

El ejecutivo también «encargó a estos investigadores que extrajeran datos de Internet para establecer ‘una inferencia’ y una ‘narrativa’ que vinculara al entonces candidato Trump con Rusia», afirma el documento, y agrega que la empresa de tecnología para la que trabajaba el ejecutivo «había venido a acceder y mantener servidores dedicados” para la oficina ejecutiva de Trump.

“Tech Executive-1 y sus asociados explotaron este arreglo extrayendo el tráfico de DNS de EOP y otros datos con el fin de recopilar información despectiva sobre Donald Trump”, se lee en la presentación de Durham. EOP se refiere a la oficina de Trump, mientras que el tráfico de DNS se refiere al tráfico que entra y sale de un servidor.

Sussmann, agregó su presentación judicial, «proporcionó datos que, según él, reflejaban búsquedas de DNS supuestamente sospechosas por parte de estas entidades de direcciones de protocolo de Internet afiliadas a un proveedor de telefonía móvil ruso» en las reuniones de febrero de 2017. Sussmann también dijo que tales búsquedas de DNS “demostraron que Trump y/o sus asociados estaban usando teléfonos inalámbricos fabricados en Rusia supuestamente raros en las cercanías de la Casa Blanca y otros lugares”, lo que Durham describió como falso.

Acusaciones sin respaldo

“La Oficina del Fiscal Especial no ha identificado ningún respaldo para estas acusaciones”, escribió Durham. «De hecho, los datos de DNS más completos que la Oficina del Asesor Especial obtuvo de una empresa que ayudó a Tech Executive-1 a armar estas acusaciones reflejan que tales búsquedas de DNS no eran raras en los Estados Unidos».

Después de que se revelara la presentación judicial de Durham, el 12 de febrero Trump  emitió un comunicado en el que afirmaba que proporcionaba «pruebas indiscutibles» de que los demócratas estaban espiando su campaña y su oficina en un intento por conectarlo con el gobierno ruso. 

El expresidente ha criticado durante mucho tiempo la narrativa de colusión entre Trump y Rusia como una cacería de brujas falsificada diseñada para poner en peligro sus posibilidades políticas al tiempo que refuerza las calificaciones de los principales medios de comunicación de izquierda.

“Este es un escándalo mucho mayor en alcance y magnitud que Watergate y aquellos que estuvieron involucrados y sabían sobre esta operación de espionaje deberían estar sujetos a un proceso penal”, afirmó Trump.

Y Kash Patel, un exfuncionario de inteligencia de EE. UU. que presenta «Kash’s Corner» de EpochTV,  dijo que la presentación revela una «conspiración más intrincada y coordinada» para apuntar a Trump mientras era candidato y luego como presidente.

Por Dylan Malyasov en Defense Blog

Más de una docena de carros de combate quedaron atrapados en lodo profundo durante los ejercicios militares dirigidos por el ejército ruso en el sur del país.

El video, publicado el jueves por Liveuamap, supuestamente fue tomado en un campo militar cerca de la frontera con Ucrania en la región de Rostov. Muestra al menos una docena de tanques en lodo profundo y un hombre vestido de civil que, con la ayuda de una excavadora, intenta sacar uno de los vehículos de combate.

Aparentemente, esta es una de las últimas modificaciones del tanque T-72 con «bolsas» adicionales de ERA, llamadas T-72B3.

La modernización del T-72B al T-72B3 comenzó en 2010 y consistió en mejorar la potencia de fuego del tanque mediante la instalación de un nuevo sistema de control de incendios; revisando cada uno de estos viejos tanques y reemplazando sus motores obsoletos.

La nueva versión del T-72B3 está equipada con placas de blindaje a cada lado en la parte delantera del casco y armadura de jaula de alambre en la parte trasera para aumentar la protección del compartimento del motor contra las amenazas RPG (granadas propulsadas por cohetes). Los desarrolladores tomaron en cuenta la experiencia de los combates en Ucrania, Georgia y Siria.

El T-72B3 reacondicionado y mejorado está equipado con un motor más potente de 1.130 caballos de fuerza, así como con un sistema de armamento mejorado. Además, el vehículo recibió un nuevo sistema de visualización digital de puntería, así como una cámara retrovisora ​​de televisión.

El tiempo no está a nuestro favor, cada día que pasa será más difícil recuperar la decencia en Venezuela

La reacción inmediata es el asombro y la risa ante el espectáculo de alguien vestido de terciopelo verde, como duende irlandés (leprechaun) o de la señora envuelta en una sábana gritando porque se le está “apermazando” el fondue. Asombro al ver un grupo de hombres y mujeres disfrazados de etiqueta, pero con zapatos deportivos tomando champaña en el tope de un tepui. La risa, sin embargo, da paso a la indignación. ¿Qué es esto?

El tepui es una meseta que asemeja una isla aérea en la topografía de la Gran Sabana. Está esencialmente formada por rocas llamadas cuarcitas, es decir, una arenisca muy consolidada, la cual fue originalmente sedimentada hace unos 1800 millones de años, durante la era geológica más antigua del planeta, llamada Pre-Cámbrico por los geólogos. En esos tiempos la vida en el planeta se limitaba a micro-organismos de simple estructura y faltarían millones de años para que apareciesen las esponjas, los trilobites y otros seres vivos de mayor complejidad. Las cuarcitas en principio formaron una meseta continua en aquella región del escudo amazónico pero la erosión durante millones de años atacó porciones menos consolidadas, dejando las mesetas con el bello aspecto de islas en el cielo que tienen hoy.

Estas mesetas, llamadas Tepuis por las tribus indígenas que viven en la región, exhiben una morfología extraña, no solo por su tope plano sino porque algunos de ellos, como Auyan y como Sarisariñama, muestran cavernas de solución en esas rocas tan duras, así como sumideros (sinkholes) de forma cilíndrica que tienen centenares de metros de profundidad y que alojan una flora y una fauna muy especial, debido a su prolongado aislamiento. Estas cavernas y sumideros han sido investigados por exploradores venezolanos y extranjeros, quienes poco a poco han ido estudiando los componentes zoológicos, botánicos, fisiográficos y culturales de las mesetas, las cuales hoy forman parte de parques nacionales que tienen importantes restricciones para ser visitados, no solamente establecidas por las leyes nacionales sino por los tratados internacionales de preservación del ambiente. Es una región que debe ser objeto de especial respeto y tratamiento por parte del Homo sapiens.

Sin embargo, en Venezuela ha surgido una rama del Homo sapiens, una calle ciega involutiva que esperamos sea de corta trayectoria, llamada Homo chavensis, cuyos miembros exhiben una especial agresividad contra la naturaleza. Originalmente aparecida en las zonas más tenebrosas de Barinas, por lo cual este estado ha pedido excusas, la sub especies se ha extendido por todo el país y por la región latinoamericana. Es una rama ciega del Homo sapiens que combina la ignorancia con la cursilería y el nuevo-riquismo. No pueden ver una playa limpia, una montaña sin basura o, como ahora, un tepui intocado, sin sentir la compulsión de profanarlo con sus ridiculeces.

Para ello se aprovechan de estar en el poder y de tener lo que llaman “autoridad”, la cual ejercen al margen de las leyes escritas por ellos mismos, las cuales prostituyen sin rubor. Uno de ellos, cumpleañero, precisamente enchufado en asuntos “turísticos” relacionados con la región de los tepuis, tuvo la idea de tener una celebración de su cumpleaños “por todo lo alto”. Quizás pensó en el pico Bolívar como primer candidato, pero pensó en cómo llegarle y en el frío tan “apermazador” que debía existir allí y se decidió por el tepui, bastante alto pero plano, de fácil acceso para los helicópteros de la revolución. Una vez tomada la decisión procedió a hacer una lista de lo más granado de la farándula chavo-madurista. Primero que todo llamó a Osmel Souza, figura legendaria en la escena de la farándula venezolana y le pidió elaborar un tronco é programa, ayudado por su característico buen gusto. Y así fue. Vestido de Leprechaun armonizaba a la perfección con el verde del tepui.

La fiesta de cumpleaños en el Tepui resultó una muestra más de que en Venezuela no es tolerable coexistir pacíficamente con la sub especie que ostenta el poder. En 22 años su poder de embrutecimiento y de prostitución institucional e individual ha convertido la sociedad venezolana en un pantanal. Ha terminado por reblandecernos de tal manera que lo que era, al principio, pequeñas violaciones a la dignidad del pueblo venezolano han pasado a ser grandes insultos, sin que ello origine una reacción proporcional. Las pequeñas entregas han dado origen a las grandes entregas y vemos a líderes de oposición, politólogos y encuestadores hablar con sumisa normalidad sobre la necesidad de prepararnos para las elecciones de 2024, es decir, dándole al régimen criminal del chavismo/madurismo un reconocimiento tácito.

En este caso, la fiesta pudiera haber pasado inadvertida, a no ser por la denuncia de SOS ORINOCO, organización cívica que está haciendo una extraordinaria labor de concientización sobre el crimen que se lleva a cabo en la región al sur del río Orinoco. Esta denuncia ha encontrado reacciones muy serias y otras quizás más frívolas, pero todas las cuales reflejan un hastío de la humillación a la cual la sub especie ha sometido a los venezolanos. Ojalá que ello conduzca a la insurgencia civil, la cual es – en mi criterio – la única vía que puede restituir la dignidad a la sociedad venezolana.

En ocasiones he sentido la tentación de pegarle candela a mi pasaporte venezolano, pero recapacito por solidaridad con la Venezuela digna. Mientras existan venezolanos íntegros Venezuela no perderá las esperanzas de ser un país civilizado. Hoy, cuando ni los tepui se han salvado de la depredación de la sub especie es necesario – más que nunca – rebelarnos contra el embrutecimiento causado por la ignorancia y la cursilería, las cuales serían motivo de risa si no tuvieran un efecto trágico sobre nuestra dignidad como pueblo.

El tiempo no está a nuestro favor, cada día que pasa será más difícil recuperar la decencia en Venezuela.

Está amenazando con invadir Ucrania porque quiere que la democracia fracase, y no solo en ese país.

Hay preguntas sobre el número de tropas, preguntas sobre la diplomacia. Hay preguntas sobre el ejército ucraniano, sus armas y sus soldados. Hay preguntas sobre Alemania y Francia: ¿Cómo reaccionarán? Hay preguntas sobre Estados Unidos y cómo ha llegado a ser un actor central en un conflicto que no ha creado. Pero de todas las preguntas que surgen repetidamente sobre una posible invasión rusa de Ucrania, la que obtiene respuestas menos satisfactorias es esta: ¿Por qué?

¿Por qué el presidente de Rusia, Vladimir Putin, atacaría a un país vecino que no lo ha provocado? ¿Por qué arriesgaría la sangre de sus propios soldados? ¿Por qué correría el riesgo de sanciones, y tal vez una crisis económica, como resultado? Y si él no está realmente dispuesto a arriesgar estas cosas, entonces ¿por qué está jugando este elaborado juego?

Para explicar por qué se requiere algo de historia, pero no la historia semimitológica y falsamente medieval que Putin ha utilizado en el pasado para declarar que Ucrania no es un país, o que su existencia es un accidente, o que su sentido de nación no es real. . Tampoco necesitamos saber mucho sobre la historia más reciente de Ucrania o sus 70 años como república soviética, aunque es cierto que los vínculos soviéticos del presidente ruso, sobre todo los años que pasó como oficial de la KGB, importan mucho. acuerdo. De hecho, muchas de sus tácticas —el uso de falsos “separatistas” respaldados por Rusia para llevar a cabo su guerra en el este de Ucrania, la creación de un gobierno títere en Crimea— son viejas tácticas de la KGB, familiares del pasado soviético. Las agrupaciones políticas falsas jugaron un papel en la dominación de Europa Central por parte de la KGB después de la Segunda Guerra Mundial;

El apego de Putin a la antigua URSS también importa de otra manera. Aunque a veces se le describe incorrectamente como un nacionalista ruso, en realidad es un nostálgico imperial. La Unión Soviética era un imperio de habla rusa y, a veces, parece soñar con recrear un imperio de habla rusa más pequeño dentro de las fronteras de la antigua Unión Soviética.

Pero la influencia más significativa en la visión del mundo de Putin no tiene nada que ver ni con su entrenamiento en la KGB ni con su deseo de reconstruir la URSS. Putin y la gente que lo rodea han sido moldeados mucho más profundamente, más bien, por su camino hacia el poder. Esa historia, que ha sido contada varias veces por las autoras Fiona Hill, Karen Dawisha y, más recientemente, Catherine Belton , comienza en la década de 1980. Los últimos años de esa década fueron, para muchos rusos, un momento de optimismo y entusiasmo. La política de glasnost —apertura— significaba que la gente decía la verdad por primera vez en décadas. Muchos sintieron la posibilidad real de cambio, y pensaron que podría ser un cambio para mejor.

Putin se perdió ese momento de euforia. En cambio, fue destinado a la oficina de la KGB en Dresden, Alemania Oriental, donde soportó la caída del Muro de Berlín en 1989 como una tragedia personal. Mientras las pantallas de televisión de todo el mundo transmitían a todo volumen la noticia del fin de la Guerra Fría, Putin y sus camaradas de la KGB en el condenado estado satélite soviético quemaban frenéticamente todos sus archivos, hacían llamadas a Moscú que nunca respondían, temiendo por sus vidas y sus carreras. . Para los agentes de la KGB, este no fue un momento de regocijo, sino más bien una lección sobre la naturaleza de los movimientos callejeros y el poder de la retórica: retórica democrática, retórica antiautoritaria, retórica antitotalitaria. Putin, al igual que su modelo a seguir Yuri Andropov, que fue embajador soviético en Hungría durante la revolución de 1956, concluyó a partir de ese período que la espontaneidad es peligrosa. La protesta es peligrosa. Hablar de democracia y cambio político es peligroso. Para evitar que se propaguen, los gobernantes de Rusia deben mantener un control cuidadoso sobre la vida de la nación. Los mercados no pueden ser genuinamente abiertos; las elecciones no pueden ser impredecibles; la disidencia debe ser cuidadosamente “gestionada” a través de la presión legal, la propaganda pública y, si es necesario, la violencia dirigida.

Pero aunque Putin se perdió la euforia de los años 80, ciertamente participó plenamente en la orgía de la codicia que se apoderó de Rusia en los años 90. Después de superar el trauma del Muro de Berlín, Putin regresó a la Unión Soviética y se unió a sus antiguos colegas en un saqueo masivo del estado soviético. Con la ayuda del crimen organizado ruso, así como de la amoral industria internacional de lavado de dinero en el extranjero, algunos miembros de la antigua nomenklatura soviética robaron activos, sacaron el dinero del país, lo escondieron en el extranjero y luego lo devolvieron y lo usaron. para comprar más activos. Riqueza acumulada; siguió una lucha de poder. Algunos de los oligarcas originales terminaron en prisión o en el exilio. Eventualmente, Putin terminó como el principal multimillonario entre todos los demás multimillonarios, o al menos el que controla la policía secreta.

Esta posición hace que Putin sea simultáneamente muy fuerte y muy débil, una paradoja que a muchos estadounidenses y europeos les cuesta entender. Es fuerte, por supuesto, porque controla muchas palancas de la sociedad y la economía de Rusia. Trate de imaginar un presidente estadounidense que controlara no solo el poder ejecutivo, incluidos el FBI, la CIA y la NSA, sino también el Congreso y el poder judicial; The New York Times , The Wall Street Journal , The Dallas Morning News y todos los demás periódicos; y todas las empresas importantes, incluidas Exxon, Apple, Google y General Motors.

El control de Putin viene sin límites legales. Él y las personas que lo rodean operan sin controles y equilibrios, sin reglas de ética, sin transparencia de ningún tipo. Determinan quién puede ser candidato en las elecciones y quién puede hablar en público. Pueden tomar decisiones de la noche a la mañana —enviar tropas a la frontera con Ucrania, por ejemplo— sin consultar a nadie ni recibir consejo. Cuando Putin contempla una invasión, no tiene que considerar el interés de las empresas o los consumidores rusos que podrían sufrir sanciones económicas. No tiene que tener en cuenta a las familias de los soldados rusos que podrían morir en un conflicto que no quieren. No tienen elección, ni voz.

Y, sin embargo, al mismo tiempo, la posición de Putin es extremadamente precaria. A pesar de todo ese poder y todo ese dinero, a pesar del control total sobre el espacio de la información y el dominio total del espacio político, Putin debe saber, en algún nivel, que es un líder ilegítimo. Nunca ha ganado unas elecciones justas y nunca ha hecho campaña en una contienda en la que podría perder. Sabe que el sistema político que ayudó a crear es profundamente injusto, que su régimen no solo gobierna el país sino que lo posee, tomando decisiones económicas y de política exterior diseñadas para beneficiar a las empresas de las que él y su círculo íntimo se benefician personalmente. Sabe que las instituciones del estado existen no para servir al pueblo ruso, sino para robarles. Sabe que este sistema funciona muy bien para unos pocos ricos, pero muy mal para todos los demás. Él lo sabe.

La conciencia de Putin de que su legitimidad es dudosa ha estado en exhibición pública desde 2011, poco después de su “reelección” amañada para un tercer mandato constitucionalmente dudoso. En ese momento, grandes multitudes aparecieron no solo en Moscú y San Petersburgo, sino también en varias docenas de otras ciudades, para protestar contra el fraude electoral y la corrupción de las élites. Los manifestantes se burlaron del Kremlin como un régimen de «ladrones y ladrones», un eslogan popularizado por el activista por la democracia Alexei Navalny; más tarde, el régimen de Putin envenenaría a Navalny, casi matándolo. El disidente está ahora en una cárcel rusa. Pero Putin no solo estaba enojado con Navalny. También culpó a Estados Unidos, Occidente, los extranjeros que intentan destruir Rusia. Dijo que la administración Obama había organizado a los manifestantes; La Secretaria de Estado Hillary Clinton, de todas las personas, había “ dado la señal” para iniciar las protestas. Había ganado las elecciones, declaró con gran pasión, con lágrimas en los ojos, a pesar de las “provocaciones políticas que persiguen el único objetivo de socavar el estado de Rusia y usurpar el poder”.

En su mente, en otras palabras, no estaba simplemente luchando contra los manifestantes rusos; estaba luchando contra las democracias del mundo, en connivencia con los enemigos del estado. No importa si realmente creía que las multitudes en Moscú estaban literalmente recibiendo órdenes de Hillary Clinton. Ciertamente entendió el poder del lenguaje democrático, de las ideas que hicieron que los rusos quisieran un sistema político justo, no una cleptocracia controlada por Putin y su pandilla, y sabía de dónde venían. Durante la década siguiente, llevaría la lucha contra la democracia a Alemania, Francia, Italia y España, donde apoyaría a grupos y movimientos extremistas con la esperanza de socavar la democracia europea. Los medios controlados por el estado ruso apoyarían la campaña por el Brexit, con el argumento de que debilitaría la solidaridad democrática occidental, que es la que tienen. Los oligarcas rusos invertirían en industrias clave en toda Europa y en todo el mundo con el objetivo de ganar tracción política, especialmente en países más pequeños como Hungría y Serbia. Y, por supuesto, los especialistas rusos en desinformación intervendrían en las elecciones estadounidenses de 2016.

Todo lo cual es una forma indirecta de explicar la extraordinaria importancia de Ucrania para Putin. Por supuesto, Ucrania importa como símbolo del imperio soviético perdido. Ucrania era la segunda república soviética más poblada y rica, y la que tenía los vínculos culturales más profundos con Rusia. Pero la Ucrania postsoviética moderna también es importante porque ha intentado —luchado, en realidad— unirse al mundo de las democracias occidentales prósperas. Ucrania ha protagonizado no una, sino dos revoluciones a favor de la democracia, contra la oligarquía y contra la corrupción en las últimas dos décadas. El más reciente, en 2014, fue particularmente aterrador para el Kremlin. Los jóvenes ucranianos coreaban consignas anticorrupción, al igual que lo hace la oposición rusa, y ondeaban banderas de la Unión Europea. Estos manifestantes se inspiraron en los mismos ideales que Putin odia en casa y busca derrocar en el extranjero.imágenes de su palacio , completo con grifos de oro, fuentes y estatuas en el patio, exactamente el tipo de palacio que habita Putin en Rusia. De hecho, sabemos que habita un palacio así porque uno de los vídeos producidos por Navalny ya nos ha mostrado imágenes de él, junto con su pista privada de hockey sobre hielo y su bar de narguile.

La posterior invasión de Crimea por parte de Putin castigó a los ucranianos por tratar de escapar del sistema cleptocrático en el que él quería que vivieran, y mostró a los propios súbditos de Putin que ellos también pagarían un alto costo por la revolución democrática. La invasión también violó las reglas y tratados escritos y no escritos en Europa, lo que demuestra el desprecio de Putin por el statu quo occidental. Después de ese “éxito”, Putin lanzó un ataque mucho más amplio: una serie de intentos de golpe de estado en Odessa, Kharkiv y varias otras ciudades con mayoría de habla rusa. Esta vez, la estrategia fracasó, sobre todo porque Putin malinterpretó profundamente a Ucrania, imaginando que los ucranianos de habla rusa compartirían su nostalgia imperial soviética. Ellos no. Solo en Donetsk, una ciudad en el este de Ucrania donde Putin pudo mover tropas y equipo pesado desde el otro lado de la frontera, tuvo éxito un golpe local. Pero incluso allí no creó una Ucrania «alternativa» atractiva. En cambio, Donbas, la región minera del carbón que rodea a Donetsk, sigue siendo una zona de caos y anarquía.

Hay un largo camino desde el Donbas hasta Francia o los Países Bajos, donde los políticos de extrema derecha merodean por el Parlamento Europeo y toman dinero ruso para ir en «misiones de investigación» a Crimea. Es un camino aún más largo hasta las pequeñas ciudades estadounidenses donde, en 2016, los votantes hicieron clic con entusiasmo en las publicaciones pro-Trump de Facebook escritas en San Petersburgo. Pero todos son parte de la misma historia: son la respuesta ideológica al trauma que experimentaron Putin y su generación de oficiales de la KGB en 1989. En lugar de democracia, promueven la autocracia; en lugar de unidad, tratan constantemente de crear división; en lugar de sociedades abiertas, promueven la xenofobia. En lugar de dejar que la gente espere algo mejor, promueven el nihilismo y el cinismo.

Putin se está preparando para invadir Ucrania nuevamente, o pretende invadir Ucrania nuevamente, por la misma razón. Quiere desestabilizar Ucrania, asustar a Ucrania. Quiere que la democracia ucraniana fracase. Quiere que la economía ucraniana se derrumbe. Quiere que los inversores extranjeros huyan. Quiere que sus vecinos —en Bielorrusia, Kazajistán, incluso Polonia y Hungría— duden de que la democracia sea viable alguna vez, a largo plazo, también en sus países. Más allá, quiere ejercer tanta presión sobre las instituciones occidentales y democráticas, especialmente la Unión Europea y la OTAN, que se desmoronan. Quiere mantener a los dictadores en el poder donde sea que pueda, en Siria, Venezuela e Irán. Quiere socavar a Estados Unidos, reducir la influencia estadounidense, eliminar el poder de la retórica de la democracia que tanta gente en su parte del mundo todavía asocia con Estados Unidos.

Estos son grandes objetivos, y es posible que no sean alcanzables. Pero la amada Unión Soviética de Putin también tenía metas grandes e inalcanzables. Lenin, Stalin y sus sucesores querían crear una revolución internacional, para subyugar al mundo entero a la dictadura soviética del proletariado. Al final, fallaron, pero hicieron mucho daño mientras lo intentaban. Putin también fracasará, pero él también puede hacer mucho daño mientras lo intenta. Y no solo en Ucrania.


Anne Applebaum es redactora de The Atlantic , miembro del SNF Agora Institute de la Universidad Johns Hopkins y autora de Twilight of Democracy: The Seductive Lure of Authoritarism

Este artículo fue publicado originalmente en The Atlantic el 3 de febrero de 2022

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