Un hallazgo revolucionario en Brasil arroja nueva luz sobre la evolución de los sistemas respiratorios de los dinosaurios y cómo esta adaptación permitió su crecimiento descomunal. Un equipo de investigadores de la Universidad Estatal de Campinas (UNICAMP) ha identificado el fósil más antiguo con evidencia de sacos aéreos, una característica clave que ayudó a los dinosaurios a convertirse en los animales terrestres más grandes de la historia.
Se trata de Macrocollum itaquii, un dinosaurio de aproximadamente 225 millones de años descubierto en la Formación Candelária, en Brasil. Este sauropodomorfo primitivo —antecesor de los gigantescos saurópodos como el Brachiosaurus— muestra signos claros de Neumaticidad Esquelética Postcraneal (PSP), es decir, estructuras internas huecas en los huesos que alojaban sacos aéreos, similares a los de las aves actuales.
Una evolución respiratoria con grandes implicaciones
Estos sacos aéreos no solo aligeraban los huesos sin comprometer su resistencia, sino que también mejoraban la eficiencia respiratoria y ayudaban a regular la temperatura corporal, permitiendo a los dinosaurios sobrevivir en ambientes extremos y alcanzar tamaños récord.
“El Macrocollum itaquii medía alrededor de tres metros, el más grande de su época, y ya contaba con una forma temprana de estos sacos aéreos que lo diferenciaban de otros reptiles contemporáneos”, explicó Tito Aureliano, autor principal del estudio publicado en The Anatomical Record.
Utilizando escaneos micro-CT, los científicos identificaron un tipo de tejido óseo hasta ahora desconocido, al que denominaron «protocamerado», una forma intermedia entre los tejidos tradicionalmente clasificados como «camerados» (espacios huecos) y «camellados» (esponjosos). Esto sugiere que los sistemas respiratorios avanzados evolucionaron de forma más compleja de lo que se pensaba.
Implicaciones evolutivas y competitivas
Fresia Ricardi-Branco, investigadora principal del proyecto, subrayó la ventaja evolutiva que proporcionaron estos sacos: “Permitieron a los dinosaurios diversificarse más rápidamente que otros grupos como los mamíferos. Fue un factor determinante en su dominio durante el Jurásico y el Cretácico”.

Hasta ahora se pensaba que los sacos aéreos evolucionaron primero en la región abdominal y luego se extendieron al cuello. Pero el fósil de M. itaquii desafía esta idea, al mostrar presencia de estas estructuras en las vértebras cervicales y dorsales, pero no en la zona abdominal. “Es como si la evolución hubiera hecho varios experimentos antes de llegar al diseño final”, señaló Aureliano.
Este descubrimiento conecta a los pequeños dinosaurios del período Triásico con sus colosales descendientes, aportando un eslabón clave en la evolución de los sistemas respiratorios complejos. La investigación no solo reescribe parte de la historia de los dinosaurios, sino que también revela cuán profundamente enraizadas están algunas de sus adaptaciones más exitosas.