Vía WSJ
La semana pasada, el presidente Biden hizo un reconocimiento al pueblo de Venezuela en las Naciones Unidas:“Venezuela, donde millones de personas votaron por un cambio. No se ha reconocido, pero no se puede negar. El mundo sabe la verdad”. Entonces, ¿por qué no hace más para ayudar a la gente que votó por el candidato opositor Edmundo González Urrutia contra el dictador Nicolás Maduro ?
El gobierno de Biden ni siquiera ha declarado a González Urrutia como el legítimo presidente electo, lo que ha provocado que otros en las Américas duden en respaldar al ganador de las elecciones, que ha huido a España para evitar ser arrestado. Peor aún, el Tesoro no ha revocado su licencia general de 2022 para que Chevron Corp. exporte petróleo de Venezuela. La producción de Chevron genera más de 100 millones de dólares al mes en ingresos para el régimen de Maduro.
No solemos decir esto, pero Biden podría escuchar al senador de Illinois Dick Durbin . El demócrata ha redactado una legislación que, según él,“Detener inmediatamente las inversiones de personas de los Estados Unidos en el sector energético de Venezuela hasta que se respeten los resultados legítimos de las elecciones del 28 de julio de 2024”.
La idea es apuntar al talón de Aquiles fiscal de Caracas. Sin Chevron, Maduro tendría menos divisas para pagar a las bases militares que se quejan en los cuarteles. Por ahora, el ejército respalda al régimen, que, como señala el proyecto de ley de Durbin, ha “arrestado y abusado de miles de ciudadanos inocentes de Venezuela, incluidos niños, por participar políticamente de manera pacífica”.
El Tesoro afirma que ha “sancionado a más de 140 individuos y 100 entidades venezolanas”. Hay una recompensa de 15 millones de dólares en Estados Unidos por información que conduzca a la captura de Maduro y una recompensa de 10 millones de dólares por Diosdado Cabello , el principal ejecutor de la represión. Pero privar al régimen de dinero es la mejor opción para derrocar a los capos.
Casi ocho millones de venezolanos han huido del país desde que Maduro tomó el poder hace una década. El argumento de que proteger los ingresos petroleros del régimen detendrá esta migración humana es fantasioso. El régimen es la causa del éxodo. El proyecto de ley de Durbin les da a quienes en el Congreso dicen preocuparse por el pueblo venezolano la oportunidad de dar más que palabras al firmarlo. Es hora de forzar la mano de Biden.