Científicos revirtieron con éxito las hernias inguinales en ratones usando medicamentos, lo que ofrece esperanza para un tratamiento no quirúrgico en humanos.
Las hernias inguinales afectan a millones de hombres y es probable que la mitad de ellos desarrollen la afección antes de los 75 años. Estas hernias se producen cuando el tejido blando sobresale a través de los músculos abdominales débiles en la ingle. A pesar de su prevalencia, los mecanismos biológicos que las provocan siguen siendo en gran medida desconocidos.
Históricamente, el tratamiento se ha basado en la cirugía, que conlleva complicaciones, sobre todo en personas mayores. Incluso después de la intervención quirúrgica, las hernias vuelven a aparecer en el 10-15% de los casos, lo que subraya la necesidad de tratamientos alternativos.
Un reciente avance de Northwestern Medicine desafía la idea de que la cirugía es la única opción. Los investigadores lograron revertir hernias en ratones machos utilizando medicamentos, lo que ofrece esperanzas para un tratamiento no quirúrgico en humanos.
Su estudio, publicado en el Journal of Clinical Investigation , también identificó un factor molecular clave: el receptor de estrógeno alfa (ESR1). Este receptor parece impulsar la acumulación excesiva de tejido conectivo responsable de la formación de hernias. Es importante destacar que el tejido de hernia humana exhibió los mismos marcadores moleculares que los modelos de ratón, lo que sugiere que los hombres podrían responder al tratamiento de la misma manera.
Entendiendo la biología de las hernias
Las hernias inguinales se originan a partir de la debilidad muscular en la parte inferior del abdomen, pero los desencadenantes biológicos exactos aún no están claros. Para investigar, los investigadores utilizaron un modelo de ratón modificado genéticamente conocido como Aromhum 11.
Estos ratones expresan el gen de la aromatasa humana, imitando la forma en que la testosterona se convierte en estrógeno en los hombres mayores. Este aumento de estrógeno desencadena cambios en los fibroblastos del músculo esquelético (células del tejido conectivo) que conducen a la fibrosis y al desarrollo de hernias.
La secuenciación de ARN de células individuales reveló un grupo específico de fibroblastos en el músculo debilitado, conocidos como fibroblastos asociados a hernia (HAF). Estas células muestran una alta expresión de ESR1 y muestran características de fibroblastos patológicos, incluida una proliferación excesiva y remodelación de la matriz extracelular.
Las HAF también expresan marcadores de progenitores fibroadipogénicos (FAP), un tipo de célula madre residente en el músculo que participa en la reparación de tejidos. Cuando se desregulan, las FAP contribuyen a la formación excesiva de tejido cicatricial, lo que refleja lo que ocurre en enfermedades como la distrofia muscular.
En los ratones Aromhum, la activación de ESR1 en los fibroblastos parece ser un factor importante en la formación de hernias, lo que sugiere que el bloqueo de ESR1 podría prevenir o incluso revertir la afección.
Un enfoque basado en medicamentos para la reparación de hernias
El equipo de investigación probó esta hipótesis utilizando el fármaco fulvestrant, un bloqueador de los receptores de estrógenos que ya está aprobado para el tratamiento de ciertos tipos de cáncer de mama. El estudio se realizó en dos brazos experimentales: uno con el modelo de ratón y el otro con tejido herniario humano.
En el experimento con ratones, los científicos inyectaron fulvestrant para bloquear la actividad de ESR1. Los resultados fueron sorprendentes: las hernias grandes se redujeron y la estructura muscular volvió a un estado saludable. Esto demostró que la acción dirigida a ESR1 no solo podía prevenir las hernias, sino también revertirlas.
Para validar estos hallazgos en humanos, los investigadores realizaron biopsias de muestras de tejido de pacientes con hernia y compararon las áreas afectadas con el músculo sano adyacente. Encontraron marcadores moleculares idénticos, lo que confirma que la fibrosis impulsada por ESR1 desempeña un papel clave tanto en ratones como en humanos.
Análisis posteriores mostraron que el estrógeno y el ESR1 activan redes genéticas vinculadas a la cicatrización excesiva, lo que proporciona evidencia directa de que la señalización del estrógeno contribuye al desarrollo de la hernia.
“Esperamos que el estrógeno/ESR1 sea un objetivo molecular prometedor para el desarrollo de tratamientos farmacéuticos para la hernia inguinal en hombres”, dijo el Dr. Hong Zhao, profesor de investigación de la Facultad de Medicina Feinberg de la Universidad Northwestern.
Implicaciones para el tratamiento no quirúrgico
Las implicaciones de este descubrimiento podrían ser importantes, en particular para pacientes mayores o con alto riesgo quirúrgico. Cada año, se realizan más de un millón de cirugías de hernia inguinal en los EE. UU., muchas de ellas bajo anestesia general. Sin embargo, la cirugía no aborda la debilidad muscular subyacente, lo que puede explicar la alta tasa de recurrencia en hombres de edad avanzada.
“Se trata de una publicación de gran éxito sobre el primer tratamiento médico de las hernias inguinales”, afirmó el Dr. Serdar Bulun, presidente de obstetricia y ginecología de Northwestern. “Nuestros hallazgos sugieren firmemente que los hombres también responderían a este medicamento como lo hicieron los ratones machos, por lo que si los pacientes masculinos tienen un alto riesgo de cirugía , algún día podremos intentar reparar las hernias médicamente”.
Si bien las hernias inguinales son menos comunes en las mujeres (afectan a una mujer por cada 34 hombres), pueden ser problemáticas. En casos graves, las hernias pueden provocar complicaciones potencialmente mortales, como estrangulación intestinal. Una terapia médica podría prevenir estos resultados, mejorando la atención al paciente y reduciendo la necesidad de procedimientos invasivos.
El futuro de la investigación sobre la hernia
Aunque el fulvestrant demostró ser eficaz en ratones, serán necesarios ensayos clínicos para determinar su seguridad y eficacia en humanos. Los investigadores también planean explorar otros medicamentos que tengan como objetivo el ESR1, lo que podría permitir desarrollar terapias más personalizadas para la prevención y el tratamiento de la hernia.
El descubrimiento del papel de ESR1 en la formación de hernias marca un gran paso adelante en la comprensión de esta afección común, aunque poco comprendida. Al cambiar el enfoque de la reparación quirúrgica a la intervención biológica , los científicos pueden allanar el camino para una nueva era en el tratamiento de las hernias, una que podría eliminar la necesidad de procedimientos invasivos y mejorar los resultados para millones de pacientes en todo el mundo.