Morfema Press

Es lo que es

Armando Esteban Quito

El Ministerio de Economía y Finanzas informó que, en los primeros dos meses de gestión del nuevo gobierno, el saldo de la deuda pública de Panamá ha aumentado en US$186 millones hasta el mes de agosto del 2024, alcanzando un total de US$51,998 millones, sin embargo en septiembre ha emitió Notas del Tesoro por US$221.65 millones, para aumentar la deuda a US$407.65 millones. Economistas advierten que esta cifra podría seguir incrementándose en los próximos meses.

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Juan Jované, economista y exdirector de la Caja de Seguro Social, indicó que para equilibrar las finanzas públicas no basta con ajustar los gastos, sino que es fundamental abordar el tema de los ingresos. «Un problema clave en Panamá es la enorme evasión tributaria, que impacta significativamente la recaudación fiscal», señaló.

A pesar del incremento en la relación Deuda-PIB, que ha subido considerablemente, expertos destacan que este indicador sigue siendo relativamente moderado en comparación con otros países de la región. Sin embargo, enfatizan que se debe monitorear de cerca para evitar que alcance niveles insostenibles en el futuro.

El aumento de la deuda y el desafío de controlar la evasión fiscal colocan al gobierno en una posición compleja, donde deberá equilibrar la necesidad de inversión en el desarrollo del país con una gestión fiscal responsable que evite un deterioro en los indicadores macroeconómicos clave.

    La economía y el empleo se han posicionado como las mayores preocupaciones de los panameños, superando incluso a la corrupción y la delincuencia. Así lo reveló el estudio Barómetro de las Américas, realizado por el Centro Internacional de Estudios Políticos y Sociales (CIEPS).

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    El informe destaca que esta tendencia, que prioriza la inseguridad y la economía, es común en varios países de la región. No obstante, la percepción negativa sobre la situación económica ha ido en aumento, reflejando un creciente descontento en la población.

    En el caso de Panamá, el alza en los precios de la canasta básica, el crecimiento de la informalidad y la precariedad laboral figuran como los principales factores que alimentan la preocupación por el futuro económico del país.

    El presidente de Panamá, José Raúl Mulino, inició su gira por Nueva York con un encuentro con la directiva del Consejo de las Américas, donde anunció una campaña para defender a Panamá de las listas fiscales que calificó de «denigrantes e injustas». 

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    Mulino aseguró que Panamá no es un «paraíso fiscal» y señaló a países de la Unión Europea como los principales opositores para que el país sea removido de estas listas.

    El mandatario destacó el impacto negativo de estas medidas sobre el sistema financiero y bancario panameño, afirmando que las restricciones han limitado sus operaciones debido a normativas internacionales. Además, advirtió que los países que mantengan a Panamá en estas listas no podrán hacer negocios con el país.

    Acompañado por la presidenta del Consejo, Susan Sagel, Mulino también mencionó que su gobierno priorizará la inversión, a pesar de los recortes en el gasto público, para concluir y rescatar proyectos en marcha.

    La vida política requiere de itinerarios capaces de traducir los principios y valores en propósitos concretos, metas y objetivos de corto, mediano y largo plazo de un cumplimiento que reivindique las tácticas apropiadas para una determinada dimensión estratégica adoptada. Ésta, fundamentalmente requerida de un sentido más que de una elaborada concepción imposible de discutir y revisar académicamente en el curso de los acontecimientos, expone al liderazgo a extraordinarios desafíos, sobre todo con el predominio relativo o absoluto del desconcierto, la deslealtad militante hacia las reglas constitucionales, la violación sistemática de los más elementales derechos y garantías, entronizados determinados intereses de una retórica soporífera e insoportable.

    A Rómulo Betancourt le correspondió actuar en el marco de las más variadas, duras y también sorpresivas dictaduras, o, restablecidas las libertades públicas, evitarlas con terquedad y coraje; y, esto, fue posible no sólo por la claridad de un ideario, sino por el diagnóstico y la certeza de una realidad que acepta un franco reajuste, permitiéndole distinguir – valga la nota escolar – entre táctica y estrategia, recursos materiales y simbólicos disponibles, publicidad y genuina correlación política, probables escenarios y desempeño de los actores. Respetada la muy específica identidad de la estrategia política, logró, en las más disímiles ocasiones, contar con un equipo entendido y consistente, corroborando aquello de Léo Hamon: “El estratega – y no sólo el estratega militar – nunca está aislado, y debe, por consiguiente, tener en cuenta, en su acción, la presencia del otro” (“Estrategia contra la guerra”, Ediciones Guadarrama, Madrid, 1969: 60); convengamos, la ineludible cita pone de relieve dos circunstancias: la una, que Betancourt no fue el narcisista que igualmente abundó por épocas remotas, y, la otra, que los rusos también juegan para hacer caso de una sentencia futbolística que se ha hecho hoy popular.

    El líder guatireño afrontó numerosas coyunturas que exigieron de una fortísima convicción, templanza y determinación que nos permitimos ilustrar con el segundo ascenso al poder, a través de unos comicios ganados por la correcta interpretación del contexto y la capacidad de trabajo que no previeron – increíble – los adversarios que le satanizaron hasta el hastío. O el propio sostenimiento en el poder que se equiparó al de la naciente democracia representativa, finalidad estratégica que celebró Ambrosio Oropeza con la transmisión del mando presidencial a Raúl Leoni, en 1964, según el texto de una curiosa antología de sugestivo título: “El general Betancourt y otros escritos” (Ediciones Centauro, Caracas, 1970: 99 ss.).

    El atentado de Los Próceres, las insurrecciones muy armadas de derecha e izquierda, no lo amilanaron, e, incluso, aguardó con entereza a la más evidente de las flagrancias con el tristemente célebre atentado de El Encanto, para detener a los parlamentarios implicados que no pudo someter con anterioridad, respetuoso de sus inmunidades y de la composición de las cámaras, aunque – transcurrido el tiempo – ellos admitieron el compromiso subversivo prácticamente asumido desde inicios del período presidencial. Empero, a la vez, el legítimo ocupante de Miraflores efectivamente gobernó al país, con el desarrollo de sendas políticas (y obras) públicas de innegable trascendencia.

    Atinó con una apreciación lo más correcta posible de la realidad política y la de sus particulares protagonistas cual eximio exponente de la teoría de juegos, confundiendo a sus talentosos, ocurrentes y feroces antagonistas, pues, por ejemplo, Manuel Caballero reseñó la extrañeza que provocó alguien con tan acusada fama de sectario y absorbente, favoreciendo a COPEI para el temprano montaje del bipartidismo (“Rómulo Betancourt”, Ediciones Centauro, Caracas, 1977: 114 ss.), a pesar de la avanzada experiencia de Puntofijo, o, mejor, de los pactos que hicieron posible el puntofijismo. Centenares de artículos de prensa después, contrastando con el antiguo e ingenuo maquiavelismo, el historiador refiere el despliegue de las habilidades del hombre de poder, a partir de 1959, y reconoce que “no hacerlo sería suicida, porque está rodeado de enemigos” (“Rómulo Betancourt, político de nación”, Alfadil-Fondo de Cultura Económica, Caracas, 2004: 132, 305).

    Recomendable una reflexión más elaborada, la tentación puede apuntar a la consideración de los supuestos de Carl von Clausewitz, André Beaufre, Basil Liddell Hart, o de la importante obra divulgativa de Lawrence Freedman, aunque nuestra intención es la de esbozar y resaltar el instinto, la pulsión, o la intuición estratégica con la que se nace, y, por ello, la parábola histórica. Corremos el riesgo de simplificar radicalmente la vida política fundada en un cúmulo soterrado de prejuicios y banalidades, donde la estrategia y lo estratégico deviene capricho meramente incidental y accidental frente al único gobierno que hemos tenido en el siglo XXI, concibiendo la actividad opositora como algo cercana al nazi-fascismo, “mucho más un instrumento de combate político que un pensamiento sustantivo sobre la realidad socio-política” de acuerdo a una magnífica obra didáctica de Aníbal Romero (“Aproximación a la política”, Universidad Simón Bolívar, Caracas, 1990: 125).

    Por cierto, no es necesario ser adeco para escribir sobre Betancourt. Es más, luce mejor no serlo para calibrar adecuadamente.

    @luisbarraganj

    Al Partido Comunista Cubano le cuesta convencer a la población de que es una “fuerza política de vanguardia” desde Pinar del Ríos a Guantánamo. La narrativa se cae a pedazos, especialmente ante las deplorables condiciones económicas que enfrenta la isla propiciando una baja entre sus militantes para cubrir las vacantes de delegados de la tolda.

    Por: Gabriela Moreno – PanamPost

    La pérdida de ejemplaridad de los líderes del partido ante la militancia, debido a la corrupción, las promesas incumplidas y los abusos de poder, ha dejado a la organización del régimen castrista sin opciones para reemplazar a al menos 100 de sus delegados territoriales.

    Según Cubanet, los últimos Comités Provinciales del Partido reportan una contracción de sus fuerzas en Granma, Guantánamo y Santiago de Cuba.  ¿Por qué? Está claro: quienes pertenecen a la Unión de la Juventud Comunista (UJC) se niegan a formar parte del partido tras cumplir 30 años, edad reglamentaria para hacerlo. Además de ello, han fracasado los procesos de crecimiento de la organización, que regula las afiliaciones desde los centros de trabajo, ya sea a petición propia o por propuesta de las direcciones.

    Dos tipos de militantes en decadencia

    Las filas del Partido Comunista Cubano se componen de dos tipos de militantes: el aprovechado y el explotado, bautizado como “militonto”. Ambos son útiles para los intereses ideológicos del castrismo.

    A los “aprovechados” los mueve la obtención de algún tipo de prebenda o ventaja social. La mayoría pertenecen a la “jerarquía del régimen, poseedora de todas las comodidades de la vida moderna y a espaldas de los sufrimientos del pueblo”, mientras, los “militontos”, creen en la demagogia de las instancias superiores del Partido, sin considerar que sufren las mismas carencias del resto de la población, pese a cumplir con las directrices trazadas por la cúpula del poder.

    A estos los consuela portar un carnet rojo en el bolsillo con la distinción de militante. Sin embargo, la presión económica y el profundo deterioro de la vida, les merma el apego.

    Miguel Díaz-Canel, en su rol de primer secretario de la tolda, admite que aunque tienen una cantera de más de un millón de simpatizantes “a veces tenemos inerte una parte de esa fuerza política”, así lo vociferó hace tres años en la presentación de su compendio “Ideas, conceptos y directrices del VIII Congreso del Partido“.

    Rendición sin audiencia

    El desinterés en la isla por el Partido Comunista Cubano, que ahora presenta cada vez con menos militantes, también se refleja en el “proceso de rendición de cuentas de los delegados a sus electores”. Aunque las convocatorias a las reuniones comunitarias se hacen bajo la falsa premisa de una “democracia participativa”, estos encuentros están lejos de garantizar la verdadera participación ciudadana en la vida nacional. Las asambleas se han convertido en cónclaves llenos de palabrería, sin ofrecer soluciones reales a problemas como los apagones y la miseria que afecta a siete de cada diez cubanos.

    La apatía es conocida en la Administración de Díaz-Canel que pasó de programar la rendición de cuentas de cada tres meses a sólo dos veces al año, hasta no celebrar ninguna durante 2023.

    Los medios del régimen están en campaña para recuperar la asistencia de las asambleas, pero hasta ahora ni los Comités de Defensa de la Revolución (CDF) ni la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), dos instancias aliadas del Partido Comunista Cubano, se unen a la comparsa con la cual pretenden registrar a quienes aún son fieles a sus políticas.

    El secretario del Consejo de Estado, Homero Acosta, reconoce que tienen más de 100 plazas vacantes de delegados en la isla. El funcionario atribuye el número a supuestas enfermedades de quienes las ocupaban, así como al cambio de dirección de sus viviendas, que con anterioridad estaban ubicadas en los barrios que les habían sido asignados para ejercer el cargo.

    La represión en Venezuela ya no se limita a opositores, disidentes, periodistas o activistas de derechos humanos, sino que puede afectar a cualquier ciudadano. Así lo advirtió la Misión Internacional Independiente de Determinación de Hechos para Venezuela (MIIDHV)de Naciones Unidas, la cual denunció que luego de las elecciones presidenciales del pasado 28 de julio la «maquinaria represiva del Estado» se puso en marcha contra todo aquel que cuestionara los resultados de dicho proceso, algo que, a su juicio, ocurrió gracias a la participación activa de instituciones como el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) y el Ministerio Público (MP).

    Acceso a la Justicia

    El señalamiento figura en el informe que la instancia presentó el pasado 17 de septiembre al Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas, en el cual instó a la comunidad internacional a «mantener activamente el monitoreo sobre la situación de los derechos humanos» en el país.

    Esto se lee en el reporte:

    «Desde octubre de 2023, se reactivó la maquinaria represiva del Estado y se intensificó su funcionamiento en anticipación al proceso electoral. Una vez conocidos los resultados electorales, la represión no sólo continuó enfocada en acallar a los miembros de la oposición política, sino que se tornó masiva e indiscriminada y se dirigió contra cualquier persona que expresó su rechazo a los resultados electorales anunciados por las autoridades o reclamó transparencia en los mismos, participó de manera activa en las protestas o era considerada sospechosa de haberlo hecho».

    Tras considerar «sin precedente» el número de detenciones que se han registrado en Venezuela desde que el Consejo Nacional Electoral (CNE) declaró a Nicolás Maduro ganador de los comicios presidenciales, sin presentar los resultados electorales como exige la ley, la MIIDHV denunció la actuación de los jueces y fiscales, quienes, según se lee en el informe, «Abandonaron toda apariencia de independencia y se sometieron abiertamente al Ejecutivo», se afirma en el informe.

    De los tribunales, comenzando por el TSJ, el grupo investigador afirmó que siguieron operando «con falta de independencia y sometidos a las injerencias del Ejecutivo», una situación que permitió la ocurrencia de «violaciones sistemáticas del debido proceso».

    En el reporte, la MIIDHV informó que volvió a registrar situaciones de las que ya tuvo constancia en el pasado, como las detenciones de personas sin la debida orden judicial o sin que estuvieran cometiendo un delito en flagrancia. También recibió información de que varios de los detenidos fueron puestos a disposición de los jueces mucho después del plazo de 48 horas fijado por el marco legal, y que no se les permitió contactar a sus familiares ni a estos se les ofreció información sobre su paradero y situación.

    Por último, indicó que de los más 1.600 detenidos desde el pasado 29 de julio, según los datos de Foro Penal, solamente tuvo constancia de que a 10 se les permitió designar a un abogado de confianza y no se les impuso un defensor público como al resto. Todas estas irregularidades, así como otras también reportadas por la MIIDHV, se produjeron sin que los jueces tomaran acciones para corregirlas.

    La punta de lanza de la opresión

    La instancia internacional no solo criticó la actuación de los juzgados, sino también la de los fiscales, a quienes acusó de «dotar de una apariencia de legalidad a las graves violaciones de derechos humanos» ocurridas en el país.

    «Tras las protestas, el Fiscal General lideró la acción del Estado que condujo a violaciones de derechos humanos, incluidas las detenciones en masa, al amparo de la narrativa del Ejecutivo de la lucha contra un “golpe de Estado” y el “fascismo”».

    La MIIDHV criticó el anuncio de Tarek William Saab de que todos los aprehendidos durante la ola de protestas que estalló tras el anuncio del CNE serían imputados por instigación al odio y terrorismo, por cuanto esto «se hizo sin haber individualizado la responsabilidad por las conductas alegadas».

    Como ya denunciamos semanas atrás, esta decisión explica por qué la inmensa mayoría de los detenidos desde el 29 de julio sigue tras las rejas, ya que los delitos que se les achacan tienen unas penas tan elevadas que dificultan otorgarles alguna medida menos gravosa que el encarcelamiento mientras se decide si se les enjuicia o no.

    ¿Y el habeas corpus?

    En septiembre de 2021, el parlamento venezolano aprobó la Ley Orgánica de Amparo a la Libertad y Seguridad Personal. En su artículo 2 establece la posibilidad de una acción judicial en los siguientes términos:

    «Toda persona tiene derecho a ser amparada por los Tribunales en el goce y ejercicio de sus derechos a la libertad y seguridad personal ante cualquier hecho, acto u omisión de los órganos y entes del Poder Público Nacional, Estadal, Municipal o de personas naturales y jurídicas, que implique una amenaza grave e inminente o violación a estos derechos.

    El ejercicio de la acción de amparo a la libertad y seguridad personal no puede ser afectado, en modo alguno, por la declaración del estado de excepción o de la restricción de garantías constitucionales».

    Aunque la acción de amparo ya era posible antes de esta ley en Venezuela, sin duda es positivo que se haya hecho una ley especial para el caso de violación a la libertad o seguridad personal, lo que ocurre cuando hay una detención arbitraria.

    A pesar de este esfuerzo legislativo, la situación del habeas corpus no ha mejorado a partir de la aprobación de la ley, sino que ha empeorado, en especial a partir de las elecciones del 28 de julio, como lo denunció la MIIDHV en su informe:

    «la Misión investigó casos en los que las autoridades judiciales ni siquiera aceptaban recursos de habeas corpus, porque los funcionarios alegaban no tener autorización para aceptar denuncias relacionadas con “guarimbas” (protestas). El riesgo de desintegración del Estado de derecho es muy alto».

    Esto significa que no solo se niega lo que ha sido la regla desde hace años, sino que ahora ni los reciben, y lo que importa no es lo que dice la ley y la Constitución, que lo prevé en su artículo 27, sino la orden que proviene desde las altas autoridades.

    Otros que también fueron criticados

    El rol de la Defensoría del Pueblo fue igualmente cuestionado por la instancia de la ONU, que expresó preocupación por «la falta de acción» del organismo encargado de velar por los derechos humanos de los venezolanos frente a las denuncias de abusos. Esto reportó al respecto:

    «La Misión constató diversos casos en los que los familiares y/o abogados de las personas detenidas arbitrariamente y/o desaparecidas presentaron denuncias ante la Defensoría del Pueblo y el Ministerio Público. Estas nunca obtuvieron respuesta y, en algunos casos posteriores a la crisis postelectoral, ni siquiera fueron recibidas».

    Seguidamente puso la mirada sobre el CNE, cuya actuación en los pasados comicios consideró que no se ajustó a «las medidas básicas de transparencia e integridad». Sobre la Asamblea Nacional (AN) se limitó a decir que siguió aprobando leyes restrictivas del espacio cívico y democrático «sin que medie un debate genuino y democrático», en clara alusión a normas como la cuestionada Ley de Fiscalización, Regularización, Actuación y Financiamiento de las Organizaciones No Gubernamentales y Afines (también conocida como Ley Antisociedad).

    El silencio, la gran meta

    «Lo más atroz de las cosas malas de la gente mala es el silencio de la gente buena». Esto decía Mahatma Gandhi (1869-1948), padre de la resistencia pacífica y líder del movimiento independentista indio. Sin embargo, el silencio parece ser el objetivo que persiguen las autoridades venezolanas, de acuerdo con la MIIDHV.

    «Las autoridades llevaron a cabo, de forma consciente y planificada, acciones encaminadas a desarticular y desmovilizar la oposición política organizada; a inhibir la difusión de información independiente y opiniones críticas al Gobierno, y a impedir la protesta ciudadana pacífica. La brutalidad de la represión sigue generando un clima de miedo generalizado en la población».

    Por último, insistieron en que lo ocurrido en el país no son hechos aislados o casos excepcionales de abusos cometidos por individualidades, sino que forman parte de «un plan coordinado para silenciar, desalentar y sofocar a la oposición al Gobierno del presidente Maduro».

    Y a ti venezolano, ¿cómo te afecta?

    El último informe de la Misión Internacional Independiente de Determinación de Hechos para Venezuela expone al mundo la evidente falta de voluntad de las autoridades para restablecer el Estado de derecho y el régimen democrático en Venezuela. En el reporte se deja en claro que los poderes públicos, comenzando por el Judicial, están completamente cooptados y alineados con los intereses del Gobierno, una situación que pone a los ciudadanos en total indefensión frente al Estado.

    El documento es otra prueba de la importancia de la supervisión internacional, pues, aunque las autoridades lo rechazaron «de manera categórica» mediante un comunicado de la Cancillería, lo cierto es que fue producto de un arduo trabajo que incluyó entrevistas con 383 personas (203 hombres y 180 mujeres) y la consulta de decenas de expedientes judiciales y otras fuentes documentales y audiovisuales, mientras que para referirse a los sucesos ocurridos tras las elecciones los miembros de la instancia estudiaron más de 1.000 evidencias, incluidos testimonios, videos, audios, fotografías, documentos, denuncias, informes de organizaciones defensoras de derechos humanos y noticias, provenientes tanto de fuentes abiertas como confidenciales.

    El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, reconoció este martes en su discurso ante la Asamblea General de la ONU la lucha por “la libertad” en Venezuela, donde “los votantes emitieron su voto por un cambio” que “no puede ser negado”.

    EFE

    Biden aludió a las elecciones del 28 de julio en Venezuela, en las que el presidente Nicolás Maduro se proclamó ganador, durante la parte final de su discurso, cuando rendía homenaje a los “valientes hombres y mujeres” que han realizado hazañas como poner fin al apartheid en Sudáfrica o derribar el Muro de Berlín.

    “Lo he visto en todo el mundo: los valientes hombres y mujeres que pusieron fin al apartheid, derribaron el Muro de Berlín y luchan hoy por la libertad, la justicia y la dignidad. Vimos ese recorrido universal hacia los derechos y la libertad en Venezuela, donde los votantes emitieron su voto por un cambio que no puede ser negado”, afirmó.

    El presidente estadounidense agregó que “el mundo sabe la verdad” sobre lo que ocurrió en las elecciones venezolanas, en las que el Consejo Nacional Electoral (CNE) proclamó la reelección de Maduro sin publicar los resultados desagregados, algo que ha generado el rechazo de buena parte de la comunidad internacional.

    En su discurso, Biden puso su propio ejemplo personal para hacer un llamamiento a los diferentes líderes del mundo para que no se aferren a permanecer en el poder.

    El político, de 82 años, recordó que este verano tomó la “difícil decisión” de renunciar a su campaña de reelección poniendo fin a 50 años de carrera para dar paso “a una nueva generación de liderazgos y que el país pueda avanzar”, dijo en referencia a su vicepresidenta, Kamala Harris, quien se enfrentará al republicano Donald trump, en los comicios de noviembre.

    “Queridos líderes, no lo olvidemos nunca: hay cosas que son más importantes que permanecer en el poder”, subrayó.

    La Plataforma Unitaria Democrática (PUD) de Venezuela, principal coalición opositora liderada por María Corina Machado, reivindica la victoria electoral de su abanderado, Edmundo González Urrutia, quien ha sido reconocido como ganador por Estados Unidos.

    González Urrutia se exilió recientemente en España denunciando haber sufrido una persecución judicial en su país, pero Machado sostiene que el candidato será investido como presidente el próximo 10 de enero.

    La ilegitimidad de origen y de ejercicio, es y será un consustancial lastre para Maduro y todos aquellos que hoy detentan el poder público en Venezuela. Es una mancha tan indeleble como repudiable que los marcará hasta el fin de sus días. Asumir con la engañifa electoral que a partir del próximo 10E Maduro puede ejercer un cargo para el cual no fue electo, es pretender seguir gobernando sin legitimidad de origen para ejercerlo, como prácticamente lo ha venido haciendo de facto desde 2018.

    En cuanto a la deslegitimación de ejercicio, todos los representantes de ese poder público, en sus diferentes niveles, que bien por acción u omisión se han confabulado para el desconocimiento de la abrumadora y soberana voluntad popular, a la luz de las normas constitucionales y legales que rigen la materia, quedan deslegitimados para continuar en el desempeño de los cargos que hoy ostentan. A este efecto, solo basta echar mano al tenor de la vigente carta magna que con mucho orgullo y empeño impuso Chávez con sus puntos y comas incluidos.

    En ella se contempla que la soberanía reside intransferiblemente en el pueblo, quien la ejerce mediante el sufragio, por los órganos que ejercen el poder público, y que por ser de estricto acatamiento, tienen la obligación de cumplir y hacer cumplir -por soberana- la voluntad popular expresada por más de 7 millones de venezolanos el 28J.

    El Poder Nacional, dividido en: Ejecutivo, Electoral, Judicial y Ciudadano, es el más emblemático en su siniestra connivencia antidemocrática. La avalancha de evidentes hechos los desnuda ante el país y la comunidad internacional. Con escasas excepciones, el Poder Estadal, en manos de los gobernadores y consejos legislativos, con sus padrinos incluidos, actúan al alimón con el timo electoral, tal como lo hace el Poder Municipal con sus alcaldes y concejos municipales, en franca violación del artículo 7 constitucional, que señala: “La Constitución es la norma suprema y el fundamento del ordenamiento jurídico. Todas las personas y los órganos que ejercen el Poder Público están sujetos a esta Constitución”. De tal forma, que todos esos poderes están sometidos al cabal cumplimiento de nuestra ley fundamental que establece que todo acto dictado en ejercicio del Poder Público que viole o menoscabe los derechos garantizados por esta Constitución y la ley es nulo, y los funcionarios públicos y funcionarias públicas que lo ordenen o ejecuten, entre ellos los militares, incurren en responsabilidad penal, civil y administrativa, según los casos, sin que les sirvan de excusa órdenes superiores.

    Estos integrantes que ejercen el poder público son autores, actores y cómplices del inocultable despojo electoral, que trastoca el principio constitucional de que Venezuela es y será un “Estado democrático y social de Derecho y de Justicia”; sus acciones u omisiones son nulos y caracterizan a un poder público cuyos integrantes hoy funcionan de facto.

    Los escenarios que por esta situación se generan, no se presentan auspiciosos para un régimen refractario al que se le ha instado a un reconocimiento que traería aparejado su posible pervivencia como factor político dentro de los cánones democráticos. En este caso, la transición política puede cobrar vida y el país fluiría encaminado por la ruta democrática hacia una deseada reconciliación, libertad y progreso. El otro escenario es el del atrincheramiento del régimen; este se produciría cuando se le acaben las opciones, incluso la de huir hacia adelante. Significa el aislamiento a tiempo determinado, con consecuencias impredecibles.

    La ilegitimidad en el ejercicio del poder lleva inexorablemente al vacío del poder público, todo lo cual daría paso a otro tipo de transición, que si no es consensuada, pudiera conferirle eficacia a aquellas ramas del poder público que tuvieron y tienen toda la legitimidad con la que cuenta la Asamblea Nacional del 2015, que es reconocida por EEUU y buena parte de la comunidad internacional, y el legítimo TSJ por ella designado y juramentado el 21 de julio de 2017, ahora en el exilio, que le darían a Edmundo como presidente electo un sustento institucional importante en esta situación de excepción.

    Curiosamente ha quedado encapsulado el célebre artículo 350 CRBV, tal vez porque se introdujo en su texto como una forma de blindar, con ese escudo protector, a un régimen que en aquel entonces ya se antojaba hegemónico y totalitario. El caso es que ahora el régimen tiene fecha de vencimiento. De hecho ya el pueblo lo ha desconocido en nuestras calles y en el mundo en tenaz lucha contra la pretensión antidemocrática, como se consagra en sus líneas: “El pueblo de Venezuela, fiel a su tradición republicana, a su lucha por la independencia, la paz y la libertad, desconocerá cualquier régimen, legislación o autoridad que contraríe los valores, principios y garantías democráticos o menoscabe los derechos humanos”.

    Lamentablemente aquella frase de Chávez de que “dentro de la constitución y la ley todo, fuera de la constitución y la ley nada.”, quedó no sólo como un mero ejercicio retórico, sino también como un inicuo instrumento para su discrecional manipulación por un ilegítimo poder público. Como se ve, la constitución no es un panfleto, es un instrumento fundamental que nos ampara en el derecho de hacer valer nuestra soberana voluntad popular como única forma legitimante. Toca hacerla valer.

    Víctor A. Bolívar

    X: @vabolivar

    El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, fue el primer mandatario en intervenir en la Asamblea General de las Naciones Unidas. Luego del discurso del secretario general de la ONU, António Guterres, y de Philemon Yang, presidente del 79º período de sesiones, el jefe de Estado del gigante sudamericano saludó a la delegación de Palestina e ignoró el fraude electoral de Maduro.

    Infobae

    Se refirió a los conflictos en el mundo e hizo mención al calentamiento global, los incendios e inundaciones en su país.

    “El domingo adoptamos el Pacto para el Futuro y la dificultad de su aprobación demostró cómo se debilitó nuestra capacidad colectiva para solucionar los problemas. Tenemos que ir mucho más allá y darle a las Naciones Unidas los medios necesarios para hacer frente a los cambios vertiginosos a nivel internacional”, comenzó Lula.

    Y siguió: “El 2023 ha visto un récord muy triste, la mayor cantidad de conflictos desde la Segunda Guerra Mundial. Los recursos de la guerra se pudieron haber usado para luchar contra el hambre. Vemos dos conflictos simultáneos con el potencial de convertirse en conflictos generalizados. En Ucrania, vemos como la guerra se extiende. Está claro que ninguna de las partes logrará sus objetivos a través de medios militares”, indicó el líder del Partido de los Trabajadores, al tiempo que mencionó el plan de paz de China y su país como vía para una solución.

    Respecto a la guerra en Medio Oriente, expresó: “Gaza es una de las peores crisis humanitarias de la historia reciente, y ahora se extiende peligrosamente al Líbano. Lo que empezó como un acto terrorista de fanáticos contra israelíes inocentes se ha convertido en un castigo colectivo a los palestinos”.

    Luego se refirió al cambio climático y enfatizó: “Es imposible ‘desplanetizar’ nuestra vida. Estamos abocados a la interdependencia en materia del cambio climático por ejemplo. La negación se impone ante las pruebas del calentamiento global. En el sur de Brasil sufrimos las mayores inundaciones desde la década del ‘70 y los incendios forestales se extendieron por todo el país. También sufrimos una sequía récord”.

    En cuanto a su país, sostuvo: “Mi gobierno no abandona su soberanía y no deja de lado sus responsabilidades. No toleraremos crímenes medioambientales. Hemos reducido la deforestación en el Amazonas en un 50% el año pasado y la erradicaremos en 2030. Brasil es una fuente de oportunidades. Somos uno de los países con la mezcla energética más limpia”.

    Sin mecionar el fraude electoral de Nicolás Maduro en Venezuela, Lula hizo un análisis de la situación general de la región. “América Latina vive una segunda década perdida desde el 2014. Hay una combinación entre poco crecimiento y niveles altos de desigualdad. No puede justificarse mantener a Cuba en una lista de estados que promueven el terrorismo. En Haití es urgente adoptar medidas para recuperar el orden democrático. Los brasileños derrotaron a los dictadores que intentaban socavar las instituciones”, dijo -sin mecionarlo explícitamente- sobre el intento de golpe de Estado apenas asumió.

    Lula da Silva (REUTERS/Mike Segar)Lula da Silva (REUTERS/Mike Segar)

    Por último, habló de la inteligencia artificial (IA) y del hambre en el mundo. Respecto a la primera, reflexionó: “Nos interesa una IA de emancipación, que refuerce la diversidad cultural y proteja los datos personales. Que sea una herramienta para la paz y no para la guerra”.

    En cuanto al hambre, subrayó: “El 9% de la población mundial está infraalimentada y este problema es especialmente grave en África y Asia. Las mujeres y niñas representan la mayoría de las personas que sufren hambre en el mundo. El hambre surge de decisiones políticas”, concluyó.

    La Asamblea General aprobó el principal documento final de la cumbre –el “Pacto de Futuro” de 42 páginas– el pasado domingo por la mañana con un golpe de martillo del presidente de la Asamblea, Philémon Yang, en señal de consenso, después de que el organismo votara 143-7 con 15 abstenciones en contra de considerar las enmiendas propuestas por Rusia para descafeinarlo significativamente.

    El pacto es un plan para abordar los retos mundiales, desde los conflictos y el cambio climático hasta la inteligencia artificial y la reforma de la ONU y las instituciones mundiales. Su impacto dependerá de su aplicación por parte de los 193 países miembros de la Asamblea.

    La Justicia argentina ordenó la captura internacional del dictador Nicolás Maduro y el oscuro jerarca Diosdado Cabello, acusados de ser responsables de un plan sistemático de torturas, secuestros y ejecuciones en Venezuela, que se multiplicaron luego de las últimas elecciones presidenciales donde el oficialismo se autoproclamó ganador pese al abrumador triunfo de Edmundo González Urrutia, desterrado a España. La resolución judicial se tomó tras escuchar los testimonios de víctimas refugiadas en el país sudamericano, que describieron los abusos cometidos por el régimen chavista.

    Por: Laureano Pérez Izquierdo – Infobae

    La decisión la adoptaron los jueces Pablo BertuzziLeopoldo Bruglia Mariano Llorens, quienes afirmaron que las pruebas son suficientes para proceder con la detención internacional vía Interpol, con fines de extradición a la Argentina. El objetivo es evitar que la dictadura continúe violando derechos humanos y detener el aumento de víctimas. El fallo también solicita que se investigue a otros funcionarios venezolanos involucrados en estos crímenes.

    Las pruebas fueron contundentes. La Cámara Federal no tuvo dudas al emitir el fallo: “Corresponde disponer la inmediata detención de Nicolás Maduro Moros y Diosdado Cabello con fines de extradición”, dice el escrito. En su resolución, los magistrados afirmaron que el plan sistemático de represión perpetrado por las más altas esferas del Estado venezolano “amenaza con seguir cometiendo violaciones a los derechos humanos si no se detiene”. Bajo esa premisa, ordenaron que Interpol active las alertas rojas para llevar a los responsables ante la Justicia argentina.

    La orden de captura emitida por la Justicia fue promovida por el Foro Argentino por la Dedefensa de la Democracia (FADD) y respaldada por la Fundación Internacional para la Libertad, liderada por Mario Vargas Llosa.

    La Justicia argentina realmente se ha puesto al frente de los derechos humanos al ponerle nombre y apellido a lo que pasa en Venezuela, que hoy realmente es la peor dictadura cívico militar de la historia de Latinoamérica, por la cantidad de desplazados, por la cantidad de torturados, por la cantidad de homicidios que se han producido. Es un día de júbilo para todas las democracias republicanas del mundo y un día de preocupación para los dictadores”, dijo el abogado Tomás Farini Duggan, representante legal del FADD y querellante en la causa.

    Maduro es un dictador acorralado, pero aún cuenta con refugios seguros en un mundo que parece girar en su contra. RusiaIránChinaCubaNicaragua Turquía son sus puertos seguros. Esos países son los poquísimos que visita. Es en ellos donde se le garantiza la impunidad que tanto necesita. Sin que resulte una sorpresa, ninguno de los autócratas que comanda esas naciones posee compromiso alguno con los derechos humanos ni con los valores democráticos.

    Tanto es así que el régimen chino lo defiende ante el mundo. “China y Venezuela son buenos amigos y socios, e independientemente de cómo cambien las circunstancias internacionales, China continuará apoyando a Venezuela en la defensa de su soberanía y dignidad nacional, así como en el desarrollo económico y social del país”, aseguró el canciller chino Wang Yi en la reunión con el ministro de Relaciones Exteriores chavista Yván Gil, en Nueva York, en el marco de la Asamblea General de las Naciones Unidas. Algún malpensado podría pensar que Beijing continuará exprimiendo los recursos naturales de los venezolanos y ahogándolo con su inconmensurable deuda.

    También Maduro ha perdido la posibilidad de visitar antiguos aliados, aquellos que por diferentes simpatías preferían mirar para otro lado cuando se explicitaban -desde hace muchos años- las violaciones a los derechos humanos en Venezuela. Ellos son Lula da SilvaGustavo Petro Andrés Manuel López Obrador (AMLO), ya de salida. Sobre todo los dos primeros quedaron muy mal posicionados, a la intemperie, luego del megafraude del 28 de julio. Confiaban en alguna fibra democrática por parte del herederos de Hugo Chávez.

    Sin embargo, Maduro rara vez viaja. El miedo lo tiene atrapado en el Palacio de Miraflores, en Caracas. Ya no solo teme ser arrestado en algún destino internacional, sino traicionado por los suyos. En Venezuela, la conjura es algo tan común como el hambre que azota al pueblo y la falta de garantías mínimas para levantar la voz. Hasta en los círculos más íntimos del poder, la deslealtad se ha vuelto una moneda de cambio.

    Mientras tanto, como si se tratara de una escena pugilística, el Tribunal Supremo de Justicia emitió una solicitud de medidas preventivas contra funcionarios argentinos, acusándolos de delitos relacionados con el decomiso de un avión iraní-venezolano en 2022, bajo un gobierno de otra bandera política. El pedido del régimen es contra el presidente Javier Milei, su hermana Karina Milei -secretaria general de la Presidencia- y Patricia Bullrich, ministra de Seguridad.

    Los tres participan de la Asamblea General de la ONU. Caminan tranquilos por Nueva York y el mundo. Maduro, en cambio, se ausentó nuevamente a la cumbre global. Fue únicamente su canciller, un paria en aquella ciudad sólo frecuentado por socios que piden recursos a cambio de apoyo. El chavista es consciente de que todos los países le darían la espalda. El repudio sería casi unánime. Pero además sabe que las autoridades norteamericanas podrían detenerlo: además de la Justicia argentina la DEA también lo busca. No por violación a los derechos humanos, sino por narcotraficante. Otro de los motivos por los que el dictador prefiere refugiarse en el palacio.

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