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Es lo que es

DBuford

El presidente del Consejo Nacional Electoral, Elvis Amoroso, informó este miércoles que con el propósito de facilitar y promover la participación en los comicios electores de este año, se ha decido modificar la fecha de las elecciones previstas para elegir gobernadores y diputados a la Asamblea Nacional.

Amoroso detalló que la nueva fecha fijada para el proceso electoral pasará del 27 de abril al 25 de mayo de 2025, como consecuencia de una sugerencia realizada por los distintos autores electorales del país.

En este sentido aseguró que para el 27 de abril se tiene previsto realizar la segunda consulta popular del año.

En estos sufragios pautados para mayo serán electos los 277 diputados a la Asamblea Nacional, los 24 gobernadores de los estados, incluido por primera vez el de la Guayana Esequiba, y un número determinado de asambleístas para integrar los consejos legislativos estaduales.

Los partidos políticos y candidatos que busquen participar en las elecciones tendrán que firmar un documento en donde se comprometan a respetar los resultados emitidos por el CNE «como poder constitucional de la república»

Por David Morán Bohórquez

Donald Trump ha desarrollado un enfoque agresivo en la política comercial de EEUU, especialmente en el uso de aranceles. Desde su llegada a la presidencia, ha argumentado que los Estados Unidos han sido tratados injustamente en el comercio internacional, y ha buscado la reciprocidad a través de la imposición de aranceles

El 13 de febrero, mediante nota de prensa, la Casa Blanca anunció el «Plan Justo y Recíproco” que ordena el desarrollo de un plan integral para restablecer la equidad en las relaciones comerciales de Estados Unidos y contrarrestar los acuerdos comerciales no recíprocos.

Argumentan que “Estados Unidos es una de las economías más abiertas del mundo, pero nuestros socios comerciales mantienen sus mercados cerrados a nuestras exportaciones. Esta falta de reciprocidad es injusta y contribuye a nuestro gran y persistente déficit comercial anual

Y agregan “Esta falta de reciprocidad es una de las fuentes del gran y persistente déficit comercial anual de bienes de Estados Unidos: los mercados cerrados en el exterior reducen las exportaciones estadounidenses y los mercados abiertos en el país resultan en importaciones significativas, y ambos socavan la competitividad estadounidense

Los aranceles son impuestos aplicados a bienes importados, utilizados como herramientas de política comercial y fiscal. Como instrumentos de política comercial, buscan proteger la industria nacional al encarecer los productos extranjeros, fomentando así el consumo de bienes locales. Desde una perspectiva fiscal, los aranceles generan ingresos adicionales para el Estado, contribuyendo al financiamiento de servicios públicos y proyectos gubernamentales. Sin embargo, su aplicación puede desencadenar tensiones comerciales y afectar la competitividad internacional, por lo que su implementación requiere un equilibrio cuidadoso entre protección económica y promoción del libre comercio.

Entre los 15 principales países para las exportaciones estadounidenses, 9 de ellos tienen una tasa ponderada de aranceles superior a la tasa promedio ponderada de EEUU del 1,49%

Si bien Venezuela no está ni de cerca dentro de los principales mercados de exportación de EEUU, llama la atención la altísima tasa ponderada de aranceles del 13,60%.

Es importante destacar que las tasas arancelarias pueden variar según el tipo de producto y las políticas comerciales vigentes en cada país.

Veamos tres ejemplos:

El arancel estadounidense al etanol es de apenas un 2,5%, pero Brasil aplica a las exportaciones estadounidenses de etanol un arancel del 18%.

La UE también impone un arancel del 10% a los automóviles importados de EEUU, mientras que Estados Unidos sólo impone un arancel del 2,5% a los europeos

India aplica un arancel del 100% a las motocicletas estadounidenses, mientras que EEUU aplica un arancel del 2,4% a las motocicletas indias.

Los aranceles como herramienta de reciprocidad

Los aranceles pueden servir como una herramienta de reciprocidad en las relaciones comerciales internacionales. En este contexto, la reciprocidad implica que un país ajusta sus aranceles para igualar o contrarrestar las tarifas impuestas por otro país a sus exportaciones. Este enfoque busca equilibrar las condiciones comerciales y proteger los intereses económicos nacionales.

Aranceles como herramienta de reciprocidad:

  • Definición: Aplicación de tarifas equivalentes en respuesta a los aranceles que otro país impone a los productos nacionales.
  • Propósito: Incentivar negociaciones para reducir o eliminar barreras comerciales y asegurar condiciones equitativas para los exportadores nacionales.
  • Impacto: Puede conducir a negociaciones comerciales más equilibradas, aunque también existe el riesgo de escaladas en disputas comerciales si ambos países continúan aumentando sus aranceles.

La administración Trump ha usado esta táctica en negociaciones con China, la Unión Europea, y otros socios comerciales, buscando siempre una «reciprocidad justa». La idea es que el comercio debe ser una calle de doble sentido, donde cada nación reciba beneficios proporcionales a lo que ofrece.

El «dilema del prisionero» y los aranceles

En la teoría de juegos, la reciprocidad en la imposición de aranceles se analiza mediante modelos que describen las interacciones estratégicas entre países en el comercio internacional. Uno de los modelos más ilustrativos es el «dilema del prisionero», que captura la esencia de las decisiones sobre aranceles entre dos naciones.

El dilema del prisionero es un concepto fundamental en la teoría de juegos que ilustra por qué dos individuos podrían no cooperar, incluso cuando hacerlo parece ser lo más beneficioso para ambos. Este dilema demuestra cómo la desconfianza y la búsqueda del interés propio pueden llevar a resultados subóptimos para las partes involucradas.

Tabla de pagos en el dilema del prisionero aplicado a aranceles:

Consideremos dos países, A y B, que pueden optar por Cooperar (no imponer aranceles) o No Cooperar (imponer aranceles). Los posibles resultados y sus respectivos pagos (beneficios económicos) podrían representarse de la siguiente manera:

  • (3, 3): Ambos países cooperan, obteniendo beneficios moderados.
  • (1, 4): El País A coopera, pero el País B no; B obtiene un alto beneficio, mientras que A sufre una pérdida.
  • (4, 1): El País A no coopera, pero el País B sí; A obtiene un alto beneficio, mientras que B sufre una pérdida.
  • (2, 2): Ambos países no cooperan, resultando en beneficios bajos para ambos.

Dinámica a corto y largo plazo:

  • Corto plazo: Si este juego se juega una sola vez, la estrategia dominante para ambos países es No Cooperar (imponer aranceles), ya que maximiza el beneficio individual inmediato sin considerar la respuesta del otro. Esto lleva al resultado (2, 2), donde ambos están peor que si hubieran cooperado.
  • Largo plazo: Si el juego se repite indefinidamente, los países pueden adoptar estrategias de reciprocidad condicionada, como «ojo por ojo» (tit-for-tat). En esta estrategia, un país comienza cooperando y luego replica la acción del otro país en rondas sucesivas. Si ambos adoptan esta estrategia, la cooperación mutua puede mantenerse, llevando al resultado (3, 3) en cada ronda. Sin embargo, si uno de los países decide no cooperar en una ronda, el otro responderá de la misma manera en la siguiente, lo que puede desencadenar una serie de represalias y reducir los beneficios para ambos.

Con este análisis quiero resaltar la importancia de la reciprocidad en las políticas arancelarias y cómo las interacciones repetidas pueden fomentar la cooperación entre naciones para evitar guerras comerciales perjudiciales.

En conclusión, «Trump el recíproco» representa una visión de la política comercial basada en la igualdad y la justicia, pero también subraya los riesgos y desafíos de implementar tales políticas en un mundo donde el comercio internacional es vital para el crecimiento económico.

Una vieja regla del comercio internacional es que no hay arancel sin respuesta.

¿Lo entenderán así México, China, Reino Unido, Japón, Corea del Sur, Brasil, Taiwán, India, Emiratos Árabes Unidos?

X: @morandavid

Por Daniel Cadenas

Después de una rápida industrialización, dirigida desde el Estado mediante la política de Sustitución de Importaciones y apoyada en las inversiones de transnacionales americanas, en linea con la «Alianza para el Progreso», cuyo objetivo era evitar la expansion del comunismo en Latinoamerica, la Industria Manufacturera Venezolana ha experimentado desde 1980 una dolorosa agonía, la cual puede visualizarse y explicarse mejor en tres etapas:

PRIMERA DESINDUSTRIALIZACIÓN (1980-1996): Durante este periodo el grado de industrialización pasó de 17,7% del PIB a 12,4% o una desindustrialización de 31%. Aunque los economistas venezolanos han echado mano de la hipótesis de la «Enfermedad Holandesa» para explicar esto, los datos muestran que durante este periodo los precios del petróleo en términos reales cayeron drásticamente y el tipo de cambio real exhibió una tendencia a la depreciación, por lo que difícilmente esta desindustrialización pueda atribuirse a enfermedad holandesa. El creciente gasto público, el sobreendeudamiento público externo y una marcada pérdida de productividad total de los factores podrían explicar mejor esta etapa.

SEGUNDA DESINDUSTRIALIZACIÓN (1997-2012): Durante este periodo el grado de industrialización pasó de 21% (maximo historico) a 11,8%, es decir se redujo a la mitad, una pérdida de 50%. Este periodo si es consistente con un auge brutal de precios del petróleo, que causó una significativa apreciación real del bolivar con respecto al dolar y pudiera razonablemente ser atribuido a la hipótesis de enfermedad holandesa, si bien es cierto que también ocurrió en paralelo a un desbordado e irracional endeudamiento publico externo.

TERCERA DESINDUSTRIALIZACIÓN (2013-Presente): Este nefasto periodo es el de la enanización de la industria manufacturera privada, que pasa de 13,7% del PIB en 2013, a solo 4% en 2020, una caída libre de 70%. El colapso macroeconómico, la hiperinflación y una interminable política de ajuste de corte contractivo (2018-presente), explican esta última fase terminal, de la cual será extremadamente complejo salir. Acá tampoco hay auge de precios y para rematar, la producción de petróleo cae de 3,4 millones a 500 mil barriles por dia. No obstante, el tipo de cambio real se aprecia enormemente, solo por el diferencial de precios locales en comparación con el nivel de precios de los socios comerciales.

Hoy, la industria ha sido desplazada y reemplazada por el comercio de mercancías importadas, actividad de escaso valor agregado y que no tiene ni remotamente la capacidad de arrastre y empuje de otras actividades que tiene la manufactura, a través de los encadenamientos entre actividades.

Si bien es cierto que sería irracional producir de todo, sobre todo aquellos bienes y servicios en los que no somos ni competitivos ni productivos, destruir la industria y llevarla a solo un 4% – 5% de la actividad económica total, es un despropósito.

Vía Infobae

Las celebridades que han manifestado sufrir este trastorno del espectro autista han colaborado en su concienciación

El síndrome de Asperger es un trastorno del desarrollo que forma parte del espectro autista, caracterizado por dificultades en la interacción social y patrones de comportamiento repetitivos. Las personas con Asperger suelen mostrar un interés intenso en un tema específico y pueden hablar de él extensamente. Aunque su capacidad intelectual generalmente es promedio o superior al promedio, pueden tener dificultades para comprender las convenciones sociales o expresar sus emociones de manera convencional.

El 18 de febrero se conmemora el Día Internacional del Síndrome del Asperger, coincidiendo con el cumpleaños de Hans Asperger, el pediatra austriaco que describió por primera vez el trastorno. Las personas con síndrome de Asperger pueden encontrar desafíos en la socialización y comunicación con los demás. A menudo, tienen un lenguaje formal y un estilo único de hablar. Aunque pueden querer interactuar con otros, pueden no saber cómo hacerlo de manera efectiva. Esto puede llevar a malentendidos o dificultades para formar amistades.

Algunas figuras públicas con Asperger

Varios famosos han compartido públicamente su diagnóstico de síndrome de Asperger, una condición que forma parte del espectro autista. Aquí hay algunos de ellos:

Elon Musk. El multimillonario CEO de empresas como SpaceX y Tesla ha hablado públicamente sobre su condición dentro del espectro autista como Asperger. Musk ha mencionado cómo esta condición le ha afectado en varios aspectos de su vida y trabajo, aunque ha preferido enfocarse en cómo sus características únicas han contribuido a su creatividad y enfoque innovador en los negocios y la tecnología.

Anthony Hopkins: El galardonado actor fue diagnosticado con Asperger tarde en su vida y en alguna ocasión ha mencionado que esto le ha ayudado a concentrarse profundamente en su trabajo.

Daryl Hannah: La actriz, famosa por su participación en películas como “Blade Runner” y “Kill Bill”, fue diagnosticada con síndrome de Asperger cuando era niña. Hannah ha compartido públicamente cómo la condición la llevó a sentirse aislada y a luchar con la socialización durante su infancia y adolescencia.

Greta Thunberg: La activista medioambiental sueca, conocida por su franqueza y determinación en la lucha contra el cambio climático, ha hablado públicamente sobre su diagnóstico de Asperger. Thunberg considera su condición como una ventaja en su activismo.

Susan Boyle: La cantante, quien se hizo famosa mundialmente después de participar en el programa “Britain’s Got Talent”, fue diagnosticada con síndrome de Asperger en 2013. Boyle habla abiertamente sobre cómo el diagnóstico le ha permitido entender mejor sus desafíos personales.

Estas figuras públicas han contribuido a aumentar la concienciación sobre el síndrome de Asperger y el espectro autista, demostrando que es posible alcanzar grandes logros y tener impacto significativo. Otros famosos como Bill Gates o el actor Keanu Reeves han sido considerados por la prensa como personas con Asperger por su modo de ser y trabajar, aunque no se dispone de ningún tipo de confirmación oficial.

En los últimos años y gracias en parte a esta concienciación por parte de los famosos, ha habido un cambio en la percepción del síndrome de Asperger, enfocándose más en las fortalezas capacidades únicas de las personas con esta condición, en lugar de solamente en sus dificultades. Con el apoyo adecuado, muchas personas con Asperger llevan vidas plenas y satisfactorias, contribuyendo de manera significativa a la sociedad en una amplia gama de campos profesionales y creativos.

Vía Observatorio Venezolano de Prisiones

En Venezuela, subsisten tres sistemas penitenciarios: los calabozos policiales (centros de detención preventiva); los establecimientos penitenciarios; y el de los presos políticos. El primero, con espacios reducidos, que solo están aptos para albergar a personas hasta por 48 horas y con personal sin capacitación para atenderlos. El segundo, cárceles con infraestructura deteriorada, reclusos hacinados en condiciones deplorables, alimentación pobre, sin atención médica ni servicios básicos. Y el tercero, producto del ensañamiento contra líderes políticos, sindicalistas, defensores de derechos humanos, periodistas, militares y manifestantes, por tener un pensamiento y una opinión diferente a la del actual régimen. 

Represión poselectoral: la nueva crisis política de Venezuela tras el 28J

En 2024, los hechos más relevantes de Venezuela estuvieron marcados por una constante agresión contra los derechos humanos; acompañado de un deterioro definitivo, que sepultó el Estado democrático y social de Derecho y de Justicia cimentado en nuestra Constitución.

Antes de las Elecciones Presidenciales del 28 de julio de 2024, el señor Nicolás Maduro anunció anticipadamente un baño de sangre si no resultaba ganador. Tras los comicios, habiendo sido proclamado como el vencedor, la respuesta a la manifestación pacífica fue ejecuciones extrajudiciales, detenciones arbitrarias, desapariciones forzadas, violaciones al debido proceso, persecuciones a líderes políticos, tortura y otros tratos crueles, inhumanos o degradantes. El mandatario afirmó públicamente que 2.229 personas habían sido detenidas en ese contexto. 

En tanto, los Sistemas de Protección de Derechos Humanos calificaron una nueva crisis política:

  1. El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos aseveró que en Venezuela existe “un clima de miedo”
  2. La Misión internacional independiente de determinación de los hechos sobre la República Bolivariana de Venezuela advirtió que “el riesgo de desintegración del Estado de Derecho es muy alto”. Para la Misión, la protesta contra los resultados electorales y la respuesta represiva del Estado marcó un nuevo hito en el deterioro del Estado de Derecho. En el país, los principales poderes habrían abandonado toda apariencia de independencia y se sometieron abiertamente al Ejecutivo. “En la práctica, muchas de las garantías judiciales perdieron su efectividad, dejando a la ciudadanía en desamparo frente al ejercicio arbitrario de poder”
  3. 24 expertos de Naciones Unidas, en un comunicado de prensa, solicitaron “poner fin a violaciones de derechos humanos tras las elecciones”
  4. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos y su Relatoría sobre Libertad de Expresión condenaron las prácticas de terrorismo de estado en Venezuela; y
  5. El Fiscal de la Corte Penal Internacional, durante la vigésima tercera Asamblea de los Estados Parte en el Estatuto de Roma, expresó que “la complementariedad se está quedando sin camino”“nuestras investigaciones independientes están en marcha, siempre han sido en paralelo” y exigió la liberación de todos los niños y adultos detenidos por motivos políticos.

Promesas sin cumplir: Tocorón y Tocuyito, las cárceles de máxima seguridad que concentraron a la disidencia y dejaron sin plazas a los reclusos trasladados en las intervenciones de 2023

Teniendo que albergar a más de dos mil personas, y enfrentándose a un hacinamiento en riesgo crítico, las autoridades reabrieron las cárceles de Tocorón y Tocuyito para convertirlas en centros de concentración de los disidentes. Tras las intervenciones carcelarias de la “Operación de Liberación Gran Cacique Guaicaipuro” en 2023, las promesas de recuperación de las instalaciones y los traslados temporales y circunstanciales de las 3.524 personas privadas de libertad que hacían vida en sus espacios, pasaron a engrosar la lista de deudas del Estado. Inferimos que esta decisión de último momento fue tomada a la ligera, evidenciándose la falta de seriedad de las autoridades que deshumaniza a la población reclusa.

En ese marco, tres personas detenidas en el contexto poselectoral murieron por falta de atención médica. Jesús Manuel Martínez Medina, fallecido en el estado Anzoátegui, el 14 de noviembre de 2024 en el Hospital Universitario “Dr. Luis Razetti”, tras ser trasladado del centro de detención preventiva “Comandancia General de la Policía del estado Anzoátegui”, en la sede del Crucero de Lechería; ii) Jesús Rafael Álvarez, quien murió en el Internado Judicial de Tocuyito, en el estado Carabobo, el 12 de diciembre de 2024; y iii) Osgual Alexander González Pérez, también en ese recinto carcelario, cuyo deceso fue el pasado 15 de diciembre de 2024.

¿Quién es la autoridad en los calabozos de la DGCIM y el SEBIN?

Por otro lado, en el caso de los detenidos en las sedes de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (DGCIM) y el Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (SEBIN), continuó la práctica errónea en el ejercicio de las funciones de custodia. Desde 2021, según publicaciones en la Gaceta Oficial de la República, el presidente Maduro ordenó la transferencia del ejercicio de las funciones de custodia de personas privadas de libertad al Ministerio para el Servicio Penitenciario. 

La orden inicial fue dada en mayo de ese año, y se ha prorrogado dos veces. Sumado a que las autoridades publicaron una “Resolución conjunta mediante la cual se establecen las directrices para la ejecución de la transferencia al Ministerio del Poder Popular para el Servicio Penitenciario de las funciones y responsabilidades inherentes a la custodia de personas privadas de libertad actualmente en establecimientos a cargo de la DGCIM y el SEBIN” 

Lamentablemente, dicha resolución no ha sido cumplida. Al contrario, en la práctica, en las distintas sedes de estos organismos que sirven como cárceles paralelas, hay un conflicto de competencias. Los detenidos y sus familiares se encuentran en una situación de desprotección, no teniendo a quien acudir para presentar sus quejas, ya que tampoco hay una norma que rija su funcionamiento. Esto, muy a pesar de que es evidente que el competente es el Ministerio para el Servicio Penitenciario en la persona titular de la cartera ministerial.

El Ministerio para el Servicio Penitenciario es el órgano rector del sistema penitenciario y, en consecuencia, está sujeto a las normas contenidas en el Código Orgánico Penitenciario. Por tanto, la transferencia de las funciones de custodia de los detenidos en calabozos de la DGCIM y el SEBIN, implica, asimismo, que estas personas también estén sujetas a dicha norma. 

Tal sujeción a la norma, resulta, pues, en el reconocimiento de los deberes, derechos, obligaciones y prohibiciones de las personas privadas de libertad; y la aplicación de las regulaciones relativas al ingreso y egreso en los establecimientos penitenciarios; seguimiento jurídico; agrupación y clasificación; atención integral; trabajo penitenciario; educación y capacitación; asistencia médica; traslados; régimen de visitas; régimen disciplinario y otros. Sin embargo, a casi 4 años de haber sido emitidos, y a pesar del esfuerzo de las autoridades, tanto los decretos presidenciales como la resolución conjunta continúan siendo letra muerta. 

En casi 14 años del Ministerio para el Servicio Penitenciario, Venezuela continúa estancada en una crisis de abandono sostenido

Recordamos que Venezuela tiene un Ministerio para el Servicio Penitenciario desde 2011, creado por el expresidente Hugo Chávez Frías, motivado por el enfrentamiento entre bandas criminales en las cárceles El Rodeo I y el Rodeo II. 

Anteriormente existía una “Dirección de Prisiones”, la cual estaba a cargo del Ministerio de Justicia, y funcionaba bajo una dirección de línea con dos divisiones (tratamiento institucional y tratamiento no institucional). Después, el Ministerio de Relaciones Interiores se fusionó con el Ministerio de Justicia, conformando el Ministerio de Interior y Justicia. Lo que antes era una dirección de prisiones, se convirtió en la “Dirección General de Custodia y Rehabilitación del Recluso”, cuya misión era planificar y ejecutar la política en materia penitenciaria, orientada al tratamiento y rehabilitación de la persona privada de libertad para reintegrarla a la vida útil y productiva de su entorno social. En 2008, cuando el abogado Tareck El Aissami era el ministro, pasó a ser la “Dirección General de Asuntos Penitenciarios”.

Bajo ese contexto, la creación del Ministerio para el Servicio Penitenciario generó expectativas elevadas. Cárceles como el Rodeo I, el Rodeo II, Tocorón y Vista Hermosa ya tenían medidas provisionales por la Corte Interamericana de Derechos Humanos, en virtud de la violencia desmedida; el hacinamiento, mala alimentación y falta de servicios sanitarios. Sin embargo, con la autonomía y las atribuciones que le fueron conferidas a este Ministerio, el problema carcelario no ha sido solucionado. El retardo procesal (retardo criminal), hacinamiento, corrupción, deterioro de las infraestructuras, falta de personal capacitado, tráfico de armas y de drogas, y el ocio, están a la orden del día en pleno 2025, a casi 14 años de su creación.

La Constitución Nacional, en su artículo 272, dibuja un sistema penitenciario que transformaría el desastre acumulado por años de pésima gestión. No obstante, mientras no haya experticia, gerencia y disposición en las personas que ejercen los cargos de autoridad, difícilmente se podrá avanzar hacia una mejoría significativa. El sistema penitenciario venezolano está estancado en una crisis de abandono sostenido, y hasta que las autoridades no reconozcan sus fallas y desarrollen políticas públicas efectivas, los reclusos y sus familiares continuarán siendo las víctimas de esta calamidad.  

En ese marco, instamos al Ministerio para el Servicio Penitenciario al restablecimiento de los derechos humanos de la población reclusa. Exigimos que la Defensoría del Pueblo y el Ministerio Público ejerzan su papel garantista de los derechos humanos. Asimismo, al cumplimiento de nuestra legislación nacional y los estándares internacionales. A saber:

  1. Las Reglas Mínimas de las Naciones Unidas para el Tratamiento de los Reclusos (Reglas Nelson Mandela); 
  2. Las Reglas de las Naciones Unidas para el tratamiento de las reclusas y medidas no privativas de la libertad para mujeres delincuentes (Reglas Bangkok); 
  3. Las Reglas mínimas de las Naciones Unidas para la administración de justicia de menores (Reglas Beijing)
  4. Las Reglas de las Naciones Unidas para la protección de los menores privados de libertad (Reglas de la Habana)
  5. Las Reglas mínimas de las Naciones Unidas sobre las medidas no privativas de la libertad (Reglas Tokio)
  6. El Conjunto de Principios para la protección de todas las personas sometidas a cualquier forma de detención o prisión
  7. Los Principios básicos para el tratamiento de los reclusos
  8. Los Principios y Buenas Prácticas sobre la Protección de las Personas Privadas de Libertad en las Américas

A los Sistemas de Protección de Derechos Humanos, les solicitamos que continúen monitoreando la situación de derechos humanos en nuestro país. Y a las personas privadas de libertad y a sus familiares, que sigan denunciando las violaciones a sus derechos. Cuando una persona es detenida, se limita su libertad personal, más no los otros derechos inherentes a su condición humana. Desde el OVP, continuaremos siendo su voz. Y para finalizar, aunque un juez no lo sepa, cuando priva de libertad a una persona, lo condena a muerte.

Por Humberto García Larralde

Para la oligarquía militar–civil que expolia al país, el fin de las elecciones pautadas para el 27 de abril no puede ser otro que postrar a la mayoritaria fuerza de cambio político que emergió nueve meses antes, el 28 de julio de 2024. En absoluto busca dirimir las preferencias del electorado para los representantes ante la Asamblea Nacional, o para gobernadores, alcaldes y concejales. La razón es evidente. Sabe que, de ser democráticas, con garantías y observadores internacionales confiables, esas elecciones proporcionarían una oportunidad a esa fuerza mayoritaria de hacerse de espacios decisivos de poder. A la crasa ilegitimidad política de Maduro, sellada con su grosero arrebato del resultado electoral en complicidad con el delincuente Elvis Amoroso y con magistrados corruptos de la sala electoral del tsj, se sumaría la pérdida –de calle– de todas las gobernaciones, la inmensa mayoría de los diputados a la AN y de casi todos los municipios del país. Crearía condiciones para forzar su salida, como el usurpador que es, de Miraflores. El desgaste derivado de su aislamiento internacional, la merma del botín con que mantiene a sus aliados al deteriorarse la economía, la amenaza de mayores sanciones y/o de ser condenado por crímenes de lesa humanidad, lavado de dinero y/o por vínculos con organizaciones terroristas, comprometen, cada vez más, su futuro. Y tales amenazas no desaparecerán mientras las actas de votación constaten a la vista de todos, de manera clara e irrefutable, que el pueblo venezolano escogió por una ventaja abrumadora, mayor a cuatro millones de votos, a Edmundo Gonzáles Urrutia como presidente para el período 2025-31.

Anular esta verdad representa un desafío enorme para el fascismo. Quiere reducir la debilidad y estrechez de posibilidades que resulta de su notoria ilegitimidad electoral, democrática y política, pero lo hace convocando a unas elecciones que sabe no pueden ser legítimas, pues perdería. Intenta desenredar esta contradicción encasillando a estas elecciones en una camisa de fuerza que impida que se manifieste libremente la voluntad popular y que, además, obligue a quienes deciden participar a renegar del triunfo democrático en las elecciones pasadas. Ya lo asomó Jorge, El Furibundo, basándose en el artículo 9 de su ridículamente estrafalaria Ley Orgánica Libertador Simón Bolívar contra el Bloqueo Imperialista y en Defensa de la República Bolivariana de Venezuela (¡!): no se inscribirá candidato que no reconozca al usurpador Maduro. Más bien, será encausado por desconocer la autoridad del cne (fascista). Y, por su lado, sabiendo que muchos chavistas votaron en su contra el 28J, Maduro anuncia que se arroga la potestad –muy “democrática”– de nombrar los candidatos del PSUV para las elecciones de abril. ¡Debe blindarse todo para evitar otra derrota!

Pero si bien es muy cuesta arriba para la oligarquía militar-civil legitimarse enrejando las votaciones para que no elijan, no lo es con respecto a su interés en desmoralizar a las mayorías. Apuesta a que, en una discusión interminable sobre si participar o no en las elecciones del 27 de abril las fuerzas opositoras se guinden a pelear entre sí, sembrando confusión y desaliento entre sus filas. Lo cierto es que la oposición debe asumir que una discusión a partir de razonamientos teóricos, sin tomar en cuenta la disposición efectiva de esa fuerza mayoritaria de movilizarse para derrotar al fascismo, como lo hizo en julio 2024, es un ejercicio estéril. Desde luego, ello ataña a las circunstancias y a cómo se maneja el liderazgo para aprovecharlas, pero lo decisivo es el fortalecimiento de esa fuerza.

A ello está obligado el movimiento democrático. El fin a proseguir ante esa convocatoria no puede ser otro que conservar y potenciar, aún más, la contundente fuerza mayoritaria que se manifestó por desplazar al madurismo del poder el pasado 28 de julio. El activo más valioso que tienen los venezolanos en esta lucha es la certeza, hecha del conocimiento de todos quienes tengan interés por Venezuela, de que quien debe ocupar la presidencia para el período 2025-31 es Edmundo González Urrutia. El liderazgo que representa María Corina Machado se ha mantenido enérgico y firme en reclamar esta incontestable realidad y ello debe marcar la pauta para las decisiones a tomar ante los comicios del 27 de abril. En este orden, la bandera a esgrimir tiene que ser presionar por las garantías requeridas para éstos que tengan sentido, de manera de desenmascarar la intención de tergiversarlas por parte de la dictadura. Implica asumir exigencias fáciles de enunciar, pero difíciles y complicadas de instrumentar, de cara a la represión y los abusos desde el poder.

Ya que el fascio-madurismo, no va a permitir que la oposición democrática pueda conquistar “espacios de poder” y le propine otra aplastante derrota –sabe que tiene los votos para ello—, no tiene cómo simular credibilidad para esas elecciones. Es su punto débil. Magnifica la ilegitimidad derivada de su grosera usurpación de la presidencia. De ahí que toca acentuar esta debilidad, reclamando los cambios que son menester para legitimar el proceso electoral y hacer confiables sus resultados:

1) Cesar a quienes han delinquido en el ente comicial y nombrar nuevas autoridades;

2) Participación de los partidos políticos democráticos establecidos, con sus símbolos legítimos;

3) Un cronograma realista que asegure condiciones equitativas para estos comicios;

4) Representación, de cada partido, en mesas y demás organismos electorales, respetando su integridad y libertad de acción en el cumplimiento de sus funciones legítimas;

5) Presencia de observadores internacionales confiables para atestiguar acerca de su credibilidad;

6) Libertad de medios para denunciar acciones ventajistas y/o amenazas a los votantes;

7) Acceso igualitario a los medios de comunicación de los distintos candidatos;

8) Publicación detallada de los resultados de los comicios electorales del 28 de julio del año pasado.

El reto, difícil pero ineludible, es hacer que éstas y otras exigencias de rigor adquieran preeminencia entre los venezolanos ante los comicios del 27A, de manera de colocar a la defensiva a los usurpadores. ¡Por supuesto que no van a cumplir con tales demandas! Pero, si logran convertirse en bandera de los centenares de miles de compatriotas que aportaron tanto en asegurar el triunfo del 28 de julio y captan la atención de organismos internacionales y regionales, gobiernos de países amigos, medios de comunicación reconocidos y redes sociales, no hay duda de que quienes salgan debilitados ante la convocatoria electoral no serán las fuerzas opositoras, sino el fascio-madurismo.

La consecuencia probable de asumir una campaña de esta naturaleza es la abstención. Porque la dictadura seguramente ignorará las demandas planteadas y/o responderá con más represión, denunciando conspiraciones subversivas como excusa. Es su naturaleza. Pero, la ofensiva estará claramente del lado de las fuerzas democráticas. El hecho electoral podría ser, por tanto, oportunidad para conservar y ampliar la fuerza manifestada en las elecciones presidenciales del año pasado. Hará más difícil las pretensiones de la oligarquía militar-civil de anular esa fuerza. Llamar simplemente a no votar, a abstenerse, sin aprovechar las circunstancias para movilizar esta resistencia, no tendrá el mismo efecto. Y si por casualidad emergen liderazgos regionales que aglutinen mayorías robustas dispuestas a participar con expectativas de éxito, a pesar de las trabas, bienvenidos sean.

En fin, lo decisivo para las próximas semanas será una estrategia que logre preservar y acumular las fuerzas de cambio puestas de manifiesto. No puede haber vuelta atrás en esto. María Corina Machado y Edmundo González Urrutia son nuestros activos principales para este esfuerzo. No hay chantaje que nos lleve a desconocerlos. Confieso mi incomodidad de opinar, desde el exilio, sobre lo que, entiendo, debe hacerse. A aquellos que se molesten, mis disculpas. Pero es difícil callarse.

Finalmente, debatir en frío los pros y los contra de participar el 27A, sin auscultar el sentir mayoritario de la población, me parece inconducente, si compromete la fuerza mayoritaria para el cambio. Continuemos confiando en la valiente, clara y sostenida lucha de tantos, con María Corina a la cabeza, por mantener las expectativas de triunfo democrático presentes. Continuar desenmascarando a un régimen ya bastante debilitado y alentar la salida de quienes sostienen la estructura de complicidades del fascio-madurismo debe culminar, más temprano que tarde, en su colapso definitivo.

Humberto García Larralde, economista, profesor (j), Universidad Central de Venezuela, humgarl@gmail.com

Desde el 28J, la economía del país no levanta cabeza. La devaluación y la inflación avanzan afectando la realidad de los venezolanosLos servicios públicos empeoran y no se vislumbra la posibilidad de mejoras. El régimen busca “opositores” para elecciones que no eligen y una “reforma constitucional”, cuando igual hacen lo que les provoca.  La población está en obligado silencio, pero sabe lo que ocurre y siente y manifiesta que un cambio es inevitable. Los temas de la semana son “La resistencia se construye en Venezuela”, “El eventual apoyo de Estados Unidos a la democracia venezolana” y “La burocracia estadal”.

La resistencia se construye en Venezuela

Son los venezolanos los que decidirán el futuro político del país y el apoyo internacional pudiera ayudar a acelerar esto. El 28J una inmensa mayoría de los venezolanos manifestó su voluntad de cambio, escogió a Edmundo González como presidente y refrendó el liderazgo de María Corina. También, se ha venido observando y discutiendo sobre las diferencias internas dentro del régimen y el 9E sirvió para sacarlas a la luz pública. Un grupo del régimen secuestró a María Corina y otro grupo los obligó a liberarla. Con esos hechos se confirma el deseo de cambio de la mayoría de la población y las posibilidades de un quiebre interno dentro del régimen.

Le toca a la oposición, liderada por María Corina, continuar el trabajo de organización dentro del país que han venido realizando desde la primaria del 2023. La revolución del conocimiento permite la comunicación entre miles de personas y es precisamente lo que continúa ocurriendo. A pesar de los encarcelamientos y de los obligados exilios, hay un grupo inmenso de personas involucradas en estas actividades. Adicionalmente trabajan en forma coordinada con los venezolanos de la diáspora.

En un mundo tan convulsionado y con tantas aristas de las relaciones internacionales en pleno movimiento y transición, la oposición venezolana necesita estar presente en múltiples frentes internacionales. La realidad es que no existe certeza de cuándo y cómo apoyaran, pero es necesario estar allí, para cuando ello ocurra. Así que se sigue haciendo un enorme esfuerzo en el plano internacional. Incansablemente, Edmundo González visita países y organizaciones importantes y María Corina en forma remota mantiene el contacto con los aliados internacionales. Se trata de una labor de mantenimiento, para hacerle saber a los aliados, que se tiene una oposición sólida en el país.

El régimen venezolano está viviendo bajo fuerte presión desde el 28J. Aparte de la represión dirigida a los barrios y a los políticos de oposición, ha bloqueado todo tipo de libertades. Ver, escuchar o leer los medios, solo permite enterarse de lo que las restricciones transmiten. El resultado es que, a través de los  medios tradicionales, solo es posible enterarse de aquello que el régimen quiere que se sepa. Pero la gente conoce la realidad. El régimen, desesperadamente busca el reconocimiento internacional, el cual se le niega y por ello es tan importante el accionar de la oposición.

El eventual apoyo de Estados Unidos a la democracia venezolana

Contando con la actitud que había tenido la primera administración Trump, muchos opositores venezolanos, pusieron sus esperanzas en que ese apoyo se repetiría magnificado en la segunda administración Trump. La realidad que se enfrenta ahora es muy diferente:

  • El gobierno estadounidense tiene como prioridad interna controlar la inmigración ilegal y para ello está negociando y obligando a los diferentes países a recibir a los inmigrantes expulsados.
  • En el aspecto internacional, ha manifestado varias prioridades: China, Rusia-Ucrania, Israel y los países árabes, negociación con Irán, militarización de Europa Occidental.  
  • Para muchos de los temas internacionales, Estados Unidos aparte de la Secretaría de Estado tiene otros equipos humanos paralelos. Esto genera confusión y posiblemente esfuerzos contradictorios.
  • Viendo las prioridades arriba mencionadas, el turno de Venezuela es difícil de predecir. En nuestro caso, el enviado especial Grenell viajó a Venezuela para lograr la libertad de algunos rehenes estadounidenses y para que Conviasa volara a Estados Unidos a traer venezolanos expulsados. Quedan 6 u 8 rehenes estadounidenses adicionales y veremos qué ocurrirá con respecto a estos.  Mientras tanto y simultáneamente, desde la Secretaría de Estado se critica al régimen venezolano.
  • No están claras las acciones futuras de la Administración Trump hacia Venezuela – Este gobierno estadounidense reclama con menos intensidad el aspecto de los derechos humanos y de las exigencias de democratización. Por otro lado, el régimen venezolano representa un peligro para el continente por el tráfico de drogas y por su asociación con países del bloque anti-estadounidense como Irán y Rusia. Pero, si Estados Unidos se acerca a estos últimos dos les quita peso a los argumentos anti-régimen venezolano.
  • Por supuesto, existen dentro del gobierno estadounidense personas que están comprometidas con la democracia en Venezuela y habrá que esperar, para ver si ellos logran imponer su opinión y cuando ocurriría esto.
  • A todo lo anterior hay que agregarle, lo imprevisible que ha demostrado ser el presidente Trump.

La oposición venezolana necesita continuar haciendo sus contactos y sus esfuerzos para buscar el apoyo del gobierno de Estados Unidos, cuando sus circunstancias sean favorables para ello.              

La burocracia estadal

Un problema común a todos los países en el mundo es la necesidad y la dificultad de controlar el crecimiento de la burocracia estadal. Esa burocracia no solo representa un costo adicional que terminan pagando todos los ciudadanos, sino que además retarda y entorpece las acciones de los gobiernos. Recortarla es un esfuerzo difícil y complejo y venimos observando esfuerzos en este sentido en dos países cercanos al nuestro: Argentina y Estados Unidos. En el caso de Argentina, la crisis económica obligó a ello y en Estado Unidos responde en un buen grado a un deseo manifestado por un componente relevante de los votantes.

En Estados Unidos (y otros países), las grandes corporaciones cuando detectan la necesidad de disminuir sus costos recurren a empresas consultoras especializadas para estructurar y ejecutar un Plan, el cual generalmente abarca varios años. En ese plan se busca identificar las áreas que se van a recortar, tratando de disminuir el impacto en las operaciones de la empresa. Las empresas más jóvenes, que asociamos con el emprendimiento, tienden a ser mucho radicales en este tipo de situaciones. Esto tiene que ver con la realidad que los emprendimientos tienen que ser más dinámicos y que naturalmente existe un porcentaje importante de mortandad de este tipo de empresas.

Para el año 2023, en Estados Unidos había aproximadamente 23,7 millones de empleados públicos distribuidos así: 4 millones de empleados federales (sin incluir las fuerzas armadas), 5,5 millones de empleados estadales y 14,2 millones de empleados de gobiernos locales.  Las corporaciones estadounidenses con el mayor número de empleados eran Walmart (2,1 millones), Amazon (1,55 millones), UPS (500.000), Home Depot (465.000) y UnitedHealth Group (440.000). El plan de disminución de la burocracia estadal de la Administración Trump está dirigido a los empleados federales y su número es dos veces mayor que el de Walmart. Así que definitivamente están en la categoría de las grandes corporaciones y es un ente que además no puede declararse en quiebra.

Elon Musk y su equipo no han hecho ningún diagnóstico ni plan, sino que están entrando a la burocracia y están tratando de forzar su reducción con un mínimo de información. Es imposible prever las situaciones críticas de seguridad, de salud o de cualquier aspecto de la potencia más grande del mundo que puedan quedar afectadas. Sin planificación se están corriendo potencialmente graves riesgos, cuando existen mecanismos probados y medibles para lograr objetivos corporativos. Esta ejecución desordenada apunta a un eventual fracaso.  Es difícil no pensar que el objetivo sea otro.   

La imagen es cortesía de Bing Image Creator.

Desde su asilo en la Embajada de Argentina en Caracas, Omar González Moreno denunció que “Maduro intenta sobornar a dirigentes opositores para que lo reconozcan”.

Dijo que los niveles de desfachatez del régimen están rompiendo hasta sus propios récord y agregó que “no saben qué hacer por reconocimiento”.

Señaló que entre las praxis que vienen desarrollando desde Miraflores se encuentran el soborno, la intimidación, la amenaza y el chantaje como medios para presionar a la dirigencia opositora para que cedan en su afán de buscar “un soporte político que no tienen”.

Aseveró que los niveles de desaprobación y deslegitimación llegaron al máximo y añadió que “Maduro vive una mentira creada desde su círculo de militares y jalamecates”.

Manifestó que una demostración de su poca capacidad de engaño se evidencia en la comunidad internacional y expuso como ejemplo el caso del presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou, quien bloqueó las invitaciones a Maduro, Díaz-Canel y Daniel Ortega a la toma de mando de Orsi.

Fracaso en puerta

Omar González aseguró que la “farsa del 27 de abril será un fracaso total”, debido a que “el pueblo no caerá en ese engaño para legitimar a Maduro”.

Dijo que, de acuerdo con algunos estudios de opinión, 9 de cada 10 venezolanos están convencidos en no votar en las “falsarias elecciones convocadas por el régimen”.

Manifestó que los comicios, convocados por el CNE que “se robó las elecciones del 28 de Julio”, son una cortina de humo que sólo pretende distraer a la gente y perpetuar a Maduro en el poder.

Acoso

El dirigente liberal además denunció que desde el régimen venezolano se ha recrudecido el acoso en contra de la sede diplomática argentina en Caracas y en contra de los asilados dentro de ella.

“Arrecia el asedio contra la embajada; la intimidación y las violaciones de los Derechos Humanos. Esto es una grave demostración de la política del odio auspiciada por Maduro”.

Por Asdrúbal Aguiar

El poder y las élites en Venezuela –sean los ocupas del Palacio de Miraflores, sean las franquicias sociales y políticas que se benefician de la república– no han entendido al pueblo venezolano. Ni siquiera les avispa lo ocurrido tras las elecciones primarias del 22 de octubre de 2023, en las que resulta electa candidata presidencial María Corina Machado con 92,35% de los votos, o las elecciones presidenciales del 28 de julio de 2024, cuando un personaje ajeno a la política, Edmundo González Urrutia, vence con 40 puntos de diferencia al represor Nicolás Maduro Moros. Permanecen disociados de la realidad. Son inmunes a la autocrítica. Es como si la transparencia los llevase a golpearse contra el vidrio que no distinguen, como zamuros de la política.

Ramón J. Velásquez, perspicaz hombre de Estado, historiador y presidente provisional, pasado El Caracazo me decía que el pueblo venezolano abandonó sus casas sin el propósito de regresar. Se fue a la calle, de repente, más allá de las teorías conspirativas que luego se alegan o las de quienes se las inventan para aderezar narrativas y traspapelar fracasos épicos. Gritó a las élites que había llegado la hora –tras 40 años de modernización y de aprendizaje democrático– de su emancipación. Que la tutela había finalizado, tanto la del partidismo acaudillado como la de los cuarteles regentados por «gendarmes necesarios», que se inventan naciones, les dan muerte, y después las besan incestuosamente y en cadena para resucitarlas, mostrándose como sus salvadores.

El caso es que la elección directa de los gobernadores y alcaldes ofrecida como solución por los partidos, tras la emergencia del 27 de febrero de 1989, en modo alguno interpretó adecuadamente el quiebre social y cultural ocurrido. Apenas contuvo la ebullición, durante una década más. El dominio partidario y de los llamados cogollos se trasvasó desde lo nacional a lo regional, y sólo eso. Como en un juego de naipes entre oficiantes de elecciones, miopes ante la nación que hicieran crecer y madurar sus propios partidos, se empeñan en comprarla, prostituyéndola en pública almoneda.

El protagonismo que buscó reconocérsele a esta en buena lid, pasadas tres décadas y algo más desde la caída de la penúltima dictadura militar y constante en el Proyecto de Reforma Constitucional de 20 de marzo de 1992, fue víctima de una conjura por los mismos partidos. Sólo entendían de beneficios o cuotas de poder, distribuibles entre ellos: ¡Ese favor no se lo vamos a hacer al gobierno!, me dijo un prominente senador el 16 de marzo de 1997. Habían pasado 5 años. Las alarmas no eran escuchadas. Las aceras de las calles hervían. Lo viví a piel rasgada como gobernador de Caracas.

No por azar, mediando otro militar de ocasión, ladino, de verbo atronador –Hugo Chávez Frías (1999-2012)– y calco de los Monagas de nuestro siglo XIX, la prédica del poder popular originario se abrió camino desde la academia y aquél la hizo suya. Así, desbancó, sin oposición alguna, ya cooptados algunos de los dirigentes partidarios causahabientes del glorioso Pacto de Puntofijo, al último congreso democrático electo en 1998. Su cabeza visible y representativa –el chavismo era una primera minoría, sin poder decisorio– fue el joven diputado Henrique Capriles. Más tarde se confesará feligrés del socialismo del siglo XXI, encarnado en Lula da Silva.

Antonio Guzmán Blanco, autócrata ilustrado a diferencia del señalado e iletrado gamonal posmoderno de Chávez Frías, mientras organizaba su larga dictadura y centralizaba férreamente al Estado desde el septenio (1870-1877), al que siguen sus períodos 1879-1874 y 1886-1888 sin contar los de sus títeres, tamizó su despotismo. Distrajo al pueblo, obligándole al estudio de la Constitución Federal de Suiza. Su manual de enseñanza lo ordena publicar en 1879. Buscaba que mirase al firmamento, mientras le quemaba la planta de los pies.

La Constitución de 1999, desde su pórtico y antes de formalizar un Estado presidencialista y militarista, de poderes sometidos y sin autonomías estadales ni municipales, igualmente ocultó su verdad ominosa tras una idea luminosa. Enhorabuena le sirve al mismo pueblo venezolano de responso o regañina a la mano. No es otra que la de la soberanía popular. Esa que quiso hacerse patente sin ser escuchada en 1989, luego en 1992, secuestrada en 1999, y que ha regresado por sus fueros desde 2023.

La cuestión es que, en el alma de las élites venezolanas carece de toda entidad y de voz propia el pueblo, la gente, el conjunto de los venezolanos. Les temen más a los esbirros. Y lo comprendo.

La soberanía popular les resulta metafórica, como lo fuera para el mismo Chávez, que no se cansó de repetir que el pueblo encarnaba en él, pues él y sólo él era el pueblo. Para el mundo de los partidos y el de las asociaciones gremiales, la soberanía popular sólo adquiere concreción dentro de sus espacios y se manifiesta de modo fidedigno únicamente a través de los poderes del Estado. Les es fácil y hasta cómodo obviar, por ende, el 28 de julio, sin sentirse obligados a defenderlo. Desprecian al pueblo. Tanto que, luego de traicionarle y despreciarle, lo invitan para que los acompañe en las elecciones regionales y municipales que organiza el partido dictatorial, responsable de haber volteado las mesas electorales y de robarse sus votos.

El representante de Estados Unidos, en los días previos a las elecciones primarias de 2023 –soy testigo de excepción– observaba que los venezolanos en el exterior no votarían. Los partidos lo habían acordado, para proteger a sus candidatos. Pero el tren de la historia les pasó por encima. Restan para las nóminas oficiales. El espíritu de la nación, resiliente, que se hizo uno con el cemento del dolor por las separaciones, entre tanto les dijo basta. Siguió una voz que les sirvió de voz, sin pretender secuestrarla, la voz de María Corina. A esta no le piden cargos, tampoco canonjías, sino algo muy simple y vital: libertad para regresar, libertad para emprender, sin sujeciones partidarias ni cuartelarias.

Pero eso, que es tan liminar, no han logrado entenderlo ni lo entenderán. Prefieren normalizar a la satrapía que destruyó a la república y contra la cual se ha levantado la nación, en paz y con sus votos. Suponen, tozudamente, que la soberanía le pertenece al Estado y a quienes lo detentan, desde adentro o en el exilio. Eso fue así, a lo largo de la modernidad. No más.

Lo evidente es que hacen aguas los Estados y nada valen sus soberanías absolutas de extracción monárquica, ante el tsunami de la globalización y la penetración del crimen organizado transnacional. Basta que les golpee sobre la mesa el puño del inquilino de la Casa Blanca o el del dictador de Zhongnanhai para que tiemblen. Lo estamos constatando.

Se dice que el pez muere por la boca, y es verdad. Chávez Frías, para ponerle término a la Constitución del ’61 que calificó de moribunda, por representativa, invirtió su lógica. Y se les ha devuelto a sus herederos como castigo.

Hasta 1998 el pueblo manifestaba su soberanía a través de los poderes públicos, en la práctica, de los dirigentes políticos y de partido, como lo hacen el PSUV y su teniente Cabello. Llegado 1999, para justificar el propio Chávez su atropello constituyente ante las narices del Congreso y de la Corte Suprema de la época, constitucionalizó la fuerza directa de la soberanía popular. “La soberanía reside intransferiblemente en el pueblo… Los órganos del Estado emanan de la soberanía popular y a ella están sometidos”, reza el artículo 5 de la Bolivariana. Y de allí que, el mismo Chávez, para a la par legitimar su acción insurreccional del 4F, exigió incorporar a su Constitución otra norma que validara a la anterior: “El pueblo de Venezuela… desconocerá cualquier régimen, legislación o autoridad que contraríe los valores, principios y garantías democráticas o menoscabe los derechos humanos”, dispone el manoseado artículo 350.

En suma, la fuerza en acto y el dogma cristalizado de la soberanía popular se reveló el 28 de julio del pasado año. Ella vale por si sola, sin que pueda condicionársela o falseársela a través de la acción u omisión de algún poder real o ficticio del Estado. Su expresión auténtica consta en las actas de votación, que son documentos públicos emanados de una autoridad electoral, correspondientes a cada mesa, y conservados en el Banco Central de Panamá. Son las que certifican el mandato del presidente electo y es la soberanía manifestada la que le dispensa a Edmundo González Urrutia su incuestionable legitimidad como presidente electo de Venezuela.

La prioridad real, a la sazón, es la desocupación fáctica de los invasores para poder gobernar y restituir a los venezolanos su libertad y el sentido regenerador del esfuerzo propio y el mérito. El pastoreo de nubes, como la graciosa repartición de generalatos o de doctorados y honores colectivos en las horas de desayuno y pasada la borrachera – es el caso de Cantalicio Mapanare, lo cuenta Mariano Picón Salas en Los Batracios – han de quedar en el plano de lo virtual y fugaz, en las nubes. Son la obra de una dislocación, de un accidente histórico. El ser genuino del venezolano es otro, lo decía nuestro primer exilado, don Andrés Bello. Al narrar sobre el malogramiento de las minas y El Dorado, como origen de nuestros males, escribe en 1810 sobre nuestra sucesiva regeneración civil y nuestro empeño en las ocupaciones más sólidas, más útiles, más benéficas, a saber, las relacionadas con la industria y el trabajo. Ya teníamos una universidad, la de Santa de Rosa de Lima y el beato Tomás de Aquino, en Caracas, y como epígono a un sabio, a José María Vargas.

asdrubalaguiar@yahoo.es

Por César Pérez Vivas

Nicolás Maduro y su camarilla avanzan hacia un reforzamiento de la dictadura. Ha anunciado una reforma constitucional que, lejos de fortalecer la democracia, representará un golpe a su esencia y a las instituciones históricas del país. 

Su ilimitada ambición de poder absoluto lo impulsa a esta iniciativa, pues para consolidar la dictadura cerrada, como la ha calificado recientemente la Conferencia Episcopal Venezolana, le ha bastado con vulnerar las disposiciones fundamentales de la Constitución vigente, sin necesidad de modificar su letra. Ahora, sin embargo, la actual Constitución se ha convertido en un obstáculo para su afán de perpetuidad. Como es costumbre, pretende engañar a la nación y al mundo con un discurso falso, como si los venezolanos no conociéramos ya su corrupción y arbitrariedad.

El pasado sábado 15 de febrero, el dictador presentó ante su sumisa Asamblea Nacional un proyecto de reforma constitucional. En su discurso, destacó varias propuestas clave:

El poder comunal: la fórmula cubana

Maduro anunció la supuesta “ampliación y perfeccionamiento de la democracia participativa y protagónica”, lo que, en realidad, no es más que la implementación de un modelo autoritario basado en el poder comunal, social y popular. Este es el mismo esquema utilizado en Cuba para eliminar la democracia real y sustituirla por una estructura burocrática subordinada al partido-Estado, que niega el pluralismo y centraliza aún más el poder.

En la práctica, esta medida reducirá las competencias de los poderes regionales y locales, fortaleciendo el control del poder central bajo la fachada de “decisiones emanadas de las bases del poder popular”. Es altamente probable que se establezcan elecciones de segundo grado para elegir al presidente de la República, evitando así una nueva derrota como la sufrida el 28 de julio de 2024.

Un discurso vacío sobre “una nueva sociedad”

El dictador también afirmó que su reforma busca la “construcción de una nueva sociedad, basada en valores bolivarianos”, bajo la idea de un mundo “multicéntrico y pluripolar”.

Este discurso sobre una “sociedad más humana” ha sido repetido durante más de un cuarto de siglo, mientras el país se sumerge en una crisis sin precedentes. En nombre de estas frases vacías, Venezuela ha sido dividida, empobrecida y ha sufrido un daño antropológico profundo, con más de ocho millones de ciudadanos exiliados en busca de sobrevivir.

Una sociedad tan “humana” que mantiene llenas las cárceles con presos políticos, donde disentir es un delito y donde la camarilla gobernante se aferra al poder a costa de la miseria del pueblo.

“Nuevo modelo económico”: la economía mafiosa

Maduro sostiene que su reforma creará un “modelo económico diversificado, autosuficiente y no dependiente”, asegurando que han logrado “buenos resultados con esfuerzo propio”.

La realidad es que el único modelo que han instaurado es el de la miseria y el privilegio de los enchufados. El Producto Interno Bruto se ha desplomado en un 80% desde el inicio del siglo, mientras la economía socialista ha dado paso a una economía mafiosa, en la que solo los aliados del régimen tienen acceso a importaciones, exportaciones y actividades productivas.

La igualdad de oportunidades es inexistente y las riquezas naturales son explotadas por grupos afines al poder, en un esquema de corrupción donde florecen negocios ilícitos bajo la sombra del Estado.

Reforma constitucional: un disfraz para el totalitarismo

El dictador presentó su reforma como una “actualización de la Constitución en términos jurídicos, constitucionales y políticos”, una frase que no dice nada y lo dice todo. En realidad, busca establecer menos controles, más poder para el Ejecutivo y una sumisión absoluta de la sociedad. No se trata de adaptar la Constitución a principios democráticos modernos, sino de lo contrario:

  • Se reforzará el poder presidencial, eliminando cualquier límite efectivo.
  • Se consolidará el militarismo y la “alianza cívico-militar-policial”, formalizando el Estado policial que oprime a la ciudadanía.
  • Se profundizará la desaparición de la descentralización y la federación, bajo la excusa de una supuesta “democracia comunitaria”.

Esto no es otra cosa que la aplicación del principio “caudillo, ejército y pueblo” que Norberto Ceresole recomendó a Chávez y que ha sido la base del modelo autoritario chavista. El verdadero objetivo: una dictadura constitucional Maduro ha dado a sus operadores 90 días para presentar las normas concretas que le permitan convertir en “legal” y “constitucional” lo que es, en realidad, ilegal e inconstitucional.

Sin embargo, lo que nunca podrá lograr es dotar de legitimidad moral a su gobierno. Ni su esposa, ni sus serviles ejecutores, Tarek William Saab, Jorge Rodríguez y Herman Escarra, podrán darle una apariencia decente a lo que es simplemente una maniobra para consolidar su permanencia en el poder.

A través del fraude y la violencia, podrán imponer temporalmente este “adefesio constitucional”, pero el autoritarismo cerrado del siglo XXI caerá con la caída de la camarilla que lo ha construido.

El verdadero Estado democrático y de derecho emergerá de las entrañas de una nación sufrida, pero que conserva en su alma colectiva y en sus reservas morales e intelectuales los valores de la libertad, la justicia y la modernidad. Como el ave fénix, Venezuela renacerá de la crisis y reconstruirá el país anhelado por la inmensa mayoría de su pueblo.

Caracas, 17 de febrero de 2025

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