Morfema Press

Es lo que es

Armando Esteban Quito

Hace ochenta años, el 20 de julio de 1944, un grupo de oficiales de alto rango de la Wehrmacht intentó matar a Adolf Hitler e instalar un gobierno no nacionalsocialista en Alemania. Los conspiradores actuaron por motivos patrióticos, para poner fin a la guerra y salvar a su país, y por razones éticas, para impedir que se produjeran más crímenes nazis. La mayoría de ellos pagaron con su vida su audaz acto de resistencia. Hoy ofrecen un magnífico ejemplo del mayor coraje moral y personal en los peores tiempos de Alemania, y su legado de patriotismo conservador (una emoción que hoy en día suele ser tergiversada y denigrada) nos da lugar a la reflexión moral. La conspiración fracasó el 20 de julio de 1944, pero su heroísmo ha servido a un propósito superior.

Por: Dieter Stein – The European Conservative

A primera hora de la mañana de ese día, el coronel Claus von Stauffenberg, de 36 años, el eje de la conspiración, había cargado en su maletín dos cargas de explosivos plásticos y se había dirigido al aeródromo de Rangsdorf, al sur de Berlín. Él y su ayudante, el teniente mayor Werner von Haeften, tenían previsto volar al cuartel general de Hitler, la llamada Wolfsschanze (Guarida del Lobo), cerca de Rastenburg, en lo profundo de los bosques de Prusia Oriental. Stauffenberg, recientemente nombrado jefe del Estado Mayor del Ejército de Reemplazo, había recibido la orden de presentar un informe al Führer. En lugar de ello, esperaba matarlo en la reunión y luego poner en marcha el plan para derrocar al régimen en el que él y sus compañeros conspiradores habían estado trabajando durante más de un año.

Más de un centenar de oficiales, desde generales hasta tenientes, políticos, diplomáticos y dirigentes sindicales, formaban parte del círculo de Stauffenberg. Probablemente se trató del mayor golpe militar en tiempos de guerra jamás intentado en un país industrial moderno. Los conspiradores sabían que la guerra iba mal y odiaban a Hitler porque parecía dispuesto a arrastrar a toda la nación alemana con él al abismo, condenándola a la destrucción.

Todas sus esperanzas restantes se basaban ahora en la Operación Valquiria. Éste era el nombre en clave que se le había dado a un plan de emergencia cuyo objetivo oficial era desplegar reservas del ejército para recuperar el control en caso de disturbios internos o un levantamiento de los millones de trabajadores extranjeros forzados en Alemania. En el transcurso de 1943, los oficiales antinazis (entre los que destacaban el general Friedrich Olbricht, jefe de la Oficina General del Ejército en el Alto Mando del Ejército, y el general Henning von Tresckow, amigo de Stauffenberg) alteraron los detalles del plan para que sirviera como cortina de humo para su planeado golpe de Estado.

“El líder Adolf Hitler ha muerto”, debía ser la primera y principal declaración del plan revisado. La Operación Valquiria podría utilizarse como un camuflaje legal para derrocar el régimen de Hitler. El plan Valquiria revisado, firmado por el mariscal de campo Erwin von Witzleben, fue diseñado para movilizar a la Wehrmacht contra el aparato estatal nazi. Su objetivo era detener a los líderes del NSDAP, desarmar a las SS, desmantelar el régimen nazi y establecer un nuevo gobierno no nazi, con el ex alcalde de Leipzig Carl Friedrich Goerdeler, un conservador acérrimo antihitleriano, a la cabeza. El grupo de Stauffenberg esperaba salvar a Alemania de la aniquilación militar total. El detonante debería haber sido la bomba que mató al Führer.

Por desgracia, una serie de acontecimientos desafortunados frustró el intento. Cuando Stauffenberg llegó a la Guarida del Lobo, descubrió que la conferencia con Hitler se había adelantado media hora, hasta las 12:30 p. m., debido a que Hitler y Mussolini se habían reunido esa misma tarde. Para Stauffenberg y Haeften, este cambio redujo el tiempo que necesitaban para preparar sus explosivos a tan solo unos minutos. Con una prisa desesperada, fueron a un vestuario para preparar el dispositivo, pero fueron interrumpidos por un sargento que anunció una llamada telefónica. 

El coronel, que había sufrido graves heridas de guerra y había perdido un ojo, la mano derecha y todos los dedos de la mano izquierda, salvo dos, en un ataque aéreo en el norte de África el año anterior, sólo logró activar una carga de explosivos al introducir la espoleta químico-mecánica temporizada. Además, el 20 de julio de 1944 era un día muy caluroso, por lo que la reunión informativa con Hitler se había trasladado del búnker habitual a un cuartel ligero con ventanas que reducirían la presión de una explosión.

Stauffenberg colocó su maletín lleno de bombas debajo de la mesa que había cerca de Hitler cuando entró en la sala de reuniones a las 12:32 horas y se fue tres minutos después con un pretexto. Desde fuera, a las 12:42 horas, vio una gran detonación y una densa humareda negra. La bomba mató a cuatro oficiales e hirió gravemente a varios más de los más de veinte presentes. Pero la sólida mesa de roble salvó a Hitler de la explosión y sobrevivió con sólo unas pocas quemaduras y magulladuras. Stauffenberg, sin embargo, tenía la impresión de que había acabado con Hitler, por lo que regresó a Berlín para lanzar la Operación Valquiria.

Tras un cierto retraso, los conspiradores se pusieron en marcha para llevar a cabo el plan. Mientras algunos de los generales conspiradores, como Erich Hoepner y Ludwig Beck, se comportaban con vacilación, quizá paralizados por las dudas, Stauffenberg actuó con determinación para sacar adelante el plan. Cuando llegó a las 15.45 horas a las oficinas del ejército alemán en Bendlerstraße, en Berlín, dio órdenes y convocó a los distritos militares para instarlos a seguir las instrucciones y destituir a la dirección nacionalsocialista. Pero sólo lo consiguieron en tres lugares: Kassel, Viena y París. En Berlín, una unidad del ejército marchó siguiendo las órdenes del teniente general conspirador Paul von Hase para acordonar el barrio gubernamental “para evitar disturbios internos” tras la supuesta muerte de Hitler. Pero entonces Goebbels convenció a su comandante, el mayor Ernst Otto Remer, y, sobre todo, a través de una llamada telefónica personal de Hitler, de que revocara la acción. Los conspiradores perdieron el control de la capital al cabo de sólo unas horas.

Todo el plan fracasó y el régimen recuperó el control. Algunos errores operativos y malentendidos habían obstaculizado la empresa, pero, por supuesto, la razón principal del fiasco fue el fracaso en matar a Hitler. Por la noche, el dictador recurrió a la radio para anunciar que había sobrevivido y reprendió a “una pequeña camarilla de oficiales ambiciosos, sin escrúpulos y también criminales y estúpidos” que habían tratado de eliminarlo. La propaganda nazi tildó a los hombres del 20 de julio de “traidores nacionales” que habían tratado de apuñalar por la espalda a las tropas de primera línea, una línea de interpretación que persistió incluso después de la derrota total de 1945.

En la tarde del 20 de julio de 1944, Stauffenberg y algunos de sus cómplices fueron arrestados y sentenciados inmediatamente a muerte. Fueron conducidos al patio del Bendlerblock, las oficinas del ejército, para ser fusilados. Antes de su ejecución, después de la medianoche, Stauffenberg exclamó: “¡Viva Alemania!”. Hace unos veinte años, mi periódico, Junge Freiheit , entrevistó a uno de los soldados que habían estado presentes esa tarde en el Bendlerblock, quien confirmó que las palabras exactas de Stauffenberg fueron: “ Es lebe das heilige Deutschland ” (Viva la santa Alemania). Sin embargo, algunos todavía sostienen que dijo: “ Es lebe das geheime Deutschland ” (Viva la Alemania secreta), un mensaje codificado inspirado en el poeta Stefan George, a quien Stauffenberg admiraba mucho.

La venganza del régimen contra el círculo de los conspiradores del 20 de julio fue terrible: varios cientos de ellos fueron detenidos, torturados y asesinados de inmediato. Hitler despotricó contra la “camarilla reaccionaria” y reflexionó sobre la posibilidad de haber purgado su cuerpo de oficiales “como Stalin” hizo con el Ejército Rojo. En los meses posteriores al 20 de julio, el régimen persiguió a cualquiera que se sospechara que estuviera involucrado en el movimiento de resistencia. Se calcula que se detuvo a unas 7.000 personas de diferentes movimientos de oposición y se asesinó a unas 5.000. Se puede especular sobre lo que podría haber sucedido si el asesinato y el golpe de Estado hubieran tenido éxito. Podría haber evitado mucho sufrimiento tanto a Alemania como al resto de Europa. Cabe destacar que en los diez meses transcurridos entre julio de 1944 y mayo de 1945 murieron tantos alemanes como en los cinco años de guerra, desde 1939 hasta julio de 1944. Un final más temprano de la guerra podría haber evitado la destrucción por bombardeos aéreos de hermosas ciudades como Dresde y Würzburg, y otros tesoros culturales.

Si el complot de Stauffenberg hubiera tenido éxito, habrían arrestado a los líderes nazis y de las SS y los habrían sometido a juicio. Además, habrían intentado establecer un gobierno civil, abrir los campos de concentración, poner fin a la persecución asesina de los judíos y otros, y tender la mano a las fuerzas aliadas occidentales y a los soviéticos para negociar la paz. Sin embargo, Stauffenberg y sus amigos no estaban dispuestos a aceptar la humillante exigencia aliada de la rendición incondicional de Alemania, y habrían seguido luchando si hubiera sido necesario. Los conspiradores no habrían podido evitar la derrota militar de Alemania, pero la catástrofe moral de la nación no habría sido tan total como lo fue en mayo de 1945.

Desde la guerra, ha habido mucho debate sobre la interpretación histórica y el significado del 20 de julio de 1944. En la Alemania del Este comunista, los conspiradores fueron caricaturizados como aristócratas «reaccionarios» (» junkers «) que buscaban preservar sus privilegios de clase. En Alemania Occidental, los críticos de izquierda a menudo han denigrado la reputación moral del grupo de Stauffenberg señalando que eran nacionalistas conservadores que sostenían ideas políticas autoritarias y querían conservar los territorios de habla alemana que Hitler había anexado, como Austria, Alsacia-Lorena y los Sudetes.

Los oficiales eran patriotas nacionalistas: su principal motivación era salvar su patria, razón por la cual la élite intelectual y política posnacionalista de izquierdas de la República Federal de Alemania actual debe sentirse recelosa y alejada de ellos. La evolución política de Stauffenberg desde los años treinta también es reveladora. Tras la total decepción de la República de Weimar, que se vio empañada por destructivos conflictos entre partidos y obstaculizada por las humillantes condiciones del dictado de paz de Versalles, inicialmente había aprobado la nueva dirección de Hitler y admirado algunos de sus primeros éxitos, tanto políticos como militares. Pero un doloroso proceso de reflexión lo llevó a cambiar su juicio sobre el régimen.

Muchos han sostenido que los conspiradores actuaron demasiado tarde (después de Stalingrado y de la batalla de tanques en Kursk, después del Día D y con los rusos avanzando hacia Prusia Oriental, cuando la derrota de Alemania parecía inevitable) y que sólo querían salvarse de las ruinas. Esta acusación es profundamente injusta para muchos de los que sacrificaron sus vidas e ignora el hecho de que algunos llevaban mucho tiempo intentando organizar la resistencia contra Hitler, en algunos casos ya en 1938 (el teniente general Ludwig Beck, el mayor general Hans Oster y el experto en comunicaciones de Stauffenberg, el general Erich Fellgiebel). Stauffenberg sólo pudo actuar a partir de la primavera de 1944, cuando tuvo acceso regular a reuniones informativas con Hitler. 

Algunos izquierdistas han afirmado incorrectamente que el grupo de Stauffenberg era indiferente al destino de los judíos. Esto es, sin duda, falso. Henning von Tresckow (después de Stauffenberg, figura central del movimiento de resistencia), Goerdeler y otros se habían sentido profundamente perturbados cuando se enteraron de los crímenes nazis contra los judíos y otros. En 1942, cuando Stauffenberg se enteró de las grandes deportaciones de judíos, le había dicho a su amigo, el capitán Joachim Kuhn, que había que detenerlas.

Así pues, fue una combinación de motivos patrióticos y éticos lo que impulsó el movimiento de resistencia. A diferencia de los antifascistas progresistas de hoy, la mayoría de los hombres y mujeres del 20 de julio tenían opiniones políticas nacional-conservadoras y también estaban motivados por la fe cristiana (Stauffenberg provenía de una familia católica-suaba). Un número sorprendentemente grande provenía de antiguas y famosas familias nobles prusianas, como Yorck, Moltke, Schulenburg, Schwerin, Dohna, Lehndorff, Kleist y Hardenberg. Por el lado materno, Stauffenberg era descendiente directo del gran general y reformador prusiano August Neidhardt von Gneisenau, que luchó contra Napoleón en las guerras de liberación y llamó a una insurrección nacional contra la tiranía. La conspiración tenía sus raíces en el antiguo ethos prusiano de servir siempre a su patria, no a los caprichos de un líder claramente desastroso.

Apesar del fracaso del complot, el mero hecho de que se haya llevado a cabo sigue siendo inspirador. Henning von Tresckow instó a sus compañeros de conspiración con las famosas palabras: “El asesinato debe llevarse a cabo, coûte que coûte ” (a cualquier precio). Incluso si el asesinato en la Guarida del Lobo hubiera fracasado, les dijo, todavía tenían que actuar en Berlín. “Ya no es el propósito práctico lo que importa”, dijo, “sino el hecho de que el movimiento de resistencia alemán se haya atrevido a dar el golpe decisivo ante el mundo y la historia, a riesgo de nuestra vida”.

En la derecha política alemana, llevó algún tiempo reconocer la imponente estatura moral de los hombres del 20 de julio de 1944. Después de la guerra, millones de ex soldados de primera línea que regresaron, engañados por la propaganda del régimen durante la guerra, rechazaron las acciones de Stauffenberg como traición. También había muchos nazis viejos que no se habían reconciliado y eran incapaces de admitir los crímenes y la maldad fundamental del régimen. Es evidente que una derecha teñida por la nostalgia del Tercer Reich no tenía absolutamente ningún futuro ni justificación. Mi enfoque, cuando fundé el periódico nacional-conservador Junge Freiheit en 1986, y cuando lo convertí en semanario en los años 90, siempre ha sido poner a los hombres y mujeres del 20 de julio de 1944 en un lugar central en nuestra cultura conmemorativa. Son modelos a seguir: lucharon y murieron por su patria. Su sacrificio idealista y trágico desmiente las afirmaciones de la culpa colectiva de todos los alemanes.

A lo largo de los años hemos publicado en Junge Freiheit muchas contribuciones históricas y entrevistas con familiares o participantes supervivientes de la conspiración, como Ewald-Heinrich von Kleist (que luchó junto a Stauffenberg, pistola de servicio en mano, en el Bendlerblock la tarde del 20 de julio y luego escapó por poco de la muerte en un campo de concentración) o Philipp von Boeselager (que había proporcionado los explosivos a Stauffenberg).

Cada año, el establishment político alemán conmemora diligentemente el aniversario del complot, pero los motivos más profundos de los conspiradores les son ajenos. El establishment político alemán alberga visiones posnacionales y el patriotismo tradicional les resulta extraño. Robert Habeck, del Partido Verde y hoy vicecanciller de Alemania, llegó a escribir una vez: “Siempre me ha parecido repugnante el amor a la patria”. Ésta es la visión del mundo de la élite posnacional, internacionalista y globalista. El ethos patriótico de los conspiradores del 20 de julio y su acto de coraje en la hora más oscura del país son un reproche conmovedor y un contraste sorprendente con esa ideología izquierdista tan superficial.

El Gobierno de Argentina afirmó este viernes que las recientes declaraciones del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, en contra de Javier Milei no ameritan respuesta porque provienen de un “dictador” y un “imbécil”.

EFE

“Maduro es un personaje que se ha transformado -o siempre lo ha sido- en un dictador. Y las palabras de un dictador no ameritan un análisis porque vienen de una persona que tiene trastocados los valores éticos y morales y, por supuesto, está en contra de lo que nosotros defendemos y pregonamos, que es la democracia”, dijo el portavoz presidencial argentino, Manuel Adorni, en rueda de prensa.

Este jueves, en un acto de campaña con vistas a las elecciones del 28 de julio, Maduro habló de un presunto plan para suspender los comicios en el país.

“Quieren una hecatombe, una tragedia para gritar ‘suspensión de las elecciones’. Y saldrían los gringos, saldría el malparido de Milei, saldría (el presidente de Ecuador, Daniel) Noboa, la derecha. Estamos preparados, nervios de acero, calma y cordura, y llueva truene o relampaguee, el 28 de julio habrá elecciones presidenciales en Venezuela”, expresó.

Adorni insistió: “Lo que pueda decir Maduro, lo que pueda decir un dictador, lo que pueda un imbécil como Maduro la verdad es que no nos preocupa”.

“Nos preocupa, por supuesto, por el pueblo venezolano, nos preocupa que no haya democracia en Venezuela. Nos preocupa lo que ha dicho en virtud de lo que pueda ocurrir en las próximas elecciones, de acuerdo a tal o cual resultado, pero no dejan de ser palabras de un dictador”, aseveró.

En el acto de este jueves, Maduro advirtió de que, “si no quieren que Venezuela caiga en un baño de sangre, en una guerra civil fratricida producto de los fascistas”, en las próximas elecciones se debe garantizar “el más grande éxito, la más grande victoria de la historia electoral” de Venezuela.

En este marco, el Gobierno de Milei ha reclamado que se respete el proceso electoral y su resultado.

“Apelamos a que se respeten los deseos del pueblo venezolano”, sostuvo Adorni.

El 28 de julio, Venezuela celebrará unos comicios presidenciales en los que competirán diez candidatos, entre ellos el propio Maduro, quien busca un tercer sexenio en el poder.

El presidente de la República, José Raúl Mulino, se ha planteado que el presupuesto del Estado para el 2025 sea “una demostración clara de compromiso político y económico en función de demostrarle al mundo que en Panamá va a imperar el orden financiero en el manejo de los fondos públicos”.

Por: Lourdes García Armuelles – La Estrella de Panamá

“Cuando se anuncie el plan de ajuste fiscal que comenzaremos desde la vigencia del presente presupuesto y que será trasladado al siguiente, el mundo entero entenderá que Panamá tiene un control nuevamente de las finanzas públicas, saneando lo viejo, pero enfocándonos hacia adelante”, comentó el presidente, este jueves, en el inicio de sus conferencias semanales, que hará con los medios de comunicación.

Asimismo, Mulino espera que estos trabajos sean tomados en cuenta por las calificadoras de riesgos que han dado un compás para saber cómo se manejará el nuevo gobierno.

Consultas

Con miras de ir recopilando información para el presupuesto del 2025, el Ministerio de Economía y Finanzas (Mef) ya inició un calendario de consultas presupuestarias para la vigencia fiscal 2025, que permitirá a las instituciones presentar y sustentar sus necesidades, programas y proyectos. Esta jornada se extenderá hasta el 26 de julio.

La revisión buscará plantear los recortes que se harán al Presupuesto General del Estado, con el objetivo de cumplir con la meta de déficit fiscal, del 2%. Entre las entidades participantes se encuentran el Ministerio de Gobierno, la Dirección General de Contrataciones Públicas, la Autoridad de Pasaportes de Panamá, la Autoridad Nacional de Transparencia y Acceso a la Información, la Autoridad de Aseo Urbano y Domiciliario, la Procuraduría General de la Nación, el Tribunal Administrativo de Contrataciones Públicas y la Autoridad de Aeronáutica Civil.

El Presupuesto General del Estado para la vigencia fiscal 2024 asciende a $30.690.4 millones, suma que representa una disminución de $2.064 millones con respecto al presentado originalmente por $32.754.5 millones.

Contención del gasto

Para el economista Olmeda Estrada, las revisiones en el gasto se tienen que hacer a profundidad, si realmente el gobierno quiere realizar una contención del gasto público, más allá de lo que está haciendo con la devolución de autos alquilados y revisión de planillas, porque el gobierno no puede seguir financiando un “déficit inoperante e improductivo”, que solamente generan un aumento de la deuda.

Cree “efectivamente” que bajo esa perspectiva se está frente a un presupuesto que va a llenar las expectativas de los panameños que se encuentran pidiendo un orden y, por supuesto, transparencia en el manejo público.

“El país no puede, ni debe exagerar gastos cuando los ingresos están bajos y no hay manera de cubrir el gasto público, entonces, se tienen que hacer recortes fuertes y se tienen que revisar subsidios que no están jugando su papel. Esa es la exigencia que se tiene en estos momentos para que el gasto público se reduzca y que esté de acuerdo a la realidad que estamos viviendo en Panamá, en estos momentos”, comentó Estrada.

Sin embargo, el economista Juan Jované, aclaró que se debe evaluar cómo el Gobierno hará la contención del gasto, porque mal llevada reduce la demanda efectiva de la economía.

“Lo bueno es que lo van hacer, la pregunta es ¿cómo lo van hacer? y que no tenga un efecto recesivo en la economía”, subrayó Jované, quien prefiere, por ahora no especular en lo que hará el gobierno hasta que presente oficialmente el presupuesto del 2025, en los próximos seis meses, como dicta la ley. “Ahorita sería un poco especular. Hay que esperarlo”, dijo.

2025

En reiteradas ocasiones, el ministro del Mef, Felipe Chapman, ha enfatizado en la necesidad de crear planes para iniciar la formulación del presupuesto del año 2025, en las que destacó la importancia de evitar gastos innecesarios y el mal uso de los recursos públicos, subrayando que más del 80% de la actividad económica en Panamá proviene del sector privado.

Chapman ha hecho hincapié en la necesidad de que el gobierno tome decisiones acertadas para maximizar el rendimiento de los recursos limitados disponibles, asegurando que cada inversión pública genere un beneficio significativo para los ciudadanos; citando el ejemplo exitoso de la inversión en el Canal de Panamá, destacando cómo esta decisión estratégica ha beneficiado a la población panameña.

Además, ya anunció la implementación de un plan estratégico de gobierno a cinco años, que incluye un plan fiscal de igual duración, que tiene como objetivo no solo fortalecer la confianza nacional, sino también recuperar la confianza de los mercados de capitales y las agencias calificadoras de riesgo.

“Es fundamental que el plan fiscal a largo plazo sea creíble y confiable, garantizando así una gestión financiera responsable y transparente que beneficie a todos los panameños”, declaró el ministro de Economía en un comunicado.

Balance fiscal

Según el balance de déficit del Sector Público No Financiero (SPNF), del MEF, para marzo del 2024, el país contaba con un déficit de 1,88% del Producto Interno Bruto (PIB). Aunque a esto hay que sumarle los $800 millones que cinco ministerios le adeudan a los proveedores y que, el Estado no está en condiciones de pagar, en estos momentos, lo que puede elevar el porcentaje cerca del 2,4%.

Esto, en un contexto en el que el país reportó un déficit de $116.8 millones (3,9%), en materia de recaudación de ingresos corrientes y documentos fiscales, durante los primeros cinco meses de 2024, según informes de la Dirección General de Ingresos (DGI), detallando que se percibieron $2.842.8 millones. Otro elemento importante es que, el Presupuesto General del Estado para la vigencia fiscal 2024 ($30.690.4 millones) se aprobó bajo la premisa de que se iba a ejecutar solo el 90%.

Todos estos son factores que el MEF se está planteando para poder cumplir la meta del 2% del déficit para final de año; y cualquier replanteamiento del presupuesto tiene que llevar un “fuerte recorte a varias instituciones”, porque no se está recaudando lo esperado y hay deudas importantes. Además, con esto se busca que el país no vea mermada su calificación de riesgo en Moody’s y Standard & Poor’s.

La deuda pública ha ido incrementando exponencialmente en los últimos años, pasando de los $10.231,3 millones en 2005, a los $46.025.0 millones para finales de 2023, explicó el economista Estrada.

La próxima semana el Consejo de Gabinete estará anunciando una contención del gasto público en lo relacionado a funcionamiento, informó el presidente José Raúl Mulino.

Panamá América

Y es que luego de tres semanas de la presente administración, continúan encontrándose desgreños del gobierno del Partido Revolucionario Democrático (PRD).

El mandatario destacó que a pesar de esta situación, no se verá a ministros correteando ni perdiendo tiempo atropellando o presionando a personas que no forman parte de su agenda ni de su interés.

«Del país sí, porque abusaron y jugaron con bienes públicos en forma millonaria y, creo yo, nunca antes vista», dijo Mulino.

Resaltó que él borró al gobierno anterior de su vocabulario y lo que surja en el camino, «que lo investigue quien tenga que investigarlo».

De todas formas, el presidente reiteró que los encargados de los ministerios y demás instituciones están obligados a reportar los hallazgos y aquellas irregularidades que se encuentren que las sustenten ante el Ministerio Público y que sea esta institución la que aclare los casos.

En cuanto a las acciones que se emprenden para optimizar los gastos, se está reduciendo planillas.’

«Hay gente que nunca apareció por aquí, pero sí cobró», comentó el mandatario.

Otra medida es deshacerse de los alquileres de más de 400 carros, que serán devueltos a las arrendadoras contratadas, tarea encomendada al ministro de la Presidencia, Juan Carlos Orillac.

«Espero que todos estén, más o menos, en buen estado, no sea que nos pasen la cuenta del taller», sostuvo.

Y también, en forma figurativa, se están «recogiedo» los SPI, ya que algunos estaban cuidando a gente que no le correspondía.

El Canciller de la República de Panamá, Javier Martínez-Acha Vásquez, durante su participación en el foro económico del sector privado estadounidense, destacó las prioridades del Gobierno, para la Asociación con las Américas, en la búsqueda de oportunidades y competitividad para el país y la región, enfocadas  en combatir la pobreza.

ANPanamá

El Canciller, por invitación del Programa de las Américas de la Cámara de Comercio de Estados Unidos, participó en el foro “Creando Oportunidades y Competitividad a través de Alianzas del Sector Privado”.

Durante este foro se brindó información de alto nivel sobre las líneas de trabajo actuales de los países y grupos de trabajo de la Alianza para la Prosperidad Económica en las Américas (APEC), para impulsar asociaciones binacionales entre el sector público y privado, generar inversiones y mejorar la competitividad regional.

Para Martínez-Acha, este encuentro es de suma importancia respecto a las acciones del Gobierno Nacional que lidera el presidente de la República, José Raúl Mulino, para reactivar la economía del país a fin de ofrecer oportunidades y enfatizó: “somos un socio confiable de la comunidad internacional y necesitamos el apoyo para pelear en contra de aquellos que no comprenden que somos aliados y que como país democrático colaboramos con muchos temas de gran relevancia internacional”.

Los maduristas se sienten los amos del poder y actúan en consecuencia con un desparpajo insultante.

Creen que Venezuela les pertenece por el hecho de considerarse revolucionarios. Pretenden que su fuente de legitimidad no sea el voto popular, sino el uso ilegítimo de la violencia. A partir de esa visión deformada y enfermiza, atropellan a la oposición con total desvergüenza e impunidad.

Entre los actos más aberrantes que se han visto en la historia de los últimos años, se encuentra el homenaje que le rindió la Asamblea Legislativa del estado Aragua, controlada por el oficialismo, a las tres mujeres que insultaron e intentaron golpear a María Corina Machado y a Edmundo González Urrutia en un popular restaurante de Las Tejerías. El mismo régimen que se ufana de promover acuerdos para, supuestamente, promover la paz, fomenta el terror y la agresión continuamente.

La desmesura de las mujeres aragüeñas forma parte de la interminable cadena de amenazas y chantajes a los que apela la reducida minoría representada por el gobierno de Nicolás Maduro, que convirtió la coerción en su forma predilecta de hacer política y desarrollar la campaña electoral.

Maduro dice, delante de un grupo de oficiales y soldados, que habrá una revuelta militar si él no es reelecto por segunda vez, y que –como si estuviésemos en los tiempos de la Guerra Federal- los apellidos no volverán a gobernar Venezuela. Freddy Bernal, el incompetente gobernador del Táchira, afirma que si la oposición obtiene el triunfo, el nuevo Presidente no durará ni un año, pues la presión del madurismo será de tal magnitud, que ese frágil gobierno caerá como un castillo de naipes. En numerosas oportunidades Diosdado Cabello ha señalado, al igual que Maduro, que no entregarán Miraflores ni por las buenas ni por las malas. El jefe del Comando Estratégico Operacional de la FANB se declara chavista a rabiar.

Una parte importante del Estado se alineó para hacerles sentir a los venezolanos que es peligroso votar por Edmundo González. Que deben sentir un enorme miedo de expresar su voluntad libremente y obtener una victoria que dé inicio a la recuperación de la democracia y la reconstrucción integral y sostenida del país.

El madurismo pretende que los votantes sientan temor de su propia fuerza. De sus propias posibilidades de impulsar la trasformación nacional mediante el voto. Busca crear un ambiente de psicoterror para que la gente se inhiba de votar por el cambio. Aspira que los votantes se imaginen escenarios catastróficos en el caso de que Maduro pierda la consulta del 28 de julio.

En este plano, el madurismo sigue los patrones tradicionales impuestos por la izquierda atrasada y autoritaria en Cuba y Nicaragua, sólo que en estos dos países el proyecto hegemónico totalitario se impuso, mientras que en Venezuela no lo logró, a pesar del dominio ejercido durante un cuarto de siglo.

En Venezuela, la oposición agrupada en torno de la Plataforma Unitaria Democrática y el liderazgo de María Corina y la candidatura de Edmundo González, ha logrado sobrevivir, fortalecerse y conducir al régimen a la cita del 28J, porque nuestra tradición democrática nació hace noventa años, cuando Juan Vicente Gómez murió, luego de 27 años de haber conservado con puño de hierro su larga tiranía. Las instituciones del orden democrático, entre ellas los partidos políticos, se fraguaron en esa época. Esa larga historia -más las enseñanzas dejadas por la dictadura de Pérez Jiménez y el balance de los errores cometidos en el enfrentamiento contra Chávez y Maduro- ha servido para que el país haya acumulado suficiente fuerza para impedir que el proyecto hegemónico que ha intentado imponer el chavismo-madurismo termine por implantarse.

Desde mediado de 2023, especialmente a partir de la elección Primaria, la sociedad venezolana ha venido manifestando un claro deseo de cambio. Esa aspiración no se ha quedado en el reino de las nebulosas, sino que se expresa de distintas formas: las impresionantes manifestaciones que acompañan a Edmundo González y a María Corina en todo el país, en las cuales tanto los aspirantes como los ciudadanos han vencido todos los obstáculos que les han colocado; la organización de los ciudadanos en ‘comanditos’; el uso de las redes para transmitir la información que el CNE se niega a difundir; la preparación colectiva para encarar la jornada del 28J.

Por todos lados se observa la resiliencia de una sociedad que no ha sucumbido frente a la presión del régimen, ni ha dejado arrollarse por la minoría que proyecta eternizarse en el poder. La fortaleza macerada a lo largo de casi un siglo será la que triunfe el 28J. La arrogancia de los maduristas será derrotada. Pronto comenzará un nuevo ciclo democrático.

Trino Márquez C.

Desde la dotación de personal para los colegios electorales hasta el diseño de las papeletas, la forma en cómo el Consejo Nacional Electoral organizó las próximas elecciones presidenciales del 28 de julio en Venezuela está diseñada pora confundir a los votantes y crear obstáculos al momento de sufragar.

El Nacional

Así lo denunció la oposición y grupos de defensa de los votantes, quienes afirmaron que las decisiones logísticas del CNE podrían obstaculizar el libre acceso al voto de los 21,3 millones de votantes registrados del país.

«La intención es muy clara y debe ser rechazada rotundamente: quieren manipular y torcer el deseo de cambio de las grandes mayorías», dijo el mes pasado en X Andrés Caleca, exfuncionario del CNE y candidato a las primarias de la oposición.

Trabas para votar en las elecciones en Venezuela

De los 15.797 centros de votación en todo el país, al menos 8.000 tendrán solo una urna, frente a los 6.800 lugares de la contienda presidencial de 2018, según cifras oficiales.

Dado que en cada urna se emiten más votos, se considera que esos lugares son más difíciles de controlar para detectar posibles fraudes. Además, el uso de urnas individuales también puede ralentizar el proceso de votación y provocar colas más largas, afirma la oposición, según la ONG regional Transparencia Electoral.

Aproximadamente 3,9 millones de electores se disponen a emitir su voto en urnas únicas en las elecciones en Venezuela, de acuerdo con cifras citadas por Reuters.

«La ingeniería electoral está diseñada de esta manera… reuniendo a los votantes en un lugar de votación con una urna«, dijo John Magdaleno, director de la consultora Polity, con sede en Venezuela.

En las redes sociales, algunos votantes han dicho que su lugar de votación ha sido cambiado a uno en otro estado, en algunos casos lejos de su hogar.

El diseño de la papeleta, que presenta una foto de cada candidato sobre el logo del partido al que se presenta, también fue objeto de críticas cuando se publicó en abril.

Las fotos de Maduro, que aparece por 13 partidos, ocupan toda la primera línea y parte de la segunda, mientras que las de los otros 10 candidatos están dispersas por la papeleta.

La oposición también ha criticado un cambio de normativa del CNE que sólo permite a los testigos electorales ejercer sus funciones en el mismo colegio electoral donde votan, y dice que la distribución de credenciales para testigos y personal de colegios electorales ha sido lenta.

Inconvenientes para votar en el exterior

Mientras tanto, la diáspora venezolana de 7,7 millones de personas enfrenta sus propios obstáculos para votar. De los 4 millones de migrantes habilitados para votar, sólo 69.200 están registrados, según cifras oficiales.

En Colombia y Perú, países donde viven millones de venezolanos, la oposición dice que a muchas personas se les pidió documentos innecesarios para registrarse o se cerraron los consulados.

Además, sólo se abrió el Registro Electoral por un mes en el exterior, mientras que en algunos países se redujo a solo dos semanas.

El jueves por la noche estalló un motín en la ciudad de Leeds, en el norte de Inglaterra, cuando unos matones violentos incendiaron un autobús y volcaron una patrulla de policía.

Por: Nick Hallett – The European Conservative

Los residentes aterrorizados salieron a las calles para defender sus propiedades después de que una turba irrumpiera en el barrio de Harehills y obligara a la policía a retirarse del lugar. Aún quedan preguntas sobre por qué la ciudad quedó desprotegida mientras ardía.

Según varios informes, el motín masivo estalló después de que los servicios sociales se llevaran a cuatro niños de una familia. El dueño de un restaurante local dijo a The Times que algunos residentes respondieron prendiendo fuego y «arrojando piedras».

La policía de West Yorkshire dijo en un comunicado que cuando los oficiales llegaron al lugar, «más personas comenzaron a asistir al lugar y se tomó la decisión de trasladar a los trabajadores de la agencia y a los niños a un lugar seguro».

La gente compartió imágenes del motín en TikTok y X. Un video muestra a un hombre intentando prender fuego a un autobús mientras la gente observa:

Un testigo ocular dijo al Mail : «Fue surrealista. Se lanzaban piedras, se tiraban botellas, había niños con pasamontañas por todas partes cargando con contenedores de basura.

“Arrojaron muebles sobre el autobús que fue incendiado para que siguiera ardiendo. Fue un caos total”.

El concejal local del Partido Verde, Mothin Ali, que a principios de este año declaró que su elección al Ayuntamiento de Leeds era una «victoria para el pueblo de Gaza», rogó a los alborotadores que pararan, diciendo que «hay niños allí», mientras la policía se mantenía alejada del lugar hasta más tarde en la noche.

Políticos de todo el espectro político condenaron el motín. El líder del partido Reform UK, Nigel Farage, escribió en X: “La política del subcontinente se está desarrollando actualmente en las calles de Leeds. No digan que no les advertí”.

Cuando el diputado laborista por Leeds Central y Headingley, Alex Sobel, acusó a Farage de “inflamar una situación con desinformación” y exigió una disculpa, Farage respondió: “¿Cuándo se disculparán usted y el Partido Laborista por la migración masiva irresponsable?”.

La nueva ministra del Interior, Yvette Cooper, escribió en X: “Estoy consternada por las escenas impactantes y los ataques a los vehículos policiales y al transporte público en Leeds esta noche. Un desorden de esta naturaleza no tiene cabida en nuestra sociedad”.

Mientras tanto, Donna Jones, presidenta de la Asociación de Comisionados de Policía y Crimen, dijo a MailOnline que los disturbios eran una señal de “ruptura comunitaria”.

Se han puesto en peligro vidas humanas y se han causado daños y perjuicios por valor de más de un millón de libras a bienes públicos, incluido el autobús de dos pisos. Salir a la calle en este tipo de acción directa, provocar disturbios, prender fuego a cosas y destrozar patrullas de policía es una clara señal de la falta de cohesión comunitaria en su peor nivel. Nunca hay una causa justa para emprender acciones tan violentas y extremas, y los implicados deberían sentir todo el peso de la ley.

No es la primera vez que el barrio de Harehills, en Yorkshire del Oeste, sufre un grave disturbio social . En 2001, se desató un motín tras la detención injusta de un hombre bengalí, que se saldó con 26 autos quemados y dos agentes de policía y dos periodistas gravemente heridos. En 1995 , grupos de jóvenes incendiaron el pub Jolly Brewer en el distrito de Hyde Park, a sólo cinco kilómetros de distancia.

En las últimas semanas de la campaña presidencial venezolana, Nicolás Maduro, quien aspira a su tercer mandato consecutivo, ha dejado de lado sus habituales promesas de una eventual recuperación del país para intensificar una retórica cargada de amenazas e intimidación, advirtiendo que, si pierde las próximas elecciones, se desataría una guerra civil en Venezuela que la sumiría en el caos y la violencia.

Por: Ramón Cardozo – DW

El 11 de julio, en un discurso en el estado Aragua, Maduro amenazó con un escenario de confrontación armada en el país: «El 28 de julio se decide guerra o paz, guarimba o tranquilidad, proyecto de patria o colonia, democracia o fascismo. ¿Están preparados? ¿Están preparadas? Yo estoy preparado, tengo el amor por Venezuela, tengo la experiencia, no le tengo miedo ni al demonio. Dios viene conmigo, Dios con nosotros, el pueblo con nosotros”.

El incremento del tono violento de su discurso continuó el 18 de julio. En un video replicado por Telesur, el candidato oficialista amenazó: «Si le decimos al pueblo, a la Fuerza Armada y a las fuerzas policiales ‘a la calle’, entonces habrá una revolución como del siglo XX, popular y armada, será otra revolución. Sería inevitable, si la derecha fascista llega al poder, sería inevitable una revolución popular y armada”.

Recientemente, Nicolás Maduro elevó aún más el tono violento de sus amenazas durante un acto en la parroquia La Vega de Caracas: «Si la derecha engañara a la población en Venezuela, podría haber un baño de sangre y una guerra civil porque este pueblo no se dejará quitar la patria ni los derechos sociales».

La amenaza de Maduro, que pretende colocar a Venezuela frente a una dicotomía entre el gobierno de la Revolución Bolivariana o una guerra civil, no es una estrategia nueva. Este chantaje político fue empleado de forma recurrente por su predecesor, Hugo Chávez. Un ejemplo de ello se dio durante la última campaña presidencial de Chávez contra Henrique Capriles en 2012. El 11 de septiembre de ese año, desde el Hotel Alba de Caracas, Chávez lanzó una amenaza muy similar: «Solo el triunfo contundente de la Revolución Bolivariana en elecciones aleja a Venezuela del espanto de una guerra civil».

Tanto en Chávez como en Maduro, la escalada de la retórica violenta e intimidatoria durante las elecciones responde a una estrategia calculada para intentar preservar el poder en medio de circunstancias que les son adversas.

Esto es especialmente válido en estos momentos para Nicolás Maduro. A pesar del ventajismo y la creciente violencia estatal contra la oposición democrática, la mayoría de las empresas encuestadoras del país dan como ganador, por un margen de más de 30 puntos en promedio, al representante de la Plataforma Unitaria, Edmundo González Urrutia, respaldado por María Corina Machado.

La más reciente encuesta nacional del Instituto Delphos, realizada del 5 al 11 de julio de 2024 mediante entrevistas directas a personas mayores de 18 años inscritas en el Registro Electoral (RE), revela un panorama electoral muy adverso para Maduro. El estudio arroja que el 73,3% de los encuestados considera como «necesario» o «muy necesario» un cambio de gobierno, reflejando un alto deseo de cambio de rumbo político en el país. Respecto a la participación electoral, el 80,6% afirma estar seguro de acudir a las urnas en las elecciones presidenciales del 28 de julio, lo que hace prever una alta participación electoral. Cálculos internos de la empresa encuestadora estiman que la probabilidad real de que una persona se presente a votar el día de la elección estaría aproximadamente en un 61,5% del RE, lo que equivale a 13,1 millones de electores.

La encuesta señala que Edmundo González Urrutia contaría con una intención de voto de 59,1%, mientras que Nicolás Maduro solo contaría con 24,6%, es decir 34,5 puntos por debajo. Si se pondera la intención de voto con la alta disposición a votar, la diferencia sería aún de 25 puntos porcentuales a favor de Edmundo González.

Maduro busca movilizar la lealtad de la base chavista

La encuesta de Delphos revela una clara erosión del respaldo a Maduro dentro de las filas del propio chavismo. Los resultados del sondeo muestran que el 30,6% del electorado se identifica como «chavista», pero de este grupo, casi la mitad (14.3%) se declara «chavista descontento con Maduro». Este descontento con la cabeza actual del chavismo se refleja en las intenciones de voto de ese grupo. Del 100% de chavistas descontentos con Maduro, solo el 30.5% votaría por él, mientras que el 8.2% optaría por González. El 17.0% de este grupo elegiría a otro candidato diferente a Maduro y González, el 11.8% está indeciso, y el 6.1% no votaría por ninguno. Estos resultados ponen de relieve la dispersión del voto chavista y el desafío que tiene Maduro para cohesionar su base política tradicional.

Este desafío es justamente el primer objetivo hacia el cual apunta la retórica violenta de Maduro: movilizar y cohesionar la lealtad de la base chavista en torno a su figura. Esta estrategia se basa en la presentación de escenarios catastróficos y la infusión de temor en sus seguidores sobre las posibles consecuencias de una victoria opositora en las elecciones, a la vez que los conmina a preservar, por cualquier medio, el poder alcanzado por la Revolución Bolivariana. «¿Qué pasaría con todo el poder social, cultural, político, espiritual, moral y militar que tiene la revolución?”, les preguntaba Maduro a sus seguidores en el estado Portuguesa.

Maduro prepara el escenario postelectoral

Aun movilizando a las bases chavistas, Maduro sabe que no cuenta con los votos necesarios para ganar una elección justa. Sin embargo, hasta estos momentos, Maduro ha dado muestras de que sigue manteniendo el control del aparato del Estado, incluyendo, hasta donde se puede ver, el respaldo de los altos mandos de la Fuerza Armada Nacional y la nomenclatura chavista. Todo parece indicar que seguirá utilizándolos, como hasta ahora, para intentar garantizar su permanencia en el poder.

Acciones en las que utilice el aparato del Estado para suspender las elecciones, inhabilitar la candidatura de Gonzales Urrutia, o torcer de manera fraudulenta los resultados electorales tendrían un alto costo político, tanto a nivel nacional como internacionalmente.  Buscando bajar estos costos políticos, el régimen viene intentando poner en tela de juicio los resultados de las encuestas. Analistas cercanos al régimen, o al menos persuadidos de la conveniencia de que Maduro se mantenga en el poder, han venido argumentando que la intención de voto por Maduro ha venido creciendo últimamente y que, históricamente, las encuestas en Venezuela han favorecido en más de 20 puntos porcentuales a la oposición frente al chavismo.

Este tipo de análisis busca sembrar la idea de que existe un «virtual empate técnico» entre González Urrutia y Maduro, preparando el terreno para que la opinión pública, tanto nacional como internacional, no se sorprendan cuando el CNE chavista emita resultados que difieran significativamente tanto de lo que indican las encuestas como del respaldo muy mayoritario que se evidencia en las concentraciones multitudinarias de respaldo a González Urrutia en todo el país, en contraste con la escasa asistencia a los actos de apoyo a Nicolás Maduro.

En este caso, la retórica violenta de Maduro y sus amenazas de guerra civil buscan disuadir a aquellos opositores que pretendan reclamar la eventual manipulación oficialista de los resultados electorales. El mensaje de Maduro en este sentido ha sido muy explícito: «El 28 de julio se decide guerra o paz … Yo estoy preparado… tengo la experiencia, no le tengo miedo”, haciendo seguramente referencia a la represión despiadada que desató en el país en 2014, 2017 y 2018, y por la cual están abiertas investigaciones en la Corte Penal Internacional por la comisión de presuntos crímenes de lesa humanidad

Finalmente, el último destinatario de la retórica violenta de Maduro es la comunidad internacional. Maduro, respaldado por algunos lobistas nacionales e internacionales, busca convencer al mundo occidental de que solo su victoria podría garantizar la paz, el orden, la producción petrolera y el control de la migración en Venezuela.

La Plataforma Unitaria Democrática (PUD), el mayor bloque opositor de Venezuela, exigió este jueves al Ministerio Público (MP, Fiscalía) que investigue de manera “seria, exhaustiva” el ataque contra María Corina Machado y su equipo, después de que dos de sus vehículos -denunció la antichavista- fueran “vandalizados” y manipulados en el estado Lara (noroeste).

EFE

“Exigimos al Ministerio Público que se haga una investigación seria, exhaustiva de este suceso tan grave, y un pronunciamiento ante el pueblo venezolano”, indica un comunicado de la PUD, leído por el ex diputado Biagio Pilieri en una rueda de prensa.

Pilieri añadió que espera que el MP le explique a los venezolanos “cómo sucedió y por qué sucedió” el ataque contra Machado.

“Estamos haciendo un llamado a los cuerpos de seguridad que 24 horas al día están vigilando, siguiendo a los principales líderes de oposición, especialmente a María Corina Machado y Edmundo González Urrutia, cómo pudieron permitir que esto sucediera”, sostuvo.

Asimismo, reiteró a la comunidad internacional que siguen “firmes junto” al candidato Edmundo González Urrutia y Machado en hacer posible que el “pueblo venezolano se exprese de manera libre y pacífica, con la fuerza del voto, el próximo 28 de julio”.

“El atentado de hoy, porque es eso, un atentado, es un hecho criminal sobre el cual (…) queremos interpelar, que diga su opinión sobre esto, el candidato Nicolás Maduro y su comando de campaña”, añadió.

Pilieri señaló que la oposición venezolana, agrupada en la PUD, no caerá en una “agenda de violencia”.

Sin señalar culpables, Machado explicó, a través de X, que “agentes del régimen” siguieron a su caravana desde el estado Portuguesa (centro), donde había encabezado una actividad de campaña en apoyo al candidato de la PUD, y “rodearon la urbanización” donde pernoctaron ella y su equipo.

La opositora denunció que cortaron los frenos de los vehículos en los que se traslada por Venezuela, para los actos de campaña de la candidatura de González Urrutia.

Machado mostró, en un video que acompañó su mensaje en la red social, como quedaron los vehículos después del ataque, en el que, además del corte de frenos de uno de los automóviles, fue vaciado el aceite del motor de otro, y ambos bañados con pintura blanca.

“Aquí está la lata de pintura de aceite que usaron para dañar nuestros vehículos pero, lo más grave, es que son dos camionetas: a esta camioneta le quitaron el tapón del cárter y vaciaron todo el aceite del motor. Y a otro vehículo, nuestro otro vehículo, esto fue lo que ocurrió: si vemos por debajo del vehículo, nos damos cuenta que cortaron las mangueras de los frenos. Ahí está la liga de freno. Ahí se ve (decía mientras mostraba lo ocurrido). Lo cual es claramente un atentado a la vida de quienes utilizamos estos vehículos. Esto está pasando aquí hoy a diez días de la elección presidencial del 28 de julio, pocas horas después de que fue secuestrado nuestro jefe de seguridad, Milciades Ávila”, describió la opositora.

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