Vía Rumbo Propio
La conexión entre desempleo y desigualdad es orgánica. También lo es la conexión entre los esfuerzos de estabilización y el desempleo y la desigualdad. La política de Garantía de Empleo tiene como objetivo garantizar que el derecho internacionalmente reconocido a un empleo remunerado sea legalmente ejecutable y que cualquiera que busque un trabajo con un salario digno pueda encontrarlo cuando sea necesario. Pero es mucho más que una política de creación de empleo.
Para Rumbo Propio como organización política y social, se trata de una reforma estructural que reorienta fundamentalmente la política de estabilización macroeconómica lejos de una economía de goteo y hacia una estabilización desde abajo basada en un nuevo contrato social.
El componente de este nuevo contrato social tiene en primer lugar al sector público mediante acciones políticas concretas, para garantizar eficiencia en los resultados del mercado laboral. Se enfrenta a dos opciones políticas: seguir apoyando el status quo de escasez de empleo o cambiar a un régimen político que cree activamente suficientes oportunidades de empleo para todos los solicitantes de empleo. La Clave: Capitalismo Liberal.
La Garantía de Empleo puede centrar la política fiscal en torno al empleo anticíclico y la estabilización macroeconómica sin sacrificar la estabilidad de precios. Esto tendría el beneficio adicional de estabilizar los ingresos laborales en la parte inferior y mejorar la distribución del ingreso.
El Cambio del paradigma político. Los empleadores privados crean la gran mayoría de las oportunidades de empleo en una economía de mercado. El Estado tiene un papel crucial que desempeñar para estimular la competencia. Esto se puede lograr creando oportunidades de empleo adicionales de interés público que se concentren en abordar necesidades sociales agudas.
Diseñar una infraestructura institucional para garantizar el derecho al empleo para todos es posible. Con este fin, la Garantía de Empleo tiene como objetivo combinar las necesidades insatisfechas con los recursos disponibles y mejorar el bienestar general a través de la acción colectiva. Pública y Privada.
Como dijo una vez Harry Hopkins, el asesor más cercano del presidente norteamaricano Franklin Delano Roosevelt y defensor incansable del derecho al empleo: «La gente no come a largo plazo, come todos los días». El aspecto de la autoconciencia también significa que los ingresos dignos y los salarios que sustentan a la familia son esenciales para la supervivencia, tanto desde una perspectiva material como psicológica.
El derecho al empleo ha sido una demanda recurrente al menos desde la Constitución francesa de 1793, y si bien los primeros economistas políticos clásicos no enmarcaron el problema económico del trabajo en el lenguaje de los «derechos», economistas como Adam Smith basaron su análisis en que el trabajo era el insumo esencial de la producción. También argumentaron que el nivel de remuneración es distinto de otros insumos y debería ser suficiente para permitir que el trabajo se reproduzca.
El miedo a la privatización no es sólo el miedo a un salario inadecuado, sino también el miedo a perder el empleo por completo. La propuesta moderna de Garantía de Empleo responde a este llamado. El sector público normalmente los suministra como bienes públicos y, en muchos casos, los garantiza. Solo hay que imaginar la eficiencia gerencial de los privados en la optimación de los resultados.
La Garantía de Empleo también se convierte en un trampolín para que las personas realicen una transición más efectiva hacia otras oportunidades de empleo mejor remuneradas que si todavía estuvieran atrapadas en el desempleo. Esto es especialmente importante para los jóvenes que enfrentan algunas de las tasas de desempleo más altas de nuestro mercado laboral.
La Garantía de Empleo es también un programa preventivo que contrarresta los costos sociales y económicos del desempleo.
La preparación y la prevención serían principios rectores clave para dicha política. Si la Garantía de Empleo pasa a formar parte de la arquitectura política permanente, las personas que necesitan un trabajo remunerado podrían aprovecharlo según sea necesario y no sufrir un desempleo prolongado y las consecuencias correspondientes.
Lejos de ser «simplemente otro programa de empleo», la Garantía de Empleo es una reforma estructural, un mejor estabilizador macroeconómico y también una norma laboral para otros empleos. Puede ser la piedra angular de un paradigma político fundado en los principios de democracia económica y solidaridad global. También puede garantizar que el anhelo a un empleo decente y remunerado para todos no sea sólo una declaración de aspiraciones, sino un derecho viable, accesible y legalmente exigible.
Estado e iniciativa privada juntos de la mano en procura de la recontracción de la República con acciones concretas. Para el pueblo llano significa lo que coloquialmente nuestra abanderada presidencial María Corina Machado ha llamado: “platica en el bolsillo”
En Rumbo Propio creemos que el Libre Mercado y el Capitalismo Liberal emergerán desde las zonas populares, de pequeños emprendedores que no reciben privilegios de la clase política. Convencidos de que es la real opción que Venezuela necesita y que ya los ciudadanos, ese pueblo todo, esta aupando y acompañando en las calles en cualquier pueblo o ciudad que se visita.
No nos cansaremos de pregonarlo: El capitalismo Liberal es única y verdadera esperanza de los pobres.
CONSEJO FUNDACIONAL
Editorial
18 de marzo 2024